Cotton Candy

Yixing no había tenido el mejor día, se levantó tarde para ir al trabajo y mientras desayunaba de forma apresurada derramó mermelada en la única camisa blanca que tenía para el trabajo, al bajarse del autobús se dio cuenta de que había dejado unos documentos importantes debajo del asiento y su jefe Kyungsoo casi lo apuñala por ello y para finalizar su racha de mala suerte al estar utilizando la fotocopiadora a esta le dio por enloquecer y ahora su sueldo sería reducido hasta que se cubrieran los daños.

Ahora estaba camino a casa pero el realmente no tenía ganas de encerrarse así que prefirió quedarse en el parque que estaba de paso, se sentó en el césped y suspiró estaba agradecido de que el día siguiente fuera domingo.

Al girar un poco la cabeza pudo ver un pequeño puesto de algodones de azúcar y su estómago prácticamente le rogó por uno, buscó su billetera en el bolsillo izquierdo de su pantalón, la abrió y vio que tenía lo suficiente como para darse el lujo. Dejo de lamentarse un poco y se levantó para ir camino a comprarlo.

Al llegar al puesto vio que unos niños estaban en fila esperando su turno para comprar pero lo que más llamó su atención fue el niño que estaba al inicio de la fila pataleando como si no hubiera mañana.

—¡Quiero uno azul!¡Dame un algodón azul! —gritaba a todo pulmón.

—¡No voy a darte uno azul! —le respondió el hombre que atendía.

—¡¿Por qué?!

—¡Porque no tengo de color azul!

Yixing no sabía si llorar o reír, el niño solo atrasaba al vendedor y aumentaba el mal humor en él. A Zhang Yixing siempre lo describían como alguien tranquilo y paciente pero este no había sido un buen día y él estaba agotado.

Decidió esperar unos minutos más para ver si era necesario meterse en la discusión y supo que era necesario hacerlo al ver como el vendedor tiraba el algodón, que había sostenido en su mano todo este tiempo, al suelo con ira.

—¡¿Acaso eres sordo mocoso?! ¡Solo tengo estúpido algodón, de un estúpido y chillante color rosa! ¡¿Qué más quieres?! —el vendedor tiro también la gorra blanca que llevaba al piso para después llevarse las manos a la cabeza y alborotar su cabello.

Yixing sabía que si no actuaba en ese momento el vendedor terminaría en una celda, se acercó de forma lenta para no alterar aún más la situación.

—Disculpe... —habló apenado.

—¡Qué! —gritó el hombre provocando que unas gotas de saliva volaran y sus ojos se volvieran saltones.

—Porque... no arreglamos esto como personas civilizadas y-

—Yo no hablo con sacos de huesos.

Yixing no podía creer lo irrespetuoso que era el niño al hablar, "inhala y exhala Zhang" se repetía una y otra vez a sí mismo no quería hacer de este pequeño problema en algo más grande.

—Mira niño, quizás si hablas con el señor tú y el podrían llegar a un acuerdo ¿no? —trató de razonar con ambos pero al mirar a ambos todas sus esperanzas se perdieron, el vendedor, que prácticamente estaba rojo, no había dejado de fruncir su ceño y el niño pataleo más fuerte.

—¡Quiero uno azul!

—¡No tengo!

—¡Dame un tonto algodón azul!

—Porque no mejor compras un estúpido algodón azul en otro lugar y te lo metes p-

Yixing cubrió la boca del vendedor evitando que terminara el insulto.

—Creo que debería calmarse —le hablo al oído —alguien podría llamar a un policía.

—Algo lo cual ya hicieron joven.

Volteó su cabeza y ahí se encontraba un oficial de policía mirando a ambos, este realmente no era un buen día para él.

^..^..^..^..^

—Creo que no deberías de poner tu cabeza entre los barrotes.

—Por favor no me hable.

Estaba sorprendido, el solo quiso ayudar y terminó dentro de una celda siendo acusado de ser algún tipo de cómplice, los cargos que les dieron fueron los de perturbar el orden.

—Lo lamento... —comenzó a hablar el vendedor —hoy no fue uno de mis mejores días a—se puso a su lado y metió al igual que Yixing su cabeza entre los barrotes —cuando el niño empezó a hacer su berrinche exploté.

—No importa... todos tenemos un mal día —sintió que no era necesario echar toda la culpa al hombre ya que en su mayoría esta le pertenecía al mocoso malcriado.

Paso alrededor de media hora antes de que alguno rompiera el hielo-

—Tu hoyuelo es lindo.

Yixing casi rompe su cuello el querer voltear a ver el rostro del vendedor, este tenía la cara roja pero dudaba que fuera por enojo, las mejillas de Zhang se volvieron rojas ¿enserio le estaba coqueteando?

—Gracias... cr-creo

El silencio volvió, era más incómodo de lo que fue en el inicio, después del fallido coqueteo del vendedor este se despegó del barrote y fue a excluirse en una esquina.

Zhang trató de mirarlo disimuladamente, su piel era bastante blanca por lo que un sonrojo era notable, cejas negras algo gruesas, cabello de un tipo de castaño claro, ojos marrones, era algo... ¿atractivo?, como saberlo con exactitud, su enojo por haber sido injustamente encarcelado no se había pasado del todo.

—Y... ¿alguien va a venir por ti? —pregunto algo tímido el vendedor.

—Si. —respondió frio.

—¿Tu novio?

—Y si lo fuera ¿qué?

—No me sentiría bien al pedirte tu número.

Prácticamente parecía que un tomate le había explotado en la cara de lo rojo que se puso.

—¡Zhang Yixing llegaron por usted! —gritó un guardia el cual venía por el pasillo.

El vendedor tomo su brazo y lo giro hasta quedar frente a frente.

—Creo que no tendrás tiempo para dármelo pero soy un hombre preparado y te daré el mío.

El hombre metió una mano en su bolsillo para después sacarla y entregarle una tarjeta de color rosa chillón.

—Zhang sal ahora. —exigió el oficial.

Yixing se sintió un poco presionado y salió de la celda sin dejar hablar al vendedor.

El oficial cerro la celda y lo llevo por el pasillo, cuando iba por la mitad de este un grito llamó su atención.

—¡Mi nombre es Junmyeon!

Yixing dio una mirada rápida detrás de su espalda y pudo ver una gran sonrisa en el rostro del que ahora sabía era Junmyeon.

—¿Listo para ir a casa? —preguntó su mejor amigo Jongdae con una risa burlona.

—Nunca estuve más listo en mi vida. —le regreso el gesto.

Cuando estaba en el auto de Jongdae recordó la tarjeta que Junmyeon le había entregado antes de salir y casisuelta una carcajada al leer lo que decía esta: 

"Kim Junmyeon

Vicepresidencia de Gold & Gold inc.

55-xxx-xxx-xx"

—Oye Xing, escuche de los oficiales que habías terminado en la misma celda que el vicepresidente de alguna compañía.

Se había atragantado con su propia saliva.

—¿Cómo? —empezó a temblar.

—Si, estaban burlándose del como un hombre de su estatus termino siendo arrestado por causar un alboroto junto a un niño y otro hombre por culpa de un algodón de azúcar, solo fue cuestión de unir las piezas.

Increíble, simplemente eso describiría las últimas horas que había pasado, el solo quería comprar un algodón de azúcar y terminó consiguiendo, sin querer, una cita con el vicepresidente de una importante compañía sin explicarse el cómo este vendía algodones en el parque que estaba por su casa.

Quizás, ese día no había resultado ser tan malo.

     

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