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Corría por las oscuras calles vacías con su pequeño hermano en brazos, esperaba encontrar un buen refugio o a alguien que pudiese ayudarlo. Había resbalado ya varias veces por culpa de las lágrimas que se acumulaban en sus cuencas pues le impedían ver el camino, y el suelo mojado a causa de la lluvia que aún seguía presente tampoco le era de ayuda.

Aun podía recordar el sonido que produjo aquella pistola al jalar el gatillo. Y cada vez que cerraba sus cuencas el recuerdo de la sangre esparcida en el suelo de aquella habitación se presentaba.

A tan corta edad estaba viviendo una historia de terror. Lo único que su memoria podía recordar después del shock, era el ver a sus padres discutir, su madre en pastillarse con calmantes como era costumbre, luego golpes y por ultimo...

Cerró sus cuencas con fuerza. Esa parte era la que no quería volver a recordar jamás.

Volvió a tropezar una vez mas, entre sollozos abrazo con fuerza a su hermano y siguió llorando. Aquellas imágenes no querían irse de sus recuerdos, pareciese que estas querían torturarlo aún más.

Pero no iba a ceder, al menos no tan fácilmente, sabía que ahora tenía una gran responsabilidad, su pequeño hermano menor de tan solo tres años, por él saldría adelante, era lo único que tenía y no lo perdería al igual que perdió a sus padres. No importaba como, pero no dejaría que su hermanito sufriera, él se encargaría de que siempre fuera feliz y jamás sufriera tristezas.

[...]

El tormento para la gran mayoría de adolescentes, es aquel reclusorio conocido de muchas maneras, ya sea por: Colegio, instituto, plantel o el mas popular; Escuela. La mayor parte le conoce también como: "cárcel para niños y adolescentes".

Y no es que las escuelas sean malas, pero muchos niños y adolescentes son bastante exagerados.

¡Hermano mas te vale que ya estés despierto!

Pasos eufóricos se escuchaban subir las escaleras, el dueño de tan molestas pisadas no se veía de buen humor, y es que, sin exagerar, llevaba más de una hora gritando a su holgazán hermano que se alistará para la escuela.

¡Si no estas despierto y listo! ¡Tirare tus zapatillas!

Esa era una muy buena amenaza, sabía que con eso su hermano Dance se vestiría para ir a sus clases.

Una puerta azotada se escuchó en el piso superior de aquella casa, el causante miro con confusión la vacía habitación de su hermano mayor, ¿Dónde estaba?

Hey bro, si no te apresuras llegaremos tarde -Sonrió con mofa al ver a su hermano menor asustado por su repentina aparición en la habitación. Je, ¿Acaso se te calló la columna del susto~?

Siseo con burla al ver a su hermanito apunto de explotar del enojo.

¡¡Callate Dance!! -Grito dando zancadas por el enojo, al parecer viviría por siempre con el martirio de escuchar los chistes malos de su hermano mayor.

Oh vamos, ¿En donde quedo tu hueso de la risa~?

¡¡DANCE!!

Para este par de hermanos, sus mañanas siempre comenzaban así. Por lo regular cuando Papyrus notaba que su hermano demoraba mucho siempre se adelantaba para no llegar tarde a sus clases, y por algún extraño motivo que aún desconocía, su hermano siempre llegaba a tiempo.

Bueno, tarde, pero a tiempo.

(...)

Minutos después, ambos llegaron a la escuela siendo observados por todos los estudiantes. ¿La razón? Papyrus traía cargando a Dance, y es que el muy flojo desesperó tanto a su hermano menor con su muy lenta manera de caminar, que terminó cargándolo para poder llegar a tiempo.

Al menos cargar a su hermano le sirvió de ejercicio, un punto bueno, supongo...

Gracias por el aventón, bro -Rió al ver a su hermano al borde de estallar por la molestia.

Ugh... -Mas solo tomó aire y suspiro un poco más calmado. Nos vemos en casa, Dance...

Je, cuidate Pap's -Se despidió de su hermano y entró al colegio.

Papyrus aún estudiaba en la secundaria y él ya casi era un universitario. Lastimosamente para él, las deudas a pagar aumentarían y tendría que buscar un nuevo empleo si quería seguir pagando sus estudios y los de Papyrus, ya había tenido que dejar el taller de danza para buscar empleo y ahora ya no tenía mucho tiempo libre, al menos verle feliz recompensaba todos sus sacrificios.

¡Heya brah! -Dance sonrió al escuchar la voz de su mejor amigo llamarle.

Hey Fresh -Le regreso el saludo con una sonrisa floja. Creí que hoy llegarías mas tarde.

Yes, pero mi big brah me despertó con very violence... - Dance sonrió, ya se imaginaba como Geno había despertado a su amigo.

Ambos se dirigían a su aula de clases charlando sobre su fin de semana, Fresh le contaba a Dance como había estado la fiesta a la que el bailarín no quiso asistir por un "dolor de cráneo", que en realidad era un día de trabajo en el bar de su amigo Grillby.

Cuando estaban por llegar a su aula de clases, Dance frenó sus pasos y se dio un golpe en la frente con la palma de su mano, acababa de recordar que había olvidado su libro de historia en su casillero.

¿Pasa algo, bro? -Fresh volteo a ver a su amigo al notar que había parado sus pasos.

Olvide mi libro. Ya sabes lo que me hará la profesora si no lo llevo otra vez...

Hizo una mueca de disgusto al recordar aquel castigo, había tenido que limpiar los baños por todo un día. Fresh solo le dio unas palmadas en la espalda, él también sabía lo que era ser castigado por aquella profesora.

Creo que aun tengo tiempo, voy por el -Dio media vuelta dispuesto a ir al área de los casilleros.

Te acompañó bro.

¿Qué hacen ustedes dos aquí todavía? -Ambos se miraron asustados al escuchar la voz tan "armoniosa" de su profesora. Andando, ya va a comenzar la clase.

Les acarreo molesta. Dance solo suspiró, sabía lo que vendría cuando la profesora notará la ausencia de su libro.

Bien alumnos, saquen sus libros en la página doscientos sesenta y cuatro -Indicó escribiendo en la pizarra lo esencial para dar su clase.

Estoy perdido... -Susurro dándose un golpe en la frente con su pupitre.

Dance, ¿Dónde está su libro? -Sintió un escalofrío al ver a su profesora frente a él con una expresión molesta.

Ehm... ¿Me creerá si le digo que esta muy bien guardado en mi casillero? -Sonrió con nerviosismo al ver la expresión de su maestra.

Castigo, vaya a la dirección.

Dance soltó un suspiro y salió del aula, estaba seguro de que no le iría para nada bien con el director.

(...)

Joven Dance, ¿A qué debemos su visita aquí de nuevo? -Hablo la secretaria del director sin mirar a Dance.

Historia, libro olvidado y una profesora enfadada... -Resumió en respuesta contando sus dedos.

Uhmm, ¿Por qué no me sorprende? -Le miro por unos segundos. El señor Asgore esta ocupado en este momento, pero puedes esperarlo sentado ahí -Señaló las sillas con su bolígrafo. Guardando silencio.

Ya que... -Se encogió de hombros y se sentó en el lugar indicado cerrando sus cuencas para dormir un rato.

No se duerma, la última vez tuvimos que darle una cubetada de agua para despertarlo.

Bien... -Suspiro aburrido tratando de acomodarse en la silla. Yyyy~ ¿Con quién esta el señor Asgore?

Preguntó intentando no morir de aburrimiento, la secretaria suspiró, Dance siempre hacía lo mismo cuando lo castigaban y el director estaba ocupado.

Un chico que vino a inscribirse, algo extraño ya que estamos a mitad del ciclo escolar... -Contestó revisando varios papeles que se encontraban en su escritorio.

Pues si es algo raro... -Murmuró, pues no era común que alumnos se inscribieran con el ciclo escolar ya avanzado.

Escucho la puerta de la oficina ser abierta, de esta salia un chico al que no pudo distinguir pues al igual que él, traía la capucha puesta.

Joven Dance, ¿Qué hace otra vez aquí? -Cuestionó el director con una mirada confusa al salir de su oficina.

Historia.

Y con eso resumió muy bien todo para el director. Todas la veces anteriores que fue a dirección, fue enviado por la misma maestra.

¿Qué hizo ahora?

¡Nada malo! -Se defendió cruzando sus brazos. Solo olvide mi libro...

Es la quinta vez que te envían en menos de dos semanas -Regaño en un tono serio. Si esto sigue así, tendré que tomar medidas mas serias.

Entiendo... -Bajo la mirada, no sería bueno que le dieran un ultimátum.

Por el momento, estarás castigado al final de clases en la biblioteca. Ayudarás a limpiar y acomodar los libros.

(...)

Estaba agotado, ¿Cuanto tiempo ya llevaba ahí?

Se preguntó y observó el reloj que se encontraba en la biblioteca, este marcaba las cinco y quince de la tarde, ¡Genial! Había perdido dos horas y quince minutos de salario.

Y lo peor era que aún no terminaba...

...

Por fin termine... -Suspiro agotado limpiando unas cuantas gotas de sudor de su frente. No alcanzare a llegar al trabajo...

Dijo mirando nuevamente el reloj, ya sin mas que hacer salió de la biblioteca para dirigirse a la salida. A esas horas la escuela ya debía estar vacía, lo cual no le gustaba para nada, si con personas daba miedo, estando completamente vacía daba aun más. Así que, comenzó a caminar por los solitarios pasillos, no quería llegar aún a su hogar, había sido un día muy difícil para él y quería despejar su mente por un rato, tal vez caminar por el camino largo hasta su hogar le ayudaría.

No quería estresarse y necesitaba pensar en una excusa por no haber asistido al trabajo hoy, también necesitaba ver como arreglar el problema del ultimátum, sabía que si dejaba de estudiar los abogados le quitarían la custodia de su hermano y se la sederían a ese hombre. Lo cual no podía permitir por nada en el mundo, no había luchado tanto por evitar eso para arruinarlo ahora.

Sintió una gota caer, y después otra seguida por muchas, había comenzado a llover y por estar tan distraído ni siquiera había notado que el cielo estaba gris. Miro a las personas correr intentando resguardarse de la lluvia, él sólo siguió su camino sin importarle que terminará empapado, solo quería pensar en todo y buscar una solución a sus problemas, agradeció a la lluvia por la tranquilidad y el silencio que ahora había en las calles.

Camino cerca de un baldío, solo faltaba una cuadra para llegar a su casa lo cual le alegraba, esa era una de las calles mas peligrosas, ya habían encontrado varios cuerpos por ahí, cercenados, apuñalados, con mordidas y sinceramente no queria formar parte de esa larga lista.

Escuchó un ruido, seguido de un grito lleno de agonía que paralizó su ser, con miedo volteó hacía atrás donde a lo lejos se podía apreciar a un chico encapuchado apuñalando a alguien con un sadismo total, aun a esa distancia podía apreciar su sonrisa llena de satisfacción y locura por lo que hacia.

Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal al ver aquella sádica mirada observarlo, su sonrisa psicótica había desaparecido por unos segundos, pero en unos cuantos instantes volvió a mostrarla esta vez dedicándosela a él. Y al verle mostrar su cuchillo y pasarlo por su cuello advirtiéndole que sería su turno, su instinto de supervivencia le advirtió que corriera a lo que no dudo en hacerle caso.

Comenzó a correr como nunca en su vida, sentía el peligro aproximarse a él, aquel asesino apareció repentinamente frente a él acorralándolo en una pared, sus manos apretaban su cuello y aquel afilado cuchillo lo posó cerca de su rostro.

¿Sabes? No me gusta dejar cuentas pendientes, prefiero eliminarlas antes de que sean un estorbo...

Su-Sueltame... -Ordeno en un vano intento por liberarse, poniendo sus manos en el brazo que le ahorcaba.

¿Y dejar que me delates con la policía? No lo creo.

Sintió con dolor como ejercía más fuerza en su cuello, ahora ya sabía porque nunca tomaba el camino largo a casa...

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