CAPÍTULO 15
Capítulo 15. No hay otro como tú.
Atsushi estaba cerca de la calle donde vio a Akutagawa con aquel chico, era un bar por algunos barrios de comercio. El agente se había dicho así mismo que solo haría un recorrido de investigación, pero estaba cansado de no saber nada de ese chico con el que Akutagawa sonreía tanto "que por que se parecía a él" fue su cuartada para sonreír, pero el albino era más enojón de lo que aparentaba. Se escondió en un callejón para esperar verle, sería interesante. Por las sombras alguien más le vio, y sin dudarlo se le encimo ligeramente y hablo al oído – pequeño tigre ¿Qué haces? – pregunto asustando a Atsushi. El albino dio un gran salto para ver a su atacante. Llevaba la cabeza tapada pero podía ver su rostro, sus ojos, lo reconoció.
― ¿qu-que haces aquí? – pregunto levantándose
― Eso debería preguntarte yo – alzo su mano mientras tomaba el mechón del albino y lo enredaba en sus dedos – amor, ¿Por qué no entramos?
― ¿en-entrar? Es-estas demente y ju-juntos
― ¿Qué importa? – pregunto divertido.
Tomo al albino para adentrarse al bar. Atsushi se sintió nervioso, ¿Qué era todo eso? Entraron como si nada, se sentaron. El mayor pidió a la carta, y sonrió mientras ordenaba para el albino también. – oye ¿Qué es todo esto? ¿Lo conoces tan bien?
― Claro, prácticamente lo construí yo – menciono sonriente
― Oye
― Basta de bromas, pequeño tigre. – las copas fueron colocadas por un mesero, el cual hizo reverencia al irse – bebamos, más tarde quiero bailar
― ¿Qué rayos? – cuestiono Atsushi en su cabeza.
No entendía la situación, acostumbrado a los juegos y actuaciones de su pareja donde de la nada aparecía o llevaba algo más que hacer decidió seguir la corriente. Tomo la copa imaginando que sería jugo como siempre y la bebió de un solo golpe, el trago le fue directo y termino tallando su boca – bien, siempre eres así de directo. – menciono con una enorme sonrisa.
― Oh cariño, puedo llegar todavía más directo si tu pones la bala
― Diablos, me enloqueces hablando así.
Mientras tanto, un chico de cabellos negros esperaba en el callejón, tenía sus brazos cruzados y estaba molesto de esperar. El azabache le miro, - ¡tú! – Grito el chico y el mafioso solo le miro molesto – te he estado esperando por siglos, ¿Cómo osas hacerme esperar maldito hijo de perra?
― ¿disculpa? Solo te he visto una vez
― Así y cuando me coge... - le miro mejor – ooooooouh, - tuvo una risa nerviosa y le miro mejor - eres ese chico mafioso que se parece a mí amorcito
― Y tú eres el engreído grosero del otro día
― ¿Qué haces aquí?
― No te interesa – menciono alejándose
― No, - le tomo el brazo – espera, ayúdame
Akutagawa intentaba alejarse, pero su rostro era el mismo ¿Cómo decir que no? - ¿Qué quieres Toru?
― Acompáñame al bar
― Jamás
― Por favor, mi novio prometió venir temprano pero no ha llegado y debo entrar ya... a las 11 tocarán nuestra canción favorita y solo faltan unos segundos, por favor baila conmigo
― No
― Carajo no seas frio
― Tu novio llegará
― Pero y ¿si no? Prometí a la clientela bailar
― No
― Rayos, rayos, rayos, solo unos segundos, por favor.
Akutagawa le dio la espalda para alejarse, pero el chico era insistente, tomo al mafioso del abrigo y lo llevo dentro del bar. Repitiendo el caso, Akutagawa no quiso lastimarle, ver el rostro idéntico a su pareja le hacía sentir más desgraciado.
Al entrar al bar, ambos se quedaron completamente sorprendidos, al sonido de la música, al centro de la pista del bar, Atsushi bailaba con un chico desconocido, aunque no tan desconocido. Toru les miro furioso, sus ojos se habían llenado de lágrimas pero el mayor miedo en la sala era el mafioso, el aura del mafioso emanaba odio, desprecio y unas tremendas ganas de asesinar. Esto estaba asustando a la clientela y muchos huyeron.
Atsushi no había notado nada, esperaba demasiado acaramelado en el pecho de su anfitrión. El otro estaba igual
Rashomon golpeo con fuerza el suelo, ambos chicos se asustaron de momento. Y fueron cuando los cuatro se vieron. ¿Toru?
― ¡Sousuke! ¡¿Cómo pudiste hacer algo así?! – grito el chico.
― ¿Sousuke? – pregunto Atsushi y miro a su acompañante – t-tu n-no eres Ryu
― Ni tu Toru
― Al carajo
Rashomon tomo al albino con fuerza. Toru y Sousuke se miraron, su pelea sería distinta.
Atsushi intentaba zafarse de Rashomon, pero esté se estaba regenerando rápido para atraparlo nuevamente aunque fuese cortado, cansado de tanto forcejar, tiro al piso de un callejón al albino. – aah e-eso du-duele – se quejó, pero Rashomon tomo su cuello
― Tienes 3 segundos para decirme que hacías con otro hombre bailando
― Es que yo
― Tres – Rashomon volvió a golpear a Atsushi y está vez el albino tosió.
Escupió un poco de sangre y miro al mafioso desde abajo, estaba furioso. Rashomon llego de nuevo pero Atsushi le debuto con su habilidad.
Rashomon tomo al albino una vez más y esté volvió a zafarse. Akutagawa fue tras de él, comenzaron su propia guerra - ¡¿Qué hacías Jinko?!
― ¡Bailaba! – menciono esquivando a Rashomon mientras se trepaba a la espalda del mafioso - ¡Creí que eras tú!
― ¡¿Cómo iba a ser yo?! – grito tirándolo. Atsushi se agarró de su cintura con su cola de tigre
― ¡DISCULPEME SEÑOR PELUCAS LOCAS APARECIENDO EN LA CALLE INCLUSO DE POLICIA!
Akutagawa y Atsushi cayeron al suelo. El mafioso tomo la cola del tigre con fuerza - ¡aah! ¡Suéltala! – grito molesto
― Estúpido Jinko, ¿Cómo puedes confundirte?
― ¡era idéntico a ti! Solo que con cabello blanco, y me llamaba pequeño tigre. ¡Yo solo estaba buscando a ese chico idéntico a mí para ver que tramaba! ¡no te quiero ni compartir!
El mafioso jalo de nuevo la cola de tigre y beso con fuerza al albino, se separaron casi de inmediato – aag sabe a sangre – se quejó el mafioso y el albino tallo sus labios.
Atsushi lo tomo del cuello – Ryu, solo te amo a ti
― Idiota
― Me has golpeado de nuevo
― Te lo merecías
― No, no lo merecía
― Me disculparé
― ¿en verdad?
― Si, comenzando ahora
El mafioso volvió a besar al albino, Atsushi correspondió el beso. El mafioso no desaprovecho y comenzó a quitarle la camisa al albino, el agente rápidamente lo separo y volvió a sostener su camisa de sus hombros - ¿Qu-que haces? Es-estamos en un callejón
― Oh vamos, te enloquece hacerlo en publico
Atsushi miro a otro lado y sonrió – pero solo el pantalón
― Trato
Como el trato fue hecho, el mafioso quito los pantalones del albino, Atsushi se quedó con el pecho sobre el suelo mientras el mafioso le ayudaba a aflojarse con ayuda de su lengua – ¡aaah! Ryu – el azabache continúo su acto. Atsushi tenía las garras de tigre así que se ocupó de rasguñar el piso - ¡aaah! ¡aaah! La lengua no – pidió. Rashomon apareció tomando sus muñecas
― Deja de ser un gatito malo – menciono y sonrió – que ese papel es mío.
El mafioso dejo entrar su miembro, Atsushi mordió su propio hombro. Entro lento y profundo, el albino podía sentir como cada vena palpitaba dentro de él, estaban estrechos juntos pero aun así era fabuloso. Atsushi continuo mordiéndose y una vez que el azabache logro entrar completo se unió a la mordida en el hombro de Atsushi. El agente le miro – mgg Ryu
― ¿te gusta?
― Dime amor, y otros apodos bonitos.
El mafioso se quedó en blanco, miro extrañado al albino, pero si, era su tigre. - ¿Qué estas imaginando? – pregunto sin dudar.
― Que el otro Ryu me viola en la calle
― Eres un pervertido
― ¡TU EMPEZASTE!
El azabache embistió con fuerza al albino haciéndole gritar, estaba furioso por saber que era en el otro en quien pensaba pero ¿Por qué no? Imaginar tener al otro chico no estaría mal, al final del día eran ellos – te diré cosas lindas si me hablas sucio
― Maldijo hijo de perra
― Mi gatito hermoso
Ambos se besaron, el sudor empañaba sus pupilas, sus ojos apenas se encontraron y sonrieron – te amo bebe
― Y yo a ti, maldito mafioso
Su noche se alargó, recorrieron callejones y uno que otro techo de edificios, así hasta lograr llegar a la casa donde el sol estaba comenzando a salir – necesito dormir mil horas – expreso el albino cansado
― Date un baño, durmamos
― Ryu
― ¿si?
― A pesar de la noche loca con el otro Akutagawa – menciono haciendo al mafioso molestar, eran las palabras. Atsushi abrazo con fuerza en ese momento al mafioso y sonrió – jamás se compararía con las noches contigo – alzo su cabeza sonriéndole – y mucho menos con despertar a tu lado
El azabache sonrió, acaricio las mejillas del albino y lo beso – es lo mismo conmigo, Atsushi. – Lo tomo para cargarlo – ven, tomemos ese baño juntos y durmamos
― Bien, prometo lavar bien tu cabello
Ambos chicos sonrieron, pues claro, no había otros como ellos.
...
¡Gracias por leer!
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