⭐️Capítulo 8⭐️

—Al día siguiente—.

Me encogí en hombros al escuchar la nueva discusión.

Me levanté de mala gana y salí de mi habitación. Bajé las escaleras, encontrándome con la pareja en la sala.

—¡Eres un cualquiera! —exclamó mi hermano.

—N-no pienses eso, Fear...

—¡Esa es la verdad, idiota! —se le acercó, provocando que el rubio retrocediera. —¿¡Piensas responderme hoy!?

—¡Y-yo ya te he dicho la verdad!

—¡Eres un mentiroso!

—¡Claro que no!

—¿¡Quién te hizo los otros chupetones!?

Me sobresalté.

—¡Fu-fuiste tú! ¿Lo olvidas?

—¡Claro que no fui yo!

El rubio bajó la mirada.

—¡Si fuiste tu!

El peli-azul frunció el ceño y alzó la mano. Lo mire sorprendido y me apresuré a colocarme frente al rubio.

—¡Atrévete a ponerle una mano encima y te juro que te daré tu merecido, Fear!

—¡No es tu asunto, Lawliet!

—Tal vez no lo sea... ¡Pero no por eso permitiré que le pegues a Daryl!

Él frunció el ceño.

—Él te esta diciendo la verdad, Fear.

—Si tu lo dices.

—No lo recuerdas... —se cubrió el rostro. —Anoche... Llegaste más ebrio de lo normal...

Mi hermano se mantuvo firme.

—Fuiste tú, Fear... —lo tomó del cuello de su camiseta.

Mi hermano hizo una mueca y luego lo abrazó.

—Esta bien, Daryl... —acarició su cabello. —Lamento lo que te hice...

—N-no es nada...

Mi hermano le brindó un beso en los labios.

—Me tengo que ir... —otro beso. —Tal vez llegué un poco tarde.

—E-esta bien...

Y se retiró.

El rubio se volvió a verme.

—Gracias por no decir nada, Daryl.

—Lo que dije era verdad, Lawliet... —lo mire sorprendido. —Él me los hizo...

Y comenzó a subir las escaleras. Lo mire algo extrañado, su manera de caminar era algo diferente.

—Daryl, ¿Estas bien? —negó. —¿Te sientes mal?

—M-me duele todo...

Y entendí.

—¿¡Tú y Fear ya...!?

Se sonrojó.

—¡Claro que no, idiota! ¡Tu hermano estaba ebrio, no quería dormir con él en ese estado! —me miro. —¡Dormí en el sofá!

Suspiré y me le acerqué.

—Menos mal...

Él me miro con algo de desconfianza. Me tomó de las manos.

—Tu sabes que este matrimonio es arreglado, ¿Verdad?

Lo mire sorprendido.

—¿Qué?

—Los Dipper's se pusieron de acuerdo. —negó divertido. —Aunque cuando lo confesamos, el Pines fingió no saber nada. —rodó los ojos. —Pero... Le he tomado cariño a tu hermano...

—Hay una gran diferencia entre encariñarte y amar a alguien, Daryl.

—L-lo sé...

—¿A quién amas?

—Ah... Ah ti...

Sonreí y lo besé. Él correspondió a aquel beso.

Descendí mis manos hasta el inicio de su camiseta y comencé a desabrocharla.

Él me detuvo.

—Pe-pero sigue estando mal...

—Te haré ver las estrellas...

Él me miro con inseguridad. Lo besé y a como pudimos subimos las escaleras.

Hasta encontrarnos encerrados en mi habitación.

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