A pesar de que Washington fue el claro favorito, Hamilton estaba tan preocupado de que Adams se fuera con la presidencia (ya que los electores no votaron por los puestos por separado).

Chernow escribe:

"A Hamilton le preocupaba que, por casualidad o por diseño, Adams pudiera escabullirse de Washington en la votación. Entonces se acercó a dos electores en Connecticut, dos en Nueva Jersey y tres o cuatro en Pensilvania y les pidió que negaran sus votos a Adams para asegurarse de que Washington se convirtiera en presidente. Como de costumbre, Hamilton demostró ser excesivamente temeroso. Cuando los sesenta y nueve electores se reunieron el 4 de febrero de 1789, votaron por unanimidad para Washington, que se convirtió en el primer presidente, y emitieron tan solo treinta y cuatro votos para Adams, que quedó en segundo lugar y se convirtió en vicepresidente."