14.
-Y entonces... No supe que mas decir... Al final me disculpe y dije que necesitaba irme.-Dijo Ink.
-O sea que huiste.-Respondió Lust.
-Sí...-
-Fue una pesima idea, Ink.-
-Lo sé, pero... Yo no sabia que hacer.-
-Ciertamente, mandaste todo a la mierda, pero es Error. De verdad le gustas.-
-... ¿Eso crees?-
-No lo creo, lo sé.-
-Gracias por tu apoyo, Lust.-
-Esto no es nada. De cualquier manera, quiero que me digas la verdad, Ink.-
-¿De qué?-
-Mafia te volvio a contactar, ¿Verdad?-
-¿Porqué crees eso?...-
-Dime la verdad.-
-...Consiguió mi número.-
-...Ese maldito hijo de perra...-
-Pero, no he hablado con él, lo juro. Cuando llamó el primer dia, le dije que no me contactara y cerré.-
-Escuché que no se rindió.-
-...No lo hizo.-
-¿Y hablaste con él?-
-...Solo le pedí que me dejara en paz.-
-Solo mandalo a la mierda, Ink.-
-...Eso quiero hacer.-
-No lo dudes, solo hazlo.-
-Está bien.-
-Recuerda que te usó, muchas veces, te lastimó. No te merece.-
-Tienes razón...-
-¿Ves? Además, ahora tienes a Error, estoy seguro que se mantendrá junto a tí. Ahora anda, ve a casa.-
-¡Sí! Mañana se lo diré. Muchas gracias, Lust.- Al decir lo último, lo abrazó.
-No hay de que...-
Ink terminó de despedirse y salió de la casa de su amigo. Lust solo suspiró y cerró la puerta de su casa.
Otra vez solo, en silencio.
Seguía sonriendo con cierta nostalgia.
Era feliz al ayudar a Ink, era su gran amigo.
-Devuelta a la miseria, Lust. Devuelta a la miseria.- Se dijo a sí mismo mientras iba a su cocina a buscar algun rastro de alcohol.
Si se mantenia muy sobrio, probablemente termine recordando cosas que no quiera.
-¡Perra asquerosa!-
-¡Es solo una puta de mierda!-
-Anda, levantate, ¿Qué harás, eh?-
-No tiene nada de orgullo, ¡Ja ja!-
Varias risas e insultos de todo tipo eran lanzados hacia Lust, quien se encontraba en el frio suelo de su escuela.
No paraban de patearle, darle golpes y empujones. "Lo trataban como la basura que era", según ellos.
Sonó el timbre de regreso a las clases y todos se fueron.
Lust se quedó en el suelo, abrazandose a sí mismo mientras temblaba.
No habia hecho nada malo...
Simplemente quería ser feliz, amado.
Habia estado todo bien en sus primero años de escuela, tenia amigos y siempre estaba rodeado de personas.
Pero el pobre Lust era tan inocente que no sabia que solo buscaban algo más. No iban a el por amistad, sino por privilegios.
"Sí eres mi amigo, ¿Me pasarias la tarea?"
Comenzaron con pequeños favores, pequeños.
"Sí de verdad eres mi amigo, asumirias la culpa por mi, ¿Verdad?"
Luego comenzaron a hacerse más graves.
"Sí de verdad eres mi amigo, ¿Porqué no me dejas tocarte más? ¿Acaso no te agrado?"
Se volvió vulnerable a las palabras de los demás.
Lo utilizaban.
Y un día, luego de un par de años, un profesor lo solicitó mandar a llamar.
No fue solo un regaño al escuchar ciertos rumores sobre el chico.
Sino que también se aprovechó de él.
Un alumno pudo ver aquello al asomarse por un agujero en la puerta del salón, y la voz de aquel chisme paso de persona en persona.
"Lust es una zorra."
"Le va bien en la escuela porque le hace favores a los profesores."
"¡Ya decia yo que alguien como él no podia ser inteligente!"
Toda la escuela, los que se supone eran sus amigos...
Le dieron la espalda y se burlaban.
Fue un infierno.
No pudo levantarse luego de los golpes que le dieron, a decir verdad, queria morir allí mismo.
Total, no importará.
Incluso sus parejas solo buscaban algo de él y lo desechaban.
Era basura de un solo uso.
-¡Dios! ¿Estás bien?- Una voz desconocida se le acercó.
Lust abrió los ojos para toparse con el albino, quien parecia totalmente preocupado. No respondió.
-Que tonto de mi parte, claro que no estas bien... ¡Ven! Te llevaré a la enfermería...- Sin esperar respuestas y como pudo, llevó a este a la enfermeria.
No habia nadie, asi que se apresuró a buscar un botiquín y atender las heridas solo.
-...¿Porqué haces esto?-Preguntó Lust. Pero internamente se rió. Era obvio la razón, queria algo a cambio.
-Necesitabas ayuda. ¿Debo tener alguna razón para ayudarte más que esa?-Respondió, sin parar de ayudarlo.
-Tonto. Deja de mentirme y di que mierda quieres.-
-Entiendo que estes con la guardia alta... No debe ser fácil querer confiar en alguien.-
Lust se quedó callado, hasta que pudo ver por un momento su cuello, ya que su bufanda marrón se movió.
Tenía una marca de manos, como si lo hubiesen intentado ahorcar. Ahora que lo veía, vió sus brazos, los cuales estaban tapados por las mangas largas de su camisa.
-¿Qué te pasó a tí?-Preguntó Lust, señalando su cuello.
-No es importante... Fue un accidente.-
-Eso no parece un accidente.-
-Te diré sobre mi. Pero, si me hablas sobre tí primero.-
-Soy Lust.-
-Y yo soy Ink, un gusto.-
-¿De verdad que no me ayudas por que quieres algo a cambio?-
-Bueno, ahora que lo dices tanto... Sí quiero algo.-
"Lo sabia. Nadie es tan bueno." Pensó Lust.
-Quiero que sonrías y te sientas mejor, Lust.-
Aunque, Lust esperaba escuchar todo menos eso.
-Espero que seamos buenos amigos.- Dijo Ink, dejando a un lado el botiquin al haber terminado y le extendió su mano.
Lust dudó mucho en tomarla, hasta que sonrió y la agarró.
-Lo mismo digo, Ink.-
Desde entonces, aquel chico albino lo sacó de su infierno.
Y en la universidad le incluyó en su circulo de amigos. Dream, Blue...
Habia uno que otro que aparecía a molestar a Lust, pero...
Ya no estaba tan solo.
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