❛ en pequeños escalones ❜

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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀La atracción por eso que se prohíbe siempre es encantadora al momento de satisfacerse. La sensación vibrante que retumba cada fibra del cuerpo, haciendo un llamado a la curiosidad y al incesante deseo de querer buscar más de ello; una purga de pasiones que explotan en una complaciente y muy anhelada catarsis.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Luces parpadeando, música entaponada en un lugar cerrado, autos llegando y gente reunida a las afueras del lugar llamativo, vestidos de trajes coquetos y encantadores. El frío acariciaba sus brazos desnudos, los murmullos de sus acompañantes captaban su atención y el movimiento constante para ingresar era inminente.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Inori miró a sus alrededores con parsimonia, fijándose en los detalles como si fuera la primera vez que sus pies tocaban ese sitio, viendo cómo todos reían y planificaban mientras que ella aguardaba con expresión estoica en su sitio. No tenían muchos minutos de haber abandonado el vehículo, dejándolo a manos de los trabajadores del parking.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Era inevitable que los amarillentos ojos de la joven muchacha pasearan de un lado a otro, captando y devorando objetos nimios a su paso, como si fuese una oportunidad irrepetible que la falsa piedad de algún dios le estaba otorgando. No obstante, una vibración en su confiable bolso la sacó de su agradable ensimismamiento. Dudó en darle atención, mas dos nuevas vibraciones la empujaron a la convicción.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀"Mamá: tres mensajes nuevos.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀¿Llegaste?
⠀⠀⠀⠀⠀⠀¿Está todo bien?
⠀⠀⠀⠀⠀⠀Debes avisarme siempre, Iori."

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Se fijó en la hora. Las once y dos de la noche, justo la hora aproximada que su madre le había dicho que llegaría. No tardó en suspirar y contestar con diligencia las preguntas y la cadena de unas nuevas que surgieron después.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀"Sabes que no me gusta que estés lejos.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Debes decirme cuando te vayas y a qué hora llegas."

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Fue el último mensaje.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Tu madre? —preguntó una de las amigas que acompañaba a Inori esa noche al verla resguardar el dispositivo en su bolso.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Sí, ¿quién más si no? —contestó con cierto cansancio decorando su voz.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Ayano sonrió con desgano mientras alzaba los hombros, acostumbrada por completo a ese escenario, habiendo presenciado peores en el pasado.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Venga, ya nos van a dejar pasar. Espero verte bailar esta vez.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Inori rio al negar. Su amiga no iba a tener el gusto de verla hacer el ridículo.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀La pequeña fila comenzó a avanzar. Los dos miembros encargados de la revisión —una mujer y un hombre para evitar malentendidos— los dejaron pasar y pronto se hallaron dentro del club nocturno Dionyses. Uno de sus más íntimos amigos la tomó de los hombros y la empujó dentro del ligero mar de gente, sacudiéndola al ritmo de la música.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Bueno, muchachos, ¿qué servicio vamos a pedir?

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Inori tan solo se encogió de hombros y los dejó elegir. No era la primera vez que frecuentaba al desorden de Dionyses, de hecho, quizá esta era la tercera vez que iba. Parecía imposible, incluso ella poco se lo creía. Si en algún momento de su vida le hubiesen dicho que iría a un club nocturno, ella hubiese llorado de tan mal chiste; mas ahí se hallaba, saliendo sola con sus amigos a un sitio de entretenimiento adulto.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀En ese punto, ella aún dudaba en creerlo, pues sus padres no eran del tipo permisivo; para su desgracia, nunca lo fueron. La primera vez que mendigó por el permiso de sus padres para ir a una reunión de cumpleaños de su mejor amigo —la cual ni siquiera era una fiesta—, acabó en un rotundo fracaso, además de convertirse en una gran molestia para ella, pues sus padres se la llevaron a la casa de sus abuelos paternos como para asegurarse de que no tuviera la maravillosa idea de escaparse al vivir relativamente cerca... Recordarlo aún le causaba malestares e iracundia.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Si a esa Inori, que estaba dominada por la más pura ira e impotencia, le hubieran dicho que lograría ir a un club nocturno, seguramente se hubiera reído e insultado de forma ácida al imbécil de turno que trató de hacerse el chistoso al decirle algo así.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Amakura se hizo con uno de los vasos plásticos llenos de hielo, permitiéndole a su amigo servirle de la bebida alcohólica que habían pedido.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Qué tal si quitas esa cara de tragedia? —regañó con una sonrisita burlesca el amigo que le había servido.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Qué? Pensaba que después de tanto ya estarías acostumbrado a mi cara de mierda —respondió con simpleza Inori, encogiéndose de hombros mientras recibía el vaso.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀A pesar de la música y del pequeño montón de gente que había, habían llegado algo temprano. Las personas apenas se encontraban llegando al lugar, animando poco a poco la parte interna, donde en baile abundaba y la barra se hallaba. En general, la terraza era lo más tranquilo en Dionyses. El aire fresco aliviaba con su agraciado soplo, la música se oía mucho más dispersa y permitía que las conversaciones fuesen más amenas; era el sitio designado para el reposo entre los tres ambientes del club.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀El grupo de amigos bebía y hablaba entre risas. Anécdotas que solo ellos conocían eran relatadas de nuevo con la chispa de la esencia del lugar y la sensación cautivadora de diversión, causando carcajadas en los cuatro participantes. Ayano, Daisuke e Itsuki eran los amigos más cercanos de Inori, a los cuales conoció durante los inicios de su etapa de educación media por casualidades de la vida, por lo que llevaban sus buenos años conociéndose ahora que todos estaban pronto a graduarse de una licenciatura.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Después de lo que calculaban como una hora y tantos minutos, la botella había sido consumida hasta la última gota, siendo la joven Amakura quien se hizo con el último trago en su vaso. Era algo rápido para que ellos se hayan acabado de tal forma la botella, pues combinaban la bebida alcohólica con algo de gaseosa ante la intensidad, además de que así duraba mucho más.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Inori podía ver en los ojos de sus dos amigos varones el parpadeo incesante de las oscuras luces. Podía asegurar que a ellos ya les estaba chispeando el alcohol, mas no lo suficiente como para volverse irreconocibles y actuar como mentecatos. Ayano no estaba muy lejos de seguirles, aunque siempre era más discreta que los otros dos. No era primeriza en ver ese escenario, aun así, se reía viéndolos estando algo atontados por obra y gracia del alcohol.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Vamos adentro a bailar

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Sentenció Daisuke, tomando a Ayano del brazo para llevarla dentro, donde las cosas se estaban avivando. Ayano alzó su mano y agarró la mano libre de Inori, tirando de ella para arrastrarla también, comenzando una pequeña cadena humana que era comandada por uno de los chicos.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀El estruendo de la música, los empujones de las personas y el incesante calor los recibió con rapidez. Daisuke fue se encargó de hallar una buena ubicación para los cuatro, y al hacerlo, no tardó en comenzar a bailar en medio del poco convencional círculo de amigos, alentando a los otros dos a seguirle, menos Inori, quien los miraba con clara burla reflejada en sus ojos dorados. Sin dudar ni por un segundo, podía decir que Daisuke era el más apto para fiestas, ya que doblaba en experiencia a los tres en un santiamén. Su amigo era algo incontrolable y fiestero, desde hacía unos pares de años lo había visto de tal modo, saltando de fiesta en fiesta y gozando de su juventud a un ritmo alocado, mas lo suficientemente balanceado como para no poner en riesgo su integridad física. La joven Amakura nunca había presenciado su comportamiento con sus usuales compañeros de fiesta, pero podía imaginar que se tornaba mucho más intenso que con ellos presente.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Baila —habló Itsuki en tono autoritario, mas su pulso temblaba leve al señalarla. Tendría un motivo para burlarse de él más adelante.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Eso, baila —animó Daisuke, haciendo pequeñas palmas.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀—No sean ridículos y sigan con lo suyo.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Ayano tan solo se rio de ellos, pues en verdad sus intentos serían en vano. Después de todo, las veces anteriores ella había permanecido de pie junto a ellos, mirándolos disfrutar mientras movía su torso en lapsos cortos para no parecer tiesa el resto de horas, y podía decir con certeza que no sería diferente esta vez. Ninguno podía obligarla y tampoco podían culparla por sentir tal rechazo a esos comportamientos, ellos más que nadie entendían el porqué.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀Ayano creía que Inori podía disfrutar a su manera y como quisiera, aunque sea viendo hacia otro lado con una inefable hambre escondida en sus brillantes ojos.

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¡ Buenas !
hoy comienza Shibuya, y con él,
el primer capítulo de este fic.

Debo avisar que el comienzo será
algo lento, pues busco presentar
todo el contexto de la protagonista
antes de comenzar como tal.

Le tengo cierta fe a Crescendo
pese a que su trama no sea para
nada complicada, pero el tiempo
dirá cómo va.