|20| Shut up

CAPÍTULO 20

"Un infierno maníaco"


Todos estaban por su lado preparando sus trajes o hablando entre ellos para liberar un poco la atención y los nervios del momento. Ellionor por otro lado se encontraba caminando por un largo pasillo de la torre. Con la punta de los dedos de su mano derecha recorría la pared mientras avanzaba, su rostro estaba desprovisto de cualquier expresión, solo miraba hacia arriba, prestándole su atención a los techos bien iluminados de la torre.

Solo se detuvo cuando sus dedos pasaron por una irregularidad y luego pararon en la superficie lisa de una puerta. Bajo la mirada y miró hacia ese lado, sonriendo cuando pudo leer el nombre bien remarcado en aquella puerta.
Solo basto un pestañeo y un remolino de sombras para pasar a estar dentro de la habitación.

—Vaya cuánto orden...

Dijo para ella misma con gracia echándole una mirada a todo a su alrededor. Al frente suyo, una vitrina con un grueso cristal le daba la bienvenida, con una luz amarilla que la iluminaba de todos los ángulos, seguro dándole un aspecto imponente a lo que se resguardaba en aquel lugar.

El traje del Capitán América.

El cual no se encontraba en aquel lugar ya que estaba ocupado cubriendo el cuerpo del supuesto soldado más recto de la humanidad.

Una sonrisa surcó el rostro de Ellionor ante aquel pensamiento, ya vería ella que tan fiel le era aquel a la humanidad. Era divertido de pensar. Cualquier árbol se retorcía en alguna de sus ramas, y Steve Rogers no podía ser recto por siempre.

Caminó unos pocos pasos hacia adelante y coloco la palma de la mano sobre el cristal. El abanderado del que estaba obsesionada en algún momento caería por completo ante su oscuridad, era inevitable aquello. Tarde o temprano a todos le tocaba. ¿Y quién mejor para ayudar con ello que estando la mismísima oscuridad allí presente para Impulsar aquel destino?

Era divertido.

La sonrisa creció en su rostro mientras presionaba más su palma contra el cristal.

Era muy divertido.

Aparto la mano y dió un toqucito con uno de sus dedos. Una grieta se formó allí donde toco, surcando su camino hacia arriba como la raíz de un árbol.

Y de pronto la puerta se abrió a sus espaldas.

Las comisuras de sus labios subieron con picardía mientras lentamente miraba sobre su hombro al confundido hombre tras suyo, quién había puesto la clave a la puerta esperando encontrar su cubículo como siempre, vacío de personas. La presencia de la rubia solo le hizo retroceder un paso, cauteloso.

—¿Cómo es que entraste aquí?

Preguntó avanzando lo que había retrocedido con cautela después de mirar a su alrededor, al parecer todo movimiento o acción que hacía Ellionor provocaba y provocaría siempre desconfianza de su parte. Era tan inesperada. Algo terriblemente peligroso en alguien como ella.

Ellionor se giró dejando de darle la espalda. Su actuar relajado no era el que tendría cualquiera cuando le atrapaban en dónde se supone que no deberían estar.

—Tengo un montón de trucos — le apuntó caminando hacia él.

Steve se sorprendió un poco por su aspecto, más por la sangre seca en su rostro, la cuál había emanado aparentemente de su nariz manchando un poco su barbilla y una de las comisuras de sus labios. Lo que el ignoraba era que aquella sangre era más producto de haberle mordido el cuello a Wade que de ella misma.

Sí, habían tenido una pelea bastante salvaje.

—¿Qué fue lo que te...

—Todo el mundo tiene algo que hacer — le interrumpió fastidiada subiendo un poco el tono de su voz.

Se detuvo frente a él, alzando un poco la cabeza ante la diferencia de alturas. Se inclinó un poco a un lado para mirar detrás de él la puerta abierta, sin embargo la ignoro y volvió su atención a este.

—Dime algo Steve, ¿Te gusto?

Directo al punto. Steve abrió los ojos ante la inesperada, bastante, bastante inesperada, pregunta. Ellionor era conocida por ser bastante directa, ¿Pero tanto?. Él se preguntó como podía preguntar eso y lucir tan tranquila mientras el se quedaba descolocado en su lugar, solo pudiendo alzar una ceja confuso.

—¿Qué?

Ellionor rodó los ojos. No podía esperar mucho de un hombre que parecía un adolescente inexperto frente a un a mujer. Estar congelado no ayudaba a conocer mujeres, tampoco dedicar 24/7 a ser un Vengador. Pero eso no importa ya que Ellionor no era cualquier mujer.

—¿Te parezco atractiva?, ¿Te atraigo? —volvio a hablar ella con algo de fastidio. Dió un paso más cerca de él y la reacción de este fue echarse para atrás esquivandola para ir hacia adelante. Dándole la espalda.

Sí, Ellionor no era cualquier mujer. Era una muy impulsiva que se comportaba como una niña caprichosa cuando veía algo que le gustaba. Y no se estaba completamente seguro si quería de forma romántica o posesiva.

No supo en que momento ella se había acercado otra vez, pero cuando se dió cuenta su espalda estaba siendo azotado contra el cristal de la vitrina con una fuerza que le sorprendió viniera de una pequeña mujer de cuerpo aparentemente frágil.

Le miró anonadado mientras ella con rostro serio apretaba sus brazos.

Ellionor se estaba hartando de tratar de llamar su atención. Cuando creía que la tenía, este se alejaba o ignoraba su coqueteó. Ningún hombre nunca le había negado nada, todos caían tan fácil como abejitas a la miel. Quizás por eso se sentía tan interesada, lo difícil era divertido. Aveces.

Aquella vez ya no.

También quizás debía dejar de ser tan caprichosa.

Ellionor le dió su mejor cara arrepentida, obviamente fingida, aflojando el fuerte agarre en sus brazos y haciendo un pequeño puchero infantil. Parecía una niña que se escudaba haciendo caras con su aparente ternura.

—Lo siento, lo siento. Mírame — tomo su barbilla bajando su rostro hacia ella, la expresión de este no había dejado de ser confusa —Lo siento.

Sus grandes ojos grises se encontraron con aquellas perlas azules. Steve se sintió cautivo casi de inmediato por aquel color tan claro, tan diferente de aquel oscuro poder que ella poseía y que esté ignoraba se metía entre su piel dejando raíces negras desde la mano de ella que sostenía su barbilla hasta surcar como serpientes sus mejillas y llegar a sus ojos, volviendo aquella mirada azul en dos pozos de oscura noche.
Él sintió como su cuerpo se sentía atraído a ella como un imán. Ellionor sonrió.

—Steve... — le llamó, el la observaba totalmente tildado de todos sus movimientos. —Bésame.

Y como una orden que no pensaba refutar ni en un millón de años, Steve se lanzo hacia sus labios canturandolos entre los suyos en un profundo beso con sabor a sangre.

Ellionor fue bajando su mano con lentitud recorriendo su barbilla a detalle hasta seguir bajando hasta su cuello, el cual sin intención de detenerse, rodeo con sus delgados dedos hasta apretarlo. Steve sintió la falta de aire de inmediato, se alejo de sus labios y jadeó, tratando de respirar. No hizo amagó de apartarla, sus extremidades colgaban a cada lado de su cuerpo. Estás no le respondían, él sabía que debía alejarle, pero no podía. Era incapaz de querer perder su toque, así este fuera mortal, quería que ella le tocará.

Imágenes aparecieron en su cabeza, se veía a él mismo siendo cubierto por gruesas cuerdas negras, estás se enredaban al resto de su cuerpo como serpientes, apretando cada vez más su cuerpo. Cuando sintió que ya no podía más y sus pulmones estallarían mientras aquellas cuerdas envolvían su cabeza.

Todo se detuvo de golpe y el aire entro en sus pulmones en una bocanada.

Ellionor sintió como el brazo con el que apretaba el cuello de Steve era jalado hacia atrás con la suficiente fuerza como para soltarlo y retroceder un paso. Gruñó con rabia mirando en la dirección en la que había venido aquella interrupción, encontrándose con una alterada Wanda que extendía sus manos en su dirección mientras la bruma escarlata bailaba en sus dedos. Su pecho subía y bajaba como si hubiera corrido toda una maratón hasta allí, y no estaba muy errado aquello.

La chica ahogó un gemido cuando los profundos orbes negros que ahora Ellionor poseía chocaron con ella. Cuando escucho fuertes chillidos en su cabeza aparto la mirada con rapidez y lanzo la bruma escarlata hacia Steve. El negro en sus ojos desapareció dándole paso a uno que presentaba el mismo color que el poder que poseía.

—Vete.

Le ordenó, y este no tardó en hacerlo. Como un zombie arrastro sus pies y salió de la habitación bajo el control mental de la Sokoviana. Quién al quedarse ahora sola junto a la rubia se volteó hacia ella con rapidez.

Pero la recibió un violento ataque directo de esta quién la empujó con fuerza haciendo que ella ocupará la posición que Steve tenía antes. Ahora era ella la que estaba acorralada.

—¿Qué crees que estás haciendo, estúpida? — soltó entre dientes alejando su espalda del cristal solo para volverla a azotar contra este, provocando un quejido de la otra.

Wanda le miró casi con súplica. —Debes parar con esto... Con él.

Ellionor alzó una ceja. Se hizo la confundida —Si me cuentas el chiste, nos reiremos gustas.

—¡Tratas de manipular su mente! —le chilló —Quieres que sea tu marioneta, tú... Tú, no dejas de pensarlo — se sacudió tratando de soltarse de su agarré —Lo escuchó en mi cabeza todo el tiempo que estoy cerca de ti... Ya detente.

—Oh, Wanda, Wanda. Querida — hacerlo su boca a su oído hasta susurrar —Ya yo estoy en su cabeza.

Escalofríos recorrieron su espalda haciéndole temblar de pies a cabeza. Un latente miedo se había alojado en su cuerpo, provocando un nudo en su estómago difícil de ignorar. El miedo no tenía nada que ver con lo que le pasará al hombre, este era más comparado con una pesadez que solo aparecía de la nada sin ningún motivo por medio, como si la sola presencia de la rubia lo provocará.

Entonces entre escalofríos, solo pudo decir algo.
—Se lo que eres...

Por supuesto, ella sabía que lo que creían que ella era era muy alejado de la realidad. Ellionor no podría ser nunca una simple mutante. Hasta cierto punto no lo comprendía, pero si debía darle nombre, ella era más como un demonio. Uno real y amante del caos.

Su comentario no le dió más que risa a Ellionor —Umm, ¿Lo viste es mi cabeza, Wandita?, ¿Te divierte viendo todo lo que ahí allí?

En lo más mínimo, solo un vistazo le había mostrado las más terribles escenas. La cabeza de Ellionor era como un programa que solo transmitía caos. Era mejor alejarse de allí.

Entendí porque ella perdía la cabeza cada vez más, ¿Quién no lo haría si veía eso todos los días de su vida? Y más aún, cuando no podía olvidar nada.

—Eres un... Un demonio — enterró sus uñas en los brazos de ella, pero ni con eso está la soltó.

La sonrisa se agrandó en su rostro. —Cuando mueran muchas personas en Sokovia en un rato, estaremos a la par de profesiones.

—No...

—Recuerda de quién fue la culpable en ayudar en todo esto.

—Deja a los vengadores, vete de aquí... Alejate de mi hermano, no... No le hagas más daño.

—Él se lo hizo solo. Yo no interviene en nada. — rodó lo ojos y la soltó de mala gana.

Wanda, quién al fin se sentía libre de aquel miedo que le había paralizado, le dirigió una mala mirada.

—Eres detestable.

La rubia hizo una mueca —Lo sé. — miró a Wanda de arriba a abajo y frunció los labios al ver lo que se había puesto —Espera, ¿Esa es mi chaqueta? — señaló con un dedo, resoplo —No, no, ya no. Ya la contaminaste... Aunque te queda bien.

—¿Por qué quieres atormentar a estás personas? — continuó ignorando lo anterior dicho. Le miró con seriedad, no le sorprendía ver qué a la otra no parecía importarle en lo más mini lo que decía.

—Yo no atormentó a nadie... Aquí. — meneó la cabeza —Soy una agente del caos, pero aveces me gusta ver el caos ajeno.

—Dejalos en paz.

Ellionor hizo una cara triste. —Solo quiero ayudar. La humanidad... Es terriblemente importante, ¿No?

Wanda volvió a abrir la boca lista para decirle que alguien que fingía empatía no ayudaría nunca en nada, pero una figura parándose frente a la puerta le hizo tragarse sus palabras.

Pietro miraba a ambas mujeres con confusión.

—¿Qué hacen aquí? — habló Pietro, se notaba molesto.

Ellionor al escuchar el tono de su voz molesta giró la cabeza hacia él apartándose de Wanda. Su tono no pudo importarle menos, y su presencia también.

Soltó un "Ñe" aburrido para luego hablar, cruzándose de brazos mirando a Pietro con una ceja alzada —¿El estúpido dijo, que?

Pietro no la entendió —¿Qué?

—Ja — lo miró divertida.

Pietro gruñó con molestia y caminó hacia ella colocándosele al frente, con su rostro a centímetros del de ella. La miró más que molesto y Ellionor solo dio dos pasos a atrás para alejarse de su cercanía.

Tratar con los hermanos le estaba empezando a fastidiar.

Hizo una mueca. —El espacio personal es uno de mis dioses, respetalo Chico corre caminos.

El platinado entrecerro los ojos. —¿Crees que eres muy graciosa?

Ella solo se le quedó viendo con rostro serio antes de bajar sus ojos grises a lo que llevaba él puesto —Oh, Pietro creo que te pusiste una camiseta de mujer.

Él se echo hacia atrás con un resoplido —Que insoportable.

—El burro hablando burradas.

—Cállate.

—No.

—Eres despreciable.

—La que comparte tu misma neurona me dijo algo parecido — apuntó a su gemela con un dedo, la cuál se había quedado repentinamente muda ante la presencia de su hermano.

La verdad deseaba mantener alejados lo más posible a aquellos dos. Pero no tuvo que intervenir, ya que Ellionor había empezado a caminar a la salida. Antes de desaparecer por allí, se voltio hacia Wanda y le hablo por última vez.

—Ah, y Steve... De verdad me agrada — soltó una cantarina risa antes de alejarse —De verdad lo hace~. 

Se fue de allí dejando a una Wanda intranquila y a su hermano confundido. Todos ignorando que hace rato Steve se había detenido en un pasillo mirando hacia los lados sin saber o recordar cómo había llegado hasta allí. O siquiera que había estado a punto de ser completamente manipulado por Ellionor.












EDITADO.

Siendo sincera, no me gusta este fanfic. Ya es jodido escribir, me desespero aveces :'v
Pero aquí estamos, en la lucha.
Seguiré por ustedes.

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