9|The sky is a hazy shade of winter
" ¿Cuál es mi ofensa esta vez? "
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Ellionor lo siguió mirando, y varias reacciones de su cuerpo fueron inmediatas. Y todas ellas muy ajenas a ser placenteras. Puños fuertemente apretados, ceño fruncido con molestia y en la boca una mueca de fastidio que llegaba a un nivel impresionante para ser exactamente ella quien la daba, se superaba así misma. Todas esas reacciones solo por encontrárselo a él, precisamente a él, de los dos hermanos gemelos Maximoff. ¿Podría alguien atropellarla con un carrito de súper mercado?, muchas gracias.
Aquello era un buen vestigio de su mala fortuna, debía serlo. Aunque el impredecible azar solía apuntar hacia ella una buena cantidad de veces, estaba empezando a llegar a la conclusión de que los Vengadores eran algún amuleto de mala suerte que solo le traía malos ratos, desdicha y hambre. Porque la desdicha le daba hambre y malos ratos.
Todo parte de un círculo inagotable.
Se conocían muy bien, demasiado para el bien de ambos. Hacia unos buenos años que no se miraban directamente a la cara, al menos sin tratar de darse un suave golpe con un martillo en la frente. El pasado que compartían era en parte uno de los pocos recuerdos que la rubia había llegado a apreciar de su arcaica y intranquila existencia. Pero como todo lo que va en ascenso, su relación con Pietro Maximoff tuvo una caída estrepitosa de la cual ninguno se tomo la molestia de tratar de levantarse.
Lo dieron por perdido, aceptaron lo inevitable de sus realidades. Se abrazaron a sus ideales diferentes y se dieron las espaldas sin dar marcha atrás. Se rompieron en pedazos.
Y ahora estaban allí, compartiendo miradas fulminantes como un par de ex's rencorosos, lo cual eran. Acordándose sin poder detenerlo de una relación que termino realmente mal, como una programación que se activa al reconocerse el uno al otro, montones de flashback que bien necesitaban una canción de Taylor Swift de fondo. Nada como un himno de desamor para subir los ánimos.
—Mirate, tan cambiado— habló por fin Ellionor, alargando un poco la E y mirándolo con una pequeña sonrisa sarcástica —Si hubiese sabido que te encontraría hoy, hubiera bebido veneno en el desayuno.
Una de las cejas de Pietro se alzo, él tampoco podía disimular la molestia que sentía al ver a la persona que estaba a uno corta distancia de él, después de años, hablándole como si nada hubiera pasado entre ellos con la frialdad presente en su voz. Y lo que era peor, que parecía estar allí del lado de los Vengadores, de los tipos que habían llegado a atacarlos. Del mismísimo lado de Stark.
—Podría decir lo mismo de ti — espetó sin moverse de su lugar, la miró de arriba a bajo frunciendo las cejas —Nunca fuiste amante de las multitudes de niños buenos ¿Ahora estás con ellos? — sonrió cuando una posible razón llego a su mente. Si no se equivocaba, si ella no había cambia mucho en aquellos seis años sin versé, tenía una posible razón por la que Ellionor se molestaría en ayudar a aquellas personas.
—Oh, espera. Tengo algo para ti —Ella lo ignoro y abrió un bolsillo del abrigo, uno que estaba al lado de su pecho —Siempre lo he traído aquí, cerca de mi corazón. Solo para ti, ten — fingió meter la mano para luego terminar enseñándole el dedo medio.
El platinado puso su mejor cara de sorpresa fingida —Wow, veo que tu nivel de inmadurez sigue intento — cruzó los brazos sobre su pecho, adoptando lo que parecía una postura relajada, la cual ocultaba su verdadera intranquilidad—Dime, ¿Qué querías a cambió de cumplir con sus caprichos? — la señaló sin pudor alguno, avanzando unos pasos más cerca de ella —Te conozco lo suficiente para saber que siempre haces las cosas para tener algo a cambió, sin importar que ese favor sea que destruyas a alguien a tu alrededor — hizo una mueca —a eso te dedicas.
La rubia bufo echando la cabeza hacia atrás fingiendo que sus palabras le causaron un profundo pesar —No lamento ser una decepción. Tengo una maestría en el área, hasta un doctorado podría salirme de ello.
—¿Aún no te tomas nada enserio?
—No, la verdad no — hizo un puchero para luego sonreír y señalar con su dedo a su alrededor. El sonido de disparos y gritos aún estaba presenté en el lugar —¿Crees que me podrías criticar en otro momento? O...
La interrumpió, harto de su aparente actitud de Todo me da igual y molesto con el hecho de que estuviera allí. En Sokovia.
Donde le advirtió no volver jamás.
Sus cejas se fruncieron y sus ojos se estrecharon en su dirección con molestia —Se acordó que no volverías a poner un pie por aquí, nunca.
Ellionor alzó las cejas, tratando de no distraerse con su peculiar forma de pronunciar la r que de cierta forma era muy atractiva, nadie se lo podía negar.
—Acordamos que no pondría un pie en Sokovia — recalcó la primera bocal de Un y dio dos fuertes pisadas en su lugar —Yo estoy poniendo los dos, así que no cuenta...
—Estás trabajando con él — la calló alzando la voz sobre su propia voz. La postura relajada que había adoptado antes se desvaneció cuando coloco un pie delante del otro y le señalo con acusación.
Aquel gesto solo logro que observara como ella apretaba los párpados con fuerza, sin contestar. Se enderezó mirándola con cautela.
La mujer, más que sentir sus palabras y molestarse directamente por estar siendo señalada de aquella forma, solo trataba de controlar sus propios y primitivos impulsos llenos de caos. La oscuridad dentro de ella se agitó y trato de ocultar el ligero temblor de sus puños a cada lado de su cuerpo. Su propio instinto actuaba de forma automática cuando se sentía amenazado, aquel dedo apuntándole solo era signo de amenaza. Poder controlarse era una tarea difícil si aquellas voces que se adueñaban de sus pensamientos chillaban de indignación dentro de su cabeza, exigiendo respeto.
Ellas trataban de decirle que le hiciera daño, que lo quitará de su camino y seguir acabando con la vida de aquellos hombres de uniformes blancos que se acercaban en cantidad. "Solo hazlo" "Ve y atacalo" — torció el gesto con disgusto. Jamas pensó que lo volvería a ver, no tan pronto al menos. Su cerebro había maquinado tantas veces aquella escena, que ahora que ocurría simplemente quería dejar de lado el dialogo que se ensayo por un tiempo hace como seis años, de el que perfectamente se acordaba, he ir directamente a romperle la nariz.
Él se había adelantado a arruinar el dramático encuentro echándole en cara que estaba con Stark formando grupo para acabarlos. Y maldición que aunque sonara como una perra, estaba feliz de estar en contra de su ex en aquello. Hubiera o no un pasado tormentoso para el platinado. Él no sabía que verdaderamente pocas ganas tenía de ayudar a aquellos sujetos héroes del mundo, o como fuera.
—Tus riñas con Stark no son de mi interés, es cuestión de tu mala suerte que casi allás muerto con una de sus... — meneó la cabeza frunciendo los labios —Bombas — rió. Sí, definitivamente iría al infierno, aunque no fuera noticia vieja. Esperaba tener un pase Vip por el nivel de crueldad empleado en aquellas palabras.
Pietro al otro lado, gruñó y dejo escapar aire en una fuerte exhalación. No toleró aquellas palabras, si bien podía ignorar la sarta de malicias que soltaba su lengua viperina, no podía con aquello. Aquello era un directo ataque hacia su control. Sin pensarlo mucho, trato de dar un paso hacia delante dispuesto a usar su velocidad para ir directo hacia ella y callarla de una vez. Pero para su sorpresa, no pudo moverse ni un centímetro.
Miró con desconcierto hacia sus pies, donde con algo de asombro miro como su sombra no estaba. Estaban en un perfecto claro donde la claridad del poco sol que se colaba por las nubes entraba y los iluminaba a ambos asiendo que se reflejaran sus sombras, pero la de él no estaba. Y la de ella parecía sacudirse como la copa de los pinos, y más aterrador aún, parecía capas de sonreirle.
Un fuerte escalofrío, que nada tenía que ver con el frío, le recorrió la columna. Jadeo, ¿Había estado tan distraído maquinando en su cabeza una sarta de reproches y malas palabras hacia ella que no le había visto hacer huso de su mutación? Él perfectamente debía saber que con Ellionor Andreotti no era recomendable distraerse ni un poco.
Había caído en su trampa.
Ellionor lo miró con diversión soltando otra de sus cantarinas risitas que resultaban hasta cierto punto desesperantes por su naturaleza repetitiva. Ella no tenía ninguna intensión de continuar hablando de la trágica muerte de los padres de él a causa de aquellas bombas, porque eso le incomodaba de una manera muy personal y no le gustaba sentirse incómoda. Mucho más si hablaban de muerte en su presencia.
—Es hermosa... — habló agitando los dedos de su mano izquierda, de estos broto una pequeña bruma negra que desaparecido casi de inmediato —La oscuridad, es hermosa. Un poco de sombra y ella aparece, es magnífica — volvió a mover los dedos y la bruma reapareció como un flamante fuego negro —Yo puedo hacer lo que quiera con ella, volverla solida, liquida, lo que quiera. Y aún así, en lugar de simplemente asesinarte mandando un montón de dagas echas de oscuridad en tu dirección... Te quito tu sombra — rió como si hubiera dicho algo bueno —Solo te deje inmóvil, ¿No soy una buena persona?
Pietro dejo de tratar de mover las piernas para mirarla de la peor manera —¿Es una broma?
Lo ignoró —Vamos, tengo tu sombra... Es como decir, ¡Tengo tu nariz! — extendió los brazos a cada lado de su cuerpo, la nieve bajo sus pies se hundió un poco —pero en vez de engañarte diciendo que tengo tu nariz cuando no la tengo, en realidad en este caso si la tengo. ¿Entiendes?... — hizo un además —Sí, sí entiendes.
El hombre gruño sin dejar de intentar soltarse, fracasando.
—Veo que te has vuelto más psicótica con el tiempo — se mofó dejando de moverse —Sueltame.
—No quiero — canturreo como una niña sacándole la lengua al final con burla.
Él la miró con el cansancio reflejado en su rostro. Cuando supo que ella estaba allí -gracias a que solo se tenía que seguir el rastro de sangre y ver el caos de cadáveres para saber que solo existía alguien que mataba de esa forma- no dudo en ir en su búsqueda, pero claro, pensó que tenía la suficiente fuerza mental para tratar con ella.
Se equivocó, no estaba ni un poco listo para eso.
—Lo último que supe de ti, es que estabas dentro de un manicomio junto a tus iguales...
—¿Dónde más pensabas que iría a parar después de todo? —lo interrumpió, en su voz se pudo percibir un tono de fastidio. Aún así, no dudo en hacer lo que mejor se le daba, fingir las emociones de su rostro.
Pietro vio como su mirada se entristecía, pero solo fue un parpadeó, simplemente eso antes de volver con una mirada carente de expresiones. Ahora ella le observaba con ojos aburridos y la cabeza un poco inclinada. Un escalofrío cruzó la espalda del varón, parpadeo seguidamente desviando la mirada, mitad de la cara de la rubia estaba salpicada de sangre que no era de ella y esta parecía no inmutarse, sus ojos seguían negros. Ella había cambiado, ella no era la misma. Si bien nunca fue buena y su cabeza siempre fue inestable, en el pasado al menos no parecía tan desinteresada con todo. Ella había empeorado.
Sintió una grandes ganas de ir y cubrirla con sus brazos y susurrarle que todo estaría bien como solía hacer cuando ella estaba junto a él y su hermana. Como cuando eran simples niños. Sacudió la cabeza, dejando aquellos pensamientos fuera de la realidad. Suspiro, no podía sucumbir ante ella otra vez, no de nuevo. Bastaba poco para caer bajo su manipuladora mirada, y él no estaba tan dispuesto a hundirse en aquel abismo.
—Ya veo — dijo, tratando de sonar despreocupado, pero algo en la nueva sonrisa de la rubia le dijo que no lo logro por completo —debió ser divertido. Ahora, sueltame.
—Creo que no estas en posición de pedir nada — le reprochó mientras su comunicador empezó a sonar, molestándole como lo haría una mosca zumbando cerca del oído. Rodando los ojos, llevo sus dedos detrás de la oreja.
—¡¿Ellionor dónde diablos estás?! — le escuchó soltar a la pelirroja al otro lado de la comunicación. Su voz pesada y la respiración acelerada —Tony ya consiguió una entrada hacia el cetro.
Alzó las cejas —¿Conseguir? Si solo tenía que pasar por la puerta del sur, no era tan difícil. ¿Qué quiere?, ¿Una medalla? — dijo bajo la atenta mirada de Pietro, quien fruncía el ceño creyendo que hablaba sola. Luego se percato de que en realidad no lo hacia —No me importa que recuperen su cetro del poder, se pueden ir largando sin mí.
La voz de la rusa sonó molesta, y no esperaba más, acababa de decirle que no volvería porque estaba dispuesta a escaparseles. Aunque lo haya dicho indirectamente —Tú no vas a hacer lo que quieras, no puedo dejarte ir.
Ellionor rodó lo ojos —Pues mirame hacerlo... Oh, espera, escuchame hacerlo— giró la cabeza para mirar a Pietro, este aún la observaba con atención —Ustedes no cumplieron con su parte del trato, mentirosa. Así que me iré, seré libre al fin. Y tú, tus amigos y tu gobierno me pueden besas en trasero... Ils en pourront paz avec moi!
—¡Andreotti!
—Adiós — canturreo —No olvides que te amo, amiga... Ah, y por cierto. Estoy justó ahora manteniendo una riña de miradas con nuestro buen amigo veloz. Hablo del alterado, por si no le captas, bebé — sonrió hacia el hombre, provocando que la molestia en este creciera —Y debo decir que estoy ganando. Quizás me lo quede o quizás se los regale... — miró a Pietro de arriba a bajo con descaro —Pero no completo.
—¡No lo haga!
Aquella voz no pertenecía a Natasha, aquel había sido Steve. El gesto de Ellionor se torció por uno momento, pero aun así lo ignoro y quitó el comunicador de su oído tirándolo sobre la nieve a su lado. La voz del Capitán América le dejo un tanto confusa ya que no se la esperaba, sin embargo saco toda pregunta de su cabeza y regreso su mirada al frente, removiéndose en su lugar para alejar el frío que se le empezaba a colar en las botas. Observo a Pietro con aburrimiento y algo de fatiga por la situación.
—Del amor al odio hay un paso menos que del odio al amor — espetó —La misma frase tonta pero al revés. Nosotros dimos zancadas, ¿No crees?
—¿De qué diablos hablas? — gruñó Pietro. Al parecer eso era lo única que le quedaba.
Ellionor soltó un resoplido exasperada —De nuestra trágica historia — soltó con obviedad, mirándolo con sorna como aclarando un "Sabes perfectamente de que hablo" Hizo un además al verlo fruncir los labios —Bueno luego tendremos esta conversación. Pareces no tener el humor correcto para hablar de relaciones fallidas — frunció el ceño y miro a los lados — ¿Dónde esta tu hermana? Creí que solo se separaban cuando había que hacer pipí, ¿No?
Pero la pregunta no tubo respuesta ya que dos de los soldados de Hydra, que se habían percatado de su presencia, -algo tarde, debía agregar- dispararon una lluvia de balas a los pies de Ellionor, la cual dio un salto hacia atrás esquivándolas. Mal diciendo por lo bajo cuando cayo de trasero en la fría nieve.
—¡El mejorado! — gritó uno de ellos al otro —¿Qué haces aquí?
—¡Vuelve a dentro! — gritó el otro —Ahor... ¡Ash!
El segundo hombre no pudo terminar de hablar ya que una fuerza invisible lo tomo por los pies y lo hizo caer con fuerza al suelo. Antes que su compañero actuará, una daga negra se enterró en su pecho asiendo que cayera inerte en el suelo.
—¡No se debe disparar a una chica en contra de su voluntad! —Ellionor se puso de pie de un salto algo torpe a causa de la nieve y corrió hacia el cuerpo del soldado caído —Y no estoy siendo sexista diciendo que nosotras podemos y ustedes no, porque... Ay, olvidalo, estas muerto — arrancó con brusquedad la daga y se lanzo a atacar al segundo soldado que ya se había puesto en pie. De una patada mandó a volar lejos su arma y implantó con rapidez la daga en su cuello.
Soltó una maldición en un grito cuando dos soldados salieron de entre los arboles disparando contra ella y varias balas alcanzaron su cuerpo cuando vio imposible el poder esquivarlas. Giró con rapidez el cuerpo que aún sostenía contra la daga dejando que el resto de los proyectiles que le dispararan dieran contra él. Cuando los disparos de las balas pararon, lo lanzó a un lado e hizo que la oscuridad en forma de denso humo apareciera a sus dedos, esta no tardo en deslizarse por el campo como una niebla densa y oscura que se apodero de los cuerpos de los soldados restantes frente suyo, cortándoles la respiración hasta empezar a asfixiarles.
Cuando todos cayeron en un golpe seco sobre el suelo, bajo los brazos soltando el aire que retenía en los pulmones. Con una mueca no muy lejana a la furia, sujetó su brazo izquierdo con más fuerza de la necesaria al este haber recibido dos disparos de bala. El dolor llegó con un latigazo sobre toda su extremidad, pero solo se permitió dejar escapar un siseo antes de soltar su brazo y ignorar el dolor. Podía sentir la sangre llegar a su mano izquierda cuando dejo colgar el brazo a un lado de su cuerpo. Alzo la cabeza y miro hacia adelante, donde Pietro la observaba con una expresión de sorprendida y la respiración un tanto acelerada.
Ladeó la cabeza, dándole aquella sonrisa maliciosa que le había regalado en el primer momento en que lo vio. Dio un paso a adelante dispuesta a llegar de una vez por todas hasta él, pero un fuerte dolor en el abdomen la freno de golpe.
Bajo la mirada, allí en su lado derecho había una gran mancha de sangre que no paraba de crecer. Estaba tan acostumbrada al dolor que aquel disparo no lo había sentido.
—Merde... Ash, no lo vi venir — llevó una mano a el lugar y presionó, tragándose el dolor. Aparto la mano y la observo, frunció su ceño al verla manchada de sus propia sangre. Estaba perdiendo mucha, y sus ropas blancas no tardaron en empezar a volverse rojas.
Su energía empezó a desvanecerse junto con las fuerzas para mantenerse de pie, cayo de rodillas sin poder detenerlo. Al hacer aquello se distrajo, cosa que tomo a su favor el soldado restante, aquel que había permanecido oculto de su vista y gracias a eso se había salvado de una muerte por asfixia.
Él corrió hacia ella alzando su arma listo para dispararle. Pero de la nada un borrón azul pasó junto a él y lo dejo inconsciente en el suelo.
Ese había sido Pietro.
Ellionor se sobresalto por el repentino movimiento llevando sus manos ensangrentadas a su rostro con rapidez, tapándolo como auto-reflejo —¡Woh! — se descubrió con rapidez dejando a la vista a alguien frente a ella. Alzo la cabeza encontrándose con Pietro mirándola desde arriba con el ceño fruncido —Y tú que... Est-ce su sérieux?
Se calló, dándose cuenta que había perdido su concentración en Pietro en el mismo momento en el que cayo de rodillas al suelo, sumándole a eso, ya no poseía fuerzas para retenerlo. Arrugando su nariz hizo una mueca de molestia, no por el dolor que sentía, sino porque ahora estaba a merced del hombre al frente de ella, el cual para colmo, le había salvado de un nuevo disparo.
Esta vez en la cabeza.
—Crees... ¿Crees qué esto pueda lavarse? — preguntó, su voz era queda y pesada. Su pecho subía y bajaba dejando en evidencia el dolor que trataba de ignorar. —Es un abrigo prestado. ¿Tienes un pañuelo?
Sangre, la sangre la cubría casi por completo, estaba perdiendo sangre con inusual rapidez. Se quejo de dolor en medio de una carcajada. Pietro la miro desde donde estaba, indeciso en si ayudarle o no.
—¿Los papeles cambian tan rápido? — pregunto Ellionor soltado una seca risa, limpió la sangré que emanaba de su nariz y lo miró divertida.—¿Esta es la parte en la que me sometes para que te diga el por qué me fui y los abandone a ti y a Wanda? — sonrió, ignorando el entumecimiento de sus piernas contra la nieve —Porque me encantaría que me sometieras... Y sí, estoy usando connotaciones sexualmente explicitas. Que se tapen los oídos los niños.
Pietro la miro con algo de tristeza, odiaba ver en lo que se había convertido, en lo que la habían convertido. Una persona rota. Estar ahí con una herida sangrante parecía no ser nada para ella, parecía ser algo típico. La forma en la que parecía ignorar el dolor, le causaba escalofríos. Ella era el perfecto ejemplo de todo lo que puedes ocultar con una sonrisa. Sintió lastima por ella, pero el rencor era más grande que sus ganas de ayudarle.
—Oye, Pi. ¿Quieres que te lo cuente o no?
—No me interesa escuchar como le buscas una escusa que siempre termina en mentiras a eso — murmuró mirándola a aquellos ojos que habían vuelto a su gris tan fríos y natural, y a aquel rostro manchado de carmesí —Ten algo en claro, a la próxima no seré tan generoso contigo. Dejare que te maten y no sentiré culpa alguna — soltó con una sonrisa falsa que temblaba debido al esfuerzo que realizaba para no ir directo hacia ella, ignorar sus palabras, y ayudarle a detener la hemorragia que ella parecía ignorar —Esta no sera la última vez que nos veremos, ten lo por seguro.
—Uuh, palabras de Villano malvado — dijo con emoción, dejándose caer completamente en el suelo boca arriba, miro el cielo —Mm, el cielo es una sombra nebulosa de invierno — susurró con suavidad, su vista se nublaba —Te estaré esperando, Pi. Aunque... Tengo una pregunta para ti... ¿Dejaras que me maten o me matarás?
Él la escucho, escucho perfectamente aquellas ultimas palabras que había soltado, y esta hizo que un dolor punzante se instalara en su pecho. Alejo su mirada de ella, incapaz de seguir viéndole. Dio un paso atrás y sin más, desapareció. Dejando a Ellionor con la palabra en la boca, sola y mirando al cielo lleno de matices grises, lleno de tristeza.
Suspiro derrotada. —Te lo mereces — dijo una voz en su cabeza —Lo haces, lo mereces. Te lo mereces. Se quejo en voz alta llevando sus manos hacia sus oídos negando con la cabeza una y otra vez.
—No — pensó apretando los dientes —Cállate, dame un respiro... ¡Cosa irritante!
Aquel último grito la ahogo, comenzó a toser y se tubo que inclinar a un lado para expulsar la sangre que salió de su boca, eso demos detrás un fuerte pitido dentro de su cabeza lleno de más dolor. Su cuerpo empezó a sentirse más pesado, pero aún así se las ingenió para ponerse de lado sobre el suelo para no dejar que la sangre que también se le escapaba por la nariz le ahogara. La sangre empezó a dejar una gran mancha bajo su cuerpo, los dedos de su mano derecha alcanzaron a mancharse de esta.
No sintió pánico, tampoco el miedo que cualquier ser vivo común sentiría de la muerte, simplemente sonrió arrastrando sus dedos sobre la sangre para empezase a dibujar con ella una carita feliz sobre la nieve que aún conservaba su impoluto color cerca de ella.
—We wrote our names in blood... — tarareó por lo bajo una canción soltando un largo suspiro al final.
Sintió vibraciones sobre el suelo mientras su vista empezaba a ser difusa y sus párpados se sentían pesado. Llego a darse cuenta de alguien deteniéndose junto a ella para agachándose con rapidez, solo alcanzaba a distinguir formas y luces sin sentidos. Alguien comenzó a llamar su nombre, pero en sus oídos solo había un pitido molesto que no le dejaba procesar ninguna palabra coherente.
Presiono los párpados con fuerza y los volvió a abrir, esta vez su vista volvió a ella junto con los sonidos a su alrededor.
—¡Ellionor!... ¡Ellionor, no te duermas! — aquella voz era inconfundible —¡Mantente despierta, tienes que resistir!
Cuando la volvieron a colocar boca arriba con cuidado, observo el rostro de Steve cubierto por ese estúpido casco con el ceño fruncido. El hombre la miró con atención a los ojos antes de comenzar a ver por encima sus heridas.
Al hacer un repaso rápido, quitó una mano de sobre ella para tocar su comunicador mientras dejaba la otra sobre el brazo derecho de la rubia —¡La encontré! Esta herida, tres disparo... — volvió a bajar la vista hacia ella, encontrándosela mirándolo con el ceño fruncido —Dos en el brazo y uno en el abdomen, posible hemorragia interna... ¡Preparen otra camilla!
—Eh — Ellionor le llamó, haciéndole callar y bajar la mirada hasta sus ojos. Con las fuerzas que pudo alzo una mano y lo apunto con un dedo —Eres e-escandaloso... Sobreviví a... Cosas peores — dio un último manotazo en el aire antes de dejar caer su extremidad devuelta al suelo —Si pude sobrevivir a ver linterna verde sin vomitar... Esto es un camino de rosas.
Steve le prestaba toda su atención con el ceño fruncido sin entender nada de lo que dijo, pero si pudo apreciar como su voz se apagaba cada vez más hasta terminar siendo un susurro, esto lo puso en alerta. No perdió más tiempo y con cuidado paso un brazo bajo sus piernas y otro bajo su espalda, cargándola al estilo nupcial.
—Solo resiste.
—Comprame unos tacos... — balbuceo al borde de la inconsciencia.
—No te duermas.
Y eso fue lo último que logro escuchar antes de caer profundamente dormida, o muerta, porque eso de que te cargue un bombón de chocolate sexy debe ser obra de algún sueño alucinógeno. Podía acostumbrarse a eso.
|EDITADO: 2019|
|SEGUNDA EDICIÓN: 15/07/2020|
¿Soy yo o Ellionor siempre anda pidiendo comida?
Me recuerda a mi. Las mujeres siempre tenemos hambre, ¿Si o no?
Ja!
Pregunta; ¿Creen que ella se hubiera encargado (se pasa el dedo por el cuello) de Pietro si no hubiera estado herida?
Les leo.
Gracias por leer♥
Ils en pourront paz avec moi! (no podrán conmigo!)
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