¿Crees en el destino?
Se encontraba una pequeña niña de cabellera rubia, junto su hermana mayor, paseando y jugando en un parque cerca de su casa. Ambas estaban muy felices con la compañía de la otra
Cuando de un momento a otro, Sana, la hermana mayor de nuestra protagonista, Kim Dahyun, fue llamada por su madre teniendo que dejar sola a la pequeña por varios minutos.
Los cuales fueron suficientes para que, una curiosa Dahyun comenzara a indagar más por aquel lugar. Se levantó y comenzó a caminar sin rumbo fijo. Solo dejándose llevar por su intuición
Era una linda mañana; el sol radiante, el cielo despejado, las aves cantando y los niños jugando. Dahyun sonrió y cerró sus ojos al sentir una suave brisa de viento chocar contra su rostro.
Agachó su mirada sin borrar su sonrisa y fue en ese momento que algo en el suelo llamó su atención. ¿Que era? No estaba segura ya que el objeto estaba cubierto por tierra, así que se agachó para observar mejor qué era. Al estar más cerca, se dió cuenta de que era una foto en la hierba; y en esa foto había una chica.
A Dahyun le pareció la chica más hermosa que jamás había visto en sus cortos 10 años de vida. Tenía el cabello negro, sus ojos eran de color castaño y su sonrisa era igual de perfecta que ella. Increíblemente perfecta.
Dahyun sonrió y aquella chica le gustó de inmediato. ¿Quien sería? No tenía ni la más mínima idea, pero la buscaría. Le pareció interesante y, suponía, que debía vivir cerca ya que su foto estaba en ese parque.
Ella quería conocerla y ser su amiga
— ¡Dahyun! — Gritó Sana acercándose a la menor la cual seguía embobada con la foto de la chica — Dios Dahyun, me has dado un gran susto — ella se comenzó acercar a la rubia. La menor de las hermanas escondió rápido la foto de la chica misteriosa y luego habló
— Lo siento unnie
— No importa. Pero ya vamos a casa que hoy llegan los abuelos — Tomó a Dahyun de la mano y luego ambas entraron a la casa.
La pequeña de 10 años, desde ese día, había decidido guardar la foto para intentar buscarla; sin mucho éxito la verdad.
Y así fue fue adoptando una rutina por varios años; Dahyun llegaba del colegio, almorzaba, realizaba sus deberes y con mucha prisa salía de su casa con dirección a aquel parte.
Pero el resultado siempre era el mismo.
Tan mal le iba en su búsqueda que, incluso, la menor ya se estaba dando por vencida
— Es inútil. ¿En que estoy pensando? Es claro que jamás la encontraré — suspiró para luego guardar la foto de yacía un año de su encuentro.
Y así pasaron más y más años.
Dahyun ya se había rendido, había perdido toda esperanza de encontrar a aquella chica. Así que comenzó a abrirse y conocer a más personas. De todas formas, a esa pelinegra no la conocía.
Ya cinco años después de aquel acontecimiento, cuando Dahyun tenía 16 años, fue que conoció a una chica que le llamó bastante la atención.
Era muy hermosa; tenía el cabello castaño, un poco largo y era japonesa. Su primer encuentro fue en la fiesta de su hermana mayor, Sana, la cual había invitado a aquella chica porque, aunque recién había ingresado a su mismo colegio, ya que se había vuelto muy cercana a ella.
Dahyun y Momo hablaron casi todo la noche. Tuvieron buena química y entre risas y chistes, ambas consiguieron el número de teléfono de la otra.
Kim ya casi no pensaba en la chica de la foto, sinceramente se había rendido; había un 0.1% de probabilidad de que pudiera conocer a aquella misteriosa, e increíblemente hermosa, pelinegra. Así que, como dije anteriormente, se rindió y comenzó a salir con la amiga de su hermana.
— ¿Saldrás con ella? — Le preguntó riendo Sana lanzándose a su cama con su mirada en Dahyun
— Sí, realmente me parece una chica muy interesante y linda. Creo que podría darme una oportunidad con ella — comentó Dahyun mordiendo su labio inferior sin borrar su sonrisa
— ¿Y qué hay de la chica de la foto misteriosa? — preguntó.
Dahyun le había contado a Sana hace algunas semanas sobre aquella foto.
Le contó que la había guardado todo este tiempo con la esperanza de algún día encontrar a aquella persona que con solo una simple y pequeña foto, la había hecho sentir miles de cosas hermosas.
— Supongo que si el destino quiere que me reencuentre con ella, pues será bienvenida. Pero sinceramente no creo en eso, así que solo me concentraré en mi presente, y lo que tenga que pasar, pues bien, que pase — se encogió de hombros dando fin a la conversación. Sana rió
Esa pequeña cita entre Dahyun y Momo, fue el inicio de un hermoso romance.
Apenas tenían 17 años, sin embargo ya sabían que se amaban y lo harían por mucho tiempo más.
Uno, dos, tres, cuatro hasta cinco años pasaron para que Hirai Momo le propusiera a su novia, Dahyun, que se casara con ella. Kim no lo podía creer; se sentía la mujer más afortunada del universo.
Aceptó gustosa y dos meses después se casaron. Ambas estaban sumamente felices con su matrimonio, e incluso más cuando sus familias las aceptaron sin ninguna objeción.
Se amaban, simplemente lo hacían, y no encontraban otra palabra mejor para describir aquel sentimiento; amor.
Así que terminaron la universidad, comenzaron a trabajar y luego se mudaron juntas.
La casa, si bien es cierto no era la más cara ni lujosa, era espaciosa y acogedora. Tenía un hermoso y elegante color crema por fuera junto con una puerta de madera que, para la opinión de Dahyun, le daba ese toque elegancia que le fascinó desde el primer momento.
Momo la conocía tanto.
Y fue durante los primeros días, cuando ambas estaban acomodando todo para ya empezar a vivir en la que sería de ahora en adelante su hogar, que Dahyun volvió a ver la caja donde había guardado la foto de aquella misteriosa y hermosa chica.
Sonrió en grande y la abrió lentamente.
Volvió a mirar la foto con algo de nostalgia pero, sabía que estaba mal sonreír así por alguien más, por ese simple motivo es que la volvió a guardar para concentrarse y seguir en lo suyo; acomodando y ayudando a Momo a trasladar las cosas por la casa.
Un día, una curiosa Momo abrió aquella caja que su esposa había guardado todos esos meses de matrimonio y, que nunca había acomodado.
Encontró varias cosas como álbumes de fotos, CD's, libros y...ahí, al fondo, se encontraba la foto de aquella chica
— Cariño — la llamó Momo desde su habitación
— ¿Que ocurre, amor? — Preguntó la rubia acercándose a su esposa sorprendiéndose al ver la foto en sus manos
— Dahyun, ¿Como conseguiste esto? — pregunto — ¿Sabes quien es esta chica? — Preguntó Momo nuevamente logrando sorprender a la coreana
— Pues...ella fue mi primer amor, Momoring — suspiró — La foto la encontré hace años y, la guardé con la intención de buscarla, pero cuando lo hice no tuve mucho éxito que digamos — confesó cabizbaja tomando la foto en sus manos
Momo comenzó a reír no tan fuerte como para molestar a su esposa. Por su parte, Dahyun la miró aún más confusa que antes, al ver aquella reacción
— No te rías, es verdad — aclaró Kim al creer que Momo se estaba burlando
— No es lo que crees — se acercó a su esposa y le acarició la mejilla — Solo que, amor — la llamó sin parar sus caricias
— ¿Si? — preguntó — Espera, sé lo que dirás; "es tonto que hayas guardado una foto de una chica que no conocías, ni conoces o conocerás, por casi diez años". Sí lo sé, es tonto, pero no pude evitarlo — Expresó la coreana
— ¿Te gustaba? — Preguntó de repente Momo
— No la conocí, Momoring. Pero me hubiera gustado hacerlo — confesó luego de un largo suspiro
— Hmm, Yo no estaría tan segura de eso — Momo hizo un gesto que a Kim le pareció sospechoso
— ¿Por qué? — preguntó Dahyun — Espera, ¿la conoces?— esta vez lo dijo con una pequeña pizca de esperanza y sus ojitos más brillos os de lo normal
— Bueno, digamos que esta foto la perdí cuando tenía 11 años y estaba jugando en un parque cerca de la casa de mi tía — confesó logrando que un escalofrío recorriera el cuerpo de la coreana
¿Había sido ella todo el tiempo? ¿Como no se pudo haber dado cuenta antes?
Dahyun no lo creía. ¿Acaso se había casado con su primer amor y no se había enterado hasta ahora?
La coreana sonrió y solo atinó a abrazar a su esposa y luego besarla. Se sentía feliz de haber podido "encontrar" a su primer amor, sin darse cuenta que siempre estuvo ahí.
Y es así, como desde aquel momento , Dahyun comenzó a creer más en el destino. Porque sí, quizá a veces lo veamos como algo lejano o poco probable, pero la verdad es que toma su tiempo, pero siempre, siempre se encargada de unir a las personas que se aman y están destinadas.
Como Kim Dahyun e Hirai Momo; dos chicas que desde incluso mucho antes de conocerse y con el más mínimo concepto de qué era el amor, ellas, ya se amaban con locura.
Fin
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