Cap. 37

Ariel se encuentra en el techo de la mansión pensando en qué obsequio entregarle a Amelia, él es el único que no lo hizo.

-Le devolveré a Kea. -murmura cuando al fin se le ocurre una idea.

En ese momento ve a Lean saltar el muro y caer dentro del jardín trasero de la mansión -¿Qué está haciendo? -se pregunta teniendo el ceño levemente fruncido. Entonces ve a una chica salir de la sombra, rápidamente se da cuenta de que no se trata de otro ángel.

-No tenía idea que fueras tan graciosa Skyler. -dice él riendo al igual que ella.

-Ustedes los ángeles son tan serios y aburridos. -contesta sonriendo.

Ariel gruñe molesto y apreta con fuerza sus puños -Mi hermano... con un demonio. -habla y da un salto para terminar frente a Lean y Skyler, quienes estaban a punto de entrar.

-E-Es Ariel. -suelta ella con miedo, es normal ya que él es uno de los arcángeles más fuertes.

-Conoces las reglas Lean. -habla con un tono agresivo -Es un demonio.

-Lo sé hermano pero Skyler no es igual a los dem...

-Aléjate de esa cosa. -lo interrumpe con brusquedad. Skyler agacha la mirada al oírlo, ya no soporta y corre lejos de allí dejando a Lean preocupado.

-¡No tenías que llamarla así! -exclama con rabia. Ariel lo mira neutral y le da la espalda.

-Si vuelves a verla yo mismo la enviaré al infierno. -murmura sin mirarlo. Lean queda con la boca abierta del asombro mezclado con miedo, sabe que Ariel es capaz de hacer eso, lleva toda su existencia enviendo a demonios de regreso al infierno.

-Entiendo. -susurra Lean. No puede permitir que lastimen a Skyler, ni menos ahora que le había tomado cariño.

El rubio asiente y entra a la mansión dejando solo a Leandro, camina por los pasillos y encuentra a Kira merodeando por allí -Hola Ariel. -lo saluda y le da un abrazo.

-¿Qué haces aquí? Si buscas a Seba no está, todos se fueron al circo y voy a seguirlos. -habla rascándose la barbilla.

Ella niega haciendo que los mechones rojos de su cabeza se sacudan -Mis muñecas me cosquillean, eso quiere decir que debo flechar a alguien que está aquí. -le explica haciendo que él abra grande los ojos.

-Lean. -susurra para si mismo quitando unos mechones rubios de sus rostro.

-¿Qué? -pregunta Kira ladeando la cabeza.

-Si, es Kea. -asiente Ariel sonriendo. Ella frunce el ceño y saca una pequeña libreta de su cintura para revisar unos datos.

-Pero yo fleché a Kearrents cuando era niño, él ama a Amelia. -habla confundida y le enseña la libreta que ella misma escribió a Ariel.

-Si pero él no la recuerda y Lía está sufriendo por eso aunque no lo quiera aceptar. -contesta él mirándola a los ojos.

-Solo dale tiempo.

-Tampoco le di un regalo de cumpleaños y yo quiero devolverle a Kea. -agrega tomando sus hombros. Kira siente cómo su corazón se estruja y deciden hacerlo lo antes posible.

En ese mismo momento, Kea corre alrededor de sus amigos mientras mira todo con emoción, la gran carpa del circo está frente a ellos y mucha gente vino a ver el show.

-Tal vez puedas hacer tu número de trapecio. -le dice Lauren a Lía haciendo que se sonroje un poco.
-¿Eres trapecista? -pregunta Kearrents curioso. Zariam roda los ojos mientras que Lauren sonríe.

-Aquí vamos otra vez. -dicen las dos al mismo tiempo.

-Si. -asiente Amelia contestando a la pregunta del castaño.

-Wua. Y-y no tienes miedo... digo, puedes caer y lastimarte. -murmura prestando mucha atención.

Amelia asiente mientras sonríe -Bueno, antes tenía miedo porque nadie me atraparía. -le confiesa. Toma un truzo de algodón de azúcar y se lo come, Kea la sigue mirando pero esta vez lo hace con más atención, como intentando recordar, al mismo tiempo que se come una flor.

-Nosotros iremos al baño a darnos un retoque. -les comunica Lauren y empuja a Zariam para llevarla consigo. La rubia ya lo había planeado muy bien, le dio a los hermanos de Zariam y a Ricky dinero para que compren algo y se diviertan, ahora ambas van al baño dejando a Lía y a Kea solos.

-Creo que tienes hambre. -Amelia revisa su cartera y saca unas cuantas margaritas -Son tus favoritas.

Kea toma las flores y le sonríe, come las margaritas sin que nadie se de cuenta y deja una -Gracias. -sonríe llevando unos risos de Amelia hacia atrás. Luego se acerca y le coloca sobre su oreja derecha la margarita que dejó.

Ella la toca y sonríe -¿Y eso por qué?

-Así estás mucho más linda. -contesta subiendo y bajando los hombros -¡No es que antes estuvieras...! Quiero decir q-que ¡Tonto! -dice todo muy nervioso y esto hace que Amelia sonría aún más por su ternura.

-Entiendo Kea. -asiente soltando una risita que a él le parece adorable.

-Bueno. Vamos a ver el Show. -propone poniéndose de pie, sin pensarlo dos veces toma la mano de ella para caminar juntos.

Al llegar a la gran carpa ambos se encuentran con los demás y un hombre anuncia que el espectáculo comenzará.

-¡El mago increíble! -anuncia y un muchacho aparece en medio del escenario, tiene una galera negra sobre su cabeza y también lleva una capa larga del mismo color.

-¿Ese no es...? -murmura Lauren pero Amelia la interrumpe.

-¿Daniel? No lo creo. -niega con la cabeza.

-Es Zed. -habla Zariam rodando los ojos teniendo los brazos cruzados.

Él los ve en medio de la gran multitud y sonríe, hace una reverencia a todos y comienza con su acto. Toma la galera de su cabeza y se la muestra a el público, está vacía.

-Todos los magos hacen eso. -bufa Ricky -Va a sacar un conejo.

Zed pone su mano dentro de la galera y saca un conejo de peluche blanco, luego saca otro y otro hasta cubrir todo el escenario.

-Se los dije. -agrega codeando a Kea.

-Sólo espera hermanito. -le dice él sonriendo y revolviendo su cabello.

Zed mira los conejos a sus pies y luego chasquea los dedos, los peluches comienzan a moverse y dan saltitos hacia las tribunas donde se encuentra el publico. Todos miran sorprendidos esto y tocan a los peluches para asegurarse si son robots o algo pero no. Son sólo peluches vivientes.

Luego Zed saca una flor de su bolsillo y la huele, la coloca dentro de la galera. Da vuelta la misma y caen muchas flores haciendo que toda la multitud quede cubierta totalmente mientras que los conejitos continúan saltando por los alrededores.

-¡Que tierno! -chilla Lauren abrazando a un conejito -Es tan suave como el algodón.

-Está hecho de algodón. -habla Zariam escupiendo unas flores.

El mago continúa con su show, pega un fuerte silvido y toda las flores vuelven junto con los conejitos de peluche dentro de la galera, luego hace otra reverencia como despedidamientras que el público lo aplaude con energía.

-Tengo sueño Zariam. -murmura Tiago tocando el brazo de su hermana mayor.

-Vamos. -ella toma su mano y se despide de los demás diciendo que ya es tarde para Tiago. Justo cuando sale del circo se encuentra con Ariel.

-¿Dónde está Kea? -le pregunta a ella curioso.

-Adentro, todos están ahí. -contesta subiendo y bajando los hombros.

Luego de eso él se asegura de tener a Kea en la mira sin que nadie se dé cuenta y llama a Kira para que lo fleche de nuevo. Cupido aparece a su lado y ella lo mira insegura -No creo que pueda...

-Él está ahí, hazlo. -le ordena rápidamente.

Kira asiente en silencio teniendo su arco en mano y una flecha, ella fija el objetivo y siente pánico, su mano comienza a temblar cada vez más y lanza la flecha teniendo los ojos cerrados. La misma comienza a rebotar por toda la carpa del circo haciendo que le de un ataque a Ariel.

La flecha termina por impactar justo en el pecho de Kea, él siente el fuerte golpe y cae hacia atrás haciendo que Amelia y Lauren se espanten.

-¡Kea! -exclaman al mismo tiempo. En ese momento Zariam regresa porque se había olvidado la gorra favorita de Tiago y ve toda la situación.

Kearrents se da vuelta en el suelo y abre los ojos estando desorientado, lo primero que ven sus ojos es una Zariam confundida con una ceja arqueada.

Todos miran en silencio cómo Kea se pone de pie y camina hacia ella, luego le sonríe entregandole una flor -No había notado lo hermosa que estás. -murmura embobado.

-¿Qué? -suelta Lía confundida.

-Ay no. -Kira agacha la mirada y cubre su rostro con las manos.

Kea se acerca más a Zariam pero Dan se interpone en su camino teniendo el ceño fruncido, observa al castaño por un momento y luego grita enojado -¡Kira!

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