El pabellón jade contaba con pocas damas de compañía, eran un grupo reducido, pero leal.
Entre ellas, se encontraba Mao Mao, una boticaria que había ganado fama en ese lugar. Una criada, la cual había escuchado su nombre, quiso verla cuanto antes.

-¿Mao Mao?- una mujer miró a la chica de pelo negro, la cual había preguntado a una de las damas de compañía de la concubina Gyokuyou acerca de la boticaria. Era una chica de la edad de Mao Mao, con una mirada dulce y tímida - Si, creo que está con el doctor.

- Gracias - hizo una reverencia mientras avanzaba hacia el lugar indicado. Necesitaba saber si era realmente ella. Corrió a una velocidad normal, no quería llamar la atención.

Vio un edificio que se asemejaba a lo que le habían dicho que era el médico de palacio.
Aumentó su velocidad y...

-Au- una voz dulce y elegante sonó, alguien se había chocado con ella.
Levantó un poco la cabeza y vio una túnica bastante cara, por lo que juntó sus manos en señal de respeto y bajó la cabeza .

- Perdóneme, por favor - agachó su cabeza aterrorizada por lo que acababa de hacer. Podría ser castigada por eso- No era mi intención estar en su camino...

Levantó la vista y vio a un hermoso hombre de pelo morado. Sus facciones le hacían ver más atractivo de lo que ya era.
La pelinegra se sonrojó.

- No pasa nada- habló el hombre en un tono dulce- ¿Ibas a ver al médico?

Miró a la chica, no parecía estar mal.

- Quiero ver a alguien que está ahí, señor - habló
- Que casualidad, yo también - sonrió.

El que parecía ser un eunuco comenzó a caminar, sus pasos eran hipnotizantes.
La chica le siguió y llegaron a la clínica del médico.

- Ya voy - la chica reconoció la voz de su amiga al instante, por lo que se alegró - ¿Otra vez el maestro - Jinshi...?

Abrió las puerta del médico y se sorprendió, pero no por ver al eunuco,sino a la chica con el.

- ¿Yui? - se quedó atónita al verla. Mao Mao no corrió a abrazarla, la chica no se sorprendió por eso.

- ¿Conoces a esta chica?- el eunuco miró a Mao Mao coqueto.

- Vivía cerca mía antes de venir aquí - explicó la boticaria- me ayudaba a recoger plantas, pero ella pasaba el tiempo escribiendo...

- Mao Mao...- Yui se avergonzó

- ¿Puedes leer y escribir - Jinshi se dió la vuelta - Si es el caso puedo hablarlo con el emperador, podrías ser una dama de compañía junto a la boticaria.

- Eh... No hace falta - Yui bajó la cabeza abrumada

- Tonterías - Jinshi sonrió - Hay pocas chicas que sepan leer y escribir, y además te pagarían más...

- Yo... - la chica estaba nerviosa, desde que había visto a ese eunuco todo había dado la vuelta en su corazón- De acuerdo.

- ¡Muy bien!- el chico cerró los ojos feliz- Depende de qué nivel tengas, trabajarás en un lugar o en otro.

-¿Como verán mi nivel?

- Te harán un examen - Mao Mao invitó a ambos a pasar al médico - pasad.

- Gracias- Yui hizo una reverencia hacia su amiga, la cual era dos años más mayor que ella- Mao Mao-san

- No es nada- Mao Mao esperó a que el médico hiciera algo de comida y habló con su amiga - ¿Como has acabado aquí?

- Estaba llevando papel al burdel cuando unos hombres me asaltaron...

- ¿También te pasó como a la boticaria?- Jinshi interrumpió la conversación - ¿Porqué sigues aquí entonces?

- Este lugar es bastante mejor que el barrio rojo - explicó con un tono tímido la chica, el eunuco la intimidaba mucho - Y me pagan más.

- Entiendo - Jinshi se llevó una mano a la barbilla.

Las muchachas siguieron hablando, provocando una pequeña molestia en el eunuco.

- ¿Como te encuentras, boticaria?

- Bien- respondió está secamente - Jinshi-sama, ya podrá molestar todo lo que quiera, pero ahora debo ponerme al día con Yui.

- Eres cruel - Jinshi fingió ofenderse.
Parecía un niño pequeño.
Yui soltó una pequeña risita, llamando la atención del hombre.

- Perdón -  Yui se disculpó al instante, provocando una carcajada de Jinshi.

- Boticaria, tú amiga es muy graciosa.