Una personalidad fría que no le importaba nadie que no fuera igual de fuerte de lo que el era.

Eso eras tu, cubito de hielo...

Pero bajo toda esa fachada se encontraba un chico de grandes talentos y un gran corazón.

Cambiaste por suerte.

Ahora respetabas a tus amigos.

Ahora me respetabas a mi como una amiga.

Como una compañera de armas con la que podías contar para ayudarte.

O al menos intentarlo.

Ya que tenías la suficiente fuerza como para poder enfrentar tus propias peleas.

Eras cautivador a tu manera.

Te aprecio mucho y lo haré siempre.

Tuve y tengo el deseo de volverme muy fuerte para no ser una carga para nadie.

Para ser alguien digna de caminar al lado de sus compañeros, no detrás de ellos.

Todos nosotros compartimos el mismo deseo.

¿Pero te cuento un secreto?

Siempre significaste mucho más para mi de lo que incluso yo pensaba.

Una confesión difícil de creer porque siempre mostré poco interés en las relaciones románticas.

Cosa que encontraba inútil de cierta manera.

Al menos innecesario en mi largo camino de ser mas fuerte y capaz.

Pero tu te cruzaste y entraste en mi corazón de una manera casi incomprensible para mi.

¿Que más puedo haces más que quererte.

Pues nada.

~Más que seguir sintiendo lo que siento~

~Más que seguir siendo quien soy~

Sin la esperanza de ser algo más

Solo esperando que puedas algun día sentir lo mismo que yo.

Gracias por tu amistad.

Gracias por ser tu.

—Tenten—