|| Fase 1
Título: Se queda corto.
Anime: Shingeki no kyojin.
Pareja: Ninguna.
Personajes: Levi, Erwin, Mención de Hange y madre de Levi.
Advertencia: Contiene problemas psicológicos, abusos sexuales menores (nada explícito).
Número de palabras: 1629
9:10am/ 18 de Abril
—¿Alguna vez ha visto a esta mujer, señor?.—Señalo el uniformado de azul a su teléfono con una fotografía algo pixelada de una dama, su rostro es bastante compresible a pesar de la falta de calidad.
El de obres azules zafiro quedó completamente mudo al reconocer a muy apenas a la buscada. Conforme más observa, un picor bastante molesto se restriega por su garganta haciendo que arrugue el ceño, esto indica una pequeña conmoción en sus adentros. El oficial carraspeó impaciente al no notar señal alguna del presente, creyendo que su tardanza es debido a alguna suciedad en el móvil que le evita divisar a la mujer, el mismo limpio la pantalla con la manga de su uniforme y así una vez más interpuso la fotografía entre los ojos del joven.
—Creo que ya está limpio. Ahora sí, ¿podría decirme si conoce a esta mujer?.—Reseteo la pregunta, cambiando varias palabras de está, que por ende hace sufrir cambios a la respuesta también.
—No.—El de hebras color carbón dijo directo y rápido, antes de causar más inconvenientes inesperados y retener por mucho más tiempo al oficial en el umbral de la puerta de su casa.
"Ojala ya se fuera a molestar a otra parte" sin duda siente que le roban oxígeno, a parte de que se siente asqueado por el excesivo olor a colonia de este y claramente por esa fotografía mal retratada de su madre.
—Oh entonces me retiro, lamento las molestias.—Dijo con una sonrisa amable, aunque el azabache nunca lo notó, ni siquiera se tomó la molestia de inspeccionar su rostro. Seguido dio media vuelta y camino fuera del pasillo de ese piso de pequeños departamentos.
—Como sea.—Hizo un ademán con la mano desinteresado.
No hizo ninguna pregunta Levi, ni se cuestiona el porque la buscan, tan solo desea olvidar su rostro... Qué por más de quince años no ha podido desvanecer de su retorcida mente.
—Tsk, esto es una mierda.—Murmuro refunfuñando en entendimiento a la situación. Y con delicadeza cerro la puerta de su hogar, recordando esa cabellera larga negra agitarse entre las piernas de un hombre cualquiera.
Esta mañana había experimentado una serie de acontecimientos con demasiada rapidez, su cabeza enroscada en un palpitante retumbar de su corazón, sus huesos arder─como si estuvieran a llama viva─ y el fortuito toque a su puerta...
"Creemos que pudo haber sido asesinada"
Chasqueo la lengua molesto recordando la línea predilecta del susodicho oficial.—Eso fue hace mucho tiempo y esos cerdos apenas se conciencian.—Espeto en furia el azabache, cabizbajo observando a sus palidecidos pies.
/20 de Abril/
La alarma lleva ya un tiempo retumbando en los oídos de Levi, aunque a decir verdad no siente el taladrante sonido pasar por su cabeza, pareciera que aún no lo procesa; absorto en sus pensamientos tan temprano no es nada gratificante para él. Girando la mirada al despertador se dio cuenta de la hora del día de hoy, abrió los ojos en sorpresa, pero no hizo un escándalo por eso, tan solo deslizó su dedo por los botones grisáceos del artefacto y presionó uno de ellos, apagando por completo la canción que tiene por alarma.
No se precipitó y tomó su tiempo en arreglase, e incluso ordenar algo su pequeño departamento, antes de irse a hacer sus ejercicios diarios, que por órdenes estrictas debe cumplir a toda costa. Ya afuera de su humilde morada comenzó a caminar por el pasillo de cuatro paredes blanquecinas, junto a un sutil olor a pino industrializado y la clara vista de las escaleras al fondo, y algo de paisaje a lo lejos. Bajo estás mismas y antes de seguir andando por el pavimentado suelo, dio una fuerte inhalación del aire fresco antes.
—Todo está en tu cabeza, Levi. Recuerda tener más confianza en ti... Y qué el mundo no da segundas oportunidades.—Había dicho hace un tiempo en su ayuda una castaña cuatro ojos, creyendo que esas palabras lo impulsarán a mejorar. La simpleza con lo que lo dijo impresiono a Levi, queriéndolo imitar de cierta manera, pero al querer compararse lo detuvo aún más.
Bufo frustrado el Ackerman de pequeña estatura, su mente se encontró en hambrunas de un segundo a otro, no había cruzado de las cuatro paredes cuando esto sucedió. Las manos le temblaron y transpiraron en el mismo acto, a pesar de ser una mañana fría. Sin embargo, tan solo lo ignoro, ocultándolas en los bolsillos de su saco negro.
Su pasado le fue tan atemorizarte que genero traumas, cicatrizando en su piel a fuego vivo. Una dama de la noche se dio el lujo de dar a luz a un bebe en sus condiciones de vida. No existían toallas limpias en ese establecimiento y no las habría para una mujer resinada a abortar el engendro de uno de sus tantos clientes; no pudo mantenerlo mucho tiempo en secreto, al final el dueño del lugar se termino dando cuenta por un inesperado llanto, alterando a todo mundo, el señor le permitió vivir a cambio de utilizarlo para fines del establecimiento. Desde ese entonces hasta sus diez años de edad, vivió abusos físicos por parte de muchas personas... Aunque no fue tan duro como ver a su madre ser sometida por alguien con tanta frialdad y desinterés, las lagrimas secas en sus negros ojos y los moretones por todo su cuerpo, le eran aún más doloroso a Levi.
ultimo que recuerda es correr lejos de ese infierno de vida, dejando atrás a su tesoro preciado... Su querida progenitora.
Y esta fúnebre anécdota revivió el día que el oficial se presento frente a su puerta, con el propósito de interrogándolo, no con el de abrir de nuevo las heridas dejadas atrás.
El azabache permaneció estático en su lugar por un periodo corto de tiempo, pero suficiente para poder llenarse de confianza. Alzando la vista diviso hermosos arbustos llenos de escarcha y residuos de la lluvia de ayer, se repitió así mismo en voz alta y en tono halagador:
─Tu puedes.─Queriendo emprender su viaje a las afueras, sin tener que llamar la atención de las miradas desconocidas, un susurro penetro su tímpano, borrando su ladina sonrisa.
─Pobre alma en pena.─Se escucho detrás de las cortinas de un departamento. Su voz es lastimera y vergonzosa. Los ojos azulados del joven giraron junto a su cabeza, observando detrás de las cortinas recorridas a un mujer de mayor edad, mirándolo, murmullando una plegaria─Liberarlo de esta realidad terrenal, por favor.
Las pupilas de Levi se encogieron, abriendo a medias la boca, con un palpitar incesante y un nudo en la garganta, se percato de como la señora posiciona sus manos en plegaria, sosteniendo una cruz de madera muy pequeño y arruga la nariz al mismo tiempo que prosigue hablando. Desea que pare, pero se encuentra realmente confundido.
─¿Alma en pena?... ¿Qué?.─No sabe si tomárselo en serio. Porque el tiritar de la comisura de los labios de la mayor es muy real─ ¿Acaso doy tanto miedo?. ─Se cuestiono, sin compañia en se pasillo, sin demasiada luz del exterior, ensombreciendo su rostro.
/18 de Abril/
El uniformado de azul, seguía anotando las respuestas del joven que visito hace un momento y no pudo evitar pensar en su raro comportamiento, y la fachada bastante desarreglada de su igual. Camina a paso tranquilo, aunque antes de llegar a la salida sus anotaciones fueron interrumpidas por la voz dulce y baja de una anciana en el ultimo piso.
─Buenos días, Erwin.─Saludo con un ademan de mano la mayor y de igual manera contesto el rubio, agregando una sonrisa─¿Por que tan temprano aquí? ¿Acaso vino a visitarme un oficial tan apuesto como usted?.─Bromeo la anciana sin saber de la situación de su presencia. Erwin sonrió ampliamente con ella, aunque algo avergonzado.
─Me temo que esa no es la circunstancia de que me vea por aquí.─Sumiéndose en la conversación guardo la libreta de notas en su bolsillo trasero. La anciana arrugo su cara en decepción, pero sin más volvió a sonreír.
─Entonces, ¿qué sucede?.─Cuestiono de nuevo la mayor de baja estatura.
─Vine a hacer algunas preguntas al residente del departamento 1408, en la parte superior.─La mujer detuvo su vigorizante alegría de su rostro, por uno bastante serio. Erwin se extraño por el cambio repentino y ahora el hizo las preguntas:─¿Pasa algo?.─Ella negó con la cabeza repetidas veces.
─Solo que...─Hizo una pausa, manteniendo intrigado al rubio, haciendo que posara sus ojos azul cielo sobre el viejo y frágil cuerpo de la anciana insistentemente─Nadie vive ahí desde que se suicido un chico de maso menos tu edad, y eso fue hace unos 3 años. Tenia una cabellera negra y ojos rasgados azul marino, era un joven con problemas para socializar... Decía que su mayor pesadilla era morir solo y al exterior. Le temía tanto que termino como su mayor temor: Solo y expuesto en las noticias a la sociedad. ─Finalizo, recreando una mueca de tristeza, mirando hacia otro lado con pena.
─¿Disculpa?... No puedo creerlo, hace nada de tiempo converse con el.
Quien diría que después de muerto Levi permaneciera sostenido con todo y garras a sus mayores temores. Sin duda todo esto queda corto.
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