ocho

Bucky acomodó su gorra para ocultar su rostro mientras se ocultaba a sí mismo en una cabina telefónica. Tenía una perfecta vista al edificio que había estado estudiando durante un par de días y sólo esperaba el momento adecuado para entrar en acción.

Eran casi las seis, la hora de salida regular en todas las oficinas. Los minutos comenzaron a avanzar, James esperaba con muchísima paciencia mientras simulaba estar haciendo una llamada.

El reloj indicó las seis con quince y justo en ese momento, Bucky vio a alguien salir del edificio. Salió de su escondite y comenzó a caminar detrás de aquel sujeto a una distancia considerable. El sujeto sintió la presencia de Bucky y comenzó a caminar más rápido, sintiéndose muy nervioso.

Al pasar junto al callejón, James se acercó más y lanzó al sujeto al suelo. Estaba todo oscuro y nadie los vería allí.

—¿Qué quieres? —habló nervioso y asustado— ¿mi cartera? Aquí está —se la arrojó.

Bucky lo miró con cara de pocos amigos y con el ceño ligeramente fruncido. Le habían arrojado una cartera a la cara y eso en definitiva no le gustó para nada. 

—¿Eres Garrett? —preguntó con voz profunda pero aún calmada. 

El hombre se congeló en el suelo. James podía ver cómo el sujeto sudaba en frío. No entendía por qué sentía cierta satisfacción por verlo de esa manera. Bueno, después de todo lo que hizo, no merecía menos. 

—No te debo dinero, ¿cierto?

—¿Eres Garrett o no? —su paciencia se estaba acabando. 

—Sí... yo sí, ese es mi nombre.

La sonrisa de Bucky fue más que tenebrosa. Tomó al hombre de las solapas de su saco y lo levantó para mirarlo a los ojos. Los pies del hombre dejaron de tocar el suelo, el pobre ingenuo por poco ensucia sus pantalones por el miedo que sentía en ese momento. 

—Desde hace días que quería hacer esto.

Su puño impactó contra la cara del hombre, quien vio estrellitas blancas y por un momento perdió la visión. Bucky sabía que eso estaba mal, sabía que la venganza no traía nada bueno. Pero se habían metido con su chica y nadie lastimaba a su chica y salía ileso. 

Uno, dos y tres golpes más. Garrett no paraba de sangrar y con sólo esos cuatro golpes se sentía moribundo. James le rompió la nariz y el pómulo izquierdo, y ni siquiera había utilizado su brazo de metal. 

—En serio tengo muchas ganas de matarte, pero no puedo hacerlo.

—¿Por... por qué? —logró hablar, un hilo de sangre le escurría de la boca.

—Dañaste a alguien que quiero y la dañaste mucho, te aseguro que ni siquiera lo recordarías si te lo digo.

Otro golpe en la cara, uno más en el abdomen. Bucky se tuvo que recordar que debía controlarse, pero es que enserio estaba furioso. De sólo pensar en la expresión de Seren cuando le contó todo, sabía que lo único que deseaba en el mundo a partir de ese instante, era cuidar y amar a esa chica, y haría lo que fuera por ella.  

Dejó al sujeto en el suelo y dio media vuelta para alejarse lentamente como si nada hubiera pasado. La calle no estaba muy transitada por lo que se pudo mover con rapidez. 

▪︎▪︎▪︎

Cuando Barnes regresó al complejo de los vengadores, estaba todo bastante solitario y con apenas un poco de iluminación pues ya era tarde. Tenía los nudillos rojos y ligeramente manchados de sangre pero no le dolía en absoluto. 

Sin embargo, tenía que ir a lavarse antes de que Seren lo viera y comenzara a hacer preguntas que ciertamente no quería contestar. Ella se iba a molestar con él si se enteraba, lo sabía, por lo que debía ser discreto con lo que acababa de hacer. 

Iba camino las habitaciones, su plan era darse un rápido baño y luego ir a buscar a la chica a su habitación para quedarse a dormir con ella.

Tenía que pasar por el comedor para llegar al pasillo de habitaciones, sin embargo, notó que las luces estaban prendidas. Redujo su paso y se quedó junto a un muro sólo para asegurarse de que Seren no estuviera allí.

Asomó un poco la cabeza, para su mala suerte, allí estaba Seren. Ella bebía de una taza, a su lado estaba Steve.

—¿Y cómo van las cosas con Buck? —escuchó la voz de su amigo. Sabía que no debía escuchar conversaciones privadas.

Pero estaban a punto de hablar de él, y no cualquier personas. Eran Seren y Steve. Las personas más importantes en su vida.

Se quedó quieto, recargado en la pared. Su curiosidad simplemente le ganó.

—¿Qué quieres decir? —escuchó a Seren, pero de inmediato identificó ese tono nervioso junto con una risa.

—Vamos, Seren. Todos lo sabemos, sólo quiero saber que todo está bien.

Ella bajó la mira, sonrió y liberó un corto suspiro.

—Creo que lo amo —dijo en voz baja, pero sonó bastante claro para ambos hombres. Seren frunció el ceño y sintió sus mejillas comenzar a arder lentamente— no sé cómo explicarlo. James es... simplemente lo mejor que me ha pasado en la vida —rió torpemente— sé que es estúpidamente cursi. Me siento segura con él.

Steve miró a su amiga con una pequeña sonrisa.

—Él te quiere. Mucho. Lo sé. Lo conozco desde hace mucho tiempo y te puedo asegurar que nunca lo había visto tan feliz.

James sonrió en su lugar. Otra vez esa cálida sensación recorrió su pecho y simplemente podía pensar en que le encantaba ese sentimiento.

—¿Y ya son novios? —volvió a hablar el rubio.

Seren volvió a reír con fuerza.

—Eso creo. Llevamos durmiendo en la misma casa por poco más de cuatro meses, a veces nos besamos y esas cosas que me avergüenza decir en voz alta.

Fue el turno de Steve para reír.

—Él va en serio. Quiero decir, ambos somos unos ancianos de más de cien años y hay algunas costumbres que no podemos dejar.

—¿Sabes qué es lo que más me gusta de James? Pero por favor nunca se lo digas.

—¿Qué cosa?

—Esa cara de mafioso asesino que siempre tiene cuando está en un lugar donde no conoce a nadie. Y me gusta porque... sólo cuando esta conmigo, quita esa mirada y me hace sentir especial.

Steve sonrió aún más.

—No se lo diré. Tranquila.

Hubo un pequeño momento en silencio, Seren se puso de pie.

—Cap, siempre es un gusto hablar contigo pero ya me iré a dormir. Si vez a Buck le dices entre a mi habitación sin hacer ruido.

—Descansa, Seren.

La chica dejó la taza que había usado en el lavaplatos y se retiró en silencio.

—Ya puedes salir —dijo Steve cuando su amiga estuvo lo suficientemente lejos.

Bucky salió de su escondite y miró a Steve. El rubio lo miró con divertido reproche, con los brazos cruzados y mientras negaba.

James se encogió de hombros.

—Lo siento. No quería escuchar pero me ganó la curiosidad.

—Lo sé.

Se miraron a los ojos.

—La amo —dijo de pronto James.

—Lo sé.

James sonrió un poco y bajó la mirada.

—Iré con ella.

Steve no dijo nada. Vio a su mejor amigo alejarse, siguiendo el mismo camino que Seren había tomado antes.

▪︎▪︎▪︎

Bucky terminó de bañarse y se colocó ropa ligera para dormir. No hacía frío, por lo que eligió una playera básica negra de mangas cortas y un pantalón.

Salió de su habitación y en dos minutos ya estaba afuera de la habitación de Seren. Entró en silencio. La chica ya estaba dormida.

Bucky se acercó a la cama para acostarse junto a ella. Trató de no hacer movimientos bruscos pero al final, la chica despertó.

—¿Buck? —susurró adormilada.

—Hola —se acomodaron, Bucky besó su frente— vuelve a dormir.

No lo tuvo que repetir dos veces cuando Seren volvió a cerrar los ojos, ahora acomodada entre los brazos del hombre. Bucky la miró por un momento y una gran sonrisa se asomó en su rostro.

Sí. Definitivamente la amaba.

Díganme que quedó muy soft porque yo no paraba de sonreír como tonta.

Ay, el siguiente es capítulo final :(

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top