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Estaba claro de que para ella esto no sería como en las otras ocasiones, había algo más profundo entre esos besos y suspiros cargados de deseo palpable en el ambiente... el de cabellos miel estaba sobre la bicolor totalmente perdido en el calor de su cuerpo y en cómo este lo alejaba totalmente del razonamiento. Las piernas de la princesa Inca alrededor de su cintura lo persuadían silenciosamente de querer alejarse pero también lo invitaban a hundirse más en el pecado carnal del deseo que sentía, el de piel azulada era alguien con principios que respetaba todas las normas sociales..... pero sin notarlo del todo comenzaba a actuar bajo su propia ley buscando sentirse tan bien como necesitaba, la rubia era como una llave que desencadenaba todo lo que traía reprimido durante siglos y aún no sabía si era peligroso o maravilloso........ pero de ambas formas se crearían grandes problemas.
La peruana se acomodó sobre él nuevamente, desabrochando la camisa ajena a ciegas pues dejar de besarlo no parecía ser una opción en ese momento en el que degustar sus labios con sabor a tabaco le era tan magnífico. Los jadeos de ambos se detuvieron momentáneamente cuando la de ojos dorados se detuvo a mirarlo preguntando a palabras carentes si el británico estaba seguro de continuar por razones obvias, pero este solo la tomó de las mejillas unificando sus bocas agitadas sin querer pensar en nada más durante ese tiempo a lo que la albina sobre su ingle comenzó a removerse algo ansiosa tras sentir aquel bulto desde hacía ya un rato... tenía curiosidad por cómo se desarrollarían las cosas entre las sábanas y de si el de orbes turquesa no acabaría arrepintiéndose a la mitad de ello. Cuando sus ropas adornaban el suelo ella usaba sus manos para terminar de estimularlo bajo su mirada algo avergonzada pero también cargada de lujuria que no hizo más que aumentar cuando la vio morderse el labio mientras sentía su interior expandirse amoldándose al miembro de UK sintiéndolo tan duro y sin duda cumpliendo sus expectativas iniciales por lo cual le regaló otro beso profundo mordiéndole un poco los labios antes de alejarse dejándolo realmente encantado con lo que estaba pasando pues en lo que llevaba de vida solo había tenido sexo en tres ocasiones con la francesa nada más para fines reproductivos por obligación de Inglaterra y podría describirlo como lo más desesperante que le pasó pues la de ojos jade ni siquiera lo miraba y al terminar solo se iba con mala cara haciéndolo sentir como una concubina inservible.
El europeo recorría el cuello de la más baja dejándole besos húmedos junto con algunas lamidas en lo que ella continuaba moviéndose de aquella manera y soltando gemidos ahogados cerca a su oído que lo llevaron a colocar ambas manos en las caderas ajenas para sostenerla de allí y hacerla llegar más profundo sintiendo inmediatamente las uñas de la albina clavarse en sus hombros haciendo que se le escapara un gemido ronco y le besara el hombro derecho como disculpa por la repentina brusquedad. El corazón le latía a prisa pues nunca se había imaginado a si mismo en aquella situación y en lo adictivo que se estaba volviendo, aquella latina con cuerpo tan perfecto y cariño para brindarle era lo único que estaba en su cabeza ahora como si ya no existiera nada más que le interesara a parte de ella... y la exótica manera en cómo suspiraba su nombre, tenía una de las piernas de la americana sobre su hombro y sus torsos estaban tan cerca uno del otro que nuevamente estaban perdidos en los labios del otro ignorando lo que pasaría luego de esa noche en la que eran uno a secreto del mundo.
Él comenzó a sentir una oleada de calor más fuerte notificándole que pronto terminaría por lo que se movió más rápido con la rubia arañando su espalda entre jadeos hasta que sin previo aviso salió de su interior viendo como aquel líquido blanco semi espeso caía sobre el espacio entre el estomago y la entrepierna ajena marcando la finalización de su aventura... aunque Perú poco después volvió a colocarse entre sus piernas tomando aquella masa carnosa llevándola a su boca bajo la atenta mirada enrojecida del mayor que apenas sintió en aliento tibio contra su piel hundió sus dedos en la tela del sofá entre un jadeo de sorpresa, no tardó mucho para que acabase apoyado en el respaldo del mismo con la vista casi nublada hacia el techo oyendo el fantástico sonido que emitía la bicolor al tener su masculinidad en manos tratándola entre besos y lamidas como si fuese lo mejor por lo que tras un rato sintió nuevamente esa sensación caliente pero ésta vez bajando por sus labios que relamió tragando aquello para después suspirar volviendo a los brazos del de ojos turquesas que se aferró a ella escondiendo su rostro en el hombro de la más baja.
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A la mañana se despertaron aun en el sofá entre pequeños gruñidos sintiendo el sol pegar contra sus rostros aún cansados, sus ojos se encontraron observándose con duda por algunos momentos... él se mantuvo en silencio y sólo apoyó su frente contra la bicolor rodeándola con sus brazos.
Se quedarían allí un rato más hasta que se viesen forzados a volver a sus rutinas obligatorias fingiendo que fuera de esas paredes que no eran más que socios indirectos... o tal vez empezarían a romper reglas a su antojo, hasta que la situación llegue a tope y Pandora se abra.
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