Capítulo 22: Danzo

Sabaku No Temari

Cuando me desperté aquella mañana, sentía un peso fuera de lo normal en mi vientre y al abrir con pesadez los ojos tocando a ciegas sobre él, me di cuenta de que había pelo... alguien estaba apoyando su cabeza sobre mi vientre con dulzura. Me incorporé un poco para ver a Sasuke completamente dormido con su cabeza en mi abdomen y su mano en mi vientre. Seguramente tanto estar protegiéndome había acabado durmiéndose y es que llevaba noches sin descansar apenas vigilando día y noche que nadie pudiera hacerme daño. Realmente adoraba a su hermano y quería a este niño, era un buen chico y sé que estaba lleno de preocupaciones porque aunque no quisiera decirlo, sabía todo lo que le preocupaba.

Le preocupaba que la villa no le aceptase de nuevo, le preocupaba que la villa tratase de hacer lo mismo que le hicieron a su hermano, tenía miedo de volver y de crear un clan que luego quisieran volver a destruir, tenía miedo de las ansias de poder de los Uchiha, de que esa avaricia de poder les condujese de nuevo a su destrucción, tenía miedo de perder a su hermano, de perder a este niño, de perder a Naruto, porque aunque no lo dijese... había echado de menos a Naruto y añoraba la relación que tenían antes de su huída. Sé que tenía algo de celos de Hinata, le quitaba la amistad de Naruto, estaba más tiempo con ella que con Sasuke y eso le dolía, por eso creía que ya no sería nunca igual a como era antes.

No era un mal chico, tenía las cosas muy claras de lo que quería, siempre quiso ser fuerte para poder vengar a su familia, quiso matar a su hermano creyendo que era lo correcto, intentó devolver el honor a su clan, se fugó de la villa y era capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir sus objetivos y eso era digno de admirar, era igual que su hermano. Esos dos se parecían mucho, eran protectores, tiernos y a la vez intimidantes.

Sonreí al verle dormir tan tranquilo, creo que hacía demasiado tiempo que no había visto a Sasuke tan relajado, era casi como un niño pequeño que no tiene preocupaciones, porque cuando se despertaba... todo eran preocupaciones. Acaricié su revoltoso cabello enredándolo entre mis dedos y Sasuke pareció sentirse aún más a gusto. Supongo... que echaba de menos a su madre, era muy joven cuando Itachi tuvo que asesinar a todo su clan y Sasuke echaba de menos a su familia, las caricias que le daban, las palabras dulces... las sonrisas, Sasuke sólo quería volver a tener una familia.

Le vi abrir los ojos con calma y se sonrojó al darse cuenta de que se había quedado dormido encima de mí, pero no dijo nada al verme sonreír mientras le acariciaba el cabello. Realmente seguía pensando que este chico necesitaba a su familia y ahora mismo... su familia era Itachi y este niño al que quería proteger como fuera.

- ¿Has dormido bien? – le pregunté sonriendo.

- Sí – me dijo – lo siento, me quedé dormido, debería haber estado vigilando.

- Estabas cansado, de hecho... deberías descansar un rato más, lo necesitas, llevas días cuidándome.

- No tengo tiempo para descansar – me dijo – no ahora que están tan cerca los enemigos, podría pasar cualquier cosa.

- Todos los ninjas de la aldea de la Arena están al tanto, no dejarán que me pase nada, descansa un rato más, Sasuke.

- Voy a ir a buscar a Naruto – me dijo de golpe – si es que consigo pillarle, siempre anda ocupado ahora.

- No está tan ocupado – le dije sonriendo – siempre tiene tiempo para ti Sasuke. Creo que deberíais hablar esto, tú te sientes apartado por él mientras él siente miedo de que te vayas de nuevo, tenéis que hablar sobre esto.

- Es posible...

- ¿Pero hablarás con él? – le pregunté.

- Aún no lo sé.

- Pues piénsalo – le dije.

Sasuke se levantó y se marchó, no sé si a hablar o simplemente porque lo consideraba casi como su hermano, por eso siempre estaba con él. Yo me quedé un rato más en la cama mirando el techo, sólo podía pensar en Itachi y más cuando me tocaba el vientre, porque ese niño era de él, era nuestro y quería que su padre estuviera aquí con nosotros, pero supongo que no podía ser. Esperaba que el tratamiento le estuviera haciendo efecto, sólo deseaba que estuviera bien y pudiera volver con nosotros, deseaba verle, tenía muchas ganas de estar con él.

Miré entonces hacia el Kunai que tenía su sello, no había vuelto a utilizar esa técnica del cuarto Hokage, no había vuelto por mi habitación en meses, ni yo había podido ir a verle, necesitaba verle y más ahora que este niño iba a nacer, quería estar con él, sentir su apoyo, poder decirle que era nuestro hijo, que viéramos su rostro por primera vez juntos, pero no podía venir, todos lo sabíamos, él no podría estar aquí y eso en parte me entristecía.

Bajé a desayunar y desde luego Sasuke estaba raro, no hablaba mucho y eso que tenía a Naruto más o menos cerca y yo pensaba que aprovecharía para meterse con él, pero no lo hizo y eso sí era extraño de verdad. Estaba a punto de hablar con Sasuke cuando me quejé del dolor y es que me dolía demasiado el vientre, sentía pinchadas una tras otra y Sasuke preocupado se levantó de la mesa viniendo hacia mí preguntándome qué me ocurría.

- Creo... que tu sobrino quiere salir – le dije tratando de sonreír.

- Llevadla a su habitación – dijo Gaara a los guardias más cercanos – Y traed al médico.

- Yo iré la llevaré – dijo Sasuke cogiéndome en brazos para llevarme a la habitación mientras Naruto nos seguía también con preocupación.

- ¿Cómo vas Temari? – preguntó Naruto

- Con dolor – le dije – pero feliz de que por fin podré verle – le sonreí – sólo... me gustaría que Itachi hubiera estado aquí.

- Si todo sale bien, podréis estar toda una vida juntos, pero ahora preocúpate en que ese niño salga bien, nosotros nos ocuparemos de defenderte – me comentó Naruto con una sonrisa.

Naruto abrió la puerta de mi habitación cediéndole el paso a Sasuke que aún me llevaba en brazos y me dejaba tumbada en la cama. Ambos se quedaron allí conmigo y sé que había varios guardias en la entrada de mi habitación, Gaara los mandaría allí para controlar que nadie entrase cuando ese niño naciera, porque todos tenían claro... que ese niño era importante, querrían llevárselo para poder quitarle sus ojos. Confiaba en Sasuke, sé que ni él ni Naruto dejarían que entrase nadie para llevárselo y cuando Sakura entró a ayudarme con el parto, me quedé aún más tranquila de tenerlos a los tres aquí, el equipo siete al completo.

Si Itachi hubiera estado aquí cuando empezaron las contracciones, le habría dicho de todo, llamarle imbécil se me habría quedado demasiado corto, porque ahora mismo este inmenso dolor que sentía era por su maldita culpa, él me había dejado así de gorda y con este dolor, sé que el regalo de poder tener un hijo era lo mejor, pero era su esperma el que lo había hecho posible y por tanto... me dolía por su culpa.

Estuve toda la mañana con contracciones pero según Sakura, no había dilatado lo suficiente para que el niño pudiera nacer, así que no me quedaba más remedio que aguantar. Ella tampoco era experta en partos y cuando vino el especialista que mi hermano había mandado llamar, Sakura decidió irse a ayudar al resto de patrullas de Suna a vigilar el perímetro, yo ya estaba en buenas manos pero la verdad... es que a Naruto casi le da algo y se tuvo que salir fuera dejándome sola con Sasuke, que también estaba medio pálido aunque aguantaba todavía la impresión que debía dar el parto, pero bueno... yo no veía nada, un día le preguntaría a Sasuke si todo salía bien.

Cuando empecé a dilatar lo suficiente, el médico me informó dándome algún pequeño truco y tratando de relajarme para poder afrontar este nuevo reto, pero yo estuve a punto de maldecirle, no podía relajarme con este dolor ¿Estaba mal de la cabeza? Cómo se notaba que no estaba él en mi lugar. Por mucho que me dijeran una vez había dilatado lo suficiente, que empujase para sacar al niño, ¡Dios... cómo dolía! Grité del dolor y es que no sólo era dolor... era agotamiento, no sé si después de ayudar a mi hijo a salir yo podría moverme, me dolía todo el cuerpo, estaba sudando por el esfuerzo y sólo podía pensar en Itachi, intentaba centrarme en la sonrisa que pondría al ver a su hijo, me decía una y otra vez que esto pasaría pronto y la felicidad nos inundaría a ambos teniendo a nuestro hijo en brazos, sólo tenía que aguantar, sólo serían unas horas antes de ser feliz.

Grité aún más cuando empezó a salir el niño, sé que estaba saliendo, lo notaba y el médico me animaba a que siguiera empujando mientras él también trataba de ayudarle a salir y cuando salió, me lo enseñaron antes de llevárselo a limpiarle la sangre. Lloré de la alegría de verle al fin, como todos suponíamos, era un chico moreno, ni siquiera podía verle los ojos, los tenía cerrados y lloraba, supongo que el esfuerzo había sido para ambos, pero ya estaba aquí con nosotros, por fin estaba aquí el hijo de Itachi Uchiha.

Sasuke también sonreía y lo primero que dijo es que era idéntico a los Uchiha... era lo que me faltaba, yo quería que sacase algo mío por lo menos, ya sé que los Uchiha eran muy fuertes, muy guapos y muy sobre protectores, pero quería que sacase algo de mí, no podía quedárselo todo de su padre, aún así sonreí pero cuando la explosión estalló derrumbando parte de la pared, menos mal que estuvo Sasuke rápido y activó el Susanoo para evitar que los escombros cayeran encima de nosotros, aún así, pude ver a Danzo frente a nosotros y yo que aún tenía a mi hijo en brazos, lo abracé aún más tratando de protegerle mientras Sasuke se acercaba hacia mí, pero no le dio tiempo, pude ver como el ataque venía directo hacia nosotros y cerré los ojos tratando de cubrir al niño, ya no tenía fuerzas para nada más, pero si uno de los dos tenía que morir, prefería ser yo.

El golpe no llegó y pensé si Sasuke lo había conseguido detener, pero al abrir los ojos... no podía creerme lo que veía, Itachi Uchiha encima de mí sosteniéndose con ambos brazos para no cargar su peso encima mío con una espada atravesada en su estómago y grité, le veía sangrar y me sonreía, pero yo no podía dejar de gritar y ver a Itachi defendiéndonos, muriéndose frente a mí hasta que se dispersó toda su figura en un montón de cuervos negros y dejándome ver al verdadero Itachi a mi lado.

- ¿Itachi? – le llamó Sasuke sin poder creerselo.

- Lo has hecho bien Sasuke – le dijo – Ahora ve a ayudar a los demás, yo me ocupo de esto.

- ¿Itachi? – le pregunté yo casi sin voz ya por el agotamiento.

- Estoy aquí – me dijo sonriendo – estoy contigo.

- ¿Estás bien? – le pregunté preocupada.

- Sí – me dijo – pero voy a sacaros de aquí, necesitas descansar.

- Pero... ¿Y los de mi villa? – le pregunté preocupada.

- Te dejaré en un lugar a salvo y volveré a ayudarles, te lo prometo.

Me cogió en brazos mientras yo aún sostenía a nuestro niño y me llevó hasta un claro del bosque cerca de Konoha, lo reconocía aunque no entendía que hacíamos aquí. Empecé a entender las cosas cuando vi a Deidara allí y acabé pasando de los brazos de Itachi a los de Deidara.

- Ya sabes dónde llevarla, me reuniré más tarde contigo.

- De acuerdo – le dijo Deidara y sin más, Itachi volvió a desaparecer, seguramente... se iba a Suna a ayudar al resto.


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