and the tennis court was covered up.
oi.⠀⠀⠀⠀ capítulo uno: isadora moretti.
❪ el sueño más perturbador; odio a marius. ❫
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isadora's POV
me desperté de golpe, con el corazón latiendo tan fuerte que casi me hace doler el pecho. sentí el calor del sol colándose por la ventana, tocando mi cara, pero no me importaba. mis ojos se abrieron y, por un momento, no entendí qué pasaba. estaba empapada en sudor, como si hubiera corrido una maratón, pero lo peor era el recuerdo del sueño. un sueño raro, incómodo, casi perturbador. había soñado con él.
con marius.
siempre había sido así entre nosotros, una tensión invisible, una especie de guerra silenciosa. nuestros padres eran mejores amigos desde adolescentes, pero eso no significaba que nosotros tuviéramos que llevarnos bien. al contrario, desde chicos nos detestábamos, nos provocábamos, nos hacíamos la vida imposible. el simple hecho de que nuestros padres se llevaran bien nunca cambió nada entre nosotros. y, sin embargo, allí estaba yo, soñando con él.
el sueño era raro.
muy raro.
en él estábamos juntos.
novios, para ser exactos. me costaba entenderlo. no podía ni siquiera recordarlo bien. sólo sabía que en ese sueño no era la misma isa que siempre había sido. no era la chica sarcástica, irónica, molesta que siempre le hacía la vida imposible. no, en el sueño estaba... en paz. como si las cosas entre nosotros fueran fáciles, como si no existiera esa muralla invisible que siempre había entre nosotros.
me quedé mirando al techo, todavía sin poder procesar lo que había pasado en mi cabeza mientras dormía. mis ojos brillaban, pero no era de emoción, era de desconcierto. ¿qué significaba eso? ¿era normal soñar con alguien a quien odiás desde que eras pequeña? ¡ni siquiera lo había visto en semanas!
traté de sacarme esos pensamientos de la cabeza, pero no pude. el sueño seguía ahí, rondando, como una pesadilla pero a la vez algo extraño, casi como si me hubiera dejado un mensaje que no sabía cómo leer. ¿era mi cabeza jugándome una broma? ¿o de alguna forma había algo que no estaba viendo? no quería pensar en eso. no, no quería.
me quedé un rato más en la cama, mirando el techo, hasta que me decidí a levantarme. el aire frío de la mañana me pegó en la cara cuando me paré, y el sonido de mi teléfono me sacó de mis pensamientos. lo tomé entre mis manos, viendo las notificaciones de mensajes sin interés. todo seguía igual. nada había cambiado. no tenía por qué darle más vuelta a lo que había pasado en mi sueño.
— isa, ¿te despertaste? — la voz de mi mamá venía desde las escaleras, tan tranquila como siempre. esa voz que me hacía sentir un poco mejor, aunque hoy no estuviera muy segura de por qué.
— sí, mamá — respondí, pero mi voz salió un poco extraña, como si algo estuviera atorado en la garganta. no quería hablar del sueño. no quería hablar de marius. nada de eso. era un tema del que no quería ni pensar.
me levanté de la cama, frotándome los ojos y traté de caminar hacia el baño. el suelo frío me hizo pensar un segundo en lo que había soñado. ¿por qué soñé con él? ¿qué significaba? ¿por qué no podía dejar de pensar en eso? cada vez que me lo preguntaba, sentía como si un nudo se me formara en el estómago.
cuando llegué al baño, me miré al espejo. me veía rara, como si no fuera yo. tenía la cara cansada, como si el sueño me hubiera dejado sin energía, pero al mismo tiempo había algo en mis ojos que no podía identificar. como si algo se hubiera movido en mí, algo que no quería admitir. de nuevo, marius. ¿por qué no podía sacarlo de la cabeza?
me metí rápidamente bajo la ducha, esperando que el agua fría me ayudara a despertar de una vez por todas. quería olvidar el sueño. no quería que esas imágenes de marius y yo juntos me siguieran rondando. él era el enemigo, siempre lo había sido. jamás podría ser algo más que eso.
al salir de la ducha, me puse una camiseta negra, con un mensaje sarcástico que siempre me hacía reír. unos jeans rotos que sabía que le irritarían si me los veía usar. pero en ese momento, no me importaba.
sólo quería vestirme rápido y salir de la casa antes de que mi cabeza siguiera insistiendo en el sueño. lo peor era que, cuanto más lo pensaba, más me perturbaba la idea de que, en ese sueño, no me sentía tan mal con él.
¡era marius! ¿cómo podía no sentirme mal? ¿cómo podía, en un mundo tan paralelo, sentirme bien estando con él?
bajé las escaleras y el aroma del café me pegó en la cara. mi mamá estaba en la mesa, tranquila, como siempre, con su taza. ella no sabía lo que había pasado en mi cabeza, y no tenía intención de contárselo.
ni siquiera podía contárselo a valeria, mi amiga de toda la vida. nadie entendería que me había despertado pensando en marius de una manera que no había sentido antes.
me senté a la mesa, intentando comer algo, pero mi estómago no dejaba de darme vueltas. en ese momento, un ruido afuera me hizo mirar hacia la ventana. vi el auto de marius estacionándose frente a la casa, como siempre, con esa tranquilidad que me sacaba de quicio. aunque no me gustara, había algo en su presencia que me desconcertaba.
¿cómo podía ser que, a pesar de todo el odio que había entre nosotros, él me hiciera sentir algo más?
— perfecto... — musité para mí misma. sabía que si estaba aquí, eso significaba que tendría que verlo en algún momento. sabía que, tarde o temprano, nos cruzaríamos. y cada vez que nos cruzábamos, la tensión entre nosotros se hacía más pesada. siempre fue así, desde que éramos chicos.
— ¿isa? — mamá apareció en la puerta, como siempre, con una sonrisa relajada en su cara. — ¿te vas a quedar ahí toda la mañana?
— sí, voy — respondí sin ganas, mientras miraba la figura de marius salir de su auto. la misma mirada arrogante de siempre, la que me hacía odiarlo tanto. pero en el fondo, había algo más. algo que no podía ignorar, y eso me aterraba.
— ya está marius afuera, isa — dijo mamá, observando a marius con una sonrisa de complicidad.
no sabía si estaba preparada para verlo. no sabía si quería enfrentarlo. pero al final, no tenía opción.
nuestras familias se conocían demasiado bien, y aunque intentábamos evitarlo, siempre nos cruzábamos. pero hoy... hoy todo era diferente. había algo en el aire, algo raro. como si, de alguna manera, el sueño no fuera solo un sueño.
me levanté de la mesa, dispuesta a salir de la casa antes de que la tensión fuera más insoportable. justo cuando abría la puerta, él estaba allí, apoyado contra el coche, con los brazos cruzados. mirándome con esa sonrisa arrogante.
— ¿tenés que mirarme así todo el tiempo? — le dije, tratando de no dejar que mi voz sonara demasiado débil. — ¿tenés algo que decir?
— ¿yo? — me miró como si no entendiera a qué me refería, pero la sonrisa seguía en su cara. — no, nada. sólo que... qué raro verte tan temprano, isa.
le lancé una mirada fulminante, intentando ignorar cómo me había puesto el "isa" en su boca. no me gustaba que me dijera mi nombre de esa forma, pero lo peor era que lo sabía. me lo decía porque sabía lo que significaba. sabía lo que sentía al oírlo, aunque no quisiera admitirlo.
— ¿y vos qué, marius? — le respondí, sin poder evitar el tono mordaz. — ¿seguro que no querías quedarte en tu casa? porque el plan de verme no se te ve muy emocionante.
— te equivocas. — me contestó con una sonrisa de lado, no perdiendo esa actitud arrogante. — es solo que no puedo perderme el espectáculo y además tus papás le dijeron a los míos que te tengo que llevar al colegio hoy.
qué. me. maten. por. favor.
༄˖°.🍂.ೃ࿔*:・
salí del auto de marius lo más rápido que pude, sintiendo el viento fresco del otoño en la cara. por algún motivo, el frío me ayudaba a despejarme, a calmar ese nudo raro en el estómago que había dejado el sueño de esta mañana. aunque fuera extraño, no dejaba de darle vueltas. ¿por qué lo había soñado? era un misterio que me resultaba incómodo.
marius caminaba detrás de mí, su paso firme, como siempre. a veces sentía que tenía una fuerza inexplicable, como si el simple hecho de estar cerca de él me hiciera cuestionar todo lo que pensaba. eso me molestaba, pero no quería admitirlo.
el colegio estaba a solo unas cuadras de nuestras casas, así que el camino siempre había sido una rutina para nosotros. pero hoy había algo diferente. tal vez era el hecho de que nos cruzábamos a cada momento, pero había algo más. algo en el aire, que ni él ni yo podíamos evitar.
—¿por qué siempre tenés que ir tan rápido? —me preguntó marius, acercándose un poco más. su tono, aunque cargado de indiferencia, llevaba algo más. no era sólo que me estaba hablando, era el hecho de que me estaba mirando mientras lo hacía.
—¿por qué? porque vos te vas a quedar atrás —respondí sin mirarlo, manteniendo mi ritmo.
— buh, repuesta equivocada. — me siguió, sonando casi aburrido.
le lancé una mirada fugaz, pero él ya estaba demasiado cerca. no entendía qué quería lograr molestando tan temprano.
a lo lejos, pude ver a valeria y el resto de los chicos llegando al colegio.
valeria me hizo un gesto con la mano, como siempre, pero yo no estaba muy segura de querer hablar con nadie. no quería que todos notaran lo extraño que se sentía todo. no quería que ninguno de ellos supiera que algo había cambiado entre marius y yo, aunque fuera en lo más mínimo.
— mirá quienes llegaron — dijo marius, señalando a un grupo de chicos que cruzaban la calle. su voz sonó cargada de sarcasmo, como siempre. — ¿te vas a juntar con ellos o preferís seguir caminando sola?
— ¿te molesta que camine sola? — le respondí, sin frenar el paso.
tengo hambre. tengo sueño, y un idiota molestándome, esa combinación no va a terminar bien.
marius soltó una pequeña risa,
entramos al colegio y nos dirigimos hacia nuestros respectivos grupos. como siempre, marius se quedó con sus amigos, pero no pude evitar notar cómo me observaba desde lejos.
re de novela, ya sé.
¿qué le pasaba? si nunca me mira cuando esta con los amigos, bueno a veces si, cuando me molesta pero se entiende.
después de eso, entramos al curso.
me senté en mi banco y traté de concentrarme en lo que la profesora decía, pero no podía dejar de pensar en marius. su mirada, las palabras que había dicho, el hecho de que se acercara tanto a mí esta mañana. todo era confuso, la macumba que me hizo esta terrible.
bueno, lo que pasa es que yo vi en tiktok que cuando soñabas con alguien que odias, es porque te hizo brujería.
lo veo bastante posible.
durante la clase, mi mente no dejaba de regresar al sueño. ¿por qué había soñado con él? y aún peor, ¿por qué me sentía tan incómoda al pensar que tal vez había algo más detrás de esa imagen?
¡dios, era marius! el chico que había estado al otro lado de la pared desde que éramos niños. el que siempre me provocaba, el que no perdía oportunidad para burlarse de mí. y sin embargo... me hacía pensar en cosas que no quería pensar. cosas que no debería pensar.
cuando la campana sonó, fui lo más rápido posible hacia el pasillo. no quería que nadie me viera. no quería que valeria me preguntara si estaba bien, porque no sabía si estaba bien. simplemente no sabía qué estaba pasando. tomé mi mochila y me dirigí a la salida sin mirar atrás. no quería que nadie me siguiera. no quería ver a nadie, ni siquiera a marius. no quería enfrentar la verdad, esa verdad que ni siquiera yo entendía. solo sabía que algo había cambiado, pero no estaba lista para aceptarlo.
salí del edificio y me dirigí hacia el parque cercano, buscando algo de paz. sentarme bajo un árbol me hizo sentir que estaba lejos de todo, que nada me podía tocar. pero en el fondo, sentía que todo estaba empezando a cambiar. que algo se estaba moviendo, y no podía evitar preguntarme si eso era solo una idea en mi cabeza o si realmente algo más estaba por pasar entre nosotros.
y en ese momento, cuando estaba sentada ahí, rodeada de hojas caídas que crujían bajo mis pies, sentí que alguien me observaba. miré hacia arriba y ahí estaba.
marius, parado a lo lejos, con las manos en los bolsillos. su mirada era seria, pensativa. como si estuviera esperando algo. o tal vez... estaba esperando que yo dijera algo.
pero no dije nada. simplemente lo miré, y en un instante supe que nada iba a ser igual.
- © silverfishedt 2025
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