one
El olor a cigarro podía sentirse a la perfección en ese cubículo que estaba al final del baño, pero nadie intercedía o trataba de ponerle fin al olor, para qué hacerlo, para qué molestar a Jeon.
El azabache expulsaba el humo mientras estaba apoyado en una pared del cubículo y revisaba su celular, absorto en su trabajo, en su negocio.
El resto de estudiantes entraban a hacer sus necesidades, pero evitando ir hacia el fondo del baño, nadie quería toparse con Jungkook, mucho menos molestarlo.
—Menuda mierda —susurró para volver a calar el cigarro que tenía en la izquierda—. Otra vez me cagó la venta.
Le dio una patada al bote de basura, sobresaltando a los alumnos que se encontraban cerca, paso seguido salió del cubículo y pasó por los lavabos, había un chico lavando sus manos y Jeon aprovechó para lanzar el resto de cigarrillo en el agua, el joven solo se quedó callado, no alegando aquella falta de respeto.
Jungkook sonrió ladino al ver que el idiota no dijo nada, al parecer sabía lo que le convenía, guardó su celular en su bolsillo y emprendió camino a ver al imbecil mayor, el hijo de perra que intercedió en su venta de coca.
Él sabía muy bien de quién se trataba, lo conocía muy bien, sabía cómo jugaba, sabía lo que el muy maldito hacía para llamar su atención.
Taehyung sabía cómo provocarlo.
Caminó con el mentón en alto y una seguridad inquebrantable, el pálido sabía el poder que tenía en esa escuela, el miedo que provocaba en los alumnos de Busan High School y, sobre todo, sabía el respeto se había ganado a través de los años en esa institución. Jeon no era un estudiante común, él era el que sabía los secretos más oscuros de esa institución, sí él quería, el puto director le lamía los pies.
Se detuvo frente una máquina expendedora, le había dado sed y sabía que el idiota odiaba verlo jugar con la pajilla de los jugos en caja, era un dos por uno; insertó las monedas y presionó el número 95, a los segundos la caja de jugo sabor frambuesa ya estaba en sus manos.
—Jeon, no había podido localizarte —dijo el más bajo mientras se apoyaba en la máquina—. Quería saber si te había llegado... —Jimin se rascó el cuello ansioso—. Necesito un poco, ya sabes.
—Las pastillas me llegan en la tarde, pitufo —respondió y comenzó a caminar, el otro lo siguió mientras él incrustaba la pajilla en la caja de cartón —. Te dije que no gastaras toda tu ración, Park.
—Anda, Jeon —junto sus palmas y comenzó a frotarlas—. Sé que tienes un poco extra, te pago el doble, ¿sí?
—Y yo te di-
—Hay una fiesta hoy —lo interrumpió el otro, ansioso, Jungkook se detuvo antes de poner en su boca la pajilla de papel y alzó una ceja, juzgando al otro—. Es de Wang, dicen que es con pase VIP, tengo uno, si te lo doy podrás vender lo que quieras allá, ¿qué dices?
—Buena jugada, pero Wang me vetó de sus fiestas, ya no puedo entrar desde el incidente del año pasado —suspiró con una sonrisa de lado.
—L-lo sé, pero esta no es una fiesta cualquiera, habrá gente de otras escuelas y bastante gente rica —comenzó a persuadirlo—. Significa que no será en su casa, va a ser en un club y allí no te conocen.
Jungkook alzó una ceja a la vez que paseaba su lengua por el interior de su mejilla, no sonaba tan mal lo que proponía el adicto que tenía al lado, tampoco es como si fuera la primera vez que se infiltraría en una fiesta de esa clase.
—¿Qué club?
—El club Seven —respondió de inmediato—, ¿Qué dices?, ¿Te doy el pase o se lo doy a-?
—Terminas esa frase y termino mis negocios contigo, Park —lo interrumpió de forma tajante—. Pasame el pase y yo te doy lo que me queda, pero también me pagas cincuenta mil wones, ¿trato?
—Sí, sí.
—Te veo en el cubículo a las tres, ni un minuto antes ni un minuto menos, pitufo.
—Gracias, Jeon —sonrió en grande y saltó para besarle la cabeza—. Te amo, hijo de perra.
—Solo vete, ¿quieres? —dijo arreglando su peinado.
Cuando Jimin se fue, pudo ver a uno de los esclavos de Taehyung cerca y este se fue corriendo una vez lo descubrió espiando.
—Hijo de perra —escupió un poco de saliva al piso y retomó el camino.
Estaba enojado, solo quería romperle los dientes al cerebrito de Kim, a paso rápido se dirigió a la zona de ese imbécil; cruzó la cancha de basquetbol y los alumnos pararon el juego al verlo pasar, lo mismo pasó cuando caminó por la cancha de futbol.
Todos sabían que Jeon estaba molesto.
Una vez cruzó media escuela, fue detrás del gimnasio, lugar en donde estaba el rubio jugando ajedrez con un chico que sudaba de los nervios y eran rodeados por los estúpidos esclavos del mayor.
Pudo ver al espía de antes al lado de Taehyung, estaba de rodillas y Taehyung le acariciaba el cabello como si fuera un perro. Él se detuvo a ver el panorama mientras bebía un poco del jugo, provocar a Kim siempre sería una de sus cosas favoritas.
—Jungkookie, mi amor —habló de forma dulce el rubio, pero no dejó de ver el tablero—. ¿Vienes a verme jugar, cariño?
—Ya quisieras, hijo de perra —se acercó a la mesa y tiró el tablero con su mano libre—. Tú y yo tenemos que hablar, Kim.
—Ouh, bueno, Namjoon —le habló al chico de lentes que estaba jugando con él—. Mi novio acaba de terminar el juego, significa que gané yo —Jungkook viró los ojos y el otro sonrió en grande—. Vas a tener que elegir, pagarme la deuda o ser mi esclavo.
El castaño temblaba en demasía mientras observaba a todos a su alrededor, a los jugadores que apostaron contra Taehyung, los cuales tuvieron que rendirse y volverse esclavos; desesperado y lleno de angustia, decidió lo peor, se lanzó sobre el azabache que había acabado con el juego.
Pero Taehyung se adelantó al hecho y alcanzó a tomarlo, directamente, del cuello, alzandolo del suelo y cortando la respiración.
—Ni se te ocurra tocar a mi novio, escoria asquerosa —la presión en el cuello cada vez era más y Namjoon comenzaba a ponerse rojo.
—¿Por qué mierda dices que somos novios, Kim? —preguntó de mala gana a la vez que alejaba el bebestible de su boca—, los idiotas te terminan creyendo.
—Lo digo porque eres mi novio, Kook —el azabache blanqueó los ojos.
—¿Según quién?
—Según yo, amor —soltó al de lentes y este cayó al piso, Taehyung se sentó con las piernas abiertas y ambas manos sobre la mesa—. Eres mi novio, bebé.
Jungkook se acercó al otro, posicionándose entre las piernas del rubio, quien lo rodeó con ellas, y, una vez lanzó la caja de jugo sobre la mesa y salpicó un poco a Taehyung, con su diestra tomó por el cuello al rubio.
—¿Por qué sería novio de un loquito de cuarta?, ¿Eh, Kim? —jaló los cabellos de la nuca del rubio hacia atrás con su izquierda—, ¿Qué te hace creer que eres digno de ser mi novio?
El aire se volvía escaso para Kim, pero eso le encantaba demasiado y, en vez de asustarlo o algo, lo ponía más caliente, así que retiró ambas manos de la mesa y las posicionó en la cintura ajena, con un movimiento brusco hizo que Jeon chocará el pecho contra el de él; después, con un desliz, para nada sutil, bajó a tocar con deseo el trasero del azabache, dándose el tiempo de amasar la carne de su bebé, estrujando con fuerza su culo.
Jungkook se mordió el labio con fuerza antes de decir:
—Todos largo —la sonrisa del rubio se ensanchó—. Ahora, mierda —ordenó.
Cuando los esclavos de Kim no estuvieron cerca, Jeon jaló con más fuerza los cabellos rubios, pero disminuyendo la presión de su mano en el cuello ajeno, Kim veía a los ojos a su preciado bebé mientras este delineaba con el pulgar su mandíbula.
—¿Quién te crees, Kim? —preguntó veía con rabia al mencionado—. Maldito hijo de perra, ¿para qué querías que viniera?, ambos sabemos que me jodiste la venta para poderme ver.
—Te extrañaba, Kookie —sacó la cajetilla de cigarros que estaban en el bolsillo trasero del menor y sacó uno—. ¿Es un crimen eso, mi amor? —con la otra mano le quitó el encendedor que estaba en el bolsillo de la chaqueta.
—Perdí una buena venta, el perdedor de Min ahora va a comprarle a los de afuera —tomó el rostro del rubio con ambas manos—. Quiero golpearte, Kim.
Taehyung colocó el cigarro entre sus labios y luego lo encendió, todo sin dejar de ver los ojos de su Jungkookie, caló un poco del cigarrillo y luego sonrió mientras hacía pasar el humo entre ellos.
—No te preocupes, mi amor —dijo después de que el humo se disipara, a la vez que metía su diestra dentro de la camiseta del otro, acariciando el abdomen ajeno—. Ya me encargué de eso, deberías confiar más en tu novio, Min volverá a comprarte.
—¿Qué se supone que hiciste, Kim? —alzó una ceja y luego recibió el cigarro en la boca, para calar de el.
—Ajustes de cuentas, bebé —se acercó para recibir el humo del otro, pero Jeon se lo lanzó en la cara.
—Eres un loquito obsesionado, Taehyung —el mencionado sonrió orgulloso—. Estás tan obsesionado conmigo, que es patético.
—Y eso te encanta, Jeon, lo sabes muy bien.
Jungkook bufó hastiado del rubio, así que lo empujó con fuerza, haciendo que el otro cayera de espaldas en la mesa, pero el maldito sonrió encantado mientras apoyaba los codos en la madera y se levantaba un poco, se deshizo del agarre de piernas del mayor y tomó distancia.
—Vete a la mierda, Kim —se despidió del rubio levantando sus dedos medios.
Jungkook revisó la hora en su celular, eran las doce con quince y estaba frente al club Seven, desde afuera se podía ver a la gente divirtiéndose, bailando, fumando y bebiendo.
Tomó el pase que Jimin le había dado, era dorado y hasta parecía ser de Charlie y la fábrica de chocolates, se le hacía ridículo, además que no entendía para qué hacer una fiesta de ese tipo si Jackson las replicaba exactamente igual en su casa de la playa.
Cosa de ricos, pensó mientras se acercaba a la puerta.
Se puso en la fila y disimuladamente se cercioró de tener toda su mercancía dentro de la chaqueta de cuero, la cocaína, las pastillas, la marihuana y hasta heroína había traído; él sabía que los ricos jóvenes creían que podían con todo y compraban para lucirse, aunque la mayoría quedara mal después de aquello.
Una vez llegó frente al enorme hombre que ejercía su trabajo de guardia, le entregó el ticket dorado, el mastodonte lo revisó hasta con una lupa, lo cual consideraba demasiado excesivo, pero no dijo nada.
—Bienvenido, tiene entrada VIP, así que puede pedir y pasearse por donde quiera, incluso tiene pase para las habitaciones —le dijo y él asintió con una sonrisa.
Una vez entró, analizó el ambiente de cada lugar.
En la barra estaban los universitarios de finanzas y derecho, esos que serían grandes empresarios en un futuro, en la zona de baile había un mix de gente alcoholizada, los típicos buenos para nada que solo eran hijos de papi; en los sofás los ricos jugaban a verdad o reto, esos eran los más populares y quienes se creían dueños de todo por su apellido, en el segundo piso pudo ver a varios fumar y a otros dirigirse a las habitaciones, ese era el destino final, allí se hacían las orgías y varios quedaban hechos mierda con tanta droga.
De acuerdo el panorama, iría primero con los ricos que jugaban verdad o reto, pero primero pasaría por algo para tomar, algo leve que no le hiciera caer, pero que lo hiciera verse como uno más, además les echaría un ojo a los universitarios para buscar al más pendejo que quisiera retar al resto para ver quién se atrevía a probar cocaína o marihuana.
En la barra pidió algo de vodka, después se dirigió a realizar sus ventas, se sentó en un sofá cerca y le metió conversa a un chico que fumaba un vape.
—Amigo, ¿qué fumas? —Bebió un poco de su vaso y el otro le enseñó el aparato—, ¿No deberías ir por algo más fuerte?, eso es muy básico, ¿no?
—¿Tienes algo para ofrecer, acaso? —lo cuestionó alzando la ceja.
—Lo que tú quieras, tú solo pide —sonrió ladino—. Estoy para servirte.
El otro pareció pensarlo un poco y terminó llamando con la mano a un amigo, ambos cuchichearon algo y terminaron por comprarle marihuana y pastillas. Jungkook sonrió y les dijo que si querían algo más, estaría cerca de la pista de baile.
Avanzó entre la multitud de personas que bailaban, necesitaba llegar a la zona que dividía los baños de la pista, sabía que allí siempre compraban más pastillas, en el tramo en el que se dirigían al baño a retocarse o hacer sus necesidades.
Le fue bastante bien, vendió pastillas y hasta coca, además de que una chica llegó a él por recomendación de los amigos de antes, le compró heroína y hasta jeringa.
Cuando comenzó a contar el dinero llegó a la conclusión que necesitaba un poco más, así que decidió subir las apuestas e ir al segundo piso, si tenía suerte le compraban coca para después irse a follar.
Mientras subía las escaleras, pudo ver una cabellera rubia que jamás podría confundir, Taehyung estaba hablando con una chica, ambos fumando mientras se apoyaban en el balcón que tenía vista panorámica hacia todo el primer piso; al parecer Taehyung se divertía bastante charlando con ella.
Una vez en la segunda planta, se quedó en la entrada del pasillo de habitaciones, pero algo estaba fallando y es que no podía dejar de ver al rubio, estaba tan cerca de la chica de cabellos negros que sentía su ira a punto de explotar.
Dejó de prestar atención a posibles clientes y se concentró en el rubio estúpido.
La fémina se acercó a susurrarle algo al otro, el cual sonrió maravillado mientras se relamía los labios, y luego acarició el cuello canela de Taehyung.
—Maldito, perro —susurró.
Un chico se le acercó, posiblemente deduciendo que vendía, pero él le hizo el quite empujandolo y haciéndolo derramar su bebida sobre alguien más, lo cual llamó la atención de varios y de Taehyung.
El rubio sonrió encantado cuando ambos conectaron miradas, y Jungkook entendió que lo estaba provocando.
Taehyung se relamió los labios y tomó la cadera de la chica, la cual posó sus manos sobre los hombros ajenos, ambos estando a punto de rozar sus narices por la cercanía.
Jungkook consideró que eso era demasiado, así que caminó decidido hacia el rubio, sus botas resonando sobre el piso de piedra y las cadenas de sus pantalones destellando con la luz clara.
—Taehyung, rata asquerosa —dijo cuando estuvo al lado de la parejita, jaló al rubio con fuerza del cuello de su camisa, haciendo que este quitara su mano de la fémina y ella se sorprendiera—. ¿Esta es tu mejor forma de hacerme sentir celos, Kim?
—¿Qué mier-?
—Cállate, zorra de cuarta —le interrumpió el menor mientras jalaba al otro lejos de ella—. Eres un maldito, Taehyung.
Taehyung se mordió el labio con deseo, le calentaba tanto ver a su bebé así, tan posesivo, tan celoso, tan obsesionado con que él fuera su perro faldero.
Jungkook acorraló al otro contra la pared de terciopelo rojo, viendo con ira al mayor que sonreía socarrón.
—¿No que era tu novio? —le dio una cachetada en la mejilla, haciendo que el otro girara el rostro—. Sí tan obsesionado estás conmigo, demuestralo, inutil.
Taehyung lo tomó con ambas manos de la cadera, presionando el cuerpo del azabache contra su anatomía, Jungkook gimió bajito al sentir las manos del otro bajar a su trasero y estrujarlo.
—Te encanta que esté loquito por ti, ¿no, bebé? —subió la izquierda por la espalda ajena, de forma lenta, haciendo delirar al menor y terminó por detenerla en la nuca, sujetando con fuerza la zona—. Te encanta que solo te mira a ti, que solo piense en ti, que haga lo que sea por llamar tu atención.
Jungkook asintió de forma lenta, perdiéndose en la mirada del otro, como este se lo comía con la mirada. Y era algo que le gustaba, sentirse como la presa traviesa y casi indomable de Taehyung, que el rubio estuviera constantemente dejando trampas para llamar su atención, y él solo lo tentaba más, a que lo siguiera cazando, a que siguiera en el juego.
Pero quizá ya era hora de dejar el juego, quizá era hora de que Taehyung lo probara.
—Te encanto y lo sabes, mi amor —con fuerza acercó al otro a su boca, estrellándolo contra sí para besarlo.
El beso era intenso, Taehyung tomaba con fuerza la nuca ajena, para que el otro no pudiera alejarse, y con la otra mano acariciaba el culo del otro, delineando la curvatura con hambre y deseo, apretaba con fuerza .
Jungkook posó sus manos en el cuello ajeno, acariciando con sus pulgares la mandíbula y manzana de adán del rubio.
Cuando el aire le comenzaba a faltar, Jungkook bajó su mano a la entrepierna de Taehyung, apretando el miembro por sobre el pantalón, el mayor se separó lamiendo los labios del otro y tomando los muslos del otro para alzarlo, Jeon captó la indirecta y saltó rodeando la cintura del otro.
Mientras Jungkook besaba el cuello de Taehyung, dejándolo con marcas de chupetones y mordidas, el mayor caminaba buscando una habitación con señalética verde, la cual encontró a los segundos después, al final del pasillo.
La habitación solo contaba con una cama de dos plazas con sábanas blancas y un par de almohadas, estaba iluminada con luces neón color rojo y tenía lubricante y condones en la mesa de noche.
Cuando Taehyung entró con Jungkook, se aseguró de cambiar la señalética a roja y cerrar con pestillo.
—Eres un malnacido, Kim —gimió Jeon mientras besaba con hambre el cuello ajeno y sentía el pene del otro duro chocar tocar su culo—, ¿Quién era esa zorra?
El rubio aventó al menor a la cama, observando como este lo veía con ira, pero se dejaba hacer, Taehyung se acercó al Jungkook y comenzó a quitarle las botas.
—Te estoy hablando, Taehyung —dijo enojado—. O me contestas o no entras.
—Mi bebé está celoso —afirmó mientras se subía encima del otro y se sacaba los zapatos—. Pero yo solo lo amo a él, no a la zorra con la que hablé, solo amo a mi Jungkookie.
—Pues no parecía que la quisieras lejos...
Jungkook se quitó la chaqueta y camiseta, lanzando todo al piso, mientras que Taehyung desabrochaba su pantalón de cuero y se lo terminó quitando de un solo jalón, lentamente separó sus piernas y se acercó a los boxers negros, para masajear el pene sobre estos.
Comenzó de forma lenta, quería desesperar a Jeon, el azabache ya tenía el pene semierecto, además de que mantenía los ojos cerrados y se mordía el labio inferior.
Jungkook lo disfrutaba, claro que sí.
—¿Mi novio se enojaría si le digo que todo fue planeado? —el miembro del menor estaba erecto y Kim lo masturbaba con lentitud, lo cual al otro le desesperaba—. ¿Mi Jungkookie se enojaría?
—T-tu novio... te que-querría romper los dien- Oh Dios —Taehyung bajó el boxer con fuerza, logrando que su pene saliera de la ropa, y lo tomó con ambas manos.
—Mi novio quiere romperme los dientes y yo quiero romperle el culo —dijo sonriente mientras jugaba con las pelotas del otro y con la otra mano subía y bajaba por el falo—. Puedo hacer ambas.
Jeon se estaba desesperando, quería que fuera más rápido, que lo hiciera correrse de una jodida vez.
—M-más rápido, K-Kim —gimió agudo y encogió los pies—. Ki-Kim...
—Uhm, mi bebé se quiere venir, ¿debería dejarlo? —Jungkook asintió con rapidez mientras incrustaba sus uñas en los hombros ajenos—. Pide, Kookie, pídemelo.
—Po-por favor Kim, ha-haz que me corra —abrió los ojos, los cuales veían a Taehyung con súplica—. ¿Por favor? —gimió haciendo la cabeza hacia atrás.
—Si mi Jungkookie lo pide así —Taehyung dejó de masturbar al menor y este frunció el ceño, listo para alegar, pero al sentir como el rubio engullía su pene, no pudo decir nada.
—Ma-maldito seas —tomó el cabello rubio con su mano derecha y jaló con fuerza—. Sigue así, Taehyunggie, si-sigue —gimió apretando las piernas.
Taehyung lamía y mamaba el pene ajeno como un experto, tenía las mejillas ahuecadas y chupaba con suma precisión, subía y bajaba, tomando todo el miembro, y luego besaba el falo, también jugando con su lengua allí.
Jungkook no tardó mucho en jalarle con más fuerza las hebras doradas y aumentó el volumen de los gemidos, así que Kim sabía que estaba por correrse, por lo que chupó con más ganas.
El azabache se vino en la boca del mayor mientras gemía agudo, Taehyung recibió todo el semen con gusto, tragándolo con ganas y luego acarició los muslos del otro, que estaba teniendo espasmos en ese momento, y se atrevió a dejar besos y mordidas en aquella zona.
—Aún no hemos terminado, cariño —tomó el lubricante que estaba en la mesa de noche y lo embarró en sus dedos y un poco en la entrada ajena—. Aquí no hay descanso, mi amor.
Jungkook se dejó hacer, quería que Taehyung lo tomara, que lo reclamara como suyo.
Taehyung introdujo un dedo, el azabache se removió un poco incomodo, pero luego de un par de dedeadas se acostumbró, a los segundos otro dígito fue introducido y ahí una lágrima se quiso escapar de su ojo, Taehyung rió ante aquello mientras movía sus dedos como tijeras.
Luego de dilatar un poco más, introdujo el tercer dedo y comenzó a penetrarlo con fuerza, Jungkook lloriqueó de placer al sentir como el mayor tocaba su próstata.
—Te encanta, ¿no? —el azabache asintió con las mejillas sonrojadas—. ¿Tanto como te encanto yo, bebé?
—S-sí —gimió en un lloriqueo.
Con la diestra, Taehyung se quitó la camisa y luego tuvo que detener las penetraciones para poder quitarse los bóxers, Jungkook frunció el ceño molesto, se sentía vacío.
—Calma, cielo mío.
—Apúrate, Kim —demandó molesto.
El rubio tomó un condón de la mesa de noche y se lo colocó de forma veloz, Jungkook casi le agradece que fuera rápido, de forma lenta Kim comenzó a entrar y Jungkook frunció el ceño debido a la intromisión, a la vez que dos lágrimas traicioneras caían de sus ojos.
—No aguantas nada , eh —el azabache viró los ojos con enojo.
—Muévete ya, rápido —le ordenó mientras él mismo movía sus caderas.
—¿Seguro?
Jungkook asintió y, en cuanto el otro arremetió contra él, el aire se atoró en sus pulmones, ni siquiera podía gemir o decir algo, el dolor y placer que le daba el rubio con cada estocada era indescriptible.
Taehyung movía sus caderas con fuerza y sabía que lograba llegar a la próstata por los ojos medio blancos del menor, se atrevió mover las caderas más rápido mientras se ayudaba con sus manos que habían capturado las caderas ajenas.
—¿Por qué... mierda lo haces ta-tan bien? —se quejó el menor en el oído ajeno, dejándole gemidos como regalo en la zona—. Loquito que me jode bien.
—No has visto nada, mi amor —respondió mientras se dirigía a los pezones del otro, capturando el izquierdo para besarlo con fuerza y hasta pellizcar con los dientes.
Jungkook enterró ambas manos en la cabellera dorada del mayor, no dejándolo irse de su pecho y gimiendo a más no poder.
—Taehyunggie —gimió gustoso con los ojos cerrados—. Fóllame más fuerte, ¿sí?
Taehyung se separó del pecho de su novio y alzó la pierna derecha de este, colocándola en su hombro, salió del azabache y este no tuvo tiempo de quejarse cuando volvió a entrar de una estocada, la cual llegó precisa en su punto dulce.
—¡S-sí!, as-sí —siseó y rasguñó la espalda del otro al sentir como era jodido de aquella forma.
Taehyung se volvió más bestial con las penetraciones, no dejaba ni respirar al azabache, la cama rechinaba y hasta era sacudida con fuerza. Jungkook se sentía en el cielo, el rubio si sabía cómo follarlo, cómo atacar de forma precisa.
Saliva escurría del mentón de Jungkook y Taehyung la lamió para terminar besándolo.
—Me voy a...
—Tú hazlo, cariño —Jungkook asintió medio ido.
A los segundos, Taehyung tomó su otra pierna y la alzó en su otro hombro, Jungkook tenía la cabeza apoyada en el respaldo de la cama que tenía algo de relleno, por lo que no era incomodo, y Taehyung se estrellaba con fuerza sobre él, jodiendole el culo de forma gloriosa.
Luego de tres de esas estocadas, Jungkook se vino con fuerza, liberando una tira de semen que manchó desde el abdomen a su mentón, también salpicando un poco de su semen sobre el pecho de Taehyung.
Pero el rubio aún no se había corrido y lo seguía penetrando, por lo que se sentía sobreestimulado, Jungkook lloraba de tanto placer y se llegó a correr por tercera vez en la noche, a los segundos, por sentirse tan apretado, Taehyung se corrió dentro del condón.
Con cuidado, el rubio salió de su Jungkookie, bajando las piernas de este, y luego se quitó el condón, le hizo un nudo y lo lanzó al bote de basura.
—Ni se te ocurra acercarte a otra persona en tu vida, Kim —habló el menor, acercándose al recién nombrado y rodeando con sus brazos el cuello del otro—. Sí lo haces, dejaré de ser tu novio, ¿entendiste?
—Así que sí eres mi novio, eh.
—Ya estás advertido —con cansancio, pero aún excitado, besó el cuello ajeno—. Eres mi loquito, Kim, solo mío.
—Solo tuyo, mi amor —lo tomó de la cintura para posarlo en sus piernas—. Aquí no hay descansos, te lo dije.
—Hijo de perra —le dijo sobre los labios, para luego besarlo.
(...)
Jungkook esperaba ansioso a que el rubio se pusiera el nuevo condón, ya estaba necesitando sentirse lleno otra vez, le gustaba aquello, que Taehyung le jodiera el culo de forma bestial, que fuera tan salvaje que lo hiciera delirar.
Taehyung se puso el condón y le dio una fuerte nalgada, ya que él estaba de lado, el otro tenía una vista espectacular de su culo y libre acceso a él; Jeon gimió bajito con una pequeña sonrisa lasciva.
—Hora de montar, bebé, sorpréndeme —le habló al oído el rubio—. Y no me hagas esperar, Jeon.
Jungkook gateó para posicionarse encima de su novio, lentamente colocó sus rodillas alrededor de los muslos ajenos, Taehyung lo veía directo a los ojos, cosa que no lo cohibía, es mas, lo emocionaba, quería lucirse.
El pene erecto de Taehyung se veía exquisito, tanto así que no quería que tuviera condón, quería llenarse del semen del hijo de puta que tenía enfrente.
—Estoy seguro de que no tienes nada —Taehyung alzó una ceja—. Eres demasiado cerebrito como para contagiarte de algo, y, joder, necesito que me llenes como pavo para navidad.
Kim se dio el lujo de carcajearse, y Jeon, con una pequeña sonrisa, lentamente le quitó el condón, dejando así a la vista la gran verga venosa del otro, el pelinegro casi se ponía a salivar con solo verla.
La polla era grande, le calculaba unos veinte centímetros y algo, el grosor era exquisito, lo hacía sentir tan lleno que no podía pensar en otra cosa. La punta rosa se veía tan apetitosa, que Jungkook quería que fuera su comida diaria, las venas le daban ese toque sexy y lo tentaban a tocar con sus falanges, quería detallar cada detalle de ese falo. Las pelotas eran grandes y tenían la típica forma ovalada, estaban firmes, y le había encantado el sonido que emitían cuando chocaban con su culo, aunque también quería chuparselas, jugar con ellas en su boca y lamerlas por completo. Y, por último, tenía algo de vello entre el falo y la parte baja de su estomago, la verdad es que se moría por enterrar la nariz allí, quería oler la fragancia más pura de Taehyung, quería escarbar en aquel lugar.
Taehyung alzó el mentón para que se apurara, así que Jungkook se acomodó mucho más cerca de la gran polla y con su culo inició roces que le costaron unos suspiros a él y a su novio.
La verga de Taehyung tenía presemen, así que se deslizaba con facilidad entre las nalgas blancas del menor, la fricción era exquisita para ambos, pero ya se estaban desesperando, así que, con cuidado, Jungkook se hizo para adelante, apoyó su pecho contra el del rubio y este le robó un beso sucio mientras que Jungkook, con su mano derecha, acomodaba el pene de Taehyung en su culo.
El beso era tan desesperado, cada uno quería consumir al otro, Taehyung quería tomar todo de Jungkook, y Jungkook quería darle pelea a Taehyung.
Jeon se alejó del beso, dejando a Taehyung con un hilo de saliva hasta su mentón, ambos se sonrieron mientras Jungkook se hacía para atrás, llenándose con la verga contraria.
Cuando bajó completamente, suspiró con lentitud y los ojos cerrados, quería hacerle un altar al rubio por tener semejante pene que lo tomaba tan bien.
—Muévete, bebé —habló el rubio mientras detallaba las facciones del otro, quien tenía pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos—. Rápido, que con esa carita de puta me dan ganas de ponerte en cuatro y romperte el culo.
El pelinegro sonrió mordiéndose el labio, después empezó a mover sus caderas hacia delante y atrás, pero la posición no lo dejaba moverse tanto como quería, así que sube sus rodillas un poco más arriba de las caderas del mayor y se hizo para atrás, apoyándose de los muslos de Taehyung, quedando como W.
—Pareces estrella porno, cariño —lo aduló Taehyung.
Jungkook sonrió ante aquello y decidió darle un mejor espectáculo al loquito de su novio, con su fuerza centra, sus piernas y el apoyo de sus brazos sobre los muslos contrarios, empezó a saltar sobre la gran polla, el sonido chicloso de los movimientos hizo a Taehyung gruñir un poco.
El rubio podía ver en primer plano como el rico culo de su bebé se tragaba su verga, como se autopenetraba con ganas el pelinegro, como gemía su nombre en voz baja y abría la boca, dejando sus labios brillosos, por saliva y rojos por las mordidas y besos hambrientos, relucir bajo la luz neón.
Con su diestra, Taehyung pellizcó el pezón izquierdo de su novio, quien lloriqueó un poco ante tal estimulación, después dirigió aquella mano al cuello lleno de marcas de mordidas y chupetones, con su mano apretó el cuello de Jeon, quien solo lo miró a los ojos, totalmente excitado y caliente.
Taehyung no aguantó las ganas de romperle el culo al otro, tomó la cadera ajena con su zurda, y empezó a alzar su propia cadera para poder penetrar al otro más rápido y profundo, Jungkook tomaba algo de vuelo y se enterraba lo más que podía en la rica verga ajena.
Los cabellos color carbón del menor estaban pegados a su frente, una delgada capa de sudor hacía brillar su piel blanquecina, para Taehyung se veía tan erótico que quería joderlo tanto que no pudiera caminar en semanas, quería que extrañara sentirse lleno por su pene.
—Uhmngh —gimió en un susurró agudo el menor y suspiró un poco, logrando que unos cabellos revoltosos se quitaran de su frente—. Maldito sea-as —siseó.
Taehyung, con una sonrisa imborrable, apretó un poco más el cuello del otro, cortándole más la respiración y Jungkook se dejó hacer, le dio el control completo a su novio, tenía la cabeza para atrás y las manos apretando los muslos del otro, no saltaba ni se movía, su agujero era tan bien jodido que solo dejaba que Taehyung lo usara como una muñeca.
El rubio lo dio vuelta, quedando Jungkook abajo y Kim arriba, quien tomó con fuerza la mandíbula contraria para mirarlo a los ojos y decirle:
—Ponte en cuatro con el culo al aire —solo por el tono de la orden, Jungkook gimió gustoso.
Taehyung salió del rico agujero que lo apretaba tan bien, y ya quería entrar otra vez, profanar esa entradita exquisita.
Jeon se dio vuelta y alzó su trasero, incluso se atrevió a menearlo, provocando al otro, quien le dio una nalgada en ambas mejillas blancas, que terminaron con dos marcas de manos color rojo.
Kim abrió las mejillas para ver bien la entrada del otro, la cual se expandía y cerraba, totalmente desesperada porque él lo follara con fuerza, así que con su pene delineó la zona, jugando con la cordura del menor.
—Mierda, Taehyung —reclamó desesperado—. Métela, por favor.
El mayor entró de una sola estocada en la rica entrada rosada de su novio, Jungkook se quedó sin aire por el movimiento, y terminó por gemir bajito. Taehyung tomó con ambas manos sus caderas y lo empezó a follar rápido, fuerte y duro.
—Anghh —lloriqueó Jungkook, el placer que sentía era demasiado—. Rá-rápido —balbuceó—. Más-as rápi- —el rubio tomó sus dos manos para usarlas de palanca, así lo empezó a joder con una velocidad digan de admirar—. D-Dios —gimió tan agudo que estaba seguro que los podían escuchar aún si había bulla debido a la fiesta.
Jungkook sentía que se iba a correr, sus gemidos eran imposibles de contener y estaba seguro de que podría quedar afónico; pero Taehyung parecía haberse dado cuenta de que estaba por venirse, así que con su diestra rodeó su pene y con el pulgar tapó la punta, por lo que mno podría eyacular.
—¡Hijo d-de perra! —gimió ahogado y el otro solo rio a carcajadas.
—Aguantate un poco, cariño —Jungkook negó con la cabeza, realmente quería correrse—. Tendrás que aguantar, aquí mando yo, bebé.
—I-idiota —chilló con pequeñas lágrimas escapando de sus orbes.
Taehyung también sentía que se iba a correr, así que le partió un poco más el culo a su lindo novio y liberó el pene de este, el pobre de Jungkook hundió la cara en una almohada mientras gemía de alivio y placer, aunque el gemido traspasó el objeto y Kim lo disfrutó con una sonrisa socarrona.
SIguió penetrando al menor, incluso repartió varias nalgadas por sus mejillas que ya estaban tintadas de rojo, y al sentirse apretado por el orgasmo del otro, se vino dentro de él, llenado ese agujerito con su semen.
Jungkook gimió al sentir el liquido recorrer sus nalgas y muslos interiores, el líquido semi espeso adornaba a la perfección su anatomía, pues Taehyung se corrió dentro, pero cuando salió se masturbó, por lo que se corrió otra vez, chorreando las nalgas rojas con su rico semen.
Y Jungkook no pudo evitarlo, así que con su izquierda acarició su culo, embarrando su índice del semen tibio, y se lo llevó a la boca, quería degustar esa delicia.
Taehyung sonrió al ver lo necesitado que era Jungkook, y no tardó en tener otra erección.
MookieNota: ahora si está decente, incluso le agregué un poco más de coito, y también va a ser un 2shot de smut, así que habrá un 2do cap entre mañana y la prox semana.
Es la primera vez que escribo un parrafatote describiendo un pene, pero bueno, siempre hay primeras veces para todo.
Espero les guste esta versi+on en la que Tae no se quita 2 veces los pantalones y Jungkook si hace algo con el jugooooo.
besos, Mookie, muah muah.
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