No tuve que hacer nada, las dificultades llegaron solas.

Desde hace una semana, mi casa se ha vuelto un "infierno" por así decirlo.

Fear y Daryl pelean hasta por el oxígeno. Cualquier mínima cosa, es motivo de una pelea.

—Las horas de llegar de Fear.
—Los celos de Daryl.
—Las amigas de ambos.
—Daryl no se deja tocar.
—Fear se molesta.

Un caos.

Suspiré con pesar, al escucharlos. Es como la décima quinta vez en esta semana.

—¡No me alces la voz, Daryl!

—¿¡Por qué yo no puedo hablar alto y tu sí!?

—¡Sólo guarda silencio!

—¡Ayer no llegaste a dormir, Fear! ¡Y no me avisaste si tenías trabajo extra!

—¡Pues si! ¡Si tenía trabajo extra!

—¡Con tu secretaria!

—¿Sabes algo?

—¿¡Qué!?

—¡Tampoco me esperes esta noche! ¡Ni la siguiente!

—¡Te irás con otras mujeres!

—¡Creo que sería mejor que estarte soportando, Pines!

—¡Digo lo mismo, Cipher!

—¡Sigue así y canceló la boda!

—¡Allí está el teléfono! —lo señaló. —¡Llama a todos y diles que no habrá nada!

Fear frunció el ceño. En verdad estaba molesto.

—¿Sabes algo, rubio? No te soporto.

—Yo tampoco te soporto a ti.

El peli-azul asintió un par de veces, para luego abrir la puerta.

—¿Nunca te has puesto a pensar que tu padre tal vez se suicidio para ya no soportarte?

El rubio se quedó callado.

Mi hermano salió de la casa, seguido por Daryl.

—¡Fear! —exclamó.

Sólo escuché como un auto se alejaba, para luego ver como un rubio entraba azotando la puerta.

Sacó su celular y marcó. Lo puso en altavoz, pues tomó sus llaves y su cartera.

»¿Daryl?«

—Ven por mi, Dipper.

»¿Pasó algo?«

—¡Sólo ven por mi, ahora! —y colgó.

Lo mire algo preocupado. Me levanté de mi lugar y me acerqué un poco.

—Daryl... —me ignoró.

No dijo una sola palabra. Sólo subió a su habitación.