KagaTobi [Senju] °°Sensible.°° {Yaoi UN}
Pareja a tratar: KagaTobi [Senju]
Personajes que la conforman: Kagami Uchiha y Tobirama Senju.
Categoría: Yaoi ( chico x chico )
Advertencias: Posible desface de edades.
Localización: UN ( Universo Naruto )
Nombre del capitulo: Sensible.
Situación:
💘
||Sensible.||
Tobirama, a sus veintiséis años, debía ocuparse del papeleo de la recién fundada aldea (papeleo que por cierto, le correspondía a su irresponsable hermano que solo se reía desde la puerta, sirviendo más como defensor que como Hokage la mayoría del tiempo).
De hecho,ahora mismo el castaño lo miraba desde ahí, recargando su ancha espalda en la madera pulida y cargando un niño en brazos que ostentaba orgulloso el emblema del famoso clan vecino. El pequeño Uchiha no tendría más de diez, o eso calculaba el albino, mirando de reojo los alborotados mechones del joven pelinegro y sus exóticos ojos carmesíes.
-¡Mira Tobi kun, un niño! ¿No es lindo?
Tobirama lo miro aburrido, encarnando una ceja ante los grandes orbes curiosos que rehuyeron su mirada.
-¿Qué haces exactamente con un Uchiha en mi habitación?
-¡Oh, estoy socializando con nuestros aliados! Tu dijiste que era una buena idea y como Madara esta ocupado y aun muchos me odian, pues traje a este niño a conocernos.
El más chico de los hermanos pasó su vista desde la sonrisa de su aniki hasta los pómulos rojos del infante, suspirando cansado al ver que el mocoso se sonrojaba como si fuese un caramelo.
-¿Qué te dije del secuestro Hashirama? ¿A quien pediste permiso para traerlo?
El ojicafé formó un puchero de indignación, sacándole el aire al chico en sus brazos con un fuerte apretón que casi le truena las costillas.
-¡Tobirama! ¡¿Por quien me tomas?! ¡Yo jamás haría eso!
-¿Te recuerdo el incidente con el pirómano de Madara?
El azabache miraba con curiosidad la presunta pelea entre el nada serio hokage y aquel peliblanco de mirada rojiza, sintiendo en sus adentros una sensación parecía a las cosquillas o los remordimientos al entrenar después de comer. Por alguna razón, ese sujeto que regañaba al nuevo regerente de la aldea le parecía terriblemente lindo.
-¡Maddy no fue secuestrado, se desmayo y yo me lo lleve que es diferente! - chilló por la pena el más alto, sintiendo la exasperación de su rígido secretario.
-Si, si, lo que digas Hashirama. Ahora hazme un favor y ocupate de esto mientras devuelvo a ese niño a su casa, antes de que tenga que emitirse una orden de arresto en nuestra contra.
El de rizos ébano trago duro al sentirse en brazos de aquel hombre alto y fuerte, que tenia marcas en su rostro, tan finas como el labial de su madre. Rápidamente evito el contacto visual, concentrándose en pensar en otra cosa hasta que un dulce tamborileo inundo sus oidos. ¡Cielos, desde ahí podía escuchar su corazón! ¡Sonaba tan poquito que le daba ternura!
-Oye Uchiha, ¿Como te llamas? - cortó de pronto sus pensamientos la voz grave del ninja,haciéndole volver de súbito a la realidad.
-Uchiha K-kagami, s-señor...
Tobirama ignoró el breve balbuceo y se dirigió al improvisado complejo Uchiha, dejando atrás las quejas de su inmaduro hermano.
Tan pronto el menor dejo de estar en sus brazos, regresó a poner orden en la torre, sin notar la sonrisa soñadora del mocito, encantado con haber conocido alguien de aspecto tan peculiar.
-¿Qué le pasará a ese niño? - murmuró extrañado el Senju, volviendo a paso veloz hasta la morada.
La intriga no duro mucho para ninguno de los dos ya que, tan solo unos meses después, cuando asignaron un equipo para entrenar, el albino volvió a toparse con ese enano de rostro pálido.
-¿Conocen a ese niño? - preguntó a sus alumnos, apuntando al bulto que se escondía de forma sigilosa entre las copas cercanas de un árbol, ajeno a la capacidad del ninja sensor.
-Es mi amigo Kagami, esta en otro equipo ninja...es algo tímido.
-Kagami...- repitió en voz baja, volviendo al entrenamiento sin detenerse ante el obvio y hasta cierto punto gracioso espionaje de aquel mocoso.
Los días pasaron rápido y se convirtieron en semanas,siguiendo la misma rutina a tal punto que a Tobirama ya no le sorprendía descubrir a veces el chackra del mini Uchiha cerca. Incluso estuvo casi dentro de su grupo, de no ser porque se llevaba terrible con Danzo Shimura, otro colado que por lo menos no lo acosaba...tanto.
Hasta cierto grado, la segunda sombra de fuego consideraba a ese penoso Uchiha como un futuro ninja destacado, viendo su creciente habilidad en el campo de batalla mediante los ensayos en que el otro se infiltraba para poder verlo, sin pasar por alto la inminente llegada del sharingan, los ojos del demonio. Tal vez, solo tal vez, el mocoso que seguía sonrojándose no heredaría el odio característico de su clan y podría valer la pena.
-¿Quiere venir a cenar luego del entrenamiento, Tobirama sensei? Creo que venderán ramen en una casa cercana - pregunto Hiruzen, colgado de la rama de un árbol. Llevaban cerca de tres horas bajo la luz del sol y parecía que su hiperactividad no tenia fondo.
-En realidad no tengo hambre, lo que me gustaría sería tomar algo de agu...
No había terminado la frase cuando un cántaro de liquido claro se le puso frente a si, tapándole un poco la vista del tembloroso Uchiha que se lo ofrecía.
-Puede t-tomar la mía si q-quiere sensei...
Homura miró un tanto divertido al contrario, negando con la cabeza de forma burlona.
-El podría hacerse un manantial completo si quisiera, de verdad no pones atención al entrenamiento, ¿Verdad Kagami?
-¡Homura, callate y dejalo en paz! - defendió enseguida Hiruzen al ver que su amigo se ponía sin más nervioso, con una expresión de querer esconderse bajo la tierra al pasar por alto ese gran detalle.
El Senju albino encarnó una ceja, suspirando antes de tomar el agua y llevársela a los labios para beber. Luego de unos segundos le regreso el objeto al niño, intentando no ver el evidente sonrojo de este.
-Gracias Kagami.
A partir de ese día, el Uchiha se integraba diario a los entrenamientos, con una cantimplora para poder darle agua a su auto nombrado maestro.
Conforme pasaba el tiempo, más descarado era el evidente amor hacia el Senju de parte del ojinegro, que incluso se pasaba por su casa, con la excusa de entrenar un poco más.
-Hashirama, ¿Qué diablos? ¿Porque hay tres platos en la mesa?
-Oh, Kagami kun comera con nosotros hoy, ¿No es divertido? Me alegro que invitaras a tu pequeño alumno, aunque la memoria te esta fallando mucho ototou.
-Pero si yo no...
-Buenas tardes sensei, hokage sama.- saludó con una enorme sonrisa desde la puerta, entrando como si fuera su casa y sentándose al lado de un confundido nidaime.
Tobirama no tuvo más opción que sentarse en la silla de al lado, escuchando las penosas preguntas de su hermano y tratando de ignorar la idolatría de ese mocoso que ni siquiera era su alumno pero parecía conocerlo a la perfección. Menos mal que era inofensivo.
-Y entonces algún día me sentare aquí a cenar solo con su honorable hermano, shodaime sama...y yo le preparare la cena.
-¡Que encantador!
Bueno, estaba un poco zafado como su aniya, pero podía soportarlo...la mayoría del tiempo.
-Sensei, ¿Quiere que le ayude? - preguntó por enésima vez el niño de pelo crespo y oscuro, exasperando al ojirubi quien firmaba papeles a gran velocidad.
El torpe de Hashirama le había dejado juntar el correo por error y muchos señores feudales llevaban esperando su entrega de pergaminos desde hace semanas. Madara, como segundo encargado, no dejaba de jode...molestarlo, pidiendo su parte para ir a entregar a las fronteras. De tal modo, el trabajo del menor de los Senju se complicaba. Necesitaba leer, archivar y responder antes de que el tiempo pasará a ser meses pero la presencia del Uchiha miniatura no le estaba ayudando.
- No Kagami, estoy demasiado ocupado ahora.- murmuró, pasando la tinta veloz sobre el tratado para luego abrir el siguiente.
El castaño entro con un nuevo cargamento de pliegos, tan alto que no vio al delgado niño y termino tropezando con él, tirando por el cuarto la gran cantidad de papiro.
Tobirama apenas pudo levantarse, quitando la tinta antes de que formara un desastre en los papeles y se arruinara todo el trabajo de la mañana. No pudo, sin embargo, salvar de una gran mancha de tinta su ropa.
-Con un demonio...- murmuró el albino, a sabiendas de que perdería tiempo limpiándose. Su hermano mayor se levanto del piso, tomando las manos del chico para ayudarle a ponerse en pie.
-No fue mi intención ototou, no vi al pequeño y pues...
-Maldición Hashirama, ¿No puedes llevártelo a otro cuarto?
El rostro del joven se tiño en carmín, bajando la mirada antes de disculparse y salir corriendo, con los ojos vidriosos.
El semblante del moreno se torno serió, mirando severamente a su hermano y cruzándose de brazos.
-Él ni siquiera tuvo la culpa Tobirama, fuiste demasiado cruel.
-Cielos aniki, ¿No estas viendo la cantidad de...? ¿Hashirama? - exclamó, siendo empujado fuera de la habitación por las grandes manos de su hermano.- ¿Qué...?
-¡Limpiate y disculpate con ese niño!
-El trabajo...
-¡Ahora!
El experto en jutsus de agua suspiro pesado al escuchar como la puerta era cerrada a sus espaldas, dándose por vencido de razonar con su aniki. Cuando algo se le metía en la cabeza no era fácil moverlo de ese sitio.
Un pequeño gruñido salió de su garganta, caminando por la casa en dirección del chackra del supuesto invitado.
« No terminare el inventario por esto, de cualquier forma ni siquiera fue tan malo lo que dije, ¿Qué culpa tengo yo de que sea tan sensible? »
Se acercó resignado hasta la puerta del sanitario, escuchando leves sollozos y sintiéndose, por alguna razón, demasiado culpable.
-¿Kagami? - tocó suavemente la puerta de su propio baño, algo bastante ridículo de no ser por la situación.
- Yo y-ya me iba s-sensei...- se escuchó del otro lado de la madera la infantil voz cortada, haciéndole sentirse aun peor.
-Yo no...solo sal un segundo.
El pomo de la puerta giro leve, dejando asomarse la carita húmeda de lágrimas del menor, quien continuaba con la vista al piso, mordiendo su labio inferior para no soltar en llanto.
-Lamento m-mucho a-arruinar su r-redacción sensei...yo no...n-no quise m-molestarlo...
Tobirama se cacheteó mentalmente, llevando cabello hacía atrás y jalando la puerta para sacar al niño.
-No fue tu culpa, me altere demasiado. Estoy estresado y supongo que no medi mis palabras...tengo mucho que hacer ahora, pero si quieres mañana podemos entrenar un poco o comer o esas cosas que te gustan, ¿Te parece?
-¡Si sensei! - chilló emocionado un recompuesto Kagami, saliendo con entusiasmo del cuarto de baño para aferrarse a la pierna de su mentor.
-Ven, vamos a limpiarnos la tinta, ya te manchaste todo.- exclamó con afán de apartarlo un poco, elevándolo a su altura cuando el crio levanto el rostro rebosante de felicidad.
-¡Es el mejor novio del universo sensei!
Hashirama los miró sorprendido desde la puerta con algunas toallas en la mano, casi riendo al ver la mueca descolocada de su hermano, quien se quedo de piedra al escuchar al chico.
-Yo no...¡Yo no soy tu novio mocoso, tienes como once años! - gritó con una vena, tan en shock que no pudo prevenir el abrazo del Uchiha.
Hashi se hecho a reír.
-¡Dejate querer ototou! Solo es un bebé.
El peliblanco levantó una ceja al borde del colapso, intentando tomarlo con humor y rodeando con sus brazos al efebo sonriente de cabellos oscuros.
Kagami, ni tonto ni perezoso, tomó entre sus manos las mejillas del mayor y lo atrajo con fuerza, estampando sus labios con los de Tobirama en un movimiento rápido que paro las risas del hokage y provocó un respingo del usuario del suiton.
Mientras más saboreaba Kagami el momento de gloria más se le caía la mandíbula a Hashirama y más en blanco quedaba el experto en transportación.
Lo estaba besando.
¿Besando?
...
¡Lo estaba besando el mocoso Uchiha!
-¡¿Mmgh?! - tan pronto conecto su cerebro, Tobirama empujo al niño, escuchando las pequeñas risitas inocentes del menor que esquivo por nada el sape de su maestro, saltando a la ventana más cercana que pudo encontrar.
-¡Va a ser mi e-esposo, sensei! - gritó a los cuatro vientos sin una pizca de sutileza, llamando la atención de toda la calle. Los Senju seguían en la misma posición y el menor de estos estaba a poco de morirse de la pena.
-¡Algun día! - gritó de pronto el niño, levantando los brazos en señal de victoria y corriendo como desalmado hasta la seguridad del complejo Uchiha, a los brazos de sus padres.
Hashirama parpadeó un par de veces, antes de ladear el rostro con sorpresa y mirar a su hermano desde su lugar, con una maraña de pensamientos.
-Vaya...no pensé que te gustaran tan menores ototou...
Tobirama se quedó mirando el marco de la ventana con un tic en la ceja izquierda y un fuerte color carmín en las mejillas, azotando con fuerza la puerta en las narices del Senju mayor, con la vergüenza al maximo después de escuchar a su hermano.
En definitiva, suficientes sucesos por hoy y demasiado Kagami para el resto del día.
KagaTobi [Senju]
No pues...diabetes. Mucha,mucha diabetes (?
Diablos, que el niño es demasiado adorable, ¡Tierno!
Además de que no es el típico niño Uchiha creído y respondón, parece un angelito el condenado.
Y que decir de su versión adulta...uff, a los Uchiha la pubertad si que le sienta bien.
Esta pareja es de mi agrado, aunque no sea muy obvia en la serie pues gusta y son bonitos, ¿A que si? UwUr
Bueno, esa es mi opinión. Cada quien tiene la suya y es igual de respetable ❤
Si os gusto, regalenme una estrella y déjenme su comentario.
Nos leemos ;)
~Shuyaneko~
❤
27 de abril del 2019
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top