CAPÍTULO 77
Era un lindo lugar en el bosque, un picnic, donde Fukuzawa, Morí, Dazai y Chuuya compartían de un té. Akutagawa y Atsushi acababan de llegar como últimos y traían una caja grande — Ya está todo aquí — sonrió el menor
Fukuzawa y Chuuya preparaban unas carnes asadas, Atsushi acomodaba más manteles para que todos se acomodaran bien. Akutagawa preparaba unas casas de camapaña, literal eran grandes y eran 3, una para cada pareja. Acamparían el fin de semana
Mori y Dazai tomaban el sol, cuando el corrompible de Dazai lo miró — Atsushi-kun , ¿Que llevas puesto? — preguntó haciendo al albino sonrojarse.
Claro, Atsushi tenía de método de acomodamiento estar agachado y con el trasero ligeramente levantado — oigan quedamos que nada de juegos — se quejó Chuuya
— N-no traigo nada fuera de lo común
— Jinko de puso lencería un día y ahora no puede dejarla
— ¿En serio? Enséñame cuál es
— si a mi también
— o-oigan — se quejó Atsushi — no estén intentando ver mi ropa interior
— de acuerdo, de acuerdo
Atsushi sonrió al ser dejado; continuaban arreglando. Dazai y Mori lo vigilaban, no le quitaban la mirada de encima — tiene encaje
— si, si mi vista no me falla, es el gran llamado cachetero
— estupido Akutagawa, quisiera que Chuuya hiciera cosas así
— podemos escucharlos — se quejó Chuuya y Fukuzawa
— es incomodo — se quejó Atsushi
— Dazai-san, Mori-san por favor dejen de verle las nalgas a mi novio
— aburridos
— envidiosos
Atsushi terminó ayudando a Akutagawa, Fukuzawa le sirvió a Mori un poco de carne y Dazai lo miró — no es justo, Chuuya, dame a mi también.
— no te quejes, no estás ayudando en nada y si quieres que te de, lo haré en la noche
—Chuuya, — se quejó — no es justo, Atsushi trae lencería sexy y ahora no me dan carne. Es el peor día de mi vida
— Vamos Dazai-san, alégrese es un lindo día
— Ya se, dime algo
— ¿Que quiere que le diga Dazai-san?
— ¿cual es tu palabra clave con Akutagawa?
Atsushi se puso completamente— Uh, yo también quiero saber — le siguió Chuuya
— La nuestra es "cacería" y "bambú" — dijo Mori
— la Chuuya y la mía es espectacular — presumía Dazai — es cangrejo a la vino tinto
— la usamos los dos
— si, chicos, digan las suyas — dijo Mori apoyando la idea
Atsushi estaba completamente rojo y Akutagawa fingía un ataque de tos — vuelves a toser y te meteré todo un jarabe para la tos en el ano — se quejaba Chuuya
— a-a... — Akutagawa le tapó la boca al menor
— maldita sea Akutagawa deja hablar al Niño
— no
Chuuya se fue encima de Akutagawa, Dazai se burlaba de ellos, mientras Mori tomó el hombro a Nakajima — entonces... pequeño tigre, cuéntanos — mencionó sonriente
Atsushi estaba rojo. — a-azafrán
Los mayores se miraron, se soltaron a las risas mientras Akutagawa se ruborizaba ligeramente — si le queda por amargo
— Jinko
— AAy ellos me insistieron — se quejaba el menor
— entendemos por que Akutagawa pero ¿cual es la tuya?
— la misma — se quejó el azabache — por que se parece a sus ojos
Los mayores ahora se sonrojaron, Atsushi solo tenía su rostro cubierto de vergüenza
Por la noche, Chuuya y Dazai tenían sexo entre los arbustos, mientras Ougai, Fukuzawa y Atsushi asaban malvadiscos
— me alegra tanto escuchar que Akutagawa aprendió a comportarse
— bueno, las citas al principio eran aterradoras por no ser descubiertos, pero... Ryunosuke me ha hecho ver todo un mundo nuevo, un mundo ideal. Donde hay mil cosas por ver y aprender, estoy feliz de esta forma
— Pues si, sigo sin creer que tuvieron sexo en la reunión de las organizaciones
— y en la bodega de la agencia
Atsushi se ruborizó — perdón... la adrenalina que Akutagawa me desata es incontrolable
Ougai se recargó en el hombro de Fukuzawa — ¿recuerdas nuestros tiempos?
— cuando eras un simple médico clandestino y tenía que cuidarte
— y que bien me cuidabas, me secuestraron 7 veces
— sabes defenderte, ademas, yo te secuestré otras 30
Ougai reía, Atsushi los miraba. Sonrió tiernamente y busco a su pareja; Akutagawa tenía rato en la tienda de acampar. — Atsushi, te dejamos
— si, necesito ir con ese amante de los gatos a la cama.
— descansen
Atsushi se había quedado solo, podía escuchar a Dazai y Chuuya a lo lejos. Suspiró, habían pasado muchas cosas desde que el y el mafioso tuvieron una misión que los unió, y habían aumentado cuando sus líderes supieron. Miró a las estrellas, era precioso.
Entonces, vio a Rashomon — ¿Rashomon? — preguntó pero la habilidad se enredó en su cabello. — ¿ahora que hace? — se quejó.
Pudo sentir a Rashomon bajar por su cuello, acariciar sus pezones — un umg... Ry-Ryu — le llamó, vio la tienda de acampar pero justo llegaron los mayores.
Dazai y Chuuya. — te dije que no, ya me cansé y si sigues voy a hacer que te muerda una víbora y no chupar el veneno
— eso sería grandioso Chuuya pero no quiero morir con dolor
— ya te advertí
Fukuzawa y Mori volvieron a salir — Solo un rato, no quiero dejar a Atsushi totalmente solo
— pequeño, regresamos un rato
— quiero malvaviscos— dijo Dazai sonriente
Rashomon bajo más ahora a sus glúteos. Atsushi tuvo un pequeño respingo, pudo sentir la tela entrar e irse expandiendo poco a poco, los mayores platicaban y el joven tigre solo aguantaba.
Juntaba sus rodillas, mordía sus labios, su ojo le temblaba — ya, ya — murmuró.
Rashomon continuaba moviéndose dentro suyo; — ese Akutagawa aún no despierta — se quejó Chuuya — maldicion ¿como te deja solito?
— vo-voy por el — dijo Atsushi
— Ya voy — hablo el azabache saliendo de la casa de acampar
Se sentó al lado de su pareja y besó su frente — ¿cómo está el bebé lindo y-?
Atsushi había tomado al mafioso del cuello para besarlo con todo y lengua. Los presentes miraron aquello sorprendidos
Atsushi tiro al mafioso sobre el pasto y se quedó encima — sa-sácalo — pidió completamente rojo — aah ¡aaah!
— te pasas Akutagawa— le regaño Dazai.
Atsushi seguía sintiendo los espasmos, Rashomon continuaba — bueno, me gusta estimularlo antes de dormir — menciono levantándose ligeramente
— llévalo a la tienda de campar
— ¡aaah! Ryu está más ancho que el tuyo! No, ya, noo
— si, — tomó al menor en sus brazos mientras este lo abrazaba con todo y piernas — con permiso
— ¡Aaah! Ryunosuke eres malo — se quejaba el menor entre gemidos
Akutagawa se llevó al menor, pudieron escuchar los gemidos de Atsushi — estos niños
— me agradan
— ¿y si también tenemos sexo?
— si, vamos
Las otras dos parejas se metieron a sus respectivas tiendas de acampar
Los sonidos del bosque esa noche fueron diferentes
...
¡Gracias por leer!
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