Estados Unidos.- La mañana del 15 de Junio de 1947 alrededor de las diez de la mañana, Betty Berlinger debía llegar al sur de la ciudad de Norton, junto a su pequeña Anne de tres años. Era un día gélido.

La niña corría frente a ella cuando distinguió algo pálido entre la maleza. Al principio pensó que era un maniquí roto, porque eso es lo que hace el instinto humano tratando de razonar algo demasiado horrible para comprenderlo.

Así murió

Hace sesenta y nueve años, Elizabeth Short salió del Hotel Biltmore y se dirigió al sur de la ciudad. Es posible que pasara al restaurante Crown Grill, ya que algunas personas dijeron haberla visto allí el 9 de enero, pero la ciudad entera estaba segura de haberla visto. El caos mediatico que siguió al caso fue algo sólo comparable con lo que vivimos hoy. 

Habría fallecido entre las 9PM del martes 14 y las 3AM del miércoles 15, el día en que fue encontrada. 

“El cadáver había sido cortado en dos por el abdomen, bajo las costillas. Las dos secciones estaban a unos treinta centímetros de distancia. Los brazos, doblados por los codos, estaban alzados hacia los hombros. Las piernas habían sido dejadas abiertas. Tenía marcas y cortes en la frente y el rostro, que había sido golpeado con severidad. El cabello tenía sangre. No tenía los dientes delanteros. Sus mejillas había sido cortadas desde las esquinas de los labios hasta sus orejas. Su hígado colgaba de su torso y la sección baja de su cuerpo había sido cortada, excavada e indescriptiblemente masacrada. Exhibía el sadismo más profundo”.

Más de sesenta personas inocentes del crimen, pero profundamente perturbadas, confesaron haberlo hecho.  

Elizabeth “Beth” Short había tenido una vida muy movida. De pequeña, su padre abandonó la familia y su madre dejó que creyeran que había muerto.

En su adolescencia descubrió que su padre estaba vivo en Florida y se mudó con él a California, pero la relación fue insostenible.

Además, varias enfermedades de infancia la llevaron a pasar los inviernos en Miami. Apenas pudo, se mudó a Hollywood con la esperanza de volverse una actriz. Durante ese periodo estaba de moda la película La Dalia Azul y Beth se volvió la “Dalia Negra” por su cabello oscuro.

Se menciona que ella era muy popular con los soldados y le gustaba ir a fiestas. Una vez la policía se dio cuenta de que no tenían suficientes pruebas para culpar a nadie por su asesinato, se dedicaron a manchar la reputación de la víctima por su “vida licenciosa”.

En el año 2003, un policía de Los Ángeles señaló a su padre como el responsable del asesinato, tras encontrar en un álbum viejo fotos de Elizabeth desnuda.

El hombre, George Hodel, no tenía coartada y era un médico con la experticia suficiente para dejar el cuerpo en su horrible presentación, además de tener un largo prontuario de violencia que incluía entre sus víctimas a su propia hija.

Además durante su juventud trabajó como periodista de crímenes violentos y siempre mostró frialdad ante casos horribles.

Gracias a su clínica exclusiva, que trataba con la mayor confidencialidad enfermedades de transmisión sexual, se movía en los mismos círculos de Hollywood que Elizabeth. 
Después de revelar su teoría, Steven Hodel descubrió que su padre había estado en la lista de sospechosos y durante una intervención de la policía en su hogar, en ese entonces, grabaron el más incriminador de los murmullos:

“Suponiendo que yo fuese el asesino de la Dalia Negra, no pueden demostrarlo. Ya no pueden hablar con mi secretaria porque está muerta”.

Su secretaria había muerto en 1945 de una sobredosis en misteriosas circunstancias, pero tenía razón. Ni entonces, ni ahora, existe suficiente evidencia para acusarlo con certeza.

No queda ADN para analizar. Las huellas se han perdido con el paso del tiempo. Nada despertará a Elizabeth Short de la tumba, pero algo de justicia ha traído esta teoría a un caso tan horrible que hace eco a través del tiempo.