💜El misterioso señor Jeon.💜
—¿Así que volvió? —Hobi preguntó sosteniendo su taza de café con ambas manos. — Sabía que debería haberme quedado con ustedes.
Estaban sentados en la mesa de la cocina tomando café, chocolate en el caso de Tae, en el apartamento de los omegas
—Sí, y estaba con un omega masculino.— Tae tomó un sorbo de su chocolate caliente.
— Parecían miembros de la mafia. — dijo Minie quien estaba jugando con el contenido de su taza.
—Tal vez lo son.—dijo Hobi, sonando serio.
—No me puedo imaginar a un jefe de la mafia comprando leche de banana.— Jimin sonrió ante el mero pensamiento.
El sonido de cosas que se movían y pasos que venían del otro lado de la puerta llamó su atención.
—¿Qué es eso?—Hobi preguntó.
—Creo que alguien se va a mudar hoy.— respondió Jimin.
—Deberíamos ir a decir hola.— agregó Tae inmediatamente saltando de su asiento.
Abrieron la puerta y vieron a un omega masculino de cabello negro subiendo las escaleras con una gran caja en sus manos.
Era realmente guapo, su rostro era extremadamente hermoso, tenía labios carnosos rojos y hombros anchos. Parecía el tipo de personas que deberían estar en la portada de una revista. Vestía una sudadera con capucha rosa de gran tamaño y jeans ajustados grises con converse rosas.
— Oh, hola.— dijo cuando vio que los demás lo miraban.
—Hola, mi nombre es Taehyung, este es Jimin, vivimos en el departamento frente al tuyo.— le sonrió al otro omega. —Ah, y este es nuestro amigo Hobi, no vive aquí, pero a veces parece que sí.
—Encantado de conocerlos, soy Kim Seokjin, pueden llamarme Jin.— Sonrió al trío.
—¿Necesitas ayuda con tus cosas?— preguntó Hobi, mirando la caja grande.
—Gracias, en realidad no, solo hay algunas cajas más en el auto.
—Podemos ayudarte, no es un problema en absoluto.— aseguró Hobi.
—Realmente no quiero molestarlos.— Jin puso la caja en la puerta de su apartamento.
—No sería molestia.— Tae se encogió de hombros.
—Ok, si insisten.
Bajaron las escaleras, donde el omega tenía su auto estacionado en el frente del edificio. Cada uno cogió una caja y subió al apartamento.
—Gracias chicos.
Pusieron las cajas en el piso de la sala. El apartamento era como el de los omegas más jóvenes, una pequeña cocina, una sala de estar, un baño y un dormitorio.
—¿Quieres un café?— preguntó Jimin.
—Seguro, gracias.
Y así es como Jin se encontró bebiendo café cómodamente con los chicos que acababa de conocer. No sabía por qué, pero sentía que los conocía desde siempre. Era fácil hablar con ellos.
Los omegas eran tan dulces, lindos y cariñosos que sacaban a relucir su instinto maternal, el alfa era tan alegre y brillante como un rayo de sol. ¡Fueron tan amables que incluso lo ayudaron a desempacar!
Jin se sintió mejor que en meses, se había mudado para buscar un nuevo comienzo y encontrar vecinos amables y dulces definitivamente era un gran comienzo.
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Jimin y Tae llegaron a la tienda una hora más tarde ese día.
Tuvieron una conferencia que tomó más tiempo de lo que pensaban y les enviaron un mensaje de texto a los jóvenes para pedirles que por favor los cubrieran, les pagarán cuando lo necesitsran.
Los omegas mayores,parecían cansados, y estaban cansados. Su ritmo de vida no les daba un segundo entre trabajo y universidad. No podían esperar a que fueran viernes y por fin no tuvieran que trabajar.
Cuando llegaron, Soobin y Yeonju los miraban con una sonrisa, se veían extremadamente emocionados y a la vez parecían ocultar algo.
—¡Min-hyungie, Tae-hyungie!— Yeonju estaba saltando ligeramente.
Tae y Jimin estaban un poco sorprendidos ya que los bebés, como los llamaba Jimin, eran generalmente felices y alegres, pero ahora estaban aún más emocionados.
—Ustedes dos están muy felices hoy.— dijo Jimin quien estaba abriendo su casillero.
—Tenemos algo que mostrarles— Soobin tomó dos cajas grandes perfectamente envueltas en papel negro con grandes lazos del mismo color. Cada caja tenía su respectivo nombre.
—¿Un regalo? Aún no es nuestro cumpleaños. ¿Por qué es esto?—Taehyung estaba mirando las cajas.
—No es de nosotros— aclaró Yeonju.
—¿Qué?
—Dos alfas altos llegaron alrededor de las cuatro preguntando por ustedes, les dijimos que llegarían un poco tarde hoy y nos dijeron que les diéramos esto, que es de parte del Señor Jeon.
—¿Señor Jeon? No conozco a nadie con ese nombre.—Jimin puso una mano debajo de su barbilla.
—¡Oh, Dios mío, Minie mira esto!— dijo Tae sosteniendo una camisa, exactamente la misma camisa que había mirado en la tienda, y no solo una sino tres en diferentes colores, junto con pantalones, zapatos Gucci y una hermosa bolsa Louis Vuitton.
—¡Esto es exactamente lo que vimos en la tienda!
Jimin procedió a abrir su caja y sí, las botas Chanel que miró estaban allí, también un bolso Chanel, tres pares de pantalones ajustados y las camisas para combinar.
—¡Dios mío hyungs, tienen un sugar daddy!— exclamó Yeonju llevándose las manos a la boca.
—Ni siquiera sabemos quién es este tipo.— dijo Jimin sin salir del asombro que lentamente se estaba convirtiendo en preocupación.
—Quien sea tiene dinero.—Señaló Soobin. —Mucho.
—Deberíamos devolver esto—Jimin estaba volviendo a poner todo en la caja.
—¿Qué? No, no devuelves Gucci.— Tae estaba abrazando sus cosas. —Y ni siquiera sabemos a quién devolverlo.
—Tae, esto es exactamente lo que vimos en la tienda ayer, es espeluznante, es como si alguien nos hubiera estado siguiendo.
—O es solo alguien con buen gusto.
—¿Dijeron algo sobre quién era este Sr. Jeon?—Jiminie preguntó a los omegas más jóvenes.
Ellos negaron con la cabeza.
—Preguntaron por Park Jimin y Kim Taehyung, y dijeron que los regalos eran del señor Jeon, nada más.
No había tarjeta en las cajas, ni firma, nada, solo sus nombres en el papel de regalo. Tae estaba súper emocionado con los regalos, incluso se probó las camisas, pero Jimin estaba preocupado por quién era el señor Jeon y cómo los conocía.
Soobin y Yeonju salieron la tienda poco después. El resto del día, Jimin no pudo evitar la extraña sensación que crecía dentro de él.
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Cinco minutos para las doce y el alfa estaba allí. El olor a fábrica de chocolate era aún más fuerte, podían sentirlo en la boca.
Parecía tan peligroso como siempre, pero eso no asustó a sus omegas internos, que casi gritaban dentro ellos por el alfa.
No les sorprendió que comprara leche de banana como siempre. Era como si él fuera su último cliente todos los días. Tae y Jimin intercambiaron una mirada, sabían sin palabras que sus omegas internos se estaban volviendo locos por el alfa.
—Buenas noches— Jimin siempre lo saludaba a pesar de que ya sabía que no obtendría una respuesta. El alfa parecía ser de pocas palabras.
Jimin miró su traje a medida, su reloj caro, los anillos, los aretes, su olor a dinero, y por un momento pensó que él podría ser el señor Jeon, de todos modos no sabían el nombre del tipo, pero... Si él era la persona que les envió la ropa habría dicho algo. ¿Cierto?
Jimin miró a los ojos del alfa por primera vez desde que había ido a la tienda. Eran oscuros y magnéticos, el alfa lo miró intensamente y luego a Taehyung que estaba sentado detrás de Jimin chupando una paleta de cereza.
Jimin notó como su nariz se movía ligeramente. ¿Los estaba oliendo? No imposible ¿Por qué lo haría?
Jimin usó toda su fuerza de voluntad para no imitar esta acción y olerlo también. Su omega interno se volvió loco dentro de su pecho, orgulloso de que al alfa le gustara su olor.
—¿Hay algo más que podamos hacer por ti, leche de banana? —preguntó Tae, sacándose la paleta de la boca con una mirada bastante pecaminosa dándole una innecesaria fuerte chupada al caramelo. Su omega interno estaba exactamente igual que el de Jimin.
Vieron el brillo en los ojos alfa cuando su mirada viajó a los labios de Taehyung y luego volvió a los de Jimin. Deliberadamente los olfateó profundamente y se fue.
—¿Fue mi imaginación o nos olió?— Tae preguntó sorprendido.
—Lo hizo.
—Deberíamos haber hecho lo mismo.
—¡Tae!
—No, no me vengas con eso, huele maravilloso, me da este loco deseo de enterrar mi nariz en su cuello y llenarme de su maravilloso olor— Sonrió y se acercó a Jimin. —No me digas que tu no.
—Sí, su olor realmente me afecta.— dijo Jimin con una voz más dulce de lo habitual sus mejillas se tiñeron de un hermoso color rosa.
—¿Lo harías con él?
—¡Tae!
—Responde.
—¿Lo harías tú?
—Ya sabes la respuesta Chim.
—Sí, quiero decir que no me molestaría.
—Deberíamos.
—Claro, la próxima vez que venga le diremos: Oye alfa misterioso y de aspecto peligroso obsesionado con la leche de banana queremos que nos folles.
—No le dirías eso.
—Obviamente no. No le decimos ese tipo de cosas a la gente.
—Podemos tratar de hablar con él. ¿Tal vez coquetear con él un poco?
—¿No estabas coqueteando chupando esa paleta así?
—Tal vez—Chupó de nuevo, fuertemente.
—¿Estás coqueteando conmigo ahora?— Jimin arqueó una ceja.
—¿Está funcionando?—Preguntó con una sonrisa.
—Tal vez.—Tomó la mano de Tae y chupó la paleta.
—Deberíamos cerrar la tienda ahora.— dijo Tae mirando los labios carnosos de Jimin alrededor de la paleta.
—Sí—. Jimin empezó a hacer el cuadre de la caja registradora.
—Sabes, por un momento pensé que él era el señor Jeon.
—Hubiera dicho algo si lo fuera.
— Sí, supongo que sí.
Cerraron la tienda y caminaron de regreso a su apartamento sin darse cuenta de que el auto los seguía lentamente.
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Jungkook no podía sacarse de la cabeza a los omegas. Su delicioso aroma era demasiado abrumador. ¡Por el amor de Dios se ven tan jodidamente irreales! Como hadas o algo así con su cabello azul y rosa.
¿Y por qué el omega de cabello azul tenía que chupar la paleta de esa manera? ¡Dios, no era un maldito adolescente para desear así a esos dos!
Necesitaba follarlos, si lo hacía, podría sacarlos de su cabeza, sacarlos de su sistema, eso sería todo.
Maldición estaba a punto de decirles algo esa noche, pero era imposible para él, venía un cargamento de armas y necesitaba estar allí con Yoongi, su deseo ardiente tendrá que esperar un poco más.
💜✨💜
—Deberíamos salir este viernes, los dos estamos libres—. Tae estaba jugando con la pajilla de su jugo de naranja.
—No tenemos dinero para salir de clubbing, Tae— Minie estaba mirando la porción de pizza en su plato.
—Está bien, Hobi paga.
—¿Qué? ¿Por qué yo?
—Porque dijiste que tienes más clases en la academia de baile, lo que significa más dinero, así que deberíamos celebrar.
—Y es por eso que los invité a comer pizza— Hobi señaló las dos cajas de pizza en la parte superior de la mesa.
—Oh, vamos, necesitamos un lugar donde podamos mostrar nuestros nuevos conjuntos.
—¿No han oído nada sobre este tipo, el señor Jeon?— preguntó Hobi, tomando otro trozo de pizza
—Para nada— suspiró Jimin
—Solo espero que no sea un viejo pervertido— Tae le dió un mordisco a su pizza.
—Tengo la sensación de haber escuchado ese nombre antes.—Hobi puso una mano debajo de su barbilla, buscando en su cabeza la respuesta, pero no fue capaz de recordar por lo que se rindió—Honestamente hablando, el club no suena como un mala idea, ustedes apenas hacen nada, solo van al trabajo, a la universidad, y luego regresan. Se merecen algo de diversión.
—No sé, no es justo que pagues y estamos muy cortos de dinero.— dijo Jimin con expresión dubitativa.
—Podemos beber un poco y bailar mucho.— sugirió Hobi.
—No sé...
—Mimi, ¿Cuándo fue la última vez que salimos?
Tae tenía razón. Jimin no podía recordar cuándo fue la última vez que salieron, no podía recordar la última vez que descargaron todo el estrés. Quizá no era mala idea después de todo, y la ropa era realmente bonita, perfecta para la ocasión.
—Está bien, pero no nos emborracharemos ¿De acuerdo?
Taehyung y Hobi asintieron.
—Deberíamos invitar a Jin— dijo Tae mientras escuchaba una puerta abrirse presumiblemente la de Jin. Se levantó de su silla, abrió la puerta de su apartamento, y vio al omega entrando a este.
—Hola, Jin hyung, ¿Quieres unirte a nosotros? Tenemos pizza.
—No quiero entrometerme...
—Está bien, solo entra.— Taehyung era realmente persuasivo.
Jin estaba vestido de manera bastante formal, con un elegante traje gris que le sentaba a la perfección.
—¿Estabas trabajando?— preguntó Jimin, mordiendo la rebanada de pizza en su plato.
—En busca de un trabajo.
—¿Has tenido suerte?— Hobi preguntó.
—Bueno, envié currículums aquí y allá veremos.
—Te deseo suerte— Jimin le sonrió.
—Gracias.
—Así que Jin hyung estamos pensando en ir a un club mañana ¿Qué dices?— preguntó Tae sonriendo.
—Bueno, si ustedes van y están de acuerdo ¿Por qué no?
—¡Excelente!— Exclamó Tae aplaudiendo. — Pues en una de mis clases un chico estaba hablando de este club llamado D. Town, supuestamente es genial deberíamos ir.
Jimin buscó el club en su teléfono, por las fotos parecía muy elegante y en los videos todos parecían divertirse.
—Uy se ve bien— exclamó Hobi viendo las fotos.
Ultimaron detalles sobre la hora, Jin se ofreció llevarlos y todo quedo listo.
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En el trabajo, todo estaba como siempre, solo que estaban esperando al alfa. Cuando el reloj estaba cerca de la medianoche no lo dijeron, pero se encontraron mirando a través del vidrio de la tienda cada vez con más frecuencia.
—Tal vez no venga hoy.—Jimin dirigió su atención a su teléfono, desplazándose por las notificaciones.
—Extraño un poco su olor— dijo Tae sentándose a su lado y colocando la cabeza sobre el hombro de Jimin.
—Lo hemos visto solo tres veces— sonrío Jimin acariciando el cabello de Tae.
—Lo sé, pero no puedo evitarlo.— Tae hizo un puchero.
—Yo tampoco— suspiró Jimin. —Mi omega interior se vuelve loco cada vez que lo huelo.
—Lo sé, me dan ganas de desnudar mi cuello, y someterme a él.
—Dios ¿Qué nos pasa?— Ambos se rieron de esto
Pero no fue esa noche, se sintieron decepcionados, estaban ansiosos por verlo.
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—Está bien, entonces, ¿Cuál?— preguntó Tae quien sostenía dos camisas frente a Minie, quien se estaba maquillando en el espejo del baño.
Jimin miró las camisetas.
—La beige con los detalles verdes.
—Bien.— Tae volvió a la habitación.
Duraron una buena cantidad de tiempo preparándose. Se ayudaron mutuamente con el cabello, eligiendo la ropa, Minie los maquilló, se pusieron aretes colgantes y anillos en los dedos, cuando Hobi tocó la puerta ya estaban listos.
—¡WOW, Dios mío! ¡Ustedes se ven impresionantes!
Tae movió su cabello ante el comentario. Llevaba una camisa Gucci beige con detalles verdes, pantalones negros ajustados, sus nuevos zapatos Gucci, aretes colgantes y anillos de plata. Su maquillaje era hermoso, con delineador de ojos negro que hacía que sus ya hermosos ojos fueran aún más hermosos y brillo de labios color cereza.
Jimin vestía una camisa de Chanel con el logo, pantalones negros ajustados y sus botas de Chanel. También tenía pendientes colgantes y varios anillos. Minie llevaba delineador de ojos negro, sombra de humo negro y brillo de labios color cereza que hace que sus labios se vean aún más carnosos.
—Tú tampoco te ves mal—Jimin señaló a Hobi.
Llevaba una chaqueta con estampado de animales, una camisa negra con cuello en V y jeans negros ajustados y rotos.
—Gracias chicos.
—Deberíamos ir a la casa de Jin hyung, debe estar listo.
Tomaron sus teléfonos, billeteras y caminaron hasta el departamento de Jin.
Cuando el omega abrió la puerta se quedaron pasmados con lo hermoso y elegante que se veía.
Llevaba una camisa negra, pantalones ajustados negros y una gargantilla de terciopelo.
—¡Jin hyung! Te ves increíble.
—Gracias, lo sé.— sonrió. —Aunque ustedes también están hermosos.
Los omegas sonrieron ante el comentario del mayor .
—Vámonos. — dijo Hobi liderando la marcha.
Todos subieron al auto, charlando y bromeando, llegaron en poco tiempo. Entrar en el club no supuso ningún problema y cuando entraron se quedaron boquiabiertos. Las imágenes de instagram mentían, era incluso mas impresionante.
El lugar estaba lleno, con bailarines en jaulas, música a todo volumen, iluminación increíble y un gran ambiente.
—Busquemos una mesa— gritó Jin al grupo, encontraron una y Hobi fue por sus bebidas, hicieron un brindis por los nuevos amigos y el nuevo salario de Hobi y se fueron a bailar.
Jimin y Tae estaban bailando juntos, se dejaban perder en la música moviéndose sensualmente al ritmo.
—Quieres bailar?— Hobi le ofreció a Jin.
—No sé, no suelo bailar.
—Oh, vamos, va a ser divertido.—Hobi tomó su mano y lo arrastró a la pista de baile.
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Jungkook estaba harto de estar allí, no había ido a la tienda a ver los omegas ayer debido a los envíos que venían, y ahora estaba aquí en este club entreteniendo a este obeso y viejo bastardo, el Señor Yang.
No le gustaba el tipo, solía menospreciar a Yoongi por ser un omega, estaba en contra de que él se hiciera cargo del negocio de su padre.
Sabía que quería los territorios de Yoongi. Jungkook a veces quería poner una bala entre los ojos del tipo.
Estaban en uno de los clubes de Yoongi, en el área privada donde Yoongi solía entretener a sus socios. Estaba en el segundo piso del club, había un bar, cómodos sillones de cuero y el vidrio estaba insonorizado para que pudieran poner la música que quisieran y evitar el ruido que venía del club. Tenía cristales tintados, se podía ver casi todo el club.ñ desde allí.
Seong se estaba riendo de todos los chistes malos del viejo alfa, Namjoon solo mostraba sus sonrisas falsas y asentía con la cabeza al tiempo que bebía su whisky, Yoongi estaba tan harto como él, pero estaba tratando al tipo con fría cortesía, al final del día el Señor Yang es un jefe y tenía que mostrarle respeto.
El Sr. Yang tenía una mujer omega en su regazo, la chica parecía un poco asustada y su olor mostraba exactamente eso. Estaba fumando cigarros y bebiendo un whisky tras otro, contando chistes repugnantes.
Jungkook se levantó de donde estaba sentado seguido por la mirada de Yoongi, se paró junto al cristal tintado mirando a la gente bailar mientras bebía su whisky, ahí fue cuando los vio
Incluso con la luz tenue del club, pudo verlos, bailando sensualmente juntos, frotando sus cuerpos juntos, moviendo sus caderas sensualmente, sintió que su boca se secaba.
Se veían impresionantes con la ropa que les compró. ¡Demonios la forma en que se movían! Como si estuvieran montando un espectáculo, se asegurará de que le hicieran espectáculo privado solo a él.
Luego vio a un tipo, que tenía que ser un alfa, agarrando a Jimin por las caderas. ¿Quién diablos era ese tipo? ¿Qué creía que estaba haciendo al tocarlo? Sintió que la ira lo llenaba, que se joda ese tipo. Bebió su whisky de un solo trago
—¡Baek!— Prácticamente ladró.
Todos lo miraron, el hombre se acercó y le dió una orden en voz baja.
—¿Todo bien, Jk?— Preguntó Namjoon al ver a Baek salir un poco apresurado de la habitación.
—Sí, todo es perfecto hyung— dijo con una pequeña sonrisa. Volvió a su asiento cuando vió como dos de sus hombres tocaban ligeramente el hombro del alfa y lo sacaban de la pista
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—Creo que dije que nadie se emborracharía— dijo Jimin mirando a un Hobi borracho.
—Sabes que Hobi hyung no maneja bien el alcohol— Tae se sentó al lado de Hobi.
—Creo que deberíamos llevarlo a casa.—Sugirió Jimin.
—hicos, eztoy ben y bien, no quiero que se vayan por mi fulpa, esta noche fue ara que ze diverteran.
Estaba cayendo a un lado, con la cabeza baja incapaz de mantenerla derecha.
—Pero ¿Qué clase de amigos seremos si te dejamos ir solo?
—Jin uede llevarme a asa...— balbuceó.
—Sí, quiero decir que sé que Tae estaba ansioso por esta noche y se están divirtiendo mucho.
—Pero... No es justo que te vayas...
—Está bien, lo llevaré a mí apartamento, me pueden llamar y los puedo venir a buscar.
Jimin y Taehyung se miraron como si tuvieran una conversación sin palabras, sí, se estaban divirtiendo como no lo habían hecho en años, pero fueron juntos y Hobi era su mejor amigo. Además estaba el hecho de que Jin hyun también había ido a divertirse, no era justo que se fuera.
—Chicos, está bien, quédense y diviértanse.—les aseguró Jin con una sonrisa. — De todos modos estaba un poco cansado tenía mucho sin salir de club.— dicho esto mientras levanto a Hobi para llevarlo a casa.—Solo asegurense de llamarme— dijo con tono maternal.
—Sí, Hyung, cuida a Hobi hyung—gritó Jimin mientras se iban.
Una vez sus amigos se perdieron de vista se dejaron caer lentamente en el asiento, sintiendo una mezcla de emociones, mal por quedarse, un poco emocionados por la misma razón, preocupados por Hobi, pero un poco tranquilos porque se fue con Jin.
Mientras estaban sentados con su dilema interno, una camarera se acercó y puso dos bebidas en la mesa.
—Disculpe, no pedimos esto—dijo Jimin mirándola.
—Esto es del Señor Jeon, todo lo que consuman va por cuenta de él.
—¿Está él aquí?—preguntó Tae.
—Sí, lo está— La chica se fue sin decir una palabra más.
—¡Ay Dios mío! Él está aquí— dijo Tae emocionado ante la posibilidad de conocer a esta misteriosa persona.
—No deberíamos beber esto— dijo Jimin tomando la copa y mirando el contenido.
—Entonces vayamos a la barra y pidamos algo más, de todos modos es por cuenta de él— Tae mostró una sonrisa cuadrada.
—No sabemos quién es este tipo, no deberíamos aceptar cosas de él.
—Minnie tranquilízate, no es como si fuéramos a ir a casa con este tipo por un par de tragos.
Antes de que llegaran al bar, el teléfono de Jimin vibró, era un mensaje de Jin, diciendo que puso a Hoseok en la cama y que ahora estaba durmiendo, que podían llamarlo si necesitan un aventón, Jimin respondió con un: "Gracias hyung" y un pulgar arriba, se levantó y volvió a guardar el teléfono en el bolsillo.
A pesar de que Jimin estaba en contra de beber de este tipo y emborracharse, terminó bebiendo demasiado. Bailaron y bebieron, y bebieron y bailaron de nuevo. Debían llamar a Jin o llamar a un taxi, estaban demasiado ebrios.
Un alfa estaba bailando con Jimin mientras movía su cadera pegándose del omega. Jimin podía sentir el bulto en los pantalones del chico, lo empujó, pero siguió frotándose con más vigor. Luego lo olió, enterrando su nariz en su cuello.
—Hueles tan jodidamente delicioso—le susurró al oído.
—Piérdete, amigo— dijo Tae al tipo que le puso un brazo encima a Jimin.
—¿Eres su novio? ¿Otro omega? —Él alfa se rió ante esto. —No te preocupes cariño, mi polla puede encargarse de los dos.
—Desaparece hijo de perra.
El alfa escuchó una voz detrás de él, era casi un gruñido, cuando volteó vio a un alfa allí, se veía peligroso, sus afilados colmillos a la vista. Parecía el tipo de persona con la que no quieres meterte. No se atrevió a desafiar al alfa, había algo en sus ojos como una amenaza silenciosa, el tipo retrocedió y se fue.
Jungkook colocó sus manos en las caderas de Jimin.
—¿Estás bien?—Jimin escuchó esa voz en su oído, no podía registrar quién era pero definitivamenodía reconocer el olor, nunca había estado tan cerca del alfa.
Su toque en las caderas del omega envió escalofríos a todo su cuerpo.
Jimin asintió levemente, inclinando ligeramente la cabeza hacia un lado, mostrando su cuello en señal de sumisión al alfa.
Jungkook respiró hondo, incluso con todos los olores del club podía oler el dulce aroma a durazno y verlo someterse hizo que su alfa interior se volviera loco
—¡Leche de banana!—Tae se acercó a él. —¿Qué ..tás ciendo aquí?— Dijo arrastrando las palabras
—Ambos están demasiado borrachos, deberían irse a casa.
—Mmm... ¿Quieres llevarnos a casa? Leche de banana— Tae se apoyó en el alfa y lo agarró del brazo. —Maldita sea estás fuerte, Minie, tienes que sentir su brazo.
Jimin se giró, las manos de Jungkook aún en sus caderas, y tocó su brazo ligeramente, jadeó cuando sintió el fuerte músculo.
—¿Nos llevarás a casa entonces?— La voz de Jimin era pecaminosa y su cara con esos labios carnosos hacía que Jungkook quisiera follarlos duro contra una pared, pero estaban borrachos, demasiado borrachos.
—Vamos, los llevaré a casa— Jungkook pasó un brazo alrededor de la cintura de cada omega. Su olor lo envolvía.
—Maldición leche de banana eres rápido— Taehyung apoyó la cabeza en el hombro de Jungkook, salieron del club, había un automóvil negro esperando a Jungkook afuera, el conductor les abrió la puerta y subieron.
Una vez dentro del auto, Jimin y Taehyung se acercaron al alfa, y sin vergüenza, debido a su estado de ebriedad, enterraron sus narices en el cuello del alfa, tragando su olor.
Jungkook no podía negar lo que eso le hizo sentir, tenerlos a ambos en su cuello. Un suave gemido escapó de sus labios y Jungkook casi enloquece.
—¡Mierda!— Murmuró, luego puso sus manos en sus cuellos presionando ligeramente sus glándulas de olor ganándose unos deliciosos gemidos de los omegas.
Los omegas desnudaron sus cuellos al alfa haciéndole más fácil presionar sus glándulas, gimiendo cada vez más. Jungkook tenía que soltarlos ellos no estaban conscientes. pero ante de que lo hiciera ambos posaron sus labios en su cuello, labios suaves contra su piel caliente.
Olían excitados, el olor era fuerte, tentador. Tenía que controlarse, estában borrachos, no sabían lo que hacían, no lo haría sin que fueran conscientes de lo que sucedía.
Se quedaron allí con la cabeza sobre los hombros de Jungkook, dormitando.
Llegaron a la enorme casa de Jungkook. Era una casa moderna, totalmente negra, rodeada de guardias de seguridad y sirvientes. Los ayudó a salir del auto y con un poco de dificultad los llevó arriba a su habitación.
No apreciaron la habitación grande, elegante y oscura en la que se encontraban, no sintieron el suave colchón ni las sábanas negras de seda que tenía la cama, estaban casi inconscientes.
Él se limitó a quitarles los zapatos y miró con asombro cómo aún en ese estado de inconsciencia se buscaban para abrazarse y acurrucarse para dormir.
Se puso de pie dio un paso hacia atrás para admirarlos mejor. Eran una visión para él acostados en su cama así, las cosas que había pensado hacerles en esa misma cama.
¡Joder! se pasó una mano por el pelo, le encantaría acostarse con ellos, olerlos, lamerlos... pero no estaban en condiciones de hacerlo.
Decidió no dormir ahí convencido de que se asustarían más al despertarse al lado de un desconocido. Salió de la habitación y colocó a dos guardias fuera de la puerta.
—Protéjanlos con su vida— dijo una vez que estuvo afuera y se fue con los aromas de los omegas sobre él.
💜✨💜
Jimin fue el primero en despertar.
Tenía un intenso dolor de cabeza, se sentía mareado, con náuseas.
Se sentó en la cama y luego se dió cuenta de que no estaba en casa. ¿Dónde diablos estaba? Notó que Tae roncaba ligeramente junto a él abrazando una almohada.
Entró en pánico, verificó que tenía la ropa puesta y no había señales de que hubiera hecho nada. Inhaló y exhaló tratando de calmarse.
Miró la habitación en la que estaba, era enorme, era del tamaño de su apartamento. La cama era grande, fácilmente se podían acomodar siete personas en ella. Tenía sábanas de seda negra y muchas almohadas. La habitación era oscura, pintada de negro, con grandes ventanales, había mesitas de noche de madera negra con hermosas lámparas sobre ellas.
Se puso de pie y vió un escritorio negro a un lado de la habitación y una mesa junto a las ventanas. Todo era tan elegante, tan fino. Se acercó a la ventana, levantó un poco las cortinas negras, la luz solar le molesto un poco en los ojos, pero lo que vio le maravilló. Se podía apreciar una gran extensión de pasto verde con árboles bien cuidados , que se perdían de vista.
Volvió a la cama, para despertar a Tae, necesitaban irse. Lo movió un par de veces
—Mimi ¿Por qué me despiertas?— dijo Tae finalmente abriendo los ojos.
—Tae, no estamos en casa.
Eso pareció despertarlo porque se sentó inmediatamente mirando a su alrededor.
—¿Dónde estamos?
—No lo sé— respondió Jimin mientras buscaba su teléfono en el bolsillo del pantalón una vez lo tuvo en la mano vio que estaba descargado. —Solo recuerdo que estábamos bailando y luego estaba este alfa y...
—Leche de banana— lo interrumpió Tae
—¿Qué?
—Tengo esta sensación de que lo vimos.
—No puedo recordar... Tae ¿Puedes buscar tu teléfono y ver si está cargado?
Antes de que el omega de pelo azul pudiera responder las puertas se abrieron y una mujer beta entró, seguida de una omega con un carrito lleno de comida.
—Oh, que bueno que esten despiertos.— dijo la beta con una sonrisa.
La omega colocó el carrito con comida frente a la cama.
—Sí, Uhm, Buenos días... ¿Puede decirnos dónde estamos?— preguntó Jimin jugando con sus pequeñas manos.
La beta pareció sorprendida por su pregunta, pero sonrió amablemente.
—Están en la casa del Señor Jeon, en sus aposentos en realidad.
—Señor. ¿Jeon?— Tae saltó de la cama y casi se tropieza con sus propios pies. —¿Está en casa?
—No, desafortunadamente no está en este momento, pero dejó instrucciones para prepararles el desayuno y hay un conductor afuera que puede llevarlos a donde quieran cuando tengan ganas de irse—Sonaba sincera y olía a sinceridad también. —Hay un baño detrás de esa puerta, hay toallas de repuesto.— Señaló la puerta de la derecha.
—También hay algo de ropa de repuesto para los dos— continuó la beta. Se acercó a un cajón de madera negra como el resto de los muebles, arriba había ropa. —Mi nombre es Seon Jun, pueden preguntar por mí si me necesitan, me iré ahora para que puedan comer— Ella hizo una reverencia y se retiró junto con la omega.
Se sentaron lentamente en la cama. El señor Jeon, estaban en su casa, en su habitación, en su cama.
—Parece que nos fuimos con él anoche.— dijo Jimin despacio.
—Pero no hicimos nada no siento que lo hice— dijo Tae mirando la comida.—Tal vez es un tipo decente.
—No se aprovechó de dos omegas borrachos, sí, tuvo un mínimo de decencia.
—Minie, no seas tan duro con él. ¡Ni siquiera lo conocemos!
—¡Y ese es exactamente el problema!— exclamó poniéndose de pie. —Nos envió la ropa que estábamos mirando en la tienda, nuestra talla exacta porque nos queda perfecta, pagó nuestras bebidas anoche, nos llevó a esta enorme mansión, dejó instrucciones para el desayuno y un conductor para llevarnos a donde queramos cuando tengamos ganas de irnos. ¿Y ropa?— Metió la mano en el cajón y agarró la ropa. —¿Una sudadera con capucha rosa y verde, jeans rotos de nuestra talla? Esta ropa es nueva, y no hemos visto a este tipo ni una sola vez. Eso es raro. ¿Por qué se esconde? Por una mala razón, puedes garantizarlo.
—Creo que estás exagerando.— dijo Tae untando mermelada de fresa en una tostada y le dio un mordisco. Jimin lo miró con los ojos reprobatorios. —¿Qué? No dices que no a la comida gratis y esta es deliciosa— Se levantó y caminó hacia Jimin.—Vamos, toma un bocado— Jimin dio un mordisco de mala gana sentándose al lado de Taehyung
—Mermelada de melocotón y fresa— dijo Jimin mirando los frascos —¿Por qué no me sorprende?
—Toma, toma una crepe— Tae lo alimentó con una deliciosa crepe de melocotón y crema batida. —Si fuera tan malo no nos facilitaría un chofer para que nos fuéramos cuando quisiéramos.
Jimin suspiro, comió olvidando momentáneamente sus preocupaciones sobre este señor Jeon.
—¡No había comido tanto en años!— Tae se dejó caer en la cama con los brazos abiertos y una sonrisa en el rostro.
Enterró su rostro en una almohada y lo olió Estaba el olor de la noche anterior, duraznos y fresas, pero había otro olor persistente... olía a... chocolate.
—Mimi— exclamó Tae mientras se sentó abrazando una almohada. —Creo que leche de banana es el señor Jeon.
—¿Qué? Pensé que descartamos esa idea porque...—Tae no lo dejó terminar y le empujó la almohada a la cara. Sí, olía a fábrica de chocolate.
—Pero no puede ser, lo vimos después de que recibimos la ropa y no dijo nada.
—Solo hay una forma de averiguarlo.—Tae sonrió. —Deberíamos quedarnos.
—Por supuesto que no, Hobi y Jin tienen que estar muy preocupados.
—Tienes razón, tenemos que irnos— dijo Tae. —Pero primero tenemos que darnos una ducha— Se puso de pie y le dio un beso a Minie en los labios antes de marcharse al baño.
Jimin tenía la cabeza dando vueltas con tantos pensamientos. ¿Podría leche de banana ser realmente este señor Jeon?
—¡Minie tienes que ver esto!— gritó Taehyung desde el baño.
Jimin fue al baño y vio la razón por la que Tae lo llamó, el baño era increíble, todo de mármol negro, era inmenso, tenía un lavabo con un gran espejo, una ducha y ¡Un jacuzzi! Todos los artículos de tocador eran caros.
—Oh Mimi, podría vivir en este baño.
Él también podía, era algo increíble.
—Dúchate, Tae— le dio un corto y suave beso en la cabeza y salió.
Tae se tomó su tiempo para disfrutar del agua caliente sobre su piel. Se lavó la cabeza profusamente con el champú de aroma neutro y disfrutó cada segundo de su ducha. No sabía quién era este Señor Jeon, no estaba seguro de sí leche de banana era este tipo, pero maldita sea, podía acostumbrarse a ser un sugar baby. Un rato después Tae salió del baño con una toalla enrollada en la cintura y otra secando su cabello mojado.
—Es mi turno—Jimin se levantó de la cama, disfrutaría de su ducha a pesar de todas sus preocupaciones.
Cuando salió Tae ya estaba cambiado y se sentó en la cama, se puso la ropa aún pensando en el Sr. Jeon y leche de banana siendo la misma persona.
Una vez que terminó decidieron que era hora de irse. Caminaron hacia las puertas, las abrieron, eran realmente pesadas. En el momento en que pusieron un pie afuera, dos alfas altos los miraron, se veían intimidantes con gafas de sol oscuras y auriculares. Los omegas entrelazaron sus manos.
—Yo umm... Lo siento, pero nos gustaría llamar a Seon Jun— dijo Jimin en un hilo de voz apretando su agarre en la mano de Tae.
Los alfas murmuraron algo a través de su comunicador.
—Pueden esperar en la habitación, ella estará aquí en un par de minutos— habló uno de los alfa.
Regresaron a la habitación a esperar por Seun Jun.
La beta estuvo en la habitación en unos tres minutos o menos.
—Me alegra que les haya gustado el desayuno.— dijo mientras miraba los platos vacíos.—¿Ustedes quieren algo? ¿Estaba todo bien?
— Sí, todo fue perfecto.— respondió Tae
—Pero tenemos que irnos ahora.—agrego Jimin.
—Está bien, le informaré al conductor. — dijo Seun Jun al tiempo que observó cómo tenían su ropa del día anterior bien doblada. —Pueden dejar eso aquí, nosotros la lavamos y se la enviaremos a su casa.
Ellos asintieron, ella hizo una reverencia y salió de la habitación casi de inmediato un par de chicas entraron en la habitación, tomaron el carrito vacío y su ropa.
—El conductor está listo, pueden seguirme.— dijo Seun Jun una ve de vuelta, la siguieron, tomados de la mano, sintiéndose nerviosos.
Toda la casa era oscura y llena de exquisitas obras de arte, esculturas y pinturas. Aunque estaban nerviosos, pudieron apreciar un poco los detalles.
La entrada principal de la mansión era como en las películas con un pasillo en dorado y negro, bajaron y fueron golpeados por un sol brillante, se arrepintieron de no tener lentes de sol.
Afuera había un auto de lujo, el conductor era un beta masculino, quién muy amablemente les abrió la puerta. Seun Jun hizo una reverencia y se subieron. Nunca habían estado en un auto tan cómodo como este, el asiento de cuero se sentía tan bien, tan cómodo.
—¿Le gustaría que los lleve a su casa Sr. Kim, Sr. Park?— Preguntó el beta.
Sr. Kim, Sr. Park, sonaba bien.
—Sí, por favor— respondió Jimin un poco nervioso. —Le daré nuestra dirección.
—No se preocupen la tenemos.— Les dedicó una sonrisa.
Tae y Jimin se miraron, está bien, este tipo se estaba volviendo más espeluznante.
💜✨💜
—Pensamos que les había pasado algo malo, estábamos muy preocupados— Hobi los estaba abrazando con fuerza.
—Lo sentimos hyungs, nuestros teléfonos no estaban cargados.— respondió Jimin con tono de disculpa.
—¿Quieren desayunar?— preguntó Jin.
—No, ya desayunamos.—dijo Taehyung sentado en el sofá.
—¿Les importaría decirnos dónde estaban?
Intercambiaron miradas y les contaron todo lo que recordaban. Cuando terminaron la historia, Hobi y Jin estaban con la boca abierta de incredulidad.
—Me siento tan mal por dejarlos solos— Hobi estaba acariciando el cabello de Tae.
—No te preocupes hyung, somos adultos, no debimos haber bebido como lo hicimos.— dijo Jimin con su dulce voz.
—Y no pasó nada malo.— agregó Tae.
—Tenemos que investigar quién es este tipo.
—Tiene que haber mucha gente con el mismo apellido.— dijo Jin pensativo sosteniendo su taza de café.
—Estoy de acuerdo con Minie, ese tipo es un poco espeluznante— Jin tomó un sorbo de su café.
—Creo que es un poco lindo.—Tae sonrió.
—Ni siquiera lo conocemos.
—Pero ha sido tan amable.
El señor Jeon, ¿Quién era ese tipo?
💜✨💜
Jungkook llegó a casa alrededor del mediodía, uno de sus hombres le informó que los omegas se fueron por la mañana.
Entró en sus aposentos y se tiró en la cama, enterrando la nariz en las almohadas. Su cama tenía su aroma, su delicioso aroma.
Joder, los deseaba tanto, quería saborearlos, probar su slick, comérselos, lamer cada centímetro de su piel, chupar su glándula de olor y hacerlos gemir como lo hicieron en el auto, no más fuerte que eso. hacerlos gritar de placer, joder, quería anudarlos y llenarlos con montones y montones de su semen.
Tenía que hacerlo pronto, no podía esperar más. Se quitó la ropa y se duchó recordando que los omegas estuvieron ahí, en su baño, ese solo pensamiento lo ponía duro.
No se tocaría, no recordaba la última vez que hizo eso, no necesitaba hacerlo, siempre había omegas femeninos y masculinos tirándose encima de él . Él guardaría todo para esos dos.
💜✨💜
Hobi se fue a su apartamento a cambiarse de ropa y prometió que volvería. Jin se ofreció a cocinar para todos ellos, y aceptaron solo si podían ayudar, pero aprendieron bastante rápido que a Jin no le gustaba que la gente se metiera con su comida, así que simplemente se sentaron y hablaron mientras lo veían cocinar.
Jimin se encontró pensando más de una vez en el Sr. Jeon y en leche de banana, preguntándose si Tae tenía razón y eran la misma persona. Estaba preocupado por el hecho de que Tae parecía estar encantado con este misterioso benefactor. Tae tomó la mano de Jimin y la entrelazo con la suya ofreciéndole una dulce sonrisa, como diciéndole que no se preocupara, eso era lo que pasaba con ellos, podían comunicarse sin palabras.
Jin colocó la comida sobre la mesa. Había arroz con kimchi y jajangmyeon. Todo olía tan delicioso y se veía tan bien.
—Quiero que coman todo lo que quieran. Hice mucho. Asegúrese de comer bien, bebieron demasiado anoche.
Jin sirvio a los más jóvenes, asegurándose de que tuvieran suficiente comida según sus estándares.
—Hyung, esto es mucho—se quejó Jimin por la cantidad de comida en su plato.
—Necesitas comer bien.
—Jin hyung suena como una mamá.— bromeó Tae, llenándose la boca con la deliciosa comida casera.
La sonrisa de Jin se desvaneció y por un momento parecía perdido en un recuerdo doloroso, Tae y Minie se miraron, sin saber qué hacer, sabían que necesitaba consuelo, r olía tan triste, casi desconsolado, pero no sabían qué hacer. Para empezar, no sabían qué lo hacía sentir tan angustiado. Tocaron la puerta y Jin pareció volver a la realidad, se pasó las manos por la ropa y se aclaró la garganta.
—Voy— dijo caminando hacia la puerta.
Los omegas más jóvenes estaban un poco preocupados por lo que había sucedido. Sólo conocían a Jin unos días, no sabían las cosas que le molestaban. Regresó con Hobi que se veía serio, lo más serio que lo habían visto.
—¿Qué pasa hyung?—pregunto Jimin preocupado.
—Chicos, deberían mantenerse alejados de este Sr. Jeon, él es malas noticias.
—¿Sabes quién es él?— Tae pregunto sorprendido.
—¿Recuerdan que les dije que creía haber escuchado su nombre antes?—
Ellos asintieron.
—Él es la razón por la que tengo más clases en la academia.
—¿Espera que?
—Bueno, no exactamente— Respiró hondo. —Había un profesor en la academia que parecía deberle una gran cantidad de dinero a personas peligrosas. y hablo de gente realmente peligrosa, se fue un día y nunca más volvió, le pregunté a mi jefe por él cuando me ofreció sus clases y me dijo que el señor Jeon le hizo una visita al tipo.
Lo había olvidado, pero hoy después de ir a mi departamento fui a la academia a recoger algunas cosas y le pregunté a mi jefe sobre él, era tan reservado, me llevó a su oficina, cerró puertas y ventanas antes de decirme
>>Para resumir, es un mafioso, un criminal despiadado, cruel, temido entre los miembros de la mafia, pertenece a la familia Min y seguro que han oído hablar de ellos, es joven y temerario, y exactamente por eso es tan temido, es sumamente joven y ya es el segundo al mando— Suspiró tomando los palillos en su mano. —Mi jefe me hizo jurar que no me involucraría con esta gente, no quiere perder a otro maestro tan bueno como yo.
Los tres omegas estaban mudos.
—¿Quiénes son estas personas en la familia Min?— Jin finalmente dijo que no era de Seúl, así que no lo sabía.
—Controlan todo el crimen organizado en Seúl, apuestas ilegales, drogas, armas, tienen en sus manos todas las actividades ilegales que se les ocurran.
—Sabía que esto era malo— dijo Minie asustado, su olor lleno de miedo.
—Mimí, cálmate.— dijo Tae acariciando su espalda.
—¡No puedo calmarme! ¡Hay un mafioso que nos envía regalos y cosas, pasamos la noche en su casa, en su cama!
—Deberían devolver todo, ya saben dónde vive ahora— dijo Hobi dándole un mordisco a su comida.
—No creo que eso haga ninguna diferencia— . Tae siguió acariciando la espalda de Jimin mientras el mayor empezaba a respirar con dificultad, su rostro se llenó de una expresión de pánico, su olor olía a duraznos podridos. Tae tomó su rostro entre sus manos —Bebé, mírame, solo escucha mi voz ¿De acuerdo? Respira por mí, toma una respiración profunda... aguanta... fuera, eso es bebé, lo estás haciendo tan bien, de nuevo, dentro... aguanta... fuera... Bien Minie
Hobi los miró preocupado, no le gustaba ver a su amigo así, no sabía qué hacer, pero sabía que Tae podía manejar la situación, sabía cómo calmar a Jimin.
Jin parecía estar en conflicto sobre qué hacer, así que hizo lo que pensó que era lo mejor, preparó un poco de té de manzanilla. Después de un par de minutos, Jimin se calmó, su olor volvió a ser el de duraznos frescos y dulces. Tae siguió abrazándolo, frotando su mejilla contra la de Jimin, .
— Toma Jimin, esto te hará sentir mejor— Jin colocó una taza de té caliente frente a él..
—Gracias— susurró
Hobi decidió no volver a hablar sobre el señor Jeon, pero estaba muy preocupado por sus amigos. Decidieron tener una noche de películas en casa de Jin.
Los omegas regresaron al apartamento para cambiarse. Cuando estaban a punto de abrir la puerta dos alfas uno de los que vieron en la mañana en la casa del Señor Jeon estaba ahí, llevaban una bolsa.
—¿Podemos ayudarles?— preguntó Tae.
—Aquí está su ropa, Seun Jun se las envío.—El alfa les entregó la bolsa —Y esto es del Sr. Jeon.
El Alfa tenía una caja de terciopelo negro con el logo de Chanel en sus manos, abrió la caja y esta contenía dos pares de aretes colgantes con el logo de Chanel.
—No lo queremos— dijo Mimi empezando a temblar. —Pueden llevárselo.
—No entienden el señor Jeon no acepta un no por respuesta.
—Gracias.— Tae tomó la bolsa y la caja mientras Minie lo observaba con los ojos muy abiertos. Los alfas hicieron una reverencia y se marcharon.
—Tae, ¿Qué acabas de hacer?— Preguntó Jimin una vez dentro del departamento.
—¿Qué hice? Eran dos alfas con mala actitud, seguramente armados, diciendo que su jefe no acepta un no como respuesta. ¿Qué demonios se suponía que debíamos hacer?
—Tae, no podemos seguir aceptando cosas de él— Jimin se dejó caer en su sillón azul.
—Pues solo son regalos nada más.
—Pero sabes lo que quiere, nos quiere a nosotros.
Tae se sentó en las piernas de Jimin.
—No pienses en eso ahora, vamos a ver una película con los chicos.
Jimin asintió. Se cambiaron y se pusieron ropa cómoda y, después de tomar algunos bocadillos de la cocina, se dirigieron al apartamento de Jin.
—Trajimos bocadillos hyung— Tae entró al apartamento con Jimin de la mano.
—¡Genial! Estaba haciendo palomitas de maíz y Hobi me dijo que traería algunas sodas.
Después de que llegara Hobi se acomodaron en la sala, Jin se sentó en el sillón lila, Hobi y los dos omegas se apretujaban en el suave sofá rosa. Jin miró a Tae y Jimin como se abrazaban casi uno encima del otro, eran muy cariñosos entre ellos, se preguntaba qué tipo de relación tenían, habían visto sus interacciones y cómo se trataban, se ven bien juntos y parecen complementarse... Pero también parecía que no estaban en contra de la idea de estar con otras personas.
Bueno, Jin no los juzgaría, era un hombre de mente abierta. Él les sonrió y siguió viendo la película.
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