20. Disruptivo

Cinco largos años habían pasado desde la última vez que lo vio.

Y luego de todo ese tiempo, volvía a observarlo, en esta ocasión a varios metros de distancia y muy por encima de su hombro.

—Uh...— mencionó el de baja estatura, acomodando los mechones de cabello detrás de su oreja, mascaba la punta de un palillo de madera, había adoptado aquel peculiar hábito.

Sentado sobre en una cómoda posición y con el rostro ligeramente elevado para poder distinguir con mayor claridad las siluetas que observaba. El ruido a su alrededor no era lo suficientemente alto como para no dejarlo escuchar con atención.

—Así que finalmente volvió— habló para sí, sacando el picadientes de su boca, únicamente para lanzarlo con habilidad hasta el cesto de basura más cercano.

KyungSoo se encontraba en el área designada para que los presos más peligrosos pudieran tener un tiempo libre frente a la televisión, pero como parte de una especie de tortura, los vigilantes tenían el poder sobre el control del televisor y siempre elegían sintonizar el canal de noticieros.

El de baja estatura, veía con interés lo que se estaba desarrollando detrás de la pantalla; era una especie de rueda de prensa sostenida por los bastantes afamados detectives Park y Byun, dando la presentación de su texto sobre criminalística.

—¿No participaste tú en eso, KyungSoo? — preguntó el guardia de seguridad que estaba a su cargo.

—Mh— se limitó a musitar para afirmar. El preso se mantenía con la atención fija sobre el televisor. La sensación que experimentaba al volver a ver a ChanYeol era algo cercano a la emoción.

Dentro de la aguda visión de KyungSoo (producto de los gratuitos lentes de contacto para los presos), una nueva presencia apareció en su campo, vio la silueta por su mirada periférica moverse con energía hasta llegar a un lado del cesto de basura y detenerse en seco.

El reo Do no hizo nada al respecto, seguía con la atención sobre la noticia del lanzamiento literario del par de policías con los que había convivido en años anteriores.

Pero la silueta comenzó a deslizarse desde las sombras hasta quedar a un par de centímetros de distancia de KyungSoo, con ademanes torpes llamó su atención.

La noticia había finalizado y los conductores introducían una nueva nota informativa. El de menor estatura desvió la vista desde la pantalla hasta la persona a su lado, una seria pero penetrante expresión fue dedicada hacia la otra persona.

—¿Puedo cantar ahora... Dyo-sshi?

KyungSoo puso los ojos en blanco, levantó ambas manos al aire como gesto indicativo de que estaba listo para abandonar el lugar y regresar a su celda —Puedes hacerlo, ya me voy.

—De acuerdo— sonrió el otro individuo. Y a los pocos segundos comenzó a lanzar alaridos desafinados.

El prisionero Do fue previsto de las esposas y escoltado por el guardia de seguridad hasta su celda, pero antes de dejar el área de recreación se aseguró de lanzar los cacahuates que no se había comido a su preso vecino que seguía graznando inteligibles palabras.

—A veces eres realmente increíble— hablaba el guardia de seguridad mientras caminaban por los pasillos de la prisión.

—Puede ser pretencioso decirlo desde mi posición— KyungSoo levantó uno de sus hombros —Pero ese tipo siempre ha sido igual a una bestia, así que fue fácil domesticarlo como a un perro.

El oficial negó con la cabeza, sintiéndose culpable de reír internamente por el comentario hecho.

Do KyungSoo había logrado que el preso que había sido colocado en la celda contigua guardara la compostura en su presencia después de emplear lo que él denominó "condicionamiento positivo".

El delincuente fue dejado en su celda y despojado de sus esposas. KyungSoo fue directamente hasta uno de los pequeños estantes que le habían permitido tener dentro y tomó el libro que tenía más cerca.

Con el ejemplar comportamiento de KyungSoo, se había hecho acreedor a más de un trato preferencial. No creyó que la vida detrás de las rejas sería tan inusualmente tranquila y satisfactoria; seguía desempeñándose como ilustrador en la famosa editorial que vendía bastante bien los libros en los que participaba.

KyungSoo fue hasta la cama debajo de la litera y después de acostarse comenzó a leer desde el lugar donde había suspendido la lectura. Parecía estar pasando las páginas con total tranquilidad y con el semblante tan apacible se podría decir que estaba sumamente concentrado. Pero la realidad distaba de lo observado.

La verdad era que, el de baja estatura no podía dejar de pensar en el hecho que había visto con sus propios ojos, Park ChanYeol había regresado a la ciudad y andaba por ahí muy contento publicitando su libro. KyungSoo todavía albergaba la esperanza de obtener aquella presunta carta para empezar a escribirle de nuevo, pero desconocía si aquello iba a pasar realmente.

No quería darle mucho valor, pero sin duda, le importaba.

Por su parte, el detective Park estaba demasiado atareado con tantas cosas en puerta, había regresado a su hogar hacia tan solo una semana, tenía tantas cosas con las que ponerse al corriente y sobre todo debía de atender las entrevistas que el publicista de la editorial los había obligado a hacer, tenían varias entrevistas para los periódicos y diversas apariciones en televisión.

Apenas había tenido tiempo de pensar en otra cosa que no fuera todo el tópico del lanzamiento del libro.

Pero en cuanto pudo pisar su casa nuevamente, después de haber contratado a un experto equipo de limpieza para volver a poner un pie sin morir ahogado entre tanto polvo y suciedad, los recuerdos de aquel último encuentro con KyungSoo se reprodujeron en su mente.

—¿Realmente pasaron cinco años? — se cuestionó mientras guardaba la ropa de las maletas que había llevado consigo, se había desecho de la mayoría de sus prendas pero había comprado bastantes conjuntos nuevos durante los viajes.

Cinco años habían pasado y él todavía sentía innumerables dudas al respecto. Al principio había creído que el distanciamiento serviría para despejar su mente de los inapropiados sentimientos que había desarrollado, pero el tener que acudir a la revisión de los records de todas las investigaciones hechas, lo obligaban a reproducir una y otra vez las cintas que poseía de KyungSoo. Sus sentimientos lejos de disiparse, parecía que solo habían logrado incrustarse con mucha más fuerza.

Era notorio, al menos para su colega, con quien tuvo largas discusiones al respecto.

—No es bueno para ti, olvidarlo será lo mejor que puedas hacer— mencionaba BaekHyun.

—Pero es tan fácil para ti solo decir las cosas que no puedes experimentar— replicaba ChanYeol con frustración.

—¡Sólo olvídalo y ya!

—¡Tal vez no quiera hacerlo y ya!

BaekHyun se había quedado perplejo ante la confesión, detuvo sus intentos por hacer entrar en razón a su colega. En cierta medida, se sentía responsable de aquel resultado.

Pero la realidad de la situación no tenía nada que ver con BaekHyun entrometiéndose.

—¿Debería ir a verlo? — se preguntaba a sí mismo mientras colgaba las camisas en los ganchos del armario. Parte de su insuperado estado sentimental, se fundamentaba en la recreación en sus recuerdos de la desorientada mirada que KyungSoo le había dedicado cuando le comunicó sobre su partida.

Aunque tuviera un plan de acción, ejecutarlo iba a resultar complicado con una agenda tan apretada como la que tenía en ese momento.

Y a pesar del largo tiempo que pasó invirtiendo en la publicidad de su exitoso libro, la idea de reencontrarse con el menor no lo había abandonado en ningún momento.

Así que después de varios meses desde su llegado, se atrevió a pisar el reclusorio.

Había hecho como en la última vez, se había colado convenciendo a los guardias de seguridad y usó su poder de convencimiento para alejar al oficial personal de la celda de KyungSoo.

El suceso había sucedido con tal discreción que KyungSoo ni siquiera se había percatado de la repentina ausencia del vigilante, estaba acostado sobre su cama observando la base de la cama de arriba de la litera, pensando en nada en específico, murmurando una vieja canción que solía escuchar.

ChanYeol se mantuvo alejado un par de centímetros de los barrotes, carraspeó un poco para llamar la atención del menor.

—¿Mh? — KyungSoo desconoció el tono de voz del vigilante y detuvo su tararear, únicamente para agudizar el oído.

El detective tomo un largo suspiro y se animó a hablar: —Hola, KyungSoo.

El mencionado abrió los ojos, petrificado en su lugar. Luego de varios segundos, en los que pudo concebir lo escuchado como una realidad y no como una ilusión, se movió de su lugar y con sigilo se puso de pie. Pudiendo entonces observar a la persona del otro lado de las rejas.

Lograron verse de frente. Dando crédito a lo que sus ojos veían.

—ChanYeol— respondió el saludo, dando silenciosos pasos al frente, para poder observar con mayor precisión el semblante ajeno.

—Ha pasado bastante ¿No es así? — dijo con nerviosismo, pero manteniendo la recta posición de su cuerpo.

—Cinco años— respondió el de menor estatura, observando con atención el rostro del más alto, parecía que el tiempo no estaba pasándole factura pues su cara lucía prácticamente igual desde la última vez que lo había visto.

—¡Oh! — ChanYeol llevaba consigo una bolsa de papel, la alzo frente a sí y antes de entregar el contenido al menor dio una breve explicación —Visitamos varios lugares y tuve la oportunidad de pisar muchas bibliotecas y librerías, así que pude conseguir varios títulos más.

El detective Park extendía las copias de los textos mientras KyungSoo los recibía a través de los barrotes, juntando los ejemplares contra su pecho y leyendo el título de las portadas.

—También...— después haber entregado todos los libros, guardó el más importante para el final —Pensé que te gustaría tener esto.

KyungSoo había dejado los nuevos libros sobre la cama y recibía ahora el delgado libro cuadrado de pasta dura, las letras impresas con letras doradas y una tipografía elegante, pasó las yemas de sus dedos por todo el libro, admirando la edición que tenía en sus manos, estaba absortó viendo la copia que fue sorpresivo para ChanYeol cuando le dedicó una mirada bastante seria.

—¿Para qué quiero esto?

ChanYeol se levantó de hombros —Pensé que te gustaría ver el trabajo final.

KyungSoo regresó su mirada al libro de cuentos, desgarro el plástico protector y abrió en la primera página, reconociendo de inmediato sus propias ilustraciones, una pequeña sonrisa adornó su rostro —No lo necesito.

—¿Cómo? — se impresionó el más alto.

—Tengo los originales ¿Para qué quiero las copias? — preguntó KyungSoo cerrando el libro, dio un par de pasos más al frente.

—¿No querrás leerlo con el texto?

—Me dieron los borradores también— especificó KyungSoo.

Los dos guardaron silencio.

—¿Tienes una pluma? — cuestionó el de menor edad al poco rato.

ChanYeol rebuscó entre sus bolsillos, encontrado un plumín de punta fina, se lo extendió al contrario quien lo tomó de inmediato.

KyungSoo volvió a abrir el libro en la primera página y utilizando el plumín, comenzó a escribir sobre el lustroso papel donde estaba impreso el dibujo del principio de un bosque. Al terminar, el bajito extendió tanto el plumón como el libro de cuentos —Ahora vale más.

El detective tomó el libro que le era devuelto, sin dejarse carcomer por la duda, abrió en la primera página y leyó lo que parecía ser una dedicatoria. "ChanYeol, confío en ti, confía en mí. Do KyungSoo" el más alto trató con todas las fuerzas humanas que poseía no desfallecer en ese mismo instante.

—Más importante aún...— mencionó KyungSoo —¿No vas a darme una copia de tu libro?

—No había pensado en ello— el mayor salió de su pequeño trance y volvió dirigir su atención al más joven.

—Quiero leerlo— manifestó el contrario.

—Te lo enviaré por correo— respondió ChanYeol —No creo que pueda seguir viniendo, empezará a ser sospechoso y realmente no tengo tiempo para acudir a las visitas programadas.

—Bien— habló KyungSoo, aguantando las ganas de querer preguntar sobre la escritura de nuevas cartas, pero dada su difícil personalidad, se retuvo a ceder.

—Pero puedes escribirme cuando quieras, eso sí puedo responderlo con frecuencia— dijo de repente, parecía que incluso ChanYeol había aprendido a leer mucho más allá de las expresiones rectas y serias de KyungSoo.

—Dije que iba a responderte— contestó el otro —Y no tengo que nada que responder, así que...

ChanYeol abrió los ojos, escandalizado —Te traje todos esos libros...

—No son una respuesta— expresó con formalidad.

El detective Park resopló —De acuerdo, lo haré...

KyungSoo le dedicó entonces una ligera sonrisa —Gracias.

—Será mejor que me marche, no tarda en regresar el vigilante.

—... ¿No estaba aquí? — cayó en cuenta que había pasado por alto la presencia ajena.

—No— rio ChanYeol al ver el descuidado acto del menor —Tengo una última duda.

—No lo haré, no te enviaré fotos mías.

—¡No quería referirme a eso! — El detective se aseguró de mantener la compostura, pero incluso después de tanto tiempo alejados, era todavía muy lábil al manejo de KyungSoo —¿Por qué está tan callado? — se refirió al preso de al lado.

—Lo entrené.

ChanYeol se negó a indagar al respecto, giró la cabeza en dirección al pasillo y vio como el guardia de seguridad se acercaba hasta la celda —Debo irme.

—Entonces adiós— habló el bajito.

El mayor hizo un ademan con la mano —Nos vemos.

Sin decir o hacer nada más, dejaron de verse.

ChanYeol todavía tenía sus dudas respecto a lo adecuado que estaba siendo todo aquel asunto, pero mientras pudiera sentirse seguro, seguiría haciéndolo.

Por otro lado, KyungSoo todavía no estaba preparado para externalizar lo que verdaderamente sentía, podía expresar lo que pensaba pero si se trataba de sus emociones, aún era complicado en cierta medida.

El detective Park regresó a la investigación criminal, ahora colocado como uno de los más expertos en su rama, era considerado para los casos más excepcionales. Y dados los frutos del empleo de sus nuevos métodos, no existían casos particularmente complicados.

Por ello, ChanYeol se dedicó durante largos días a pensar en la manera más adecuada de iniciar una conversación con KyungSoo a través de un pedazo de papel, encontraba anticuada aquella actividad, pero parecía que al más joven realmente le entusiasmaba la idea de recibir correo de su parte y él tampoco quería llamar o ir a las visitas programadas, así que parecía ser lo más adecuado.

Frente a su escritorio se había deshecho de varias hojas llenas de torpes párrafos.

Y tras varios fracasos, se decidió por relatar irrelevantes acontecimientos de la vida en la estación de policías, dejó la carta en el buzón y empaquetó perfectamente bien la copia del libro de su autoría.

Las anhelantes expectativas que tenía por la reacción del menor, le parecían dignas de todo un adolescente.

—No pienso juzgarte más al respecto— hablaba BaekHyun —Pero por favor... ¿Podrías quitar esa cara de idiota enamorado que tienes?

El detective Park sacudió la cabeza y guardó la compostura.

ChanYeol tenía grandes esperanzas para aquella carta, sin embargo, la decepción recorrió cada centímetro dentro de KyungSoo.

Acostumbrado a leer extensas líneas de detallados acontecimientos, encontró sosa e inmadura la carta de ChanYeol, pero apreció el acto y guardó el papel dentro de uno de los varios libros regalados por el mayor. Había dejado lo más emocionante para el final.

Como su correspondencia era leída y revisada por varias personas antes de que pudiera acceder a ella, la copia de "Criminal-Mente; sistema de investigación estandarizado para el abordaje criminal" ya estaba abierta, así que rápidamente pudo acceder a la primera página del texto, ahí donde esperaba ver una dedicatoria tan emotiva como la suya.

—Ugh— expresó KyungSoo al leer las simples palabras "Gracias por tu ayuda. Park ChanYeol" —No es muy expresivo...

El de baja estatura rodo los ojos, pero no quería seguir atrasando la lectura de la obra, realmente tenía curiosidad por el desarrollo de aquel libro.

Pasó de la contraportada y se detuvo un momento a leer las dedicatorias impresas, leyó por encima lo expresado por BaekHyun y observó con asombro como las dedicatorias de ChanYeol superaban por mucho lo escrito por Byun.

"Quiero dedicar este libro a mi familia y amigos que estuvieron conmigo apoyándome a lo largo del camino que decidí tomar, quiero agradecerles por su tiempo y paciencia en estos años, no habría podido continuar sin el soporte de mis queridos allegados..."

KyungSoo hizo una mueca, imitando la expresión que haría si estuviera vomitando.

"...También quiero agradecer a mis compañeros y colegas, por quienes no hubiera sido posible este trabajo. Gracias a los oficiales, agentes y detectives que se unieron a nuestro propósito. Especialmente me gustaría agradecer al detective Kim JunMyeon por darnos las herramientas iniciales y por creer en nosotros, por supuesto que también quiero agradecer a mi colega y amigo, Byun BaekHyun, por la determinación..."

—Qué asco— pronunció el más joven, saltándose toda la parte de dedicatorias a personas aleatorias, cada renglón que pasaba, KyungSoo se sentía dejado de lado con una dedicatoria tan limitada como lo había sido "Gracias por tu ayuda." Pero se esforzó al máximo por no dejarse ofuscar, así que cuando llegó a los últimos renglones; las sobrecogedoras palabras tocaron sus fibras más sensibles.

"...Finalmente, me gustaría agradecer a la persona por la que todo esto dio inicio. Dudo sobre si estas palabras podrán ser algún día leídas, sin embargo, expresar mi gratitud es algo que no puedo dejar pasar. A esa persona, quien además de brindarnos las bases básicas de nuestro trabajo, se dedicó a desempeñar el papel de consejero en varios de los casos en los que tuve oportunidad de trabajar en el pasado, quién también me ofreció una nueva visión sobre mis personales motivaciones, a pesar de haber sembrado la duda en mí se encargó también de despejar las incertidumbres. Y por supuesto, por aceptar confiar en mí."

KyungSoo sonrió con la sinceridad que tanto trabajo le costaba expresar. Pasó la página y comenzó la larga lectura ofrecida.

A grandes rasgos, el libro explicaba de manera ordenada la manera de abordar un caso de asesinato basados en la evidencia que se poseía, tratando de tomar cada elemento como parte circunstancial de las motivaciones del perpetuador. Tomando como ejemplos los cientos de casos que habían investigado en todos esos años.

Se sentía incómodo leyendo los párrafos que hacían alusión a su caso y sentía mucha más disgusto al leer pedazos transcritos de sus confesiones.

Alguna vez KyungSoo había calificado el recordar los sucesos como una manera de escape a su realidad actual, rebobinar las escenas del crimen lo llenaban de la satisfacción de poder tener el control.

Pero la extensa estadía dentro de la prisión lo había hecho cuestionar todo lo que había regido su vida en el pasado. KyungSoo pensaba que era inútil sentir culpa por lo hecho, aunque estaba cien por ciento seguro que todas las personas afectadas por sus acciones esperaban verlo sumergido en aquel sentimiento, él pensaba diferente, creía que dejarse envolver por ello no lo haría avanzar nunca y para cuando terminara su condena, seguiría sintiéndose igual de miserable.

Las cortas, pero muy efectivas palabras de aquel padre de familia habían marcado la pauta para abrirse a nuevas enseñanzas de vida.

KyungSoo sabía que ChanYeol no se había dado cuenta, así que aprovecho el desconocimiento del detective para solicitar decenas de títulos referentes a la nueva construcción de ideología que quería tener.

No pensaba que era tarde para él. Así que podía encontrar el cambio dentro de él. KyungSoo no creía en la culpa, sin embargo, el arrepentimiento era algo que había experimentado vívidamente.

Le tomó años, pero concibió la idea de que el único culpable de todo lo que había hecho hasta ese momento no había sido nadie más que él, era cierto que infinidad de cosas influyeron para marcar su personalidad de forma tan concisa, pero al final del día, quien había decidido ejecutar todas las acciones había sido él. No era su madre alentándolo, ni eran sus compañeros de clase, no eran las personas que arremetían contra él.

Y sabiendo aquello, siguió el ejemplo del hombre que sin darse cuenta, lo había ayudado. Alcanzó el perdón propio antes de dejarse consumir por el remordimiento.

Sin embargo, el desaprobar su conducta pasada era algo que si aceptaba. Creía que tratar de superarlo sería tratar de olvidarse del problema. Y así como dejarse llevar por la culpa, terminaría sintiéndose igual de miserable.

Claro que todavía experimentaba sentimientos negativos contra la persona que había logrado herirlo en cientos de maneras posibles, pero trataba de permitirse perdonar las acciones de su madre, le dolía, pues siempre que intentaba hacerlo, no podía dejar de recordar todas las palabras hirientes y los golpes provistos. Y aún estaba en proceso de enfrentarlo por completo.

Entendía que no podía remediar de ninguna manera todo lo que había hecho. Incluso había logrado suprimir la patológica necesidad de acceder al estado de poder y control que lo orillaba a arrebatar vidas ajenas.

Sentía tanto resentimiento y repudio y ahora se sentía tranquilo consigo mismo.

Sabía que no podía cambiarse a sí mismo, pero tenía el poder de controlar sus decisiones. Y eso era suficiente para él.

El libro de texto tenía apenas varios cientos de páginas. Una noche en vela le bastó para llegar a las conclusiones de la obra.

Y justo como al principio, KyungSoo se encontró estremecido por las letras expresadas en el texto.

Había dos apartados para las conclusiones personales de cada detective, decidió leer las de BaekHyun primero y únicamente para no dejar inconclusa la lectura. No pudo identificarse con el fuerte sentido de justicia del detective Byun, así que al terminar su sección, se sintió emocionado por leer lo plasmado por el detective Park.

Se topó con varios párrafos largos, algo que ya parecía característico de él. KyungSoo difirió en varios de los puntos que eran expuestos, pero al final de la lectura, un nudo en su garganta se formó y sin poder controlarlo, sus ojos se humedecieron.

Parecía que se había equivocado.

ChanYeol se había dado cuenta de la clase de libros que KyungSoo solicitaba, había citado a uno de los autores que leía fervientemente dentro de la cárcel.

Era una frase referente a su nueva convicción de vida, sobre aceptar las decisiones del pasado sin culpas ni remordimientos, pero aprendiendo del arrepentimiento.

Y finalmente, el detective Park, afirmó:

"...Tratar de ofrecer una cura para el prototipo de personas que resultan en mentes criminales es tan inútil como tratar de vaciar el mar, sin embargo, puede ofrecerse un nuevo panorama para instruir a los afectados y ofrecer las herramientas para el dominio de lo que se padece. Uno no puede enfrentarse a aquello que ignora. Aún quedan cientos de estudios por hacerse, decenas de teorías que probarse y más importante aún, miles de personas que necesitan de una temprana intervención.

Está en nuestras manos la elección del cambio. Y el presente equipo de investigación ha decidido el actuar antes que el lamentar..."

KyungSoo se daba cuenta que ChanYeol no había encontrado únicamente la respuesta a su primer pregunta.

Con un sentimiento de satisfacción y sobre todo de convicción, cerró el libro y tomó la comida que había ignorado durante las horas pasadas.

—¿Qué día es hoy? — preguntó el de menor edad.

—Miércoles— respondió el guardia de la celda.

El criminal sonrió, terminaría de ingerir sus alimentos y se dedicaría a plasmar de puño y letra todos los pensamientos que sobre su mente sopesaban.

Así, para el siguiente inicio de semana, el detective Park estaba recogiendo la carta que le habían enviado desde el reclusorio.

—Pesa— comentó ChanYeol mientras recolectaba el resto de la correspondencia. Llevó todo el correo consigo hasta la oficina.

—¡Buenos días, detective! — saludaron los nuevos oficiales que cuidaban de la recepción.

—Buen día— respondió el más alto, sin prestar demasiada atención a su alrededor.

Con el tiempo transcurrido, todos los que habían integrado el equipo de investigación principal ocupaban ahora puestos diferentes.

La oficina de investigaciones especiales era mucho más amplia, había varios detectives trabajando en el departamento.

—Buenos días— saludó el detective Park caminando entre los escritorios hasta llegar al propio.

Hubo diversas respuestas a cambio.

—Buenos días— BaekHyun también tenía su escritorio hacia el fondo de la oficina.

—¿Qué hay de nuevo? — preguntó el más alto dejando todas las cosas que llevaba consigo sobre el escritorio.

—Nada relevante, hay varios casos nuevos pero están todos tomados, así que podrías supervisar el que más te apetezca.

—Lo tendré en cuenta— asintió el contrario, yendo hasta su asiento.

Las mañanas eran siempre difíciles, despejarse de los restos de sueño era tedioso pero nada que el café no pudiera disipar. Muy pronto, todos estuvieron inmersos en sus trabajos personales. Dejando al par de detectives veteranos hacer sus propias actividades.

Antes de empezar con algo más formal, ChanYeol se dedicó a leer toda su correspondencia, dejando para el final el sobre de KyungSoo.

No ocultó la tenue sonrisa en sus labios cuando se percató de que el contenido de aquel sobre superaba el par de hojas —Si tenía muchas cosas que decir.

El detective Park comenzó por leer la extensa carta que le había sido enviada, al principio se relataba superficialmente la manera en que KyungSoo había pasado sus últimos años tras las rejas y la manera en que había logrado sentirse bien consigo mismo, conforme las fechas lo llevaban a tiempos recientes, el contenido de las palabras cambió.

"...Por eso, puedes tener la seguridad de que ninguna otra persona ha leído lo siguiente."

ChanYeol abrió los ojos con sorpresa, KyungSoo le había explicado que aquella carta en específico no había sido enviada directamente desde la penitenciaria, sino que tras un acuerdo con su vigilante, habían logrado sacarla fuera de la inspección del director y había caído directamente en el buzón personal del detective.

El mayor se sintió cometiendo alguna especie de delito, así que dejó de leer la carta y la guardó en uno de los cajones de su escritorio. Terminaría la lectura al llegar a casa.

Se ocupó como asesor de uno de los casos que más llamó su atención y desperdició todo su tiempo de trabajo de manera productiva. Para cuando la hora de salida llegó, se apresuró a dejar la estación de policías.

Había parado a comprar comida para llevar en un restaurante chino y arribó a su hogar de manera oportuna. Quería dejar todo listo para culminar con las palabras del menor.

Y una vez estuvo en la soledad de su habitación, recostado sobre la cama y con el ámbar de la lámpara de la mesita de noche del lado, concluyó la lectura de aquella sospechosa carta.

"...sé que muchas veces te preguntaste sobre lo que yo podía ver y que el resto del mundo ignoraba, nunca entendí exactamente que era a lo que te referías cuando hablabas de ello. Suponía que te interesaba la manera en la que observaba más allá de lo obvio, después de todo, te acercaste a mí después de descubrir la verdad con la única intención de revelar el retorcido funcionamiento de mi psique. Pero hice uso de esa habilidad que siempre tanto te intrigó y me di cuenta de lo que tú parecías no ver.

No aceptabas sin pensar demasiado simplemente por tener el fin común de la investigación. Pero todos te dijimos siempre que sí.

Supongo que siempre lo supe, supongo que por eso tenía todas esas esperanzas puestas en ti. Lo único que desconozco al respecto, es el momento del inicio.

Cuando te dije que tú y yo éramos mucho más parecidos de lo que pensabas, me refería al enfoque que teníamos sobre la vida y sus personas, motivados por algo mucho más egoísta que los trascendentales objetivos comunitarios. Porque toda tu fachada de el "mejor detective" era solo el reflejo de las trabajadas aptitudes que muchos calificarían como defectos, esas mismas características que me adjudicaste y que tampoco pretendo negar.

Sé que eres de esa manera. Y comprendo a la perfección que no tienes ningún problema con ello.

Tú y yo somos mucho más similares de lo que crees, en una diferente situación, tal vez hubiera sido yo quien estuviera detrás de tu pista.

Te preguntas hasta el hastío que es lo que puedo ver. Pues, ChanYeol, lo que veo, es exactamente lo que puedes ver tú. Supongo que sencillamente tú no quisiste aceptar el poder verlo pues te dejaste encerrar por las paredes de ilusión que (lo admito) construí a tu alrededor.

Y también con esto, dejo al descubierto eso que sospechas pero que no te has osado a preguntar y que de todas maneras, tampoco me atrevería a responderte de frente.

Me pregunto por qué será...

Concretamente, el mismo afecto que inundan tus ojos cuando te atreves a mirarme, es el mismo que llenan mis pupilas cuando no estás prestando atención.

Podrás creer que es una ridiculez y que estoy de pronto, inventando toda esta trama fantasiosa. Pero hoy, como siempre, te pido que confíes en mis palabras.

Fue desde el primer instante en que mi mirada se posó sobre la misteriosa silueta, aunque confieso que en un principio era solo curiosidad por el aura que me recordaba al emblemático personaje de ficción que admiraba. Me acostumbré a ti tan rápido, que para cuando te percataste por primera vez de mi presencia, me tomó por sorpresa tu especial atención.

¿Fue para ti también en ese momento?

Lo había olvidado por completo, había tantas cosas en mi mente en esos días. Angustiantes temores de realizar lo que mi interior exigía a gritos.

Sabes de sobra las cosas que me sucedieron. Nunca planeé que sintieras lastima por mí, ese sentimiento en realidad, anhelaba que no fueras nunca a relacionarlo conmigo. Pude percibir tu composición y tu tolerancia.

Y después de leer el libro en que el estuviste trabajando todo este tiempo, puedo referir que sin duda, has visto algo en mí eso que nadie es capaz de ver. Así cómo yo he sido capaz de ahondar en tu mente, lo has hecho tú en la mía.

¿Te das cuenta ahora de que somos mucho más similares de lo que puedas creer?

No sé qué deparen los días futuros..."

El detective Park apenas podía creer lo que estaba leyendo, la rebuscada manera de KyungSoo de confesar sus sentimientos lo había hecho sonreír como un romántico empedernido.

Los párrafos no se detuvieron después de esa frase, por el resto de las hojas el de menor edad explicaba a groso modo el conflicto que sentía sobre si ceder ante aquello que había desarrollado o era mejor dejar en paz la moralidad del detective, poniendo en duda sus principios éticos laborales.

Justo como ChanYeol se debatía profusamente en el pasado y aunque no encontraba una respuesta todavía, dejaría que el tiempo también se encargara de esclarecer su mente. Tenía en claro que no podía ser reduccionista respecto a la conducta pasada de KyungSoo, clasificándolo únicamente como una persona mala o buena, para él dependía de la circunstancia, aunque sus circunstancias hubieran terminado con la muerte de tantas personas en tan abominables situaciones.

De cualquier manera, la última decisión iba a tomarla él y no planeaba ser el recipiente de ajenos conflictos. Existía una razón por la que tan vehemente había contradicho a BaekHyun sobre alejarse del más joven.

Y finalmente, llegó a las notas de despedida.

"...Pero por el momento, recalcaré mis profundos deseos.

ChanYeol, por favor confía en mí."

El más alto volvió a doblar cada una de las hojas y las guardó dentro del sobre de papel, con una reconfortante sonrisa.

Sospechaba desde hace tiempo que sus sentimientos habían dejado de ser unidireccionales, enterarse de la verdad le producía una grata sensación.

Esa noche había dormido tan plácidamente como hacía años no lo hacía.

Así que al siguiente día, su descanso fue notable. De buen humor dejó su hogar, pensando lo que debería hacer para continuar comunicándose con KyungSoo, quizás iba a atreverse y se anotaría en las visitas programadas.

Cuando llegó a la estación de policías todo mundo parecía ajetreado, el lugar estaba lleno de voces hablando al teléfono, oficiales y agentes moviéndose por todo el lugar apresurados. Con tanto bullicio no pudo saludar apropiadamente a nadie en el camino y fue hasta a la oficina donde había un simple par de detectives novatos.

—¡Detective Park! — hablaron al unísono, con un tono de voz inusualmente sorprendido.

—¡ChanYeol! — el detective Byun giró su rostro en dirección del más alto que saludaba a los presentes con una sonrisa amable.

—Buenos días— comentó el contrario —¿Qué pasa? Generalmente no se les observa tan gustosos de verme.

ChanYeol se había acercado hasta el escritorio de BaekHyun, quien mantenía una expresión mezcla de alivio y terror.

—¿Está todo bien? — preguntó con curiosidad.

—No— respondió de inmediato —Escucha... ¿¡Por qué no tomaste mis llamadas?!

—¿Uh? — el detective Park rebuscó en sus prendas el aparato, dándose cuenta de la enorme cantidad de llamadas perdidas que tenía en su buzón —Cielos, lo lamento, estaba agotado ayer y simplemente morí.

—Ugh— BaekHyun pareció irritado —No digas eso, por favor.

—Dime que sucede.

BaekHyun tomó una bocanada de aire, necesitaba valentía —Esto es importante ChanYeol— indicó el más bajo —... Nos llamaron en la madrugada de la penitenciaria.

El detective Park abrió los ojos con sorpresa, su corazón se llenó de angustia al imaginar el peor de los escenarios.

—KyungSoo...

En el momento que escuchó el nombre del más joven, perdió toda razón de existencia. Su mente divagó más allá de la vivencia.

Y de manera abrupta se topó con la realidad.

—KyungSoo escapó anoche.

Su mente quedó en blanco.

BaekHyun acudió a su lado y con su ayuda, pudo sentarse sobre el escritorio. Mientras asimilaba la información.

Su pulso aumento, la sudoración apareció.

Era igual a aquella vez.

—¿Te encuentras bien?

—¿Cómo? — preguntó el más alto, sin concebir la idea de lo que se le informó.

—La investigación preliminar dice que descompuso el baño de su celda y engañó al par de guardias nocturnos para llevarlo al baño, escapó por el ducto de una de las vías de ventilación.

ChanYeol llevó ambas manos a su cabello, a manera de frustración.

—No es preciso— inició el detective Byun —sin embargo, todos estaríamos tranquilos si estas bajo vigilancia.

—¿Cómo? — se sobresaltó el más alto al escuchar la declaración.

—Pensamos que está detrás de ti.

El detective Park no pudo si no ensombrecer más su semblante.

—Así que, por favor, resguárdate adecuadamente— pidió BaekHyun —Estuvimos hablando con el director Kim, creemos que podrías quedarte en la oficina un par de días. Mientras logramos localizarlo.

El detective Park tomó a mal la petición y se negó rotundamente. Pero tras mucho insistir había llegado al acuerdo de quedarse en la casa del detective Byun mientras un escuadrón especial vigilaba su dirección, alerta de cualquier movimiento.

La policía se movilizó rápidamente, esperando encontrar el menor indicio que condujera al paradero del prófugo.

—Cómo garantía individual, aspirar a la libertad no va en contra de los principios humanos— el afamado abogado Kim JaeJoong había dado una entrevista por televisión cuando salía de uno de los juzgados, atacado por los medios preguntando sobre su posición sobre la noticia del escape de KyungSoo —Así que no está atentando contra la ley civil— explicaba el licenciado —Pero, eso no lo exime de romper las reglas del reclusorio que hablan sobre la evasión de la sentencia.

Por más exhaustiva que fue la búsqueda, no se pudo lograr una efectiva conclusión.

Las primeras 48 horas habían pasado, KyungSoo probablemente estuviera ya bien oculto de la ley.

—Lo encontraremos— animaba BaekHyun al detective Park que meditaba sobre la silla frente a su escritorio.

—Espero que sea así...

—Estarás bien— confirmó Byun antes de anunciar su retirada de la oficina, se pondría en contacto con el equipo de investigación de la prisión para preguntar sobre avances de la búsqueda.

ChanYeol se había quedado a solas en la oficina, sumergido en sus pensamientos. Ataviado de todo lo acontecido.

Tenía miedo, él pensaba igual que todos en la estación, creía que KyungSoo iría tras él.

Recordó entonces el extenso diálogo sobre su posición y los sentimientos que había desarrollado. Y captó que si todavía sentía miedo por el criminal y sus posibles acciones, no creía en sus propias palabras, aquellas que clamaban adeptos sentimientos, no se podía temer algo que se quería.

Ahora estaba mucho más confundido. Presa de sus suposiciones.

El teléfono de la oficina sonó y para tratar de despejar su mente, respondió de inmediato.

—¿Diga?

ChanYeol— la inconfundible voz del joven Do lo saludaba como de costumbre.

El detective Park quedó estupefacto ante lo reconocido.

No tengo mucho tiempo así que... seré breve.

—¿Dónde estás? — ChanYeol fue capaz de sobreponerse a la situación, como siempre lograba.

Eso no importa ahora.

—¡Claro que sí! — el detective se alarmó y con urgencia buscó por todo el lugar el equipo que solían utilizar para rastrear las llamadas de números privados.

¿Recibiste mi carta? — preguntó el de menor estatura.

—Dime dónde estás— exigió el mayor.

¿Recibiste mi carta? — repitió KyungSoo.

—Si— contestó ChanYeol —Dime ahora donde estás.

Perfecto— habló el prófugo —Solo necesitaba saber eso.

—¡¿Dónde estás?!

Lo único que necesitas saber de mí...— respondió el contrario —...está plasmado en esas letras, pero aun así, sé que debo rectificarlo.

—KyungSoo, por favor, lo que necesito saber dónde estás.

Confía en mí— pronunció el menor.

ChanYeol no lograba encontrar el equipo de rastreo de llamadas y sentía que el final del llamado estaba a punto de suceder.

—Basta con eso— reclamó el más alto —¿Cómo se supone que confié en ti, si dijiste que no querías salir de ahí?

Más que nunca extrañé el aire fresco...— contestó el más joven con tranquilidad.

ChanYeol frunció el entrecejo y con rabia colgó la llamada. Lleno de frustración. Ahora se sentía víctima de las artimañas del más joven. Sentía que todo aquello que había leído era una absurda mentira.

Y únicamente para rectificar que lo escrito no era más que una burla, salió de la oficina rumbo a su hogar, para buscar la carta que había ocultado muy bien.

En la inhóspita habitación leía palabra a palabra, dándose cuenta del mensaje escrito entre líneas.

KyungSoo lo había alertado y él había sido tan estúpidamente ciego como para darse cuenta.

Ahí, en los párrafos primeros donde hablaba sobre lo contento que se sentía con los logros hechos con su persona, donde decía explícitamente que se sentía listo para el mundo exterior.

Y más que eso, se dio cuenta de lo más importante.

El criminal se encargó de repetir una y otra vez la inverosímil frase sobre la confianza.

—¡¿Qué tiene ese sujeto con la maldita confianza?!

Y gritando aquello, recordó, la última reunión que había sostenido con el más joven dentro de la celda cuando se encontraba estudiando su caso.

"...No te haré daño...— había dicho KyungSoo con una singular sonrisa —No tendría sentido deshacerme de la única persona que puede entenderme"

Las palabras retumbaron en su memoria.

¿Derivaba de ahí su afán por hacer referencia a ello? Significaba entonces, que KyungSoo había contemplado el huir desde tiempo atrás.

ChanYeol releyó la carta decenas de veces, tratando de convencerse a sí mismo, que la sinceridad estaba detrás de todo ese escrito.

Después de ignorar los llamados de su colega y antes de que un angustiado BaekHyun irrumpiera en su morada, Park ChanYeol había tomado su decisión final, sin importar el resultado.

Confiaría en KyungSoo.

FIN

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¡Esperen, esperen !

Faltan más actualizaciones 👀

uwu para todos.

Nos leemos próximamente.

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