¡Feliz día de la madre!

Antes de empezar hay unas aclaraciones que deben saber:

Este capítulo especial no está enlazada con esta historia, por lo que algunas cosas podrían ser diferentes.

Por ejemplo:

- Midoriya y Uraraka aún no están en una relación amorosa. Izuku todavía no hizo su declaración de amor, por lo que siguen siendo solo amigos con una 'hija' que cuidar.

- Puede que haya Todoteorías durante el capítulo.

- Y al final, habrá una votación que marcará la historia.

Eso es todo, disfruten del capítulo.

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Los sábados son días de relajación para los estudiantes al igual que los domingos, y para los estudiantes de la clase A de la academia UA, no era diferente.

Mientras algunos dormían hasta tarde, o salían temprano a entrenar, otros estaban en la sala común haciendo sus tareas del lunes o cualquier otra cosa divertida.

Kaminari: ¡¡PFFFT!!

Iida: ¡Pppuf! ¡Puaj! — escupió el agua que cayó en su cara y entró en su boca — ¡¿Por qué fue eso, Kaminari-kun?!

Kaminari: Por los viejos tiempos, delegado — dijo con despreocupación — ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que la tradición quedó en el olvido?

Todoroki: ¿No lo hiciste ayer durante el almuerzo? — preguntó levantando una ceja confundido.

Kaminari: Para ti fue ayer, yo lo sentí como años — dijo a la defensiva — Tres años para ser exactos.

Los que estaban en la sala se miraron entre sí, intentando ver si alguno de ellos podía entender la mente compleja del chico tipo eléctrico.

Pero pronto, el intento de resolver el misterio del cerebro de Kaminari fue interrumpido cuando escucharon al ascensor bajar y abrirse con un sonido. Pequeños pasitos rápidos se oyeron salir del ascensor, por lo que todos voltearon la mirada y vieron a la pequeña consentida de la clase A, Eri correr con una sonrisa hacia su padre que estaba sentado en la mesa.

Izuku, que estaba actualizando su libro de notas de héroes, dejó de escribir para subir a la pequeña en su regazo.

Eri: ¡Buenos días! — saludó a todos con una sonrisa.

Todos: Buenos días, Eri — devolvieron el saludo.

Satou: Buenos días, Eri. Hice panqueques para el desayuno. ¿De qué sabor quieres? — preguntó con una sonrisa.

Eri: ¡De manzana!

Satou: Enseguida — dijo dirigiéndose a la cocina.

Midoriya: Veo que estás muy animada esta mañana, Eri. ¿Puedo saber el motivo? — preguntó haciéndola dar saltitos con su pierna.

Eri: ¡Sí! ¡Mañana es un día muy importante! — exclamó volteándose a su padre.

Midoriya: ¿Día importante? Pero si mañana es domingo. No recuerdo que haya una fiesta o algo así — dijo confundido.

Eri lo miró por unos segundos, esperando que lo que dijo su padre fuera una broma.

Lamentablemente no lo fue.

Eri: Papá… ¿sabes que día es mañana?

Midoriya: Como dije, domingo. ¿Por qué?

Eri: No, papá, aparte de eso.

Midoriya: Domingo 14 de mayo. También conocido como el segundo domingo de… — sus ojos se abrieron cuando su mente recibió una revelación — Mayo. Día de la madre.

Izuku casi deja a su hija caer.

Día de la madre. Una fecha especial donde todos los hijos e hijas festejan a sus mamás. Algunas son mamacitas, pero eso no viene el caso.

Olvidar una fecha como esa y no celebrarlo es grave. Esto no es el Día del padre.

Midoriya: ¡¿Cómo pude olvidarme una fecha tan importante como esa?! — se preguntó agarrándose la cabeza — Tengo que comprar un regalo para mamá, planear una fiesta para ella, preparar su comida favorita y…

*PLAF*

Fue callado por un fuerte manotazo en la cabeza por su 'mejor amigo', Bakugo.

Bakugo: ¡¿Puedes callarte, Deku?! ¡No dejas de murmurar ni siquiera en las mañanas! — dijo con el ceño fruncido.

Midoriya: Lo siento, Kacchan, pero tengo problemas importantes que resolver.

Bakugo: Tks. Si te refieres a regalarle algo a la tía Inko, eso es lo menor de tus preocupaciones — dijo dirigiéndose al sofá para sentarse descuidadamente en ella — Te olvidas de alguien más.

Midoriya: ¿Te refieres en regalarle algo a la tía Mitsuki?

Bakugo: ¡¡ESO NO, BRUTO!! — gritó, enojado por lo ignorante que es su rival.

Eri: Papá — tiró de la camisa de su padre, obteniendo su atención — Tienes que regalarle un regalo a mamá.

Midoriya: ¿A Uraraka-san? — sus ojos se abrieron al olvidarse ese detalle — ¡Es cierto! ¡Podría decirse que ella también es madre! — bajó la mirada — Últimamente estoy olvidando muchas cosas.

Iida: Tranquilízate, Midoriya-kun — dijo sentándose en el asiento de al frente — Estoy seguro que podrás regalarle algo a Uraraka-kun que le gustará. Pero recuerda, mañana tenemos permiso de salir de la academia para visitar a nuestras madres. Tienes poco tiempo.

Midoriya: ¿Qué podría regalarle? ¿Me podrían ayudar? — preguntó para luego tomar un vaso de agua para calmarse.

Eri: ¿Y si le das a mamá mochis? — sugirió — Le encanta los mochis.

Midoriya: No lo sé, Eri. Quiero que sea algo grandioso y que le guste mucho — negó la idea para luego tomar otro trago de agua.

Bakugo: Entonces ata tu cuerpo de nerd con cinta roja y dile 'Soy tu regalo. Sírvete'. Eso de seguro le gustará — sugirió con burla.

Midoriya: ¡¡PFFFT!! — escupió el agua que estaba bebiendo a la cara de Iida.

Iida: ¡No otra vez! — se quejó limpiándose el rostro con un pañuelo que sacó de su bolsillo.

Midoriya: L-lo siento, Iida-kun — se disculpó para luego girarse hacia Bakugo — No voy a hacer eso, Kacchan. Eso hará que me odie.

Todos excepto Eri:Estoy seguro que es todo lo contrario” — pensaron con miradas inexpresivas mientras imaginaban a Uraraka lanzarse hacia su nuevo 'regalo'.

Midoriya: Piensa Izuku, piensa — susurró para sí mismo por unos segundos hasta que se le encendió el foco — ¡Lo tengo! ¡Ya sé que hacer mañana! Y necesito tu ayuda, Satou-kun.

Su compañero amante del azúcar asintió.

Y así comenzó la misión: 'Hacer feliz a mamá Ochako en su primer día de la madre, y hacerle saber que el título de esta misión es largo como en los viejos tiempos'.

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[Domingo]

Hoy iba a ser un buen día para Ochako Uraraka, o eso sentía ella cuando empezó a despertar y el estado de ánimo era mejor que en las otras mañanas.

Claro, dormir junto a Eri, y su crush, digo, mejor amigo, es increíble… este se sentía especial.

¿Tal vez sea el hecho de que hoy vería a sus padres en casa para después del mediodía? Debe ser eso.

Uraraka:Aunque me parece raro no ver a Deku-kun ni a Eri aquí en la cama” — pensó mientras se sentaba lentamente para estirar los brazos al aire — Nngh. Tal vez Deku-kun se está preparando para irse a su casa. Y Eri se va a quedar con Aizawa-sensei hoy.

No lo pensó más y comenzó a prepararse para bajar a la sala. Minutos después de estar presentable, bajó por el ascensor, lista para saludar a quienes esté despierto.

Para cuando salió del ascensor, un dulce aroma invadió sus fosas nasales y que la hizo seguir la fuente de olor.

Uraraka: Huelo como a… ¡mochis! — estrellas brillantes se formaron en sus ojos e inmediatamente se fue hacia la cocina.

Ni siquiera notó que ninguno de sus compañeros estaban presentes en la sala.

Cuando llegó a la cocina, se maravilló por la gran cantidad de su dulce favoritos puestos en una bandeja.

¿¿??: Te lo dije, papá, esta es la mejor manera de despertar a mamá.

¿¿??: Si que tienes razón, Eri.

Dos voces familiares sacó a la castaña de su aturdimiento por el dulce, y haciendo que volteara su mirada hacia la cocina. Ahí estaba Izuku, su mejor amigo, su crush, el padre de su hija, su alma gemela, su futuro esposo… usando un delantal verde típico de su color de cabello. A su lado estaba Eri, usando un pequeño delantal con la imagen de un unicornio en ella.

Midoriya: Buenos días, Uraraka-san — dijo con una sonrisa temblorosa.

Eri: ¡Buenos días, mamá! ¡Feliz día de la madre! — exclamó corriendo a abrazar a la castaña.

Uraraka: ¿Qué…? Ah — se dio cuenta que en cierto sentido, ella ahora es 'madre' de una niña maravillosa — Aww, gracias, Eri — dijo cargando a Eri y dándole un beso en la mejilla.

Eri: Jejeje — rió con los ojos cerrados, disfrutando del gesto.

Midoriya: Eri, ¿qué tal si llevas a tu madre a la mesa que pronto serviré el desayuno?

Uraraka: Deku-kun, no tienes que hacer eso. Yo te puedo ayudar — dijo bajando a su hija suavemente al suelo.

Midoriya: No, Uraraka-san… hoy es tu día especial. D-déjanos consentirte, ¿si? — pidió poniendo ojos de cachorro.

Izuku Midoriya

Quirk: Ternura

Uraraka: Ugh — se agarró el pecho cuando sintió un flechazo atravesar su corazón — ¿Desde cuando copias la mirada que hace Eri cuando quiere dulces?

Eri: ¡Yo no hago eso! — se quejó cruzándose de brazos y haciendo un puchero — ¡Hmph!

Izuocha: Aww — gimieron ambos enternecidos.

Uraraka: ¿Dónde están los demás? — preguntó al darse cuenta de que no había nadie en la sala — Es extraño no escuchar los gritos de protesta de Bakugo-kun.

Midoriya: Se fueron a sus casas. Querían irse temprano en la mañana para prepararles un desayuno a sus mamás — respondió a Ochako mientras ella era arrastrada hacia la mesa por Eri.

Uraraka: Ya veo.

Pronto, sentándose en la mesa, Izuku salió de la cocina trayendo un enorme bandeja llena de comida. Huevos, tocino, panqueques, té verde y jugo de naranja.

Y sobre todo, mochis.

Uraraka: Todo se ve delicioso — dijo intentando dejar de babear — ¿Cómo es que hiciste todo esto, Deku-kun?

Midoriya: Pedí a Satou-kun que me enseñara algunas recetas y estuve practicando casi toda la noche — dijo con una mano detrás de su cabeza.

Ah, eso explicaba la duda de Ochako cuando sintió que la cama era menos apretada y cálida.

Y también las casi visibles ojeras del peliverde.

Eri: Yo ayudé a papá con los panqueques — dijo sentándose en la silla de al lado.

Midoriya: Eri será una gran chef cuando crezca — dijo dándole a su hija una sonrisa orgullosa.

Eri: ¡No! ¡Seré una heroína como mamá y papá! — declaró haciendo una pose heroica.

Izuocha: ¡Kyun~! — ambos se agarraron el pecho por tal ataque de ternura.

Midoriya: L-lo serás, princesa… lo serás — acarició la cabeza de su hija — Ahora, disfrutemos de la comida.

Familia: ¡Itadakimasu! — exclamaron juntando las manos.

Uraraka: ¡Esto está delicioso! — dijo cuando probó primero los panqueques.

Eri: ¡Muy delicioso!

Midoriya: Me alegro de que les guste — dijo feliz de que sus horas de aprender cocina haya valido la pena.

Mientras Ochako disfrutaba de cada aperitivo que había en la mesa, no pudo evitar ver a su hija y a su esposo, quiero decir, amigo. Estaban junto a ella disfrutando de una fecha en la que jamás pensó que sería la invitada principal.

Claro, aún no ha dado luz al hijo suyo y de Deku-kun, pero tal vez después de graduarse pueda… ¡espera, ¿qué?!

Tan pronto como ese pensamiento le llegó a la cabeza, su cabeza se puso roja como el fuego de Todoroki.

Eri: Mamá, ¿estás bien? — preguntó preocupada.

Uraraka: ¿Eh? S-sí, cariño, estoy bien — dijo nerviosa — E-es solo que…

Eri: No vas a llorar en la comida como lo hace papá cuando ve una serie del abuelo Might, ¿verdad? — preguntó inclinando la cabeza en confusión.

Izuku jadeó en indignación, lo que hizo que la castaña se tapara la boca para evitar soltar una carcajada.

Uraraka: Jajaja, no, cariño. No soy llorón como tu padre.

Midoriya: ¡Uraraka-san!

Uraraka le respondió sacando la lengua de forma juguetona e infantil.

[}—o—O—o—{]

Con el desayuno terminado, y el estómago lleno, era tiempo de los regalos para la chica de gravedad cero y sonrisa burbujeante.

Eri volvió a arrastrar a su madre hacia uno de los sofás,

Eri: ¡Mamá, mamá, esto es lo que hice en mi clase con la profesora! — dijo entregándole una pequeña caja de regalo color rojo.

Uraraka: Ohh. ¿Qué podrá ser? — preguntó desenvolviendo la caja.

Al abrirlo, vio que su regalo era un hermoso portaretratos hecho a mano. El marco estaba adornado con pequeños corazones rojos y tenía un grabado en ella: Te amo, mamá.

Y en ella, había una foto de ella cargando a Eri, una foto que fue tomada por Izuku.

Eri: ¿Te gusta, mamá?

Uraraka: ¡Es hermoso! ¡Gracias, Eri! — exclamó abrazando a su hija contra su pecho y lloraba — Sabes, creo que ahora me estoy volviendo llorona como tu padre.

Midoriya: ¡O-oye!

Sus chicas favoritas rieron.

Midoriya: suspiró — Uraraka-san… y-yo también te traje un regalo por tu día — dijo con nerviosismo.

Uraraka: Deku-kun, eso no es necesario — dijo nerviosa de que su crush le haya traído un regalo.

Midoriya: Si es necesario, Uraraka-san — dijo enserio — Desde que aceptaste cuidar a Eri junto a mí, vi como has sido una madre increíble para ella. Es por eso que… — detrás de él, sacó una pequeña caja de terciopelo rojo.

Uraraka: ¡¡¿¿EEEHH??!! — sus ojos se abrieron en shock y su cara inmediatamente se puso roja — ¡E-espera, Deku-kun! ¡Te estás saltando muchos pasos!

Midoriya: ¿Qué?

Uraraka: ¡O al menos pide mi mano a mi padre!

Midoriya: ¡¿Qué-qué?! — se sonrojó fuertemente — ¡Creo que hay un malentendido aquí!

Uraraka: ¿Eh? ¿No ibas a proponerme matrimonio? — preguntó confundida.

Midoriya: ¡No…! — negó avergonzado.

Uraraka: Oh… q-que incómodo — dijo desviando la mirada.

Midoriya: ………

Uraraka: ………

Midoriya: Y-yo te estoy regalando esto.

Abriendo la caja, reveló un hermoso collar de plata con un bonito adorno en forma de corazón en ella.

Uraraka: Es hermoso — dijo contemplando el collar con asombro y felicidad — Gracias, Deku-kun.

Midoriya: Ah, pero eso no es todo. También es un relicario. Mira — dijo abriendo el relicario para mostrarle una foto de ellos tres sonriendo para la cámara.

Esa foto fue tomada a petición de la pequeña Eri. Lo había pedido para tener un lindo recuerdo junto con sus padres. Y como era difícil negarse a ella, se lo tomaron.

Uraraka: Deku-kun…

Midoriya: Yo… quería que tuvieras algo que pudieras recordar — dijo rascándose detrás de la cabeza en señal de estar avergonzado.

Uraraka: Siempre lo recordaré — dijo abrazando el collar contra su pecho — Gracias… Izuku-kun.

Los ojos de Izuku se abrieron como platos cuando lo llamaron por su primer nombre. Y sin embargo, en vez de avergonzarse, sonrió suavemente.

Midoriya: De nada… Ochako-san.

Ambos se miraron a los ojos con miradas amorosas y con sus corazones latiendo en sincronía.

Para Izuku este sentimiento era nuevo. Completamente extraño, pero no era molesto… era placentero.

Para Ochako, esos sentimientos que juró mantenerlos reprimidos estaban empezando a querer escapar y salir a la libertad. Y eso empezó desde que comenzó a aceptar el deber de cuidar a Eri junto con él.

¿Podrá mantener esos sentimientos reprimidos por más tiempo? Solo el futuro lo dirá.

Y mientras la parejita té verde se miraban con amor, Eri los miró con extrañeza y sobretodo curiosidad.

Eri: ¿Se van a besar?

Su pregunta sacó a ambos de su mundo para mirarla con los ojos como platos y las caras ardiendo al fuego vivo.

Izuocha: ¡¡NO!!

Otro día en familia.

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¡Feliz día de la madre a todas!

No pude subir el capítulo en la mañana porque me quedé sin Internet y no pude publicar el borrador. Pero es mejor tarde que nunca, ¿no creen?

Un saludo a todas esas madres que nos han cuidado y amado con toda esa paciencia del mundo. Y si hay alguna madre que lea mis historias, digan 'presente'.

Decidí escribir un capítulo sobre el Día de la madre en esta historia porque fue esto lo que me hizo cercano a todos ustedes al gustarles la pareja OTP criando a una niña amada por el fandom.

De nuevo un saludo a todos ustedes y eso es todo… Chao chao.

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