Cap. 3

Seba es llevado a un orfanato donde hay chicos de su edad, al llegar le sacaron las esposas y lo dejaron en su habitación.

Él, impulsado por la rabia, comienza a destruir todo lo que encuentra, lanza las almohadas y las desgarra, voltea la cama y golpea la puerta con ella, luego de todo él se arrodilla en medio del desastre y comienza a llorar.

En otro lugar, Tiago y Alex aun continúan juntos, las mujeres los llevan a un orfanato donde hay niños como ellos, el mayor abraza todo el tiempo a su hermanito temiendo que los separen como hicieron con Zariam y Seba.

-No puedo permitir esto, no quiero. -habla Sebastián mientras esta acostado en su cama abrazando sus piernas, lagrimas salen de sus ojos, los mismos se encuentran rojos de tanto llorar.

Él cierra los ojos con fuerza y desea con toda su alma que esto sea una terrible y asquerosa pesadilla, en ese momento Seba siente que alguien acaricia su cabeza con ternura.

-Shh... no llores. -murmura ella con amor, se encuentra sentada en el borde de la cama muy cerca de él y acaricia su cabello.

-Kira. -dice Seba sonriendo, su amada vino a su lado en el momento más difícil de su joven vida -Ya debes saber lo que paso. -habla sentándose en la cama y agachando la mirada.

-Sí, eso fue muy cruel. -Responde un poco triste -Por eso vine a hacerte compañía. -ella se recuesta por su hombro y sonríe.

-No creo que pueda tener visitas en mi habitación a media noche. -bromea Seba rodeando con sus brazos a la chica, Cupido.

-No me importa, me necesitas.

-No sé qué haría sin ti. -susurra él dándole un beso que Kira corresponde sin dudar.

El doctor entra a la habitación y le comunica a Ariel y a Lauren que la chica suicida, mejor conocida como Zariam, ya puede regresar a casa luego de que los exámenes dieron resultados positivos, de hecho, ella se recuperó increíblemente rápido.

-Ya podrás regresar a casa. -habla en hombre sonriendo.

-Gracias. -contesta Lauren devolviendo la sonrisa.

-No tengo casa, ahora vivo en ese asqueroso reformatorio. -dice Zariam teniendo su mirada en sus muñecas las cuales se encuentras vendadas.

-¡Arriba ese ánimo amiga! -exclama Lauren sonriendo.

-Creo que no entendiste lo que pasa muñequita sin cerebro, me quitaron a mis hermanos. -habla la castaña mirándola, no fue un insulto lleno de ira ni nada por el estilo.

-No trates a Lauren así. -la regaña Ariel cruzándose de brazos.

-Escucha Zariam, yo puedo reunir a tu familia con una sola llamada. -le explica la rubia teniendo su celular en la mano.

-¿Qué vas a hacer? -le pregunta el arcángel confundido.

-Es sorpresa. -responde con una picara sonrisa y sale de la habitación.

-Ve con ella. -Zariam mueve su cabeza indicando la puerta.

-No.

-Ariel, estoy bien. No hace falta que me cuides todo el tiempo. -dice haciendo que Ariel asiente y salga de la habitación.

En ese momento, Zariam se pone de pie y camina hacia la puerta y la abre lentamente. Asoma su cabeza para asegurarse que nadie la vea, sale al pasillo para buscar esa habitación, sigue su camino hasta llegar al ascensor, allí se encuentra con una enfermera joven.

-Hola. -la saluda sonriendo.

-Hola ¿Conoces la una paciente con el apellido Johnson? -le pregunta Zariam mirándola.

-Bueno, conozco a una paciente que está en coma, es Johnson. -comenta haciendo memoria -Yo cuido a esa mujer pero nadie la visita ni la cuida y pronto vendrá en doctor a desconectarla, ya ha sufrido mucho. -responde haciendo que el corazón de Zariam de fueres pálpitos.

-Pobre... ¿Puedo verla un momento? -dice haciendo lo imposible por no dejar que las lagrimas se escapen de sus ojos.

-No sé si sea correcto. -Niega la enfermera pero al ver los ojos de la muchacha, comprende que ella necesita verla -Está bien, solo un momento. -asiente y el ascensor se detiene en el cuarto piso, allí buscan la habitación y la enfermera deja Zariam ver a la mujer a solas.

Ella la ve justo como Zed se la enseño, permanece dormida, postrada en esa cama sin poder despertar, dependiendo de unas maquinas para sobrevivir. Zariam toma su mano y la acaricia con cuidado -Mamá... -murmura agachando la mirada y es cuando llora, llora como si de eso dependiera su vida.

-Te extrañamos, mis hermanos y yo, todavía no entienden como fuiste capas de abandonarnos pero... eso nos enseñó a ser fuertes. -habla ella en medio del llanto mientras sostiene la mano de su madre.

-Zariam... -ella levanta la mirada y ve a Dan en le habitación -Ella debe irse. -murmura mirando a la castaña.

-Entiendo. -asiente intentando limpiar sus lagrimas.

Daniel se acerca a ella acaricia su mejilla -Tranquila, puedo hacer que ella despierte, solo por un memento, para que sepa que la perdonas por todo. -dice mirándola a los ojos.

-Hazlo. -es lo único que ella consigue decir.

Dan se acerca a la mujer y pasa su mano sobre sus ojos, luego de un momento, ella despierta lentamente, Zariam la mira fijamente mientras tiene aun su mano.

-Zary... -murmura como puede y levanta su mano para acariciar el rostro de su hija -Lo siento mucho, n-no debí abandonarlos. -las lágrimas comienzan a salir de sus ojos.

-Descuida mamá, nosotros somos fuerte entre todos nos cuidamos, somos una familia. Seba es más responsable hasta tiene una novia, Tiago sigue igual de travieso y Alex todavía no dice su primera palabra. -le cuenta Zariam sonriendo al mismo tiempo que llora.

-Estoy feliz por ustedes, orgullosa de ti y... ¿Hay alguien a quien quieras? -pregunta mientras acaricia el cabello de Zariam.

-Hice muchos amigos que quiero, aunque no lo parezca, además, si hay alguien. Se llama Daniel. -responde.

-Quisiera haber estado todo este tiempo con ustedes, en serio Zary pero... las personas cometen errores ¿Podrías perdonarme? -dice mirándola a los ojos.

Zariam asiente con la cabeza y le da un abrazo -Te perdono. -contesta llorando.

-Gracias, era lo que necesitaba. -Su mamá corresponde el abrazo hasta que su corazón se detiene y ya no vuelve a latir.

Dan toma a Zariam de los hombros y le abraza para que sepa que él siempre estará para protegerla, cuidarla y quererla. Él es la muerte, se lleva las almas de las personas de este mundo pero también presencia el dolor de las personas que las aman, siente su dolor y su amor. Sabe lo difícil que es dejar que esa persona que amas se marche para siempre, pero la verdad, es que esas personas siempre estarán vivas en los recuerdos de sus familiares.

Daniel sabe muy bien que Zariam siempre recordará cuando su madre habló con ella unos minutos antes de morir, la recordará con una sonrisa, la recordará orgullosa y, sobre todo, feliz por ser perdonada por su hija.

-No te preocupes, está en un mejor lugar... Zary. -la consuela él mientras la abraza.

-No le digas a nadie de esto. -le advierte seria y Dan le da su palabra.

Luego de eso, Zariam vuelve a su habitación en compañía de Daniel y ambos se sientan en la cama -¿Estás bien? -le pregunta él aun abrazándola.

-Sí, gracias por darme esos minutos. -contesta dándole un beso.

-¡Zariam tengo buenas noticias! -exclama Lauren entrando por la puerta, todo su buen humor y energía cambia cuando ve Daniel presente -H-Hola Dan... yo- yo so-solo estaba... -tartamudea retrocediendo.

-Hola Lauren. -Contesta él poniéndose de pie y caminando hacia la puerta, ella se queda paralizada un momento porque Daniel pasa a su lado.

-Ahora vuelvo, debo hacerle unas visitas a algunos pacientes del hospital. -le dice a Zariam dedicándole una sonrisa para luego salir y cerrar la puerta a sus espaldas.

-¿Cómo es que no sientes miedo al verlo? -le pregunta Lauren a su amiga.

-No sé. -contesta subiendo y bajando los hombros.

-Que buena respuesta. -ironiza la rubia rodando los ojos.

-Eso me recuerda que tengo que salir de aquí. -Zariam se pone de pie -Debo encontrar a mis hermanos.

-Nada de eso, tienes de reposar en casa. Además Ariel va a tenerte muy vigilada. -habla Lauren volviéndola a sentar.

-La sangre de ese rubio me dio fuerzas, buscare a mis hermanos. -se propone Zariam pero cuando cruza a puerta Ariel la detiene y la lleva a una ambulancia junto con unas enfermeras. La ambulancia deja a los tres en la mansión y Lauren hace todo lo posible para retener a Zariam, quien intentó fugarse reiteradas veces.

-¡Suéltame Ariel! -grita ella pataleando, Ariel la lleva sobre su hombro como si fuera un costal y ella lucha para soltarse, lo que es casi imposible.

-No. -contesta el rubio serio, entonces Lauren abre las puertas y todas las luces están apagadas lo que es algo extraño ya que siempre están las luces encendidas.

Ariel baja a Zariam y ella intenta escapar de nuevo, él se coloca frente a la puerta con los brazos cruzados y recibe los golpes de la castaña.

-Sal del camino, debo encontrarlos. -dice molesta, en ese momento las luces se encienden y sus hermanos se encuentran al pie de las escaleras.

-¡Zariam! -gritan ellos y corren hacia su hermana quien le da un fuerte abrazo.

-Llamé a mis padres y le pedí un favor, ellos adoptaron a tus hermanos y a ti. -le explica Lauren sonriendo -¡Ahora somos hermanos! -exclama y se une al abrazo.

-Gracias. -murmura Zariam mirándola.


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