2
Sullyoon P.O.V.
Después de la charla con el jefe decidí ir camino a conseguir reclutar a mis cinco compañeras, empezaría por la más fácil: Jiwoo.
Así que ahora me encontraba fuera del despacho de Chanyeol, en el escritorio de color marrón donde estaba su secretaria, la secretaria Mina myōi, una chica de unos veintisiete años, era japonesa, había venido a Corea del sur con la esperanza de que aqui todo fuera mas barato, y como aquí estamos igual que donde vivía anteriormente, tuvo que empezar a vivir una vida de criminal.
Alrededor de mí todo era de colores oscuros, y olía un poco a moho, a humedad y a una mezcla extraña de feromonas, aunque las que dominaban eran las de cereza, las feromonas de Mina, no era para nada cómodo el lugar, pero era mi lugar de trabajo, así que estaba acostumbrada.
-Hola, señorita Mina, ¿podrías conseguirme un coche para ir hacia la casa del jefe Chanyeol?-Dije mientras daba golpecitos en la mesa de la secretaría de mi jefe.
-¿Que? ¿Ya te han dicho tu misión?- Me preguntaba mientras sonreía. Era muy simpática, me caía bien.
-Más o menos, solo me ha presentado a mis compañeras-Mina solo contestó con un: "Mmh" mientras marcaba un número.
Mientras esperaba me puse a mirar las fotos, pare en la de Lily, esa chica en serio me atraía demasiado, mucho, lo cual no me gustaba.
-Dentro de cinco minutos llegará el coche-dijo Mina. Mire a mis zapatillas converse, tenían una pequeña mancha de sangre hecha en una de mis tantos entrenamientos, que no salía por mucho que rascara-¿Quieres que te traiga los esmóquines, los vestidos, los pinganillos y la tarjeta del médico especializado para los criminales? Te los puedo dar mientras esperas.
-Si, por favor.
Primero que todo la secretaria se levantó de su escritorio yendo hacia un riel de ropa de color blanco que había detrás de su silla, cogió doce de esas fundas de ropa.
-¿Vestido azul o rosa?-preguntó Mina.
-Azul, mejor azul.
Entonces dejó una de las fundas y se acercó otra vez al escritorio.
-Son once porque hay dos opciones para cada una: vestido azul o rosa, y en el caso de los esmóquines con corbata o con pajarita. Aunque para Kyujin hemos abierto la posibilidad de que pueda llevar esmoquin o vestido, así que mejor dos de ellos me los quedo yo de momento-Dijo volviendo hacia al lugar de donde había sacado todo eso con dos de esas fundas en sus manos-.Las etiquetas las tienes que quitar y dármelas, el jefe las quiere guardar, dice que si las guarda saldrá todo bien y podrá tirarlas después.-Dijo volviendo al lugar donde estaba anteriormente, sentada detrás del escritorio-Si quieres, te puedo ayudar.
-Hombre, estaría bien. Son nueve etiquetas que tengo que quitar, no son muchas, pero juntas lo haríamos mejor y más rápido.
Después de quitar las etiquetas -en la propia funda estaban apuntados sus nombres, las etiquetas eran para que no tuviera que sacar toda la funda-, Mina sacó dos cajas de uno de los cajones de su escritorio, en una guardó todas esas etiquetas y de la otra sacó cinco tarjetas para poder entrar al hospital clandestino donde trataban a los delincuentes, yo ya tenía la mía, por eso eran cinco.
-Ten, guardatelas, ya sabes cómo es el jefe, si pierdes algo...-Y hizo el gesto de corte de cuello, a lo que me dio un escalofrío. Si os lo tengo que confesar en verdad el jefe me da mucho miedo.-¿Quieres que te acompañe hacia el taxi? Tienes muchas cosas que llevar-Asentí.
Mientras salíamos estábamos compartiendo algunos pequeños recuerdos que vivíamos.
-Si te soy sincera, a mí también me da miedo Chanyeol. Encuentro que es un señor muy misterioso-me dijo Mina cuando estábamos a punto de salir del edificio. Nos habíamos repartido la ropa, ella llevaba cinco y yo seis- Aparte, por lo que se ve su hija menor ha estado siendo poseída por un fantasma-¿Como corrían los rumores y yo era la última en enterarme? Por lo que se ve vivo debajo de una piedra.
Tuve que cerrar los ojos al salir del edificio, el sol alumbraba demasiado comparándose a la poca iluminación que había en ese edificio.
Afuera se estaba más cálido, me sentía más tranquila, seguía siendo una calle peligrosa, pero cuando veían que salías de este edificio nadie te molestaba, ya que Chanyeol tenía muchos contactos, y todos están acojonados solo con su presencia.
-Mira, ahí está tu taxi-Señaló como pudo ese coche, el cual resaltaba mucho con el tipo de barrio que era.
Mina me ayudó a meter todo al taxi y después se fue, yo solo entré, dije la calle donde tenía que ir y apoyé la cabeza en la ventana.
Me puse a pensar un poco todo, en Lily y como me atraía y como eso no me gustaba, en todas y como cada una tenía una personalidad diferente y tendría que lidiar con todas, y de qué iría la misión.
Pasamos de calles que olían mal y con pisos abandonados y con okupas a calles bonitas, bien decoradas y donde la gente se veía bien vestida.
-Señorita, ya hemos llegado-.Tuve que agarrar todo lo que había llevado conmigo. El taxi se fue tal cual bajé de él.
Delante mio habia una casa de color blanco. Tenía un patio y era de dos pisos.
Pase ese pequeño patio con rosas y muchas, muchas flores, que me hacían sentir cómoda y a la vez extraña.
Toque esa puerta de color blanco, con una decoración de navidad inadecuada para la época, ya que ya estábamos en junio.
Me abrió un chico, el hermano de Jiwoo, Changbin. Sus feromonas fueron lo primero que pude oler, cuero. Llevaba una camisa negra y unos tejanos del mismo color, tenía cara de preocupación.
-¿Vienes a por Jiwoo?-Su cara se mostró más preocupada después de decir el nombre de su hermana-No se si ahora te podrá ver, pero pasa. -Me quité los zapatos y entré.
Su casa por dentro era igual de agradable que por fuera, con colores blancos y un olor muy agradable, aunque las feromonas con olor a cuero que desprendía Changbin, no eran de mi agrado, pero seguia oliendo genial. Todo lo contrario al lugar donde trabajaba, parece que al jefe Chanyeol, quería que sus hijos crecieran como personas normales, y no como delincuentes.
Deje todo lo que tenía en los brazos en un pequeño sillón que había tal cual entrabas, suponía que era el lugar donde se quitaban los zapatos.
-¿Qué le ha pasado a Woo?- Me puse unas sandalias mientras giraba hacia Changbin. Al final me preocupaba por la pequeña Jiwoo; era como la única amiga que tenía a parte de Mina, y creo que yo también era su única amiga.
-Se pone violenta de la nada, y no entendemos porque, su voz cambia, su mirada, todo de ella-Changbin miraba sus pies, triste y preocupado.
-El jefe ya me ha dicho que estáis sospechando de que un fantasma la está poseyendo. -Changbin me miró, se notaba triste-¿Dónde está? Voy a verla-Dije, empezando a caminar, pero Changbin me agarró del brazo.
-No, espera, justo la estaban poseyendo, cuando me fui, no sé si ahora estará bien.-Changbin se pensaba que yo no podía defenderme solita, ¿O que?
-Changbin, he sido preparada por tu propio padre para ser una criminal ¿Crees que no podré con tu hermana de más o menos 1,63 y que no ha hecho algún deporte fuerte en su vida? Hombre, no se yo.-Changbin asintió a mis palabras y me llevó al salón.
En él había una chimenea y encima una gran tele, delante una mesita de cristal y un sofá. Había también una mesa y unas sillas para comer, todo era de color blanco, era un lugar muy pacífico.
En el suelo se encontraba Jiwoo, haciendo un puzzle en la mesa, siendo vigilada (Como si tuviera cinco años, cuando ya tenía diecinueve) por su madre, la cual estaba sentada en el sofá. Jiwoo aún llevaba el pijama, normal, eran tan sólo las nueve de la mañana, y ella no salía normalmente, ya que hace clases online.
Jiwoo giró su cabeza al notar mi presencia en el salón.
-¡Sully!-Jiwoo corrió hacia mí y me abrazó, poniendo sus brazos en mi cuello y sus piernas alrededor de mi cintura, obligándola a cargarla, me escondí en su cuello, ese olor a caramelo me tranquilizaba.
-¿Cómo está mi preciosa?- Jiwoo se soltó de mi agarre y tocó con los pies el suelo.
-Bien.-Como si esa fuera todo lo que me tenía que decir Jiwoo me agarró del brazo y me llevó donde estaba el puzzle, para seguir resolviéndolo.
-¿Podríamos hablar un segundo? -Jiwoo levantó la cabeza del puzzle y me miró triste, como si quisiera seguir haciendo lo que estaba haciendo-No, no hace falta que pares, si me puedes escuchar igual, no hace falta-Moví las manos en señal de negación.
-Vale- Frunció los hombros y siguió haciendo el puzzle, pero está vez sí se notaba que me estaba escuchando.
-Mira, pequeñita-Puse uno de los mechones color rosa detrás de su oreja- Estoy aquí porque tú padre tiene una misión, tanto para mí, como para tí.
Al escuchar eso Changbin y su madre se fueron, supongo que no querían escuchar esto. Ahora solo podía oler las feromonas de caramelo de Jiwoo.
-Tu padre quiere que me ayudes en algo, y a la vez veas lo que es el mundo real.-Jiwoo levantó la vista del puzzle, sus ojitos brillaban, supongo que quería saber lo que era el mundo real, ya que estar encerrada diecinueve años(Los años que tenía) en una casa con tu madre sobreprotectora y tu hermano que también lo es, divertido no era-¿Quieres ayudarme?-Jiwoo solo asintió y miró otra vez al puzzle-Vaya, no pensé que fuera tan fácil-Susurre, pero parece que Jiwoo me escuchó.
-¿Sabes por qué digo que sí? porque te tengo una confianza total.-Vale, ahora sí tengo claro de que si le pasa algo a Jiwoo no me lo perdonaré.
-Entonces ¿vestido rosa o azul? -Aunque sabía su respuesta quería preguntarle.
-¡Rosa!
Esa tarde nos la pasamos jugando a juegos de mesa mientras yo pensaba en cuál sería la siguiente que podría reclutar.
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