Dos exploradores ambiciosos caminan por el bosque buscando una cosa en concreto, huevos de Arbok. Este pokémon esconde sus huevos en el suelo o entre las ramas espinosas y cuando nota que van a nacer los lleva a un sitio más espacioso.

Tras un rato caminando con sumo cuidado encuentran lo que buscan, un nido de Arbok cerca de un rio. Y al parecer nacerán muy pronto.

Ambos exploradores muy jóvenes e imprudentes se acercan con cuidado ocultándose entre los arbustos. Ven que el Arbok hembra esta cuidando el nido y sería muy difícil robarlos. Pero para su suerte esta deja un momento el nido para ir a otro lugar.

—¿Donde irá?—Preguntaba uno de ellos en voz baja.
—Da igual vamos—Dice mientras sale del arbusto una vez se ha marchado la madre.

Sin hacer ruido se acerca y los agarra para luego meterlos en su mochila. Cuando se gira ve algo horrible. Su hermano estaba enrollado en un Arbok enorme, al parecer el padre y lo estaba asfixiando. Cuando intenta ayudarle siente como algo le aprisiona el cuerpo, la hembra había vuelto.

Suelta la mochila y como su cuerpo se comprime poco a poco. Le empieza a faltar el aire y instantes antes de morir recuerda algo.

''Los Arbok tienden trampas a sus enemigos para usarlos después como comida para sus futuras crías''. Un consejo que había leído y que ha recordado demasiado tarde puesto que tanto como su aire como su vida se ha agotado.

Fin