Cap. 9
En algún lugar del bosque...
-Deben creerme, perecía un humano pero no lo era. -dice Riff. Él les contó a los demás demonios sobre ese tal Kea.
-Es imposible ¿Quieres decir que es un híbrido? -pregunto otro estando confundido.
-Sí, un monstruo, creo que es mucho más fuerte que los arcángeles. -asiente teniendo un poco de miedo aunque no lo reconozca.
-Si los ángeles tienen un híbrido luchando en su ejército ¿Por qué nosotros no tenemos el nuestro? -dice su jefe y los demás asienten estando de acuerdo.
-Debemos encontrar a un humano que tenga el alma tan podrida o que no la tenga al igual que nosotros. -Habla Riff pensativo -Así como Marie pero Dan la destruyó hace tiempo.
-Ya tengo a alguien en mente. -murmura su jefe pensativo.
En Inglaterra...
-Kea muévete un poco para que salga bien a foto. -le dice Amelia mientras intenta sacar una foto de Kea con su madre y Ricky cerca del Big Beng.
-Listo, ahora pueden moverse. -habla sonriendo después de tomar la foto.
-¿Cómo hicieron para construir un reloj tan grande? - Se pregunta Kea mientras mira el Big Beng con asombro -Debe tener una pila enorme para hacerlo funcionar. -habla pensativo.
-No hijo, es a cuerda, por eso nunca se detiene. -le explica su madre sonriendo.
En ese momento, el reloj se detiene llamando la atención de todos -¿Qué no era que nunca se detenía? -pregunta el castaño confundido.
De repente, un rayo cae y hace explotar el Big Beng haciendo que trozos del mismo caigan hacia las personas que están debajo.
-¡Todos corran! -grita Rafa tomándole la mano a Amelia para alejarla del peligro.
Kearrents siente algo extraño y mira hacia el reloj destrozado. Siente que hay alguien allí, alguien parecido a él.
-Kea, ¿Qué tienes? -le dice Ricky tomándolo del brazo.
-No... no es nada. -responde siguiendo a los demás.
Una vez que llegaron al hotel, Amelia nota a Kearrents distinto, está callado y todo el tiempo mira a la nada.
-¿Qué tienes Kea? -pregunta ella acariciando su mano. Él la mira y sonríe.
-No es nada Lía. -le abraza pero Rafa los separa de inmediato.
-Y les dije que mantengan la distancia. -habla molesto.
Kearrents levanta las manos en rendición y permanece callado, esa presencia lo tiene inquieto y no tiene ánimos para discutir con Rafael. Respira hondo pero de todos modos siente una molestia en su pecho.
Tiempo después y en Francia...
-¡Mira la torre Kea! -dice Amelia mientras señala la ventana, la madre de Kea consiguió un hotel cerca de la Torre Eiffel y la vista es hermosa.
-¿Cómo se verá todo desde allá arriba? -Se pregunta mientras bosteza.
-Mañana lo sabremos. -Rafa la acompaña a su habitación mientras que Lean ve todo estoy teniendo ganas de golpear a su ex mejor amigo.
-Es un... ¡Ya no lo reconozco! -Dice harto arrojándose al sillón -No puedo creer que estés tan tranquilo sabiendo que Rafael esta tan cerca de Amelia.
-Rafa ya no me preocupa. -murmura Kea teniendo la mirada en la nada.
Esa misma noche, y cuando todos están dormidos, excepto Lean que tampoco duerme al igual que él, pero es fácil despistarlo. Entonces salió a la terraza del edificio y observó a torre con cuidado, las luces la iluminan por completo dejando la oscuridad a un lado. Pero él no solo está allí para admirar el paisaje, Kea siente que hay algo allí y quiere averiguar que es.
Sin pensarlo dos veces, abre sus grandes alas y alza vuelo por el cielo oscuro. Cuando está lo suficientemente cerca de la torre, algo se enredan por sus pies y lo jalan hacia abajo, él se golpea contra un hierro pero, por suerte, sus alas están ilesas. Kea mira lo que tiene por sus pies y nota que son unas enredaderas, las mismas se ajustan -Ay no. -abre los ojos grandes y rápidamente oculta sus alas para que no sean lastimadas.
Las enredaderas lo llevan hacia arriba, golpeándolo en el proceso con los hierros que forman la torre hasta llegar a una plataforma y es cuando lo sueltan -¿Qué son esas cosas? -se pregunta mientras arregla su ropa, no resultó herido en lo absoluto.
-Kearrents ¿No es así? -dice un chico estando frente a él, es un poco alto, su piel es extremadamente blanca y sus ojos son negros.
-Riff ¿No es cierto? -contesta Kea poniéndose en guardia.
-Que bueno conocernos en persona. -dice sonriendo de costado, luego para su mano por su cabello, no es como los ángeles, este demonio viste con jeans y una chaqueta negra, no usa zapatos lo que le resulta extraño a Kea y toda su ropa es negra -Relájate, vine a proponerte un trato. -habla mirándolo.
Kea cree que Riff es esa presencia extraña que lo persigue de hace unos días como una sombra.
-Conociste a Marie ¿No? Mitad humano y ángel como tú. -habla mientras camina alrededor de Kearrents, el, por su parte, permanece en guardia y alerta -Vine a ofrecerte poder, nadie podrá decirte que hacer, serás invencible.
-¿Ah sí?
-Poderes ilimitados ¿Te interesa?
-No gracias. -niega después de un corto silencio.
-¿Qué? -pregunta Riff creyendo que no escuchó bien.
-No me interesa. -repite haciendo que el otro frunza el ceño.
-¡Vine hasta aquí, me arriesgo a que los arcángeles me maten! ¿Para que tú me digas que no? -habla Riff dando un paso adelante hacia Kea.
-Desperdiciaste tu tiempo. -responde él desafiándolo con la mirada.
Riff lo mira por un momento y comienza a reír, Kea no entiende la razón, en eso, el demonio habla -No será una pérdida de tiempo de todos modos. -niega sonriendo.
Las mismas enredaderas se envuelven por los pies de Kearrents y lo levantan por los aires. Él cae de cara de nuevo y permanece sobre los hierros.
-Kea. -Riff está de pie frente a él y otro chico se acerca a su lado -Este es Noa. -presenta a su acompañante, este lleva una musculosa negra con agujeros en distintas partes, también tiene unos jeans desgarrados. Él es moreno, su cabello es oscuro con risos y de ojos mieles, no parece un demonio pero Kea sabe que no debe confiarse. Además, ahora sabe de quién es esa presenta extraña que siente, no es Riff, sino que es él.
-Última oportunidad, te unes a nosotros o...
-Prefiero morir de nuevo. -lo interrumpe el ángel serio.
-Hecho. -asiente Riff y Noa corre hacia Kea, él siente un fuerte golpe en su estómago y es arrojado contra unos pilares, los mismos se doblan y el ángel cae hacia el vacío.
-Fue tan rápido que no puede verlo. -piensa Kea mientras cae, entonces abre sus alas para frenar su caída, sabe que es muy arriesgado hacerlo pero no tiene otra opción.
Vuela intentando alejarse del suelo pero de nuevo esas enredaderas lo atrapan, esta vez de las alas.
-¡Ah! -suelta un grito de dolor y es cuando lo llevan hacia la torre de nuevo, él intenta liberarse pero con cada movimiento, el dolor de sus alas aumenta.
-No escaparás tan fácil. -dice Riff sonriendo victorioso.
-¿Quién intentaba escapar? -contesta Kea desafiándolo con la mirada.
-¡Cierra el pico maldito pájaro! -exclama estando molesto, los demonios odian por sobre todas las cosas a los ángeles por tener alas.
Riff camina hacia él y gira a su alrededor, mirando con atención las alas de Kea -Estás van a ser las alas más grande que arranqué hasta ahora. -habla mientras toca unas cuantas plumas blancas.
-¡No me toques! ¡Suéltame! -le ordena Kearrents pero al moverse, las enredaderas se ajustan mucho más.
-No soy yo. -Niega Riff, en eso, Noa se acerca, su rostro es neutral, no expresa ninguna emoción -Bájalo. -le ordena Riff, entonces Noa mueve su cabeza un poco y las enredaderas golpean a Kea fuertemente contra el suelo.
-¡Agr! -reprime un grito mientras se retuerce, las enredaderas aun no sueltan sus alas y esa es la razón por la cual está debilitado y siente dolor.
-Es él quien te está haciendo todo esto, es brutal ¿No? -dice Riff, en ese momento, se acerca y toma las alas de Kea haciendo que grite de dolor.
-Los ángeles piensan que es muy doloroso que les corten las alas y lo es pero... trata de imaginar el dolor de que te las arranquen. -Murmura Riff jalando con fuerza de las alas de Kea -Pronto lo sentirás. -Las enredaderas sueltan sus alas dándole paso al otro demonio.
Jala una vez más torturando a Kearrents, no se detendrá hasta que logre arrancarlas. Noa permanece allí sin hacer nada, solo observa con sus ojos fijos en Kea.
De repente, unos cuchillos se clava por Riff haciendo que quede fijo en el pilar de hierro, es obligado a soltar a Kea y este permanece en el suelo, sus alas de duelen mucho y no puede hacer que desaparezcan hasta que ese dolor se vaya.
-¿Qué mierda? -dice Riff molesto y se quita los cuchillos, los dos que están en cada uno de sus hombros y los de sus piernas, no sangra, solo los humanos y ángeles pueden sangrar.
-Siempre tan descuidado Kea. -dice Lean estando cruzado de brazos, está de pie junto a Kea y le extiende su mano para ayudarlo a levantarse.
-Casi me arranca las alas. -habla el castaño poniéndose de pie. Kea lo mira bien y nota que tiene una armadura dorada, que cubre su pecho.
-¿Lean? -Dice sorprendido Riff -¿Por qué ayudas al ángel? Eres un exiliado.
-Jajaja. -ríe el nombrado mientras niega.
-¿De qué te ríes idiota?
-Ya no soy un exiliado. -responde dando un paso hacia ellos.
-No muestres tus alas porque estarás en peligro al igual que yo. -le dice Kea en voz baja, Lean lo mira serio pero luego niega.
-No te preocupes. -susurra sonriendo de costado.
Sin hacer caso a Kearrents, Lean abre sus alas y se prepara para pelear. Esto sorprende al demonio ya que no esperaba que Leandro fuera un ángel de nuevo, esto es arriesgado para ellos porque se trata de un arcángel.
-Te arrepentirás de haber mostrado tus alas. -le asegura Riff furioso. Lo raro es que Noa no dijo nada en todo este tiempo.
-Eso lo veremos. -responde con excesiva confianza para el punto de vista de Kea.
La enredaderas atrapan las alas de Lean y Riff corre hacia él e intenta derribarlo. Lean se quita de encima a el demonio con mucha facilidad arrojándolo lejos.
Mueve sus alas y cortas las enredaderas con facilidad, todos lo miran asombrado excepto Noa.
Riff intenta ponerse de pie pero Lean corre hacia él y lo sostiene del cuello, dejándolo a unos centímetros del suelo, solo con una de sus alas, las plumas son de acero y tienen un increíble filo en las puntas.
-¿P-Por qué... tus a-alas son di-diferentes? -pregunta Riff sintiendo muy oprimida su garganta.
-No necesitas saberlo. -responde Lean y con un movimiento de sus alas, las plumas degüellan al demonio haciéndolo desaparecer como una sombra.
-Wau. -dice Kea sorprendido.
-¿Dónde está en otro? -pregunta mirando a su alrededor.
-Se fue... -murmura el castaño confundido al no ver a Noa -¿Cómo es que tus alas son así? -pregunta Kearrents acercándose a Lean.
-Es la armadura de los arcángeles, las utilizamos para pelear contra los demonios, así nuestras alas están seguras y son armas. -le explica mientras se acerca al borde da la plataforma.
-No creo que puedas volar con ellas. -niega y se sorprende cuando Lean se arroja al vacío.
Luego de un momento, él sube a toda velocidad demostrándole a Kea que está equivocado.
-¡Wau! Quiero uno de esos. -piensa sorprendido. En ese momento siente de nuevo la presencia de Noa, pero la misma desaparece y eso inquieta mucho más a Kea.
-¿Qué es él? -Se pregunta serio -No es un demonio, ni tampoco humano. -murmura pensativo. Kea abre los ojos al darse cuenta de lo que sucede. Noa es un híbrido.
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