Cap. 36

Amelia sonríe cada vez que Kea intenta esconder el regalo que ella supuestamente no ve detrás de su espalda.

-El cumpleaños no termina hasta que te abras los obsequios. -habla él con una gran sonrisa. Todos se encontraban en la sala y Kearrents es el primero en darle un obsequio a Lía.

Es una pequeña cajita negra y los ojos de Lauren se iluminan -¡Te va a pedir matrimonio!

-¿Qué es eso? -pregunta inseguro el castaño.

-Cállate rubia y deja que Kea siga. -habla Zariam lanzando una almohada hacia ella.

-Es para ti Amelia. -murmura ansioso de que la castaña abra su obsequio.

Lía abre la pequeña cajita y sonríe al ver unas hermosos collares con los diges de ambos, el corazón con sus iniciales, ella no pudo contenerse y lo abraza haciendo que él se sorprenda un poco.

-Gracias Kea. -susurra aferrandose a él e intentando que sus lagrimas no escapen.

-No es nada. -contesta un poco incómodo pero suspira al sentirse, de alguna manera, completo. Es normal ya que aún sufre unos problemas de memoria pero todos harán lo posible para que vuelva recordar a Amelia.

-¡Qué tierno! -chilla Lauren aplaudiendo -Mi turno. -da un empujón a Kea y le entrega un folleto a Amelia.

-¿Qué es esto? -pregunta arqueando una ceja.

-Es el folleto de un spa, pagué todo un día completo para que te dejen como una princesa. -le explica sonriendo.

-Gracias Lauren pero... yo no tengo nada para ti. -se disculpa apenada.

-No te preocupes. Además todos ya me dieron mis regalos, sólo faltan los tuyos. -habla subiendo y bajando los hombros.

-Mi turno. -Zariam aparta a Lauren y coloca una pulsera en la muñeca de Lía -Es una pulsera de amistad, la hice yo misma y tengo una igual. -se la enseña y la risada le da un abrazo.

-Gracias... amiga.

-Si, no es nada y el apapacho no es necesario. -habla separándose pero luego sonríe.

-Amelia. -dice Rafael llamando su atención -Yo voy a darte un padre de verdad. Lo prometo. -se acerca y la abraza por un momento.

-Si, si, si. Esto ya se puso muy tierno y cursi. -interrumpe Daniel estando cruzado de brazos.

-No arruines todo imbécil, además ni siquiera le tragiste un obsequio a Amelia. -lo enfrenta Ariel serio.

-Ya lo tiene, no puedo llevármela. Debe estar agradecida por eso. -contesta poniendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

-Y lo estoy Dan. -sonríe ella haciendo que el morocho haga un sonido con su garganta en aprobación.

-Yo si tengo regalo. -interrumpe Zed, chasquea los dedos y las puertas de la mansión se abren lentamente haciendo que un enorme tigre entre. El animal corre hacia todos y Lauren grita asustada mientras se esconde detrás de su ángel guardián, ósea Ariel.

-¡Ese tigre nos va a deborar! -grita aferrandose a el rubio.

-¡Zebra! -exclama Amelia y va al encuentro del tigre pero éste no la lastima, sino que se lanza contra ella para lamerla -No sabes cuanto te extrañé. -dice la castaña y luego se pone de pie con ayuda de Rafael.

-No pasa nada, es su mascota. -les explica Zed -Ella también te extrañó Lía.

-Por eso me caes bien. -comenta Zariam sonriendo.

-Pero... ¿Por qué no nos ataca? -pregunta Lauren aún escondida.

-Tenemos el don con los animales. -responde Rafa mientras acaricia la cabeza de Zebra.

-Pero no podemos tenerla aquí. -niega Amelia mirando a los demás.

-Descuida, cuando sea hora yo la llevaré a la reserva natural de regreso. -la tranquiliza Zed sonriendo.

Todos estaban tan entretenidos con la entrega de regalos que no se percataron de un pequeño detalle.

-¡Auxilio! -exclama Lean, todo el dia a estado intentando escapar de Skyler pero es imposible.

-¿Por qué no me quieres cerca? -pregunta ella teniendo el ceño fruncido y los brazos cruzados.

-¿Por qué no lo entiendes? Eres un demonio, yo un ángel. No debemos estar juntos. -gruñe con el ceño fruncido.

-¿Por qué tú no entiendes que quiero volar? -contesta Skyler cruzandose de brazos.

-Eres un demonio, puedes hacer todo lo que quieras y si tu pudieras volar, habrías nacido con alas pero te tengo una noticia... no tienes. -habla él serio dándole la espalda.

-Estás muy equivocado, no podemos hacer lo que queremos, recibimos ordenes y debemos cumplirlas. -murmura Skyler. Lean voltea y la mira con el ceño fruncido.

-Como nosotros.

-No, ustedes son guerreros... nosotros esclavos. -habla y comienza a caminar por las calles oscuras.

-Espera. -él corre tras ella y la alcanza.

-¿Cómo que son esclavos? -pregunta curioso caminando a su lado.

-Servimos al de abajo y si hacemos algo que no le gusta, nos liquida. Por ejemplo, no debía estar hablando contigo, nuestras ordenes son matar a cualquier ángel en cuanto los vemos. -le explica haciendo que Lean trague saliva.

-¿Va a lastimarte si se entera? -pregunta un poco preocupado.

-Descuida. Yo tengo algo que los demás demonios no, tengo libertad y no puede controlarme. -habla la muchacha sonriendo de oreja a oreja.

-Oh, bien por ti. -dice él devolviendo la sonrisa -Y... ¿Qué significa los tatuajes que tienen en sus cuerpos? -pregunta al recordad que los demonios tiene marcas como tatuajes en distintas partes del cuerpo.

-Son algo así como que define quienes somos, algunos son buenos asesinos, otros mentiroso y tramposo pero lo mío es ser libre. -le cuenta y Lean la escucha atentamente.

-¿Puedo ver tu marca? -dice él -Sólo si quieres mostrarmela.

-Claro. -Skyler levanta su camiseta avergonzando a Lean y deja descubierta su espalda en dónde se encuentra su marca.

Ella tiene unos dibujos de dos alas negras que cubren toda su espalda -¿Ves? Te dije que tengo alas. -habla ella sonriendo.

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