Festival Cultural

Aquel día era lunes, los primeros rayos del Sol empezaban a iluminar la mañana, el clima emanaba un agradable frescor, el canto de los pajarillos era lo único que llenaba el apacible silencio de la mañana, un nuevo día llegaba al país del Sol naciente. Nuestro peliverde preferido se encontraba inmerso en el mundo de los sueños, hasta que la alarma de su celular interrumpió su descanso.

—Ya estoy despierto... -Apagando la alarma con algo de pesadez-. Buen día... -Dijo el peliverde mientras soltaba un bostezo y de reojo veía la hora en el reloj colgado en la pared -.

El peliverde se levantó de la cama dando un salto y se dirigió rápidamente al baño para lavarse los dientes y enjuagarse la cara con algo de agua fría para despertar por completo. Después de eso se acercó a su escritorio, sobre el cuál se encontraba una pequeña caja de regalo.

—Bien, andando –El peliverde tomó la caja y se dirigió hacia la cocina-.

Como se lo esperaba, en el trayecto a la sala en común no se encontró con nadie despierto. Era normal que los demás prefirieran aprovechar hasta el último minuto disponible para descansar, sin embargo, el peliverde sabía con alegría que no era la única persona que le gustaba madrugar. Cuando llegó a la cocina, la vio, sentada en la barra con un libro en su mano derecha y una taza de té en la izquierda. La chica no se había percatado de la presencia del peliverde, por lo que, dando pequeños pasos, Izuku se acercó cautelosamente para sorprenderla.

—Buenos días, Yaoyorozu-san –Le susurró cerca del oído-.

La chica dio soltó un pequeño grito, y giró de forma brusca, el peliverde que tiene una muy mala suerte, recibió un codazo en la boca del estómago que hizo que se doblara del dolor.

—¡Midoriya-san, lo siento! –Dijo la azabache preocupada al ver a quién había golpeado-.

—Me alegra que estés tan animada de verme, Yaoyorozu-san... –Soltando una pequeña risa mientras intentaba recuperar el aire-.

—¿Estás bien?...

—Sí, tranquila –Dijo el peliverde mientras se reponía y le regalaba una sonrisa-. Lamento haberte asustado

—No te preocupes, con ese golpe creo que estamos a mano –Riendo un poco-. ¿Te dirigías a tu entrenamiento matutino, Midoriya-san?

—En realidad... quise tomarme el día de hoy y pasar la mañana juntos... –Tanto el peliverde como la chica se sonrojaron un poco-. Pero vi que estabas ocupada y no quisiera molestarte mientras lees, así que yo-

—No molestas para nada, Midoriya-san –Interrumpiendo al peliverde-. Me encantaría que te quedaras –Mientras cerraba el libro y lo hacía a un lado-. ¿Té? –Preguntó contenta-.

—Si, por favor –Dijo el chico alegre mientras se sentaba a un lado de la azabache-.

Ambos estuvieron juntos charlando por un buen rato, disfrutando de la compañía del otro y teniendo un momento jovial. Era imposible no darse cuenta de la alegría que ambos sentían de estar juntos.

—Vaya noche la de ayer, ¿no?... -Comentó el peliverde mientras se ruborizaba un poco-.

—S-sí, fue una gran sorpresa... -Las mejillas de la chica se tiñeron de un color carmesí mientras esbozaba una gran sonrisa-. Fue algo totalmente inesperado que sinceramente... me alegra mucho que haya sucedido -Viendo directamente a los ojos al peliverde-.

—Ya v-veo -Dijo el peliverde que no pudo evitar sonreír-. Hablando de sorpresas. Había algo que quería darte –Dijo alegre mientras sacaba algo de su bolsillo y rápidamente lo ponía detrás de él para ocultarlo-.

—¿Algo para mí? ¡¿Qué es?! –Dijo emocionada-.

—Mmm... ¿qué será?, ¿qué será? –Haciéndose el desentendido-.

—Vamos, Midoriya-san, dime que es, ¿sí? –Dijo suplicando mientras inflaba sus mejillas de una forma muy tierna-.

—No creíste que me olvidaría, o, ¿sí? Hoy es un día especial, lo tenía apuntado, 23 de septiembre... Feliz cumpleaños, Yaoyorozu-san –Mientras le entregaba la caja que estaba envuelta en papel de regalo color rojo brillante-.

—Midoriya-san... -La chica se puso realmente contenta y esbozó una gran sonrisa-. ¡Muchas gracias! –Tomando la caja y dándole un gran abrazo al peliverde-. ¡¿Qué es?! –En la cara de la azabache se podía ver una gran ilusión-.

—Solo lo descubrirás si lo abres –Dijo el peliverde sonriendo-.

La chica empezó a abrir su regalo con cuidado de no romper la caja ni el obsequio misterioso que había en su interior. Cuando por fin pudo retirar todo el papel de regalo y levantó la tapa, vio su regalo. Se trataba de un marco para fotos, pero este había sido decorado por completo por el peliverde. Y obviamente, la imagen que se encontraba dentro del portarretratos era un collage de fotos en donde los 2 salían juntos.

—Esto es...

— La verdad es que quería regalarte algo valioso, pensé en unos lingotes de oro, pero luego pensé que debes estar más que acostumbrada a recibir cosas así... -Dijo el peliverde haciendo que su novia riera por su boba broma-. Así que pensé que sería una buena idea darte algo único que no venden en cualquier lugar –Dijo sonriendo-.

—Me encanta –Dijo la chica provocando que el peliverde se alegrara en demasía-.

Ambos siguieron conversando a solas por unos minutos más, hasta que al lugar arribó alguien más. Una peli-morada bien conocida por ambos.

—Buen día, tortolitos -Saludó la chica Rockera mientras bostezaba y se tallaba los ojos con sus manos-.

—Buenos días, Kyoka. Veo que esta vez decidiste madrugar -Dijo la azabache-.

—No lo había planeado, pero me desperté sintiendo un hueco en el estómago, no quería levantarme, pero al parecer tengo más hambre que sueño así que, heme aquí -La chica se dirigió directo a la cocina mientras que sus amigos soltaron una pequeña risa por su comentario-.

Y por si se lo estaban preguntando, para Jiro no fue ninguna sorpresa que el peliverde se le haya declarado a Yaoyorozu, después de todo, Izuku le contó su plan con una semana de antelación. Desde entonces, habían estado preparando todo, para que el "gran día" todo saliera a la perfección, y parece que lo consiguieron.

(Contexto: Se refiere al mensaje que envió Izuku hace unos capítulos, el: "¿Podemos hablar?")

Los 3 conversaron por un buen rato hasta que vieron que había llegado la hora de alistarse para ir a clases. Cada uno se fue a su habitación y después de unos 50 minutos, volvieron al lobby, donde ya se encontraba la mayoría de sus amigos, también preparados para las clases matutinas. Aquel día parecía ser solo uno más del montón, la rutina escolar era algo a lo que terminas por acostumbrarte.

—Buenos días -Saludó Aizawa entrando al aula-.

—Buenos días, Aizawa-sensei -Saludaron todos al unísono-.

—Bien, antes de iniciar con la clase, debemos discutir el asunto que teníamos pendiente. Hoy es el último día que tenían para decidir qué es lo que harían en el Festival Cultural. Delgado de clase -Dirigiéndose directamente con en peliverde-,

—Si -Poniéndose de pie-. Después de haberlo discutido entre todos, la clase A... ¡Dará un concierto! -Dijo el peliverde sonriendo con emoción-.

Si bien es cierto que la idea anterior era hacer una obra de teatro, e incluso estaban practicando duramente para interpretarla, los chicos pensaron que, si querían hacer algo único, la música sería el camino perfecto para destacar en el festival Cultural. Creo que no hace falta preguntar en quien se inspiraron para hacer este cambio de último minuto.

Las clases pasaron sin pena ni gloria, un día rutinario para ser más específico. Aunque bueno, el evento principal llegaría en la noche en los dormitorios, donde se organizó un pequeño festejo para Yaoyorozu, la cumpleañera del día.

—¡Felicidades, Yao-Momo! -Dijeron todos al unísono mientras sacaban un gran pastel de la nevera-.

—¡Muchas gracias, chicos! -Dijo la azabache con una gran sonrisa en el rostro-.

—Es de chocolate, Jiro y Midoriya dijeron que es tu favorito. Esperemos que te guste.

—Créanme, le gusta tanto que será un milagro si queda algo para nosotros... -Dijo la peli-morada sacándoles una pequeña risa a los todos los presentes, menos a Yaoyorozu, claro-.

Todos se divirtieron aquella noche, música, bromear y charlar tranquilamente con tus amigos, sinceramente, no hay mejor momento para un adolescente que ese. Eran cerca de las 11:00 pm, por lo que recogieron todo y se fueron a dormir, aunque quisieran quedarse festejando hasta tarde, levantarse para las clases del día siguiente no sería nada fácil al desvelarse tanto.

—¿Te divertiste hoy, Yaoyorozu-san? -Preguntó el peliverde que acompañaba a la azabache de camino a su habitación-.

—¡Si! Fue muy divertido pasar este día con todos -Respondió la chica sonriendo-.

—Eso me alegra -Dijo el chico también esbozando una sonrisa-. Ahora que lo pienso, me resulta algo raro que Masumi-san no te haya llamado para organizar un mega evento el día de hoy -Dijo el peliverde con un poco de confusión-.

—En realidad, le pedí de favor a mi madre que este año fuera diferente. Mis "fiestas" de cumpleaños en casa, siempre acaban siendo reuniones de trabajo entre mi padre y sus socios. Además, nunca van personas de mi edad, no sabes lo aburrido que es conversar con los adultos sobre temas de economía y política -Suspirando-.

—Entre más me cuentas como es la vida de la gente rica, más agradezco no haber nacido en cuna de oro -Dijo el peliverde molestando a la chica-.

—Oye -Dijo soltando una pequeña risa-. De cualquier forma, esta fue la primera fiesta de cumpleaños en la que me divertí de verdad -Dijo mientras miraba al peliverde a los ojos mientras tenía una gran sonrisa en el rostro-.

—Ya veo... -El peliverde sonrió mientras un ligero sonrojo teñía sus mejillas-.

Aquella, fue una buena noche para nuestros héroes. Sin embargo, no podían gastar su tiempo en festejos, el festival cultural estaba cerca, debían ponerse manos a la obra.

Obviamente, para hacer una banda se necesita de músicos, y a pesar de que no todos tenían conocimiento musical, Jiro sería la encargada de enseñarles todo lo que sabía en ese poco tiempo, si consiguió que el peliverde tocara guitarra en un plazo corto, haría lo mismo con aquellos que se atrevieran a aprender. Bakugo, se encargaría de la batería; Yaoyorozu, que había aprendido a tocar piano desde que era una niña, tocaría el teclado; Izuku y Tokoyami estarían en las guitarras eléctricas y la peli-morada, maestra de música de todos los demás, sería la vocalista y la bajista del grupo.

Aoyama, el chico que siempre le gusta brillar, sería el encargado de la puesta en escena y todo lo relacionado con la escenografía, haría que el concierto fuera aún más llamativo y estrafalario. Y aquellos que quisieran estar en el escenario, pero no en la banda, serían dirigidos por Mina para hacer de ellos grandes bailarines. Los chicos ensayaban incluso en fin de semana, ellos le darían a toda la U.A. un espectáculo nunca visto. Los días transcurrieron más rápido de lo que esperaban, antes de que se dieran cuenta, el festival estaba a la vuelta de la esquina, todos se estaban esforzando duramente.

En el Gimnasio Gamma

—¡Kacchan, no estás siguiendo el compás de la canción!

—¡Este es mi solo de batería, puedo hacer lo que quiera en este medio minuto! -Exclamó el rubio cenizo-.

—¡Pero si la canción original no tiene un solo de batería! -Replicó el peliverde-.

¡¿Qué?! -Gritó el chico explosivo-.

Separados por unos pocos metros, se encontraba Mina con el grupo de bailarines, la chica peli-rosa había logrado que la gran mayoría aprendiera a bailar de forma casi profesional, pero para mala suerte de sus pupilos, la chica era extremadamente perfeccionista.

—¡Lo están haciendo muy bien, chicos! -Mina los animaba mientras ensayaban la coreografía-. ¡Ahora hacemos un paso doble!

—S-siento que se me va a salir el corazón por la boca... -Dijo Mineta que sentía que moriría en cualquier momento por la faltaba de aire -. N-necesito un pequeño descanso... -El peli-morado se desplomó del cansancio-.

—¡Viejo, resiste! -Kaminari paró de bailar para auxiliar a su amigo-.

—Midoriya-san, creo que deberíamos parar un momento -La azabache se acercó al peliverde-.

—Si -El peliverde notó que llevaban alrededor de 3 horas ensayando-. ¡Chicos, tomémonos un pequeño descanso! -Alzando la voz para hacerse escuchar-.

La mayoría celebró la decisión y se fueron a sentar en las gigantes gradas con las que contaba el lugar. Pasaron unos 30 minutos, el peliverde conversaba con sus amigos, cuando de repente oyó como es que alguien abría la puerta del recinto, sin embargo, cuando todos voltearon, no pudieron divisar a nadie en la entrada. ¿Había sido algún bromista que había tocado la puerta y huyó en el acto? Fue lo que creyeron hasta que al prestar más atención pudieron ver algo extraño en la pared, era...

—¡Hola, chicos! -Todos se percataron que había un rostro incrustado en la pared de concreto-.

—¡Mirio-Senpai! -El peliverde se acercó a saludar al chico ojiazul-. ¿Cómo has estado? -Preguntó el chico de forma amable-.

—No me puedo quejar -Sonriendo-. Veo que se están esforzando para este fin de semana.

—¡Si! Tuvimos la suerte de que Aizawa-sensei nos diera autorización para ensayar incluso en horario de clases esta última semana antes del festival cultural -Dijo el peliverde esbozando su clásica sonrisa-. Por cierto... ¿Por qué no entraste por la puerta, Mirio-Senpai? -Preguntó el chico sintiéndose algo raro de estar hablando con una cara que sobresalía de la pared-.

—La respuesta a esa pregunta es muy sencilla, Midoriya. Es porque... ¡Te tengo una sorpresa! -Exclamó el rubio-.

—¿Sorpresa? -Dijo el peliverde con confusión-.

—Ya puedes salir...

En el marco de la puerta se posó una pequeña silueta, una pequeña peliblanca se hacía presente en el lugar, llevaba un pequeño overol color rojo, una bolsa de mano del mismo color para que todo combinara. El peliverde la vio unos segundos y no pudo evitar esbozar una gran sonrisa.

—¡Eri-chan! ¡Viniste! -Dijo mientras se acercaba a saludar a la pequeña con alegría-.

Los demás chicos de la clase oyeron a Izuku y no pudieron contener las ganas de querer acercarse a saludar, en menos de un minuto, toda la clase A había rodeado a la pequeña.

—¡¿Eres Eri-chan?! ¡Hemos oído mucho de ti, eres más linda de lo que nos habían dicho! -Dijo Mina con su tono alegre de siempre-.

Los chicos querían hablar con la pequeña, pero al querer hacerlo todos al mismo tiempo, resultó abrumador para Eri tener a tantas personas encima de ella y se asustó un poco, la peliblanca se ocultó tras Izuku mientras abrazaba su pierna derecha.

—Chicos, tranquilos. Están haciendo que Eri-chan se sienta incómoda -Dijo Yaoyorozu intentando calmar los ánimos de sus amigos, consiguiendo que todos retrocedieran un poco-. Nos alegra mucho el volver a verte Eri-chan -La azabache se había puesto en cuclillas para estar a la altura de la pequeña y la saludó con una sonrisa en el rostro-.

—H-hola... -La pequeña saludó con algo de timidez-.

Eri se había tranquilizado un poco, pero permanecía aferrada a la pierna del peliverde, parecía que seguía estando algo reacia a acercarse a los demás, desde su punto de vista, solo podía confiar en Mirio y en Izuku, sus héroes.

—Oh, ahora que lo recuerdo, tengo algo para ti, Eri-chan -Dijo la azabache con un tono alegre-.

—¿Algo para mí?... -Preguntó con algo de curiosidad-.

—¡Si! A ver, ¿en dónde lo dejé? -La chica metió su mano dentro de su chaqueta como si buscara algo-. Mmm... ¡Aquí está! ¡Espero que te guste! -Acercándole el obsequio a la pequeña-.

Yaoyorozu tenía en sus manos un osito de peluche, resultaba llamativo que el muñeco tenía un pequeño cuernito en la cabeza, la chica lo había materializado gracias a su quirk. Los ojitos de la pequeña brillaron un poco, para ella fue un gran truco de magia el ver como el osito aparecía de la nada. La peliblanca no estaba del todo segura si debía aceptar el regalo.

—Adelante, Eri-Chan, puedes tomarlo -Dijo el peliverde regalándole una sonrisa a la pequeña-. Puedes confiar en ellos -El chico también se agachó para estar a la altura de la niña-.

Eri asintió y se acercó hacia su regalo para tomarlo, cuando lo tuvo entre sus brazos regresó casi enseguida con el peliverde.

—Es muy lindo, g-gracias... -Dijo la pequeña en voz baja mientras agachaba un poco la mirada-.

—¡Me alegra que te haya gustado! -Dijo la azabache contenta-.

¡Tú sí que eres linda, Eri-chan! -Exclamaron Hagakure y Mina que seguían maravilladas con la ternura de la peliblanca-.

—¡Si tienen pensado perder todo el día, yo me largo de aquí! ¡No pienso desperdiciar mi tiempo con ustedes! -Exclamó el rubio cenizo-.

—Aguafiestas... -Dijo Mina mientras miraba con molestia a Bakugo-.

—Bueno, chicos, creo que es hora de que regresemos a ensayar -Comentó el peliverde, haciendo que todos tuvieran que regresar a sus puestos con algo de pesadez-.

—Nos vemos, Eri-Chan, espero volver a verte pronto -Se despidió con tristeza la chica invisible-.

—Mirio-Senpai, ¿tienes pensado mostrarle U.A. a Eri-Chan? -Preguntó el peliverde-.

—Si, creí que estar en el hospital todo el tiempo podría llegar a ser aburrido para ella, así que pensé que sería buena idea que conociera un poco de como es la academia antes de que sea el festival. Venía para invitarte, ¿vienes? -Sonriendo-.

—Me encantaría ir, pero tengo que... -El chico bajó la mirada y pudo ver como es que la pequeña peliblanca se entristeció un poco-.

—Midoriya-san -La azabache se acercó al peliverde y le susurró al oído-. Sé que falta poco para el Festival Cultural, pero es la primera vez que Eri-Chan se anima a salir del hospital, no puedes dejarla sola. Anda, ven con ellos -Dijo con una sonrisa-.

El peliverde reflexionó un poco lo que le había dicho su novia, la azabache tenía razón, esto era más importante en ese momento.

—¡Si! -El peliverde volteó a ver a la azabache y tan solo asintió-. ¡Eri-Chan, vamos a que conozcas U.A! -Exclamó el peliverde con emoción haciendo que los ojitos de Eri brillaran un poco!

El peliverde, que cambió de vestimenta al uniforme de U.A., Mirio y Eri se dirigieron a la academia. Cuando llegaron, pudieron ver como es que todos los estudiantes se encontraban trabajando en los últimos detalles para el festival. Algunos decorando las paredes, otros cocinando, algunos ensayando el espectáculo que darían, etc. No había un alma que estuviera sin hacer nada.

—¡Este es el patio principal, es enorme, aquí es donde se llevarán a cabo todas las actividades del festival! -Dijo el rubio mientras paseaban por la explanada-.

—Escuché que este año habrá una gran cantidad de puestos, ¿Qué te parece si visitamos todos los que podamos ese día, Eri-Chan? ¡Será muy divertido! -Dijo con una gran sonrisa-.

—Si... -Respondió con timidez la pequeña que se aferraba al pantalón del peliverde para no separarse de él-.

—¡También podem-

—¡Cuidado! -Alguien exclamó-.

Un par de pesados barriles de madera se dirigían a toda velocidad hacia los chicos, estos ya estaban a un par de metros de Izuku y Mirio, el peliverde reaccionó lo más rápido que pudo y con su mano izquierda puso a Eri detrás de él, mientras que ponía su mano derecha en el asfalto para levantar un pequeño muro de concreto que sirvió para atajar el impacto Por suerte, nadie había salido lastimado

—¡¿Estás bien, Eri-Chan?! -Preguntó el peliverde algo preocupado mientras cercioraba que la pequeña no tuviera algún rasguño-.

—Si, no me pasó nada -Respondió la pequeña con tranquilidad-.

—¡Lo sentimos demasiado, estábamos llevando la utilería al escenario, pero me tropecé y perdí el agarre del barril! -Un chico pelinegro con una bandana azul y blanca en la frente se acercó al peliverde-. ¿Están todos bien?... Espera, ¡pero si eres tú Midoriya! -Saludó el joven con emoción-.

—¡Awase-kun! -El peliverde reconoció enseguida a su amigo-. ¿Cómo has estado? Ya hace mucho que no te veía -Sonriendo-.

—Estás en lo cierto, creo que desde el día del campamento que no nos veíamos. Pues me encuentro muy bien, viejo, las cosas por suerte se han mantenido tranquilas desde aquel día, bueno, creo que para ti no tanto, ¿cierto? Por alguna razón siempre estás metido en los líos más grandes, Midoriya -Recordando el vídeo que se hizo público de la pelea de Izuku vs Chisaki-.

—Bueno, creo que es algún tipo de don/maldición que tengo... -Soltando una risa nerviosa-. Dijiste que esos barriles eran utilería, ¿cierto? ¿Está la clase B preparando algo para el festival cultural? -Preguntó curioso el peliverde-.

—¡Si, tenemos pensado hace-

—¡Vaya, vaya! ¡Pero si es Izuku Midoriya, el presidente de la clase A! -Una voz ruidosa y ya conocida interrumpió a Awase-. ¿Seguro que tienes tiempo que perder estando aquí?

—Ah... Hola, Monoma-kun -El peliverde saludó por obligación y forzándose un poco a sonreír-.

—He oído que tu clase dará un concierto. Ja, vaya tontería. Quiero que lo tengas claro, la clase B será 100 veces superior a la clase A en el festival -Dijo el rubio con su tono irritante de siempre-. "Romeo y Julieta en la Mancha en búsqueda de la cámara secreta" ¡Haremos una espectacular obra de fantasía totalmente original!

—Oh ya veo. Eso explica el porqué necesitan la utilería.

—Si yo fuera tú, estaría buscando los trapeadores, no quisiera que dejarán todo el suelo mojado por las lágrimas que soltarán cuando los humillemos con nuestro acto. ¡Por fin será el día en el que verán lo que ser el segundón, clase A!

El chico empezó a reír con locura, como si de un villano se tratase. Esto duró unos segundos hasta que Awase cansado de su comportamiento le dio un fuerte golpe en la nuca que provocó que el rubio cayera inconsciente al suelo.

—Lo siento, Midoriya, ya sabes que este tipo es un completo lunático -Mientras cargaba a su amigo-. No puedo creer que Kendo tenga que soportar esto todos los días... -Suspirando-. En fin, espero que les vaya muy bien con su concierto, no se les olvide pasar a ver nuestra obra. ¡Nos vemos! -El pelinegro tomó a Monoma y regresó a su puesto de trabajo-.

—Lo siento, Eri-Chan, no queríamos que vieras lo peor que tiene la U.A. -Dijo Mirio mientras sonreía con algo de nervios-.

Los chicos siguieron con su recorrido por un tiempo más, sin embargo, tuvieron que parar cuando notaron que Eri estaba algo cansada y hambrienta por camina tanto. Izuku Y Mirio la llevaron a la cafetería para que la pequeña descasara y comiera algo.

En el comedor de Lunch-Rush

—Y creo que eso fue todo importante que debes conocer, Eri-Chan. ¿Qué te pareció la U.A.? -Preguntó el peliverde con expectación-.

—Yo... no sabría que decir -El rubio y el peliverde se vieron confundidos-. Pero... el ver como es que todos se están esforzando... hace que quiera ver cómo es que resulta todo -Dijo la pequeña mientras miraba directo a los ojos a los chicos-.

—¡Verás que todo será genial! -Respondieron ambos al unísono e igual de emocionados-.

Después de eso, los chicos tuvieron que despedirse de Eri, ya era hora de que regresara al hospital. Izuku por su parte tuvo que ir de nuevo a ensayar con la banda, con los pocos días que faltaban tenía que reponer el tiempo que había perdido. El peliverde estaba más que motivado, estaba convencido, le daría un gran espectáculo a Eri.

Antes de que alguien se percatara, el último ensayo llegó. La próxima vez que se estuvieran encima del escenario estarían rodeados de cientos de personas. La presión por el día de mañana, el día del festival cultural, se sentía en el ambiente y hacía mella en algún que otro de los chicos.

En el gimnasio Gamma (8:40 pm)

—¡Lo están haciendo muy bien, chicos! -Exclamó Mina animando al grupo-. ¡Y ahora, el paso doble! -La peli-rosa hizo el paso correspondiente y cuando vio que todos los demás pudieron seguirla, casi llora de la emoción-. Excelente... -Sollozando un poco-. No tengo nada más que enseñarles, están listos... -Dijo la chica orgullosa de sus pupilos-.

—Bien, recuerden que cuando Izuku se encargue de hacer el solo de guitarra, los demás nos mantenemos en la escala de Sol para hacer de acompañamiento, ¿de acuerdo? -Dijo Jiro poniendo en orden los últimos puntos para la presentación de mañana-.

—¡Si! -Dijeron todos los miembros de la banda, excepto el rubio cenizo que como siempre se encontraba malhumorado-.

La práctica siguió por una media hora más cuando de repente alguien abrió la puerta del gimnasio de forma repentina y violenta.
—¡¿No han visto la hora que es?! ¡Es hora de que desalojen el gimnasio! -Exclamó el héroe Houng Dog-.

—¡Lo sentimos!

Los chicos tomaron sus cosas y salieron lo más rápido posible, no querían que fueran reportados con Aizawa-sensei. Quedaban menos de 24 horas para el festival cultural...

Al día siguiente

El día llegó por fin, todo el esfuerzo, la dedicación, el esmero, todo lo que había conseguido la clase A se pondría a prueba en unas horas, era el momento que habían estado esperando durante las últimas semanas, la clase A le mostraría a todo el mundo su brillo.
—Mmm... -Izuku abrió los ojos lentamente y miró a su alrededor buscando su reloj, faltaban 15 minutos para que la alarma sonara-. ¡Es hoy! -El peliverde se levantó lo más rápido que pudo y se fue a preparar para el ajetreado día que tendría-.

Eran las 7:30 am, el festival cultural daría inicio hasta las 10:00 am, aún quedaba tiempo, pero la clase A era demasiado perfeccionista y no se conformarían con otra cosa que no fuera la excelencia. Después de ducharse y alistarse, el peliverde salió de su habitación con rumbo a la sala en común.

—¡Chicos, buenos días! -Saludó el peliverde con una sonrisa en el rostro-.

—Buenos días, Midoriya-Kun -Devolvió el saludo Iida-.

—Buenos días, Izuku, ¿listo para darles un gran espectáculo al público de hoy? -Dijo Jiro alegre-.

—¡Claro que sí! Estuve toda la noche esperando que amaneciera para poder presentarnos

—Me gustaría estar tan animada como tú, Midoriya-San -Dijo la azabache que se encontraba bebiendo una taza de té para intentar relajarse-. Espero que todo salga bien... -Suspirando-.

—Tranquila, chica, solo confía en ti misma y verás como es que todo saldrá perfecto -Dijo la chica rockera para intentar calmar a su amiga-.

Casi toda la clase A se encontraba ya despierta, algo que raramente vez se veía, como se notaba que era un día especial. Pasaron unos minutos más y cuando estuvieron todos se marcharon al gimnasio Gamma, lugar donde se llevaría a cabo el concierto, querían afinar los últimos detalles para su presentación.

Preparar el escenario, afinar los instrumentos, ensayar por última vez, eran parte de la lista de deberes que tenía la clase A antes de presentarse. Ellos, al igual que toda la U.A., estaban trabajando arduamente para intentar que ese día tuvieran un gran Festival Cultural.

—¡Ahora es tu solo, Izuku! -Exclamó Jiro-.

El peliverde empezó a tocar las notas, sin embargo, después de unos segundos y de varios "licks" de su solo, su cuarta cuerda no pudo más y cedió. Todos pararon de tocar al presenciar el desafortunado evento.

—¡Rayos, pero si las cambié apenas ayer! -Dijo el peliverde confundido y algo molesto-.

—Esperemos que no sea una señal de mala suerte... -Dijo el chico ave-.

—Vamos, Tokoyami, no seas ave de mal agüero -Replicó Jiro-. ¿Tienes cuerdas de repuesto, Izuku?

—No, estas son el último juego que tenía. Creo que tendré que ir a alguna tienda de instrumentos -Mientras quitaba la cuerda rota del clavijero-.

—Según "Maps" la tienda más cercana está a unos 45 minutos, no hay manera de que vayas y llegues a tiempo -Dijo la peli-morada mientras le mostraba su celular-.

—Esto pinta muy mal... -Viendo que solo faltaban unos 50 minutos para empezar el espectáculo-. Tal vez si uso el Full Cowl... No, si algún policía me ve puede reportarme y quitarme la licencia provisional... -El peliverde empezó a murmurar a una velocidad inhumana, ya había pasado desde que sus amigos lo vieron así-.

El peliverde estaba a punto de echar a correr con desesperación hasta que sintió un pequeño golpe en la frente. Había sido Yaoyorozu que le dio un pequeño impacto con el dedo índice que lo hizo salir del pequeño trance en el que estaba.

—Creo que a veces se te olvida de lo que es capaz mi quirk -La azabache le dio la cuerda que le faltaba al peliverde-.

—¿Tengo que pagar algo o... invita la casa?

—Que bobo -Dijo la chica mientras reía un poco con la broma de Izuku-. Me conformo con que hagas un buen trabajo más tarde en el escenario -Sonriendo-.

—Cuenta con ello -Dijo el peliverde devolviendo el gesto-.

—¡Bien, sigamos ensayando!

—¡Si! -Dijeron todos los integrantes de la banda al unísono-.

Entrada principal de U.A.

—Aquí está bien, James. Yo te llamaré cuando quiera que pases por nosotros.

—Claro, señor -El chofer paró el auto un momento y se dirigió a abrirle la puerta al hombre-. Que se divierta, Sir Nighteye

—Gracias...

El alto hombre de anteojos salió del auto vistiendo su traje formal color gris, en su brazo derecho tenía un cabestrillo, si bien había perdido su extremidad la misión Overhaul, no quería que nadie viera su grave herida.

—Buen día, vengo al festival Cultural. El director Nezu me invitó personalmente -El héroe se acercó a la caseta donde se encontraba el guardia de seguridad-.

—¡Buen día, Sir Nighteye! ¡Claro, el director Nezu me dijo que vendría, pase por favor! -Mientras abría las puertas-.

El hombre de anteojos se adentró a la academia y se dirigió a la gran explanada donde se encontrarían todos los puestos y actividades del festival; Nighteye no caminaba sin rumbo, buscaba a alguien.

—¡Sir, aquí! -Exclamó un joven mientras movía los brazos de un lado a otro para llamar la atención del hombre-. ¡Ven, Eri-Chan!

La voz era más que conocida para el hombre de anteojos, era su pupilo, Mirio. El rubio no estaba solo, de su mano iba una pequeña peliblanca con su trajecito color rojo como sus ojos.

—¡Me alegra mucho saber que pudo venir, Sir! -Dijo Mirio con una gran sonrisa en el rostro-. ¡Casi empieza el concierto de la Clase A, dijo Midoriya que tocaría, ¿verdad, Eri-Chan?! -El chico estaba muy emocionado-.

—¿Y qué estamos esperando? Hay que apurarnos si queremos tener un buen lugar -Dijo mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro-.

—¡Si! -Poniéndose en marcha-.

De vuelta en el gimnasio Gamma

Los minutos transcurrieron lentamente y antes de que los chicos se dieran cuenta, una gran fila se empezó a formar afuera del gimnasio, la expectación de parte del público era enorme; al igual que los nervios de algunos de los chicos de la clase A.

—¡Viejo, ¿de dónde salieron tantas personas!?! -Exclamó Kaminari al cual casi se le salían los ojos del asombro al ver a través del telón todo el público que se había reunido para el concierto-.

—H-hay demasiada gente... -Dijo la azabache a la cual le temblaban las manos por los nervios y la presión-.

—Tranquila, Yaoyorozu-san, hemos practicado mucho para esto. Todo saldrá perfecto -Dijo el peliverde que tomó las manos de la chica para intentar calmar sus ansias-.

—E-está bien... -La chica respiró hondo e intento calmarse-.

—¡Chicos, por favor todos escúchenme! -Exclamó el peliverde haciendo que todos voltearan con él-. Estamos a punto de salir, al ver sus rostros puedo ver expresiones de miedo y preocupación, no tiene que ser así. Todos en este lugar se han dejado el alma ensayando una y otra vez para que este momento sea excelente, cuando se abra ese telón debemos dar todo de nosotros para dar un espectáculo memorable para todas las personas que están ahí fuera alentándonos, pero... que no se les olvide lo más importante. ¡Salgamos a divertirnos! -Dijo alzando el puño con ímpetu-.

—¡Si, hagámoslo! -Todos respondieron al unísono-.

Todos se pusieron en su posición, los músicos, los bailarines, los encargados de la escenografía. Todo estaba listo para empezar.

—Lo siento, con permiso -Apartando a un par de personas-. Creo que llegamos justo a tiempo -Dijo Mirio mientras se colocaba en una posición donde se viera todo el espectáculo-. ¿Puedes ver bien, Eri-Chan?

—Si... -Respondió tímidamente la pequeña-.

—Me pregunto con qué nos sorprenderá Midoriya y su clase esta vez -Dijo Nighteye mientras se acomodaba sus gafas-.

—No tengo idea, ¡pero estoy seguro de que será genial! -Dijo el chico animado-. ¡Ya está empezando! -Viendo como las luces se empezaron a hacer cada vez más tenues-.

Las luces del lugar se apagaron y todos los reflectores se concentraron en el escenario, el telón se fue abriendo poco a poco dejando ver las siluetas de nuestros héroes... El espectáculo había dado inicio.

https://youtu.be/GgwUenaQqlM

Todos estaban maravillados con la música, las luces, los efectos especiales. El lugar se había convertido en un sitio mágico, sin duda alguna la clase A había logrado hacer un espectáculo inolvidable. Después de unos minutos de concierto la música cesó, pero la lluvia de aplausos se mantuvo por un par de minutos más.

—¡Eso fue increíble, Clase A! -Exclamó un chico que no paraba de saltar de la emoción-.

—¡¿Esa chica de verdad es aspirante a heroína?! ¡Canta como una profesional!

—¡Por favor canten una más! ¡Una más, una más! -Exclamaba una chica de último grado-.

Poco a poco, todos en el recinto se le sumaron a su compañera y empezaron a corear la misma frase, nadie quería que el espectáculo terminara, nuestros héroes no se esperaban ese recibimiento de su número, por lo que rápidamente los miembros hicieron un "team back"

—No estoy seguro, pero creo que les gustó como lo hicimos -Dijo el peliverde en tono bromista-. Todos quieren que sigamos, pero... solo ensayamos una canción para este día. ¿Alguien tiene una idea? Jiro, ¿qué sugieres que hagamos? -Volteando a ver a la chica-.

—S-solo puedo decir... que yo no puedo seguir otra canción. T-tengo la garganta deshecha -La voz de la peli-morada sonaba realmente queda-.

—Sin nuestra vocalista no podemos seguir... a menos que alguien la reemplace -Todos posaron su vista sobre Izuku-.

—Creo que la banda ya tomó la decisión por mí así que... vamos a hacerlo.

—¡¿Y que maldita canción vamos a tocar?! -Dijo el rubio cenizo con su tono molesto de siempre-.

—Tengo una idea...

Todos se fueron a su posición, ahora fue Izuku el que tomó el micrófono y Jiro se colocó un poco más atrás.

—Bueno, como todos saben el público manda, así que vamos a tocar una más, esperamos que la siguiente canción también sea de su agrado -El chico se veía sonriente mientras acomodaba el micrófono a una altura cómoda para él-.

—¡¿Lo estás viendo, Eri-Chan?! ¡Parece ser que Midoriya también cantará! -Dijo el rubio animado-.

—¡Vamos, Izuku! -Gritó la pequeña peliblanca mientras alzaba sus bracitos con emoción-.

—Bueno, chicos, la canción es con ritmo de Blues en Si, observen los cambios, traten de seguirme, ¿de acuerdo? -Dijo el peliverde subiendo al máximo el volumen de su instrumento-.

https://youtu.be/gm3J5adMXfw

¿Quién dice que el Rock and Roll ha muerto?

Después de tocar la última nota y de despedirse entre aplausos y ovaciones de parte de los espectadores, el telón se bajó. Sin duda el espectáculo de la clase A se llevaría la distinción del "mejor evento del festival Cultural" ...

Unos 20 minutos después afuera en el gimnasio Gamma

—¡Midoriya, estamos aquí! ¡Hicieron un gran trabajo, chicos! -Mirio se acercó a los chicos que se encontraban recogiendo todo para poder disfrutar también del festival cultural-.

—¡Mirio-Senpai! -El peliverde cargaba con su guitarra y amplificador-. Intenté buscarlos entre el público, pero todo estaba tan oscuro que no los pude ver. Y bien... ¿Qué te pareció, Eri-Chan? -Expectante de las palabras de la pequeña-.

—Al principio estaba algo asustada por el ruido, pero entonces todos salieron bailando mientras un montón de luces iluminaban todo el lugar. La voz de la chica resonaba por todo el lugar y todos empezaron a cantar con ella, ¡y no pude evitar gritar! -Dijo la peliblanca con emoción-. Y cuando empezaste a cantar y tocar me dieron ganas de bailar. ¡Fue emocionante! -Dijo simulando estar tocando una guitarra-.

—¡Me hace tan feliz que te hayas divertido, Eri-Chan! -La sonrisa que tenía en el rostro el peliverde apenas cabía en su rostro-.

—Tienes buen gusto para la música, chico, no te lo voy a negar. Hace tiempo que no escuchaba esa canción -Dijo Nighteye llegando al lugar después de haber ido por una bebida en un puesto cercano-.

—¡Sir Nighteye, me alegra verlo! -Animado-. Me alegro de que también haya podido disfrutar del espectáculo. Ahora mismo tengo que acabar de llevar todo esto a los dormitorios, pero terminando los alcanzaré para disfrutar juntos del festival. ¿Qué te parece, Eri-Chan? Aún debemos buscar tu manzana caramelizada ¿cierto? -Acariciando un poco el cabello de la pequeña-.

—¡Si! -Dijo la peliblanca mientras empezaba a babear un poco imaginando el manjar-.

—¡Bien!

El peliverde recogió lo más rápido que pudo y después de unos 20 minutos, él y todos los chicos de la clase A por fin habían terminado con la limpieza, era hora de disfrutar lo que restaba del día. Eran cerca de las 12 del mediodía, estaba a punto de comenzar el evento por el que muchos estudiantes habían estado esperando, El Concurso de Belleza. Izuku recordó que Mirio le había comentado que Nejire participaría, por lo que creyó que ahí podría encontrarlo. El peliverde se dirigió al lugar acompañado de toda la Clase A, nadie quería perderse el evento.

—¡Esa fue Aiko Azami! ¡Por favor denle un fuerte aplauso a ella y su increíble espectáculo acrobático! -Se podía oír la voz de la presentadora a través de las grandes bocinas-. ¡Solo quedan 2 chicas participantes, ¿quién se llevará la corona de la chica más hermosa de U.A.?! ¡Ustedes serán los que decidan! -Dijo la chica haciendo que todo el público empezara a animar con emoción-.

—¡Rayos, no llegué a tiempo para ver el concurso completo! -Exclamó Mineta con mucha tristeza e impotencia-. ¡Ah, pero alguien tuvo la grandiosa idea de tocar otra canción más y alargar el concierto! -El peli-morado tenía una mirada asesina sobre Izuku-.

—Lo siento, lo siento. Pero mira el lado bueno, Mineta-kun, al menos tuvimos la suerte de llegar antes de que el evento acabara.

—Maldito, Midoriya... -El peli-morado estaba a punto de cometer un crimen de odio contra Izuku-.

—¡Y Nuestra siguiente concursante es la presidenta de la Clase B, Itsuka Kendo! ¡Un aplauso para ella por favor! -Exclamó la presentadora-.

—¿Kendo-san? -El peliverde y algunos más de la clase A se sorprendieron de ver a la peli-naranja-. No sabía que le gustaba participar en este tipo de eventos

—Escuché que la convencieron de participar después de que grabara un comercial de cosméticos con la heroína Uwabami cuando hizo sus prácticas con ella. Dicen que dicho comercial hizo que su popularidad subiera mucho entre los estudiantes -Respondió Yaoyorozu-.

—Uwabami... Ya veo.

Después de una exhibición de sus artes marciales y su destreza física, Kendo fue despedida por una lluvia de aplausos de parte de los espectadores. La siguiente concursante fue la favorita de ese año, la estudiante de tercer grado y miembro del "Big Three", Nejire Hado.

La peli-azul tuvo una presentación majestuosa, donde el manejo de sus ondas vitales cautivó a todo el público. Mientras ella flotaba en el aire y hacía su rutina, todos los espectadores enmudecieron en asombro, aún faltaba llevar a cabo la votación para decidir a la ganadora, pero después del número de Nejire, la ganadora era prácticamente un secreto a voces.

—¡La votación estará abierta hasta las 5 pm, al acabar el festival! ¡No olviden elegir a su favorita, aquella que se convertirá en la reina del concurso de belleza! ¡Que tengan un buen día! -Retirándose del lugar-.

Apenas terminó el evento, todos los espectadores se retiraron del lugar para poder divertirse con todos los demás eventos que se habían preparado para ese día.

—Nejire-san tuvo una gran presentación. ¿Crees que gane el concurso, Midoriya-san?

—Creo que ahora mismo es la favorita para llevarse la corona. Puede que en este sea su año. Pero... no siento que el concurso sea creíble -Dijo el peliverde mientras se cruzaba de brazos y ponía una expresión pensativa-.

—¿Por qué lo dices, Midoriya-san? -Preguntó Yaoyorozu algo confundida-.

—Porque la verdadera reina de ese concurso ni siquiera está participando. -Dijo el chico viendo fijamente a la azabache-. Si lo hicieras, ni siquiera habría que hacer una votación -Con una gran sonrisa en el rostro-.

—Eres un exagerado... -La azabache no pudo evitar alegrarse al oír aquellas palabras del chico a la par que sus mejillas se teñían de un color carmesí-.

—¡Midoriya, aquí estamos! -Mirio consiguió encontrar al peliverde mientras le hacía señales con la mano para llamar su atención-.

—Le prometí a Eri-Chan que iríamos a divertirnos después de acabar el concierto -Extendiéndole la mano a su novia-. ¿Vamos juntos?

—Claro que sí -Respondió la chica sonriente mientras tomaba la mano del peliverde-.

La pareja se encontró con una animada Eri que estaba deseosa por ver todas las actividades que estaban disponibles en el festival; y si eso es lo que quería la pequeña, eso es lo que harían los chicos.

—Mirio-Senpai, ahora que lo pienso, ¿dónde está Sir Nighteye? -Buscando con la mirada al hombre de anteojos-.

—Dijo que tenía que hablar con el director Nezu, pero nos dijo que nosotros nos divirtiéramos, él luego nos alcanzaría.

—Ya veo...

El primer puesto que visitaron fue un "Tiro al blanco". Esos sitios donde te dan un arma de balines y tienes que derribar una serie de objetivos para intentar ganar un premio. Eri-Chan fue seducida por la gran cantidad de peluches que se podían ganar y quiso intentarlo. Sin embargo, el rifle de balines era demasiado pesado para la pequeña que ni siquiera podía apuntar bien.

—Creo que alguien necesita un poco de ayuda -Dijo el peliverde mientras reía un poco al ver la tierna escena-. Eri-Chan, ¿qué te parece si yo lo sostengo y tu apuntas al lugar al que quieras disparar? -Dijo mientras se agachaba un poco para estar a la altura de la niña-.

—¡Si! -Asintió la pequeña alegre-.

Se hizo lo que Izuku recomendó, la pequeña era la que apuntaba y la que jalaba el gatillo, sin embargo, la puntería de Eri no era la mejor, habían jugado 3 veces seguidas (en cada ocasión el rifle constaba de 10 balas) y no habían podido atinarle a ninguna diana.

—Bien, Eri-Chan, es nuestra última bala... Respira hondo y mantén la mira firme en el objetivo. Y cuando estés lista, jala el gatillo...

La pequeña tomó aire y después de unos segundos en los que intentaba asegurar su tiro, disparó. El proyectil dio de lleno en el objetivo y este fue derrumbado.

—¡Eri-Chan, lo conseguiste! -Exclamó Mirio alegre-.

—¡Le di, ¿lo viste?! -La peliblanca volteó muy animada con el peliverde-.

—¡Si! -Respondió el chico con una gran sonrisa-.

—¡¿Cuál premio crees que deba escoger, Izuku?! -Dijo la pequeña mientras se acercaba al local viendo todos los regalos con gran ilusión-.

—Eh p-pues, Eri-Chan, verás... no creo que eso sea posible.

—¿No ganamos ningún premio?... -La pequeña bajó la mirada con algo de tristeza-.

—¿Hay algún peluche que quieras en específico, Eri-Chan? -Yaoyorozu se acercó a la pequeña y se agachó para estar a su altura-.

—Ese -La pequeña apuntó con su manita un gran peluche de oso que estaba en lo alto del todo, muestra de que era el premio mayor-.

—Ya veo. Dame un minuto, ¿si? -La azabache le sonrió a la pequeña haciendo que esta última tan solo asintiera-. Quisiera intentarlo, por favor -Poniendo el pago correspondiente a un intento-.

La azabache se puso en posición de tiro, inhaló profundamente y apretó el gatillo. Cada bala que era disparada era una objetivo que era derrumbado. En menos de 30 segundos la azabache había acabado con un acierto perfecto, 10/10. Los chicos y Eri miraron asombrados a la azabache.

—¡Increíble! -Los ojos de la pequeña brillaron-.

—Vamos, Eri-Chan, tienes que venir a reclamar tu premio -Dijo Yaoyorozu sonriente-.

—¡Si! - La pequeña ni corta ni perezosa eligió el oso de peluche que tanto le había gustado-. ¡Es muy suavecito! -Mientras abrazaba su premio con fuerza-. ¡Muchas gracias, Yaoyorozu-Chan! -Regalándole una sonrisa a la azabache-.

—No hay de qué, Eri-Chan -Mientras acariciaba el cabello de la pequeña-.

La pequeña fue hacia Mirio para presumirle el oso de peluche que había "ganado", mientras que Izuku se acercaba a la azabache.

—¿Cómo es que tienes tan buena puntería, Yaoyorozu-san? -Cuestionó el chico con algo de asombro-.

—Mi padre tiene como afición la caza deportiva. Cada año nos lleva a Wisconsin para intentar atrapar algunos ciervos. Y si crees que tengo buena puntería, tienes que ver a mi padre en acción, una vez le dio a un objetivo en movimiento a 125 metros de distancia.

—Entonces tendré que mantenerme mínimo a 126 metros de él... -Susurró por lo bajo-.

—¿Decías algo?

—¡No es nada! -Dijo el peliverde mientras huía de la situación-. ¡¿Quién tiene ganas de una crepa?!

—¡Yo! -La peliblanca empezó a babear al imaginar el manjar-.

Los chicos siguieron divirtiéndose, jugando, bromeando y probando un poco de todos los platillos que se habían cocinado para el disfrute de los asistentes del festival. Todos estaban alegres y lo mejor de todo, Eri no dejó de sonreír en todo momento, la pequeña no recordaba un día así de divertido en todo lo que llevaba de vida, quería que durara para siempre, pero como es costumbre, todo lo bueno tiene que terminar un día. Antes de que se dieran cuenta, el festival cultural llegó a su fin.

En la entrada principal de U.A.

—Ese es nuestro auto -El hombre de anteojos divisó como es que su chofer ya estaba arribando al lugar-. Es hora de que nos vayamos, Mirio y Eri.

—Si... -La pequeña había perdido aquella sonrisa que había tenido todo el día y ahora se veía triste y cabizbaja, esto fue visto por los chicos-.

—Eri-Chan... -Llamado la atención de la pequeña-. No creíste que lo olvidaría, ¿verdad? -La pequeña alzó la vista-.

—¡Pensé que no vendían manzanas caramelizadas! -Dijo Mirio algo sorprendido de verla-.

—No lo hacían, cuando descubrí que ningún puesto las vendería le pedí ayuda a Sato-Kun para hacerlas yo mismo, fue más fácil de lo que creí. Adelante, Eri-Chan, dinos que te parece

La pequeña le dio una mordida al dulce y sus ojitos brillaron, sin duda le había encantado.

—¡Está deliciosa! -Con una gran sonrisa en el rostro-.

—¡La próxima vez que vengas te daré todas las manzanas que puedas comer! -Dijo el peliverde contento mientras le daba palmaditas en la cabeza a la pequeña-.

—¡Si!

Sir Nighteye vio toda la escena y no pudo evitar sonreír un poco. Él vio como es que aquella pequeña parecía estar sumida en la más profunda maldad y terror y verla ahora tan feliz... tan sonriente.

—Sin duda alguna, ustedes ya son unos grandes héroes... 


Continuará...

--------------------------------------------------------------------------

Hey, estamos de vuelta!! Sé que han sido muchos días desde la última actualización, la verdad es que tuve que dejar de escribir porque la Universidad de repente fue demasiado sofocante para mí y no me daba tiempo para casi nada :( 
Después de que se acabó ese infierno me llegó otro, me mudé de ciudad, no sé si alguna vez hayan estado en una mudanza, no se lo deseo a nadie, es un horror. Pero ya por fin que me asentado en mi nuevo hogar estoy listo para seguir con esta historia que les agradezco a todos los que siguen pendientes de ella. Que puede que después de mi inactividad sean solo como 10 personas xD, igual seguiré escribiendo porque este fanfic lo acabaré si o si. (Sean sinceros, creían que este sería un fanfic sin acabar? No señor jeje) 
Nos vemos en el siguiente capitulo que espero sea muy pronto, cualquier comentario, voto o sugerencia se agradece, espero que tengan un gran día, chicos :D

Nos vemos!!

PD. Recuerdo que alguien hace muchos capitulos me dijo que si podía hacer que Izuku cantara también en el festival Cultural, bueno, espero que te haya gustado, amigo. Espero que esa persona siga viendo el fanfic xD

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top