Capítulo 4. Pillado y Salvado

-No eres de por aquí.

Sam Uley había encarado al muchacho de brazos cruzados, este podía percibir que no era un humano normal, tenía todas las características de un metamorfo pero el aroma que también percibía en él era de los sangre fría.

-Wow, no busco pelea. Solo quise ayudar, no soy un enemigo-levantó las manos el joven Thomas.

-Acompáñame.

-¿A dónde? -preguntó ligeramente curioso pero tenso al ver que llegaría tarde con su mujer.

-Solo sigame, se tu secreto. Usted es metamorfo pero no entiendo el otro aroma que se mezcla con el suyo. -contesta tajante el líder del grupo que lo había acorralado.

-Espero no tardemos mucho, mi mujer me está esperando en el hospital.

Dicho eso los acompañó hacia un vehículo, distraído mientras lo seguía acariciaba su anillo matrimonial por reflejo y pensando sin querer nuevamente en su mujer, ya la extrañaba y ni siquiera había pasado tanto tiempo separados. Era extraño para él, encontrarse con otros de su misma "especie" por lo que, no se sentía tan cómodo pero tampoco tan incomodo, tal vez a esto se refería en cuanto su mujer hubiera dicho: "No hagas alianza o te unas a la manada Quileute, sino... Nuestros viajes ya no serán viables y no tendrás más privacidad, todo es por culpa de la conexión de manada y alfa Sam Uley."

-Soy Sam Uley, Alfa de la manada de estas tierras. -empezó a decir el de piel rojiza. -¿De qué manada proviene? ¿Se quedará usted y su esposa mucho tiempo?

Algunos jóvenes de esa manada mencionada aún tenían la mirada fija en el, aun cuando había descubierto que ellos se dirigían hacia el hospital en Forks también. Asumiendo por lógica, que se debía al señor que habían rescatado con su mujer.

-Somos guardabosques de Ohio, venimos por petición del Sheriff Swan, nuestras vacaciones nos quedaríamos a ayudar con mi esposa, pero tal parece que le encantó este pueblecillo, muy probablemente nos quedemos a vivir una temporada. -explicó ante las preguntas, la verdad desde un principio era la idea vivir en Forks, pero no en las condiciones sobrenaturales que eran-Soy Thomas Rossel, y mi esposa es mi compañera de vida, me sería muy factible que no le hicieran daño

-¿Es tu impronta? -pregunta intrigado uno de los lobos que van con el Alfa.

-Si, somos un ancla mismo.

Siendo así como los pocos jóvenes de la manada que iban con Sam uley en aquella camioneta al igual que la pareja de la mujer, se dirigían por suerte en un ambiente menos tenso, aunque la compañía no fuera desde un principio por gusto propio, sino porque ellos iban en dirección al hospital por un señor muy importante para ellos, el señor Clearwater.

[...]

Tras una hora y media tal vez, habían podido llegar al hospital, por suerte se había escabuido muy bien entre el personal hasta la habitación de la cual había preguntado por su esposa. Y muy curiosamente, un hombre de bata blanca con olor que le picaba la nariz por lo fétido que era, lo guió hacia ese punto. Por suerte había llegado antes que él hacía la habitación, deseaba llegar más que nada junto a su esposa.

Por lo que en cuanto entró a la habitación, tan solo la buscó como si fuera tan indispensable como el aire, y cuando la encontró tan solo la abrazo, buscando fijar un abrazo que los acercaba muy íntimamente. Necesitaba eliminar el aroma del hombre auxiliado y poner el suyo, para no sentirse amenazado.

-¿Y su esposo es...?

La puerta se abre ligeramente, para dar paso una figura ligeramente corpulenta, mientras busca con necesidad en la mirada la presencia de alguien en particular.

-... Thomas Rossel, Guardabosques de Ohio, pero actualmente nos mudamos a Forks, debido a los problemas con los lobos. El Sheriff Swan buscó ayuda específica. -se presenta acercándose con paso relajado y seguro hasta la mujer. -Cariño, todo está solucionado, así tal cual me dijiste lo resolví.

La mujer se levanta y lo abraza con la misma necesidad con que el hombre la buscaba tener cerca. Ambos aspiran sus aromas y se relajan considerablemente. El hombre era de complexión mediana maciza y piel medio moreno, cabellos negros y parecía desprender cálidez.

-Usted... no parece ser vampiro. -afirma totalmente sorprendido Harry, tranquilizado.

-Porque no lo soy, bueno más o menos. Sus mordidas me afectan ligeramente pero no lo suficiente como para ser totalmente vampiro, debido a que tengo el mismo gen protector y la capacidad lobuna que vuestros chicos. -comenta haciendo un pausa sin ningún ápice de inseguridad. Sabía que debía ser sincero ante el hombre mayor que su mujer había salvado. Así era el plan-Y mi mujer es mi compañera, yo el suyo. -finaliza diciendo, Thomas.

-Una pareja muy anormal, he de... reconocer. -argumenta Harry aún en shock por dicha información.

-Señor Clearwater, he de confesarle que tampoco somos de este mundo, somos o bueno éramos parte de un mundo paralelo a este, pero entre un fenómeno meteorológico fuimos puestos en este mundo, antes éramos humanos comunes pero hoy día somos una pareja disfuncional de dos especies que se odian eternamente, o bueno parecemos. -la mujer añade con cierta pesadez.

Thomas la abraza y acaricia suavemente la nuca intentando diluir aquella pesadez, aquella culpa que no era suya, aunque se sintiera así.

-Aún no estoy comprendiendo su afán de buscar la confianza en mi. ¿Cuál es su motivo particular al contactarme? -pregunta con parsimonia.

-Por qué he cambiado el orden de este curso al salvarlo, usted iba a morir en manos de aquella pelirroja, pero no pasó y debo hacerme responsable de las consecuencias que traerá esto a su vida. -Runa admite sonriendo nerviosamente.

-¿Y cómo sé que puedo confiar en esta deuda y no atacará a nuestra gente? -pregunta aún reticente a ceder, Harry.

-Por qué puedo ayudarle a usted con lo que próximamente acontecerá con su hija, sé todo de ustedes porque en nuestro mundo está vida era una historia fantasiosa, pero he de confesar que no puedo comentar acerca del mismo para no cambiar tan trascendental el curso de este ciclo de vida que todos tenemos actualmente. ¿Lo entiende verdad? Si el equilibrio se tambalea...

-El mundo que conocemos se podría quebrar con ello. -prosigue con lógica el Señor Clearwater.

-Exacto, sé que no tendremos problemas de ningún lado, sé lo suficiente como para entender que mi compañera y esposa es lo que ustedes llaman... -comenzó a decir un tanto inquieto Thomas.

-Impronta. No la tocaremos, la respetaremos si ustedes siguen con este trato cordial. -acepta Harry.

-Gracias por la oportunidad, no se arrepentirá. -suspira por reflejo no necesario la vampiresa, mientras se acurruca en su esposo, quien por reflejo le acaricia la nuca y espalda con suavidad, en busca de relajarla.

Siendo así como de estar viviendo una vida común y corriente como humanos, habían sido traídos al mundo favorito de la joven mujer, sin ser separados pero también siendo un dúo muy peligroso si los incordiase la vida de alguno.

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