Son las doce de la noche y mi único deseo es ver tu sonrisa...

Llevo en esta espiral durante los últimos tres textos y no puedo parar.

Cada vez digo más eso de te voy a olvidar, pero no paras de aparecer por todos lados, y debes parar, por el bien de mi salud mental, de verdad, basta.

Llegaste a lo más profundo de mi alma y lo único que hiciste fue arrasarla en vez de protegerla, así que lo siento, pero te necesito lejos, tan lejos que ya no pueda sentir tus abrazos, tan lejos que ya no te vea sonreír ni sienta tus lágrimas aún en mis brazos.

No he dejado de revisar tus redes sociales, lo he intentado pero por más que quiera negarlo sigues teniéndome sumisa a ti, fue lo que siempre quisiste así que espero que estés contenta.

Espero que estés contenta de haber matado la inocencia de una niña que apenas salía al mundo, de haber destruido la cosa más bonita que puede existir, gracias por quemar las flores que habían en el camino hacía mi corazón , y al llegar a él chuparle toda la sangre y energía que tenia, porque gracias a todo eso ella apenas sobrevive a sus días sin pensar en que no puede.

Gracias a ti siente que no puede con nada  y tú con todo.

Ya no puede escuchar la palabra siempre  porque solo le recuerda a la amargura de su amistad, porque le viene el recuerdo desgarrador de alguien que le juraba infinitos y solo le dio un falso para siempre que se rompió cuando la veía feliz con alguien más que no eras tú.

Estas son mis últimas palabras en estas cartas que nunca leerás (quiero creer que por fin será verdad)

Me despido, me despido con un para siempre, para siempre te voy a olvidar