CAPÍTULO 49.
— Yosano-sensei
— Dime Atsushi-Ku.... un ¿Que te pasó? — preguntó al ver al menor con varios cortadas en sus brazos, pierna y mejilla
— la señorita Kouyou me encontró con Kyouka-chan en el parque
— ven aquí, te desinfectare eso
— gracias
― Yosano curaba a Atsushi mientras miró unas marcas — Atsushi estas
― Atsushi alejó su brazo nervioso
— oh, e-es de una mi-misión con Dazai-san, si, si en un Barranco y aam una sanguijuela
— Atsushi — le llamó sería
— ¿s-Si?
― Siempre usa condón y recuerda que el límite es el que pones tú
El albino se puso completamente rojo — ¡s-si! — salió de la enfermería completamente rojo y Yosano solo suspiró
― Ay estos niños — se estiró y bostezo
Su tarde era llenada de registros, ya que uno de los usuarios de la agencia no podía ser tratado por ella, tenía un pacto con un hospital, no solo eso, también le brindaban medicamentos y utensilios para su más fácil manejo a cambio de tratar con varios pacientes del hospital. Yosano Akiko era una mujer responsable y muy ocupada.
Finalizaba su día estirándose en su silla, y dispuesta a ir a la cama. Tomó su maletín, y salió de su enfermería — oh, Atsushi, sigues aquí
― s-si Yosano-sensei, ¿no irá a casa ya?
― Estaba en eso — le sonrió
― ¿me acompañas?
― claro, si
― Atsushi iba caminando con Yosano, la mayor había notado el ligero sonrojar en el albino — Atsushi
― ¿s-si?
― ¿llevas algún aparato? — Pregunto sincera y el albino se puso completamente rojo — tranquilo, he visto muchos casos, y conozco bien el cuerpo humano, tu piel está tensa, tus ligeros bellos de los brazos encrespados, un ligero sonrojar para evitarlo, y tu rápida respiración
Atsushi trago saliva — es-es una pequeña bala
― la próxima vez recuérdame hacerte un chequeo de próstata, recuerda que el sexo rudo puede lastimarte, no importa si eres regenerativo
― si en-entiendo
― y bien, ¿quién es tu pareja? A juzgar por lo que dices, intuyo que eres el receptor
― ah... e-eso...
― ¿Es Tanizaki-san?
― n-no, no es de la... agencia...
― Ooouh... tranquilo, ya entendí. También revisó al presidente Fukuzawa El albino se puso completamente rojo — bien Atsushi, yo tomó el metro. Ve con cuidado a casa
― cuídese Yosano-sensei y gracias por los consejos
Yosano subió al tren y se acomodó, pudo ver por la ventana como un abrigo negro llegó hasta donde estaba Atsushi y sonrió — estos niños de ahora, no saben ocultarse.
Después de varios minutos, Yosano llegó a su departamento. Abrió la puerta, dejó sus cosas en el mueble de entrada, desabotonó los primeros dos botones de su camisa y entró en su habitación — Vaya, has aguantado bastante — mencionó viendo a la mujer en su cama.
Cabello rojo y largo. Un kimono y de buen gusto. La pelirroja sonrió — vine aquí después de ver al chico tigre
― lo sé, si no fuera por eso, hubiera llegado más rápido
― lo veo y no puedo evitarlo
― la dama ha perdido su glamour por un chico joven e inexperto, puedes estar tranquila. Es el receptor en una relación
― sea así o no, siempre cuidare de mi amada Kyouka. Como lo hago contigo. Akiko
― Anne-san... eres terrible.
― ¿cenaste? Prepare algo delicioso
― cena por Anne-san, ¿vino?
― tu favorito, pero no tanto, cuando te emborrachas sacas tu peor lado y no me dejas hacer nada
Yosano sonrió quitándose su camisa y colgándola. — cenemos
Kouyou se levantó y fue con la doctora, ambas de habían dirigido a la cocina para su cena. La pelirroja tenía grandes habilidades, eso no quitaba lo gran cocinera que era, con sus conocimiento de portes y elegancia, la cena fue ligera, una ensalada mixta, y scargots de bourgogne, las velas encendidas, el vino a su lado, y acompañándolas música clásica con una amena conversación sobre su día tan productivo.
Al terminar de cenar, ambas se encargaron de la limpieza de los platos y cubiertos. Yosano terminaba de acomodar los últimos platos cuando Kouyou llegó a su espalda poniéndole una bata de doctor — Anne-san, ¿necesitas revisión?
― una ginecóloga me vendría bien
Yosano sonrió, — bien, no tardaré.
― de acuerdo
Yosano llegó a la habitación minutos después, encontrándose con Kouyou sobre la cama, con un ligero baby doll color rojo, con su hermoso y largo cabello suelto. — vaya, mi paciente está muy impaciente
― doctora, tengo un síntoma, puedo sentir como me vibra mi interior
― suena drástico, tendré que revisarla
Yosano se acercó quedándose encima de su cuerpo, miró a sus ojos los cuales le miraban con avaricia y orgullo. La azabache comenzó a bajar dejando aires fuertes de su respiración acariciar la piel de la mayor. — siempre eres tan serena conmigo, he escuchado que en las operaciones te vuelves loca
Yosano sonrió y besó su mejilla — podría volverme loca después.
— Entonces estoy impaciente por mi operación
— Exagerada – le sonrió.
— Deberé revisar más detalladamente ¿Qué tal si abres las piernas para mí?
Kouyou sonrió. Abrió sus piernas dejándola en medio, Yosano se colocó sus guantes de latex haciéndolo sonar en sus muñecas, y comenzó a acariciando dejando su mano sobre su pelvis y solo acercando su dedo medio por encima de su ropa interior y comenzando a acariciar lento – vaya, esto se tacta bien – menciono
― Debe revisar a más profundidad sensei
― ¿debería? – pregunto acercándose a su rostro - quizá debería revisar tus dientes ¿no crees?
Kouyou sonrió y abrió su boca, Yosano se acercó metiendo su lengua, rápidamente ambas comenzaron su juego, mientras que la menor añadió un segundo dedo en sus caricias. Aunque Kouyou no se quedaba atrás, ella subió sus manos a su espalda para lograr pegarla a ella, sus pezones se rosaban uno al otro excitando a ambas – llámame Ozaki
― O-Ozaki-san – le llamo sonriente y la mayor igual le sonrió
Yosano dejo de acariciar a la mayor, subiendo su mano a su boca y jalando sus guantes con sus dientes – vayamos al siguiente chequeo – volvió a bajar su mano, permitió sus dedos divagar por la prenda, levantando el bordado y logrando entrar directamente, siguiendo en su proceso, volvió a acariciar el mismo punto, ahora con mayor velocidad, fue cuando Kouyou comenzó a suspirar más alto, dándole a Yosano más expectativas para su noche – te escuchas sensible ¿jugaste antes de que llegará?
― Podría haber hecho una o dos caricias
― Tendré que dar lo mejor de mí para recompensarte
Yosano dejo sus dedos deslizarse un poco más, acarician sus labios y clítoris al mismo tiempo. Kouyou se levantó ligeramente tomando en su boca uno de los pezones de Yosano, ninguna de las dos se podría quedar quieta, no era un acto, era una guerra por bien quien hacía sentir mejor a la otra. Aunque paso poco tiempo cuando Kouyou sintió un enorme cosquilleo llegar y hacerla apartar su boca de los pezones de la menor. Dejo salir un gran suspiro mientras sus piernas temblaban ante ello. Yosano la miro alegre - ¿una más?
― No, está vez es mi turno.
Kouyou tomo a Yosano dándole la vuelta y recostándola. – De acuerdo – respondió Yosano. – Qué no te intimide el alcohol en mi sangre.
Kouyou bajo rápidamente adentrándose en su falda, Yosano comenzó a reír – te los quitaste
― Imagine que no los necesitaría cuando me pusiste la bata
Dejo sus labios entrar en los de ella, comenzó sacando su lengua y lamiendo su interior, Yosano no tardo en gemir, Kouyou aprovechando eso subió usando la punta de su lengua en su clítoris provocando a Yosano gemir con mayor fuerza, su cuerpo se estiro y su espalda se arqueo - ¡nee-san! ¡aaah! ¡nee-san!
Kouyou comenzó a ir más rápido, agrego un par de sus dedos para hacerlo más entretenido, Yosano siguió gimiendo, sus piernas se entumecieron, sus dedos se acalambraron. Logró tener su orgasmo tan deseado, a lo que respiro agitada, sudada, Kouyou salió de su falda, y le sonrió – no te duermas niña, iremos por más
― Hay cosas que prefiero disfrutar contigo, Nee-san.
Las caricias continuaron, los besos apasionados estaban presentes a todo momento, ambas sentadas en la cama, sus dedos iban y venían, hasta que Kouyou tomo a Yosano sentándola en su pierna, cerca de su rodilla – es-espera Ozaki
― Vamos, quiero que te muevas tu misma
― Puedes llegar a ser muy cruel...
Yosano se sujetó de sus hombros moviendo su cadera de frente hacia atrás, rosando y sacudiéndose, sintiendo sus fluidos entrar y salir así como su respiración acelerarse. Kouyou la tomo de su cintura ayudándola a moverse más mientras la besaba en un apasionado beso nuevamente. Yosano decidió comenzar a saltar, y lo miro – más rápido, más, más
Kouyou sonrió – Akiko, atrevida... - la pelirroja simplemente se dedicó a ayudarla a moverse, la rapidez de su movimiento hacia a Yosano gemir cada vez más, pero la azabache quería más, quería ver a Kouyou gritar y sabia como hacerlo.
Se bajó, sorprendiendo a Kouyou y simplemente dejo sus rodillas en la alfombra, dejando su rostro entre sus piernas para continuar, la pelirroja se recostó en la cama, mientras Yosano dejaba su lengua entrar junto con sus dedos. – A-Akiko, no tanto – pidió.
La azabache alzo ligeramente su rostro mientras sus dedos continuaban – estás tan mojada e hinchada que mi mano completa entraría
― No digas coas así Akiko
Yosano solo sonrió y volvió a llevar su boca donde comenzó a succionar, Kouyou estaba en un gran problema, sus piernas no le respondían, sus gritos eran mayores, sus pies se entumecían, y pronto termino bañando a su pareja.
Akiko sonrió mientras limpio su cara y vio a la mayor retorcerse aún, sus espasmos constantes y sus piernas sin responder - ¿tomamos un baño cariño?
Kouyou sonrió – necesitaré otro al parecer
― Esos y muchos más.
Las noches eran cortas, y sus encuentros largos. Ambas sabían que debían cuidar de los chicos, pero un día para ellas, no perdían nada.
...
Pues... Sí, no estoy segura si esto sea muy bueno, tuve muchos problemas con esto, por que pues ustedes saben, a veces no podía continuar y otras no tenia ganas, luego me acordaba y luego pues... Es que hay experiencias que no se pueden negar, y me acuerdo y pues... pues.. .
¡Gracias por leer!
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