Capítulo 13: Preservativos
Carlisle había recibido una carta de su querido amigo Eleazar, al igual que una caja mediana ligeramente pesada. Por lo que se llevó aquellas cosas a su despacho médico de reserva, disfrutando de la calma sin sus hijos o algunos dones metiches; cerró la puerta del despacho le puso seguro para expresar que quería privacidad.
Tras sentarse en su sillon, detrás de un escritorio pequeño, dejó la caja encima y seguidamente abrió el sobre para proseguir en su acción de leer aquello.
«Querido amigo:
Hace unos meses realicé un experimento científico con el objetivo de tener contacto físico con los humanos sin consecuencias negativas o exposición del secreto por imprudencia. ¿A qué quiero llegar con todo esto? Quería probar una fantasía nombrada «trío sexual» pero queríamos comprobarlo con una humana de por medio; el punto era saber si resistiría nuestra saciedad sexual y el otro: si quedaba embarazada por nuestro semen inactivo, la verdad necesitaba quitarme la duda de si era cierto que por ser vampiros habíamos perdido la capacidad de engendrar descendencia. Aunque, claro ya está comprobado que entre vampiro hombre y mujer no se puede procrear, pero...¿Entre vampiro hombre y mujer humana? De esa particular información es nula los estudios, por lo que me propuse a realizar dicho estudio práctico.
Cinco meses después de harta investigación por el mundo, descubrí una tribu que tenía evidencia de una raza hibrida, es decir un vampiro podía engendrar un hijo pero mediante una mujer humana, el precio por quedar embarazada y la vida del bebé, es la vida humana de la madre. Por cuestiones de Etica y moral, no compartiré los datos personales. En fin, a raíz de eso, escuché que una vampiresa estaba creando unos preservativos para evitar dicha situación de exposición y rompimiento de ley hacia los Vulturi, por ende, decidí invertir dinero en su proyecto.
Hace unas semanas, comprobé dicho producto. El preservativo es resistente y elástico, no se rompe ante la fricción ni mucho menos a base del semen. Eso si, la fuerza con la que se emplea la intención sexual y penetración debe ser medido en fuerza a menos de que quiera el vampiro marcar a la humana con moretones por no haber contenido la fuerza abismal que poseemos.
Te comparto dicha experiencia cientifica porque tienes una familia numerosa y sin falta siempre deseamos cumplir fantasías como estás. Por ende, es mejor que proveas a tus hijos con este condon 100% verificado, te mandé una caja con varios preservativos, pero si necesitas más tan solo pídemela y te los envío.
Atte. Eleazar Denali.»
Tras terminar de leer aquello, curioso e interesado en el tema, abrió la caja encontrando varias cajas de preservativos. La misma presentación de siempre, la diferencia era el color del pack: verde menta fluorescente. Habían de diferentes aromas como: mango menta, cubaya, te verde, manzana verde, y cerezas. Inclusive había los clásicos sin aroma ni gusto particular, por ende si que había buena variedad por la que proveerse al menos por dos meses o tres.
—Me alegra que nuestra ciencia siga mejorando —piensa sin querer en voz alta, sonriendo divertido.
Tras ello, decide salir de su despacho y repartir los mismos preservativos a solo uno de sus hijos, quién en verdad si que lo necesitaría. Por ende, deja la carta y la caja encima de la cama de Edward.
—¿Qué es eso, Carlisle?
—Leé la carta, y úsalos. Si no los llegas a usar, no te proveeré ayuda de cualquier tipo. Ya no quiero más problemas a raíz de tu relación con la joven Swan. —expresó serio tal cual un padre lo haría.
—¿Pero que...?
Edward se queda totalmente avergonzado por la cantidad de preservativos que su padre ha dejado sobre su cama.
—Se ha demostrado cientificamente que un vampiro puede dejar embarazada a un humano. Así que mejor es prevenir a lamentar otra indiscreción más por tu parte. —expresa como líder del Clan con una advertencia de tener cuidado— Te vas a casar, y ambos son adolescentes hormonales. Esto sin duda alguna os ayudará a solucionar dicha necesidad.
Y tras ello, Carlisle dejó a Edward solo en esa habitación con la provisión de condones. Podría haber sido una conversación penosa, pero era realmente necesaria.
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