CAPÍTULO 16.
Atsushi miraba una revista, sonrió amplio, se levantó y salió corriendo al cuarto. Akutagawa suspiro y decidió volver a tomar su café.
Atsushi salió del cuarto ahora con la cartera del mafioso ― OYE ¡¿A DONDE VAS?! – Grito el mafioso pero Atsushi salto por la ventana ― ¡JINKO! ¡JINKO NO GASTES MI DINERO! – Grito desde la ventana― maldito gato – se quejó y miro aquella revista ― oh... bueno entonces no me quejo.
Atsushi regreso una hora después con una bolsa. Akutagawa estaba con un cuchillo largo mientras cortaba una rebanada de pan ― ¿lo compraste?
― Sip – sonrió alegre el albino – iré a ponerlo en la habitación
― Pon mi cartera en su lugar
― Donde sea que quieras esconderla después igual la encontrare
― Maldito gato, que te mantenga el gobierno
― ¿no dijiste que esta casa era tu estado y tú eras el gobernante?
― DEJA DE USAR MIS PALABRAS CONTRA DE MI
Atsushi sonrió - ¿te espero en la habitación?
― Termino de hacer el aperitivo y te alcanzo
― Apresúrate
Atsushi salió directo al cuarto, el azabache prepara el aperitivo, después de hacerlo les daba hambre así que... ¿Por qué no dejarlo listo? Termino el aperitivo, lo guardo y fue a la habitación, así como si nada. Sonrió al ver a su pareja.
Su agente favorito se encontraba sentado en la cama, justo en el centro, únicamente llevaba puesto un pantalón negro y una camisa de botones de la cual el dueño era Akutagawa. Llevaba también un collar grueso que ataba sus dos muñecas a su espalda desde su cuello. El azabache sonrió – te vez como toda una presa Jinko.
― Señor Mafioso, no me hará hablar – sonrió el albino
Akutagawa tallo su rostro, era lo mejor que le pudo decir el albino, su corazón latía al mil por hora, iría por él, claro pero quería devorarlo con la mirada. – vamos Ryu, desde que lo vi quiero hacerlo
― Oh no baby, you are wrong baby – menciono poniéndose frente al albino – disfrutaré cada milímetro
El azabache ajusto el seguro en la espalda del albino, evitando que pudiera mover sus brazos. Tomo las mejillas del chico y Atsushi sonrió.
Akutagawa comenzó a besar delicadamente a Atsushi, ambos se daban besos tiernos, para cuando el azabache uso su lengua para acariciar sus labios, el menor entendió para abrir su boca. Su beso se volvió más profundo comenzando primero por el juego de lenguas donde el azabache apretó los brazos del albino, Atsushi se dejó llevar por la lengua que invadía su boca.
Atsushi estiro la espalda, mientras el mafioso aprovecho para besar su mentón ― ¡aaah! – gimió ligeramente mientras el mafioso comenzó a desabotonar la camisa
― Te he dicho lo adorable que eres cuando usas mi ropa
― Ta-también me has dicho irresistible
Akutagawa abrió la camisa del albino solo para hacerse cargo de sus pezones. Atsushi soltó un chillido digno de un felino para después morder sus labios. El mafioso mientras se entretenía con el pezón del albino. – aaah, no, sue-sueltalo – pidió el albino – Ryu, no lo hagas así, déjalo – se quejó. En ese momento el mafioso lo mordió y Atsushi esta vez si grito.
― Jinko, ¿Qué no entiendes que haré lo que quiera?
Atsushi le miro con una lágrima por salir ― s-si
― Y ahora – menciono pasando su dedo índice por la cremallera de su pantalón ― ¿me dejas continuar o lo dejo así?
― N-no me dejes así, no serías tan cruel
― Hay una película y aperitivos afuera, tu estas atado. Sería un lindo sábado por la noche sin tener que escuchar tus llantos de películas
― N-no me culpes por las comedias románticas
― ¡es basura! ¿Cómo lloras con eso?
― ¡Es romance Akutagawa!
El mafioso ataco el cuello del albino con una mordida para ambos caer encima de la cama. Atsushi se arqueo mientras gemía. Y el mafioso aprovecho para meter su mano en el pantalón del albino ― mmgh, ¡Ryu! – Atsushi lo tomo con sus piernas. El mafioso lo miro
― Jinko, eres un pervertido
― Ryu... de-detente, vo-voy a correrme
― ¿Qué no puedes?
― Pe-pero mis pantalones...
El mafioso sonrió. Bajo con cuidado, el albino podía verlo pero no levantarse, el mafioso tomo la cremallera de su pantalón con sus dientes y comenzó a bajarla ― oh por dios, oh por dios, hoy moriré – decía Atsushi nervioso.
El mafioso termino de bajar el pantalón del albino, Atsushi movía sus manos, quería tocarlo también ― Ryu, Ryu quiero tocarte – pedía el albino pero el mafioso lo ignoro por completo, en realidad se deleitaba con el bulto de su ropa interior, el miembro del albino estaba que rogaba por salir, no mentía incluso la punta se lograba salir.
― Parece que tu cuerpo me pide a gritos que lo haga mío
― Mi cuerpo ya es tuyo desde el día que nos conocimos – Akutagawa lo miro, había quedado cautivado por aquellas palabras y el albino sonrió ― ¿recuerdas? Me robaste una pierna
― Jinko...
― So-solo fu-fue bro-bromaaaah!
Atsushi no pudo terminar, el mafioso había tomado su miembro, comenzó a menearlo con suavidad aun cuando el albino se retorcía se quedó quieto, era su castigo. Detuvo su mano y tapo la punta con su dedo, todo solo para mirar el rostro complacido del albino, su rostro mojado, y lleno de saliva que no podía contener por tener la boca abierta ― Jinko, te vez tan adorable.
― Ry-Ryu, no hagas eso... po-por favor, de-déjame terminar
― ¿Por qué? ¿no te gustan las bromas?
― Po-por favor
― Ruega y quizá lo haga
― Te lo ru-ruego gra-gran mafioso
El mafioso inclino su cabeza, Atsushi se sorprendió en grande, sus gemidos llenaban la habitación― ¡AAAH! ¡RYU! – su cuerpo se arqueo, el mafioso tenía el miembro dentro de su boca provocando al albino ― ¡YA! ¡SA-SACALO! ¡N-NOO! – Ese momento fue cuando el albino se corrió, el mafioso había recibido todo en su boca y Atsushi solo se puso pálido ― ah... Ry-Ryu... A-amorcito – menciono tierno aunque asustado
― Dejaste salir mucho ¿tantas ganas tenías? – pregunto poniéndose cara a cara con el albino
― Si-siempre tengo ganas cuando se trata de ti...
― Gatito malo
El mafioso penetro al agente, Atsushi sostuvo sus piernas en la cadera del mafioso, aquel primer beso volvió, tierno y sensible, aunque los gemidos de Atsushi no pudieron dejarlo tan tierno, el juego de lenguas regreso. Atsushi no tenía como defenderse o quitarlo. Sus manos atadas a su espalda ya dolían pero el sentimiento y el placer permanecían.
Akutagawa embestía con rudeza al albino, había tomado sus rodillas para abrirlo más y poder moverse mejor, Atsushi se dejó hacer, el sudor estaba en sus cuerpos y el sonido al chocar sus miembros era tan sonoro como los gemidos de Atsushi. ― ¡YA! ¡YA! – grito Atsushi. Su cabeza se había hecho hacia atrás, era cierto que sentía su cuerpo arder, el mafioso gustaba de ver el rostro descubierto de Atsushi, igual que en las mañanas cuando lavaba su cara y usaba esa venda para dejar todo su cabello hacia atrás. Simplemente era tierno. Akutagawa lo beso entre sus gritos y termino dentro del albino.
Ambos respiraron agitados, se miraron ― ¿quieres leche con tu aperitivo?
― Todo menos leche – menciono sonriente – tengo suficiente
― Te desataré
― Y comamos, muero de hambre
El azabache desato al albino mirando que había dejado marcas, ambos se preocuparon al momento, pero el darse un baño y cambiarse lo habían olvidado. Mientras comían su aperitivo, el mafioso tallaba las muñecas del albino ― ¿seguro que no lo notarán?
― No, no creo. Confía en mi, usaré un suéter
― Me encanta cuando tomas la iniciativa
― Y a mí cuando eres romántico
El mafioso beso la frente del albino, tomo un poco de fruta y se la dio en la boca, ambos disfrutarían de una comedia romántica en la televisión mientras el mafioso alimentaba alegremente a su agente favorito.
...
Disfruten. Con permiso.
¡Gracias por leer!
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