Cap. 28

Kea permanece inconsciente mientras que su madre reza para que se recupere. Lo bueno es que la hemorragia fue controla pero él aún no despierta.

-¿Qué le pasa a Kea? -pregunta Ricky -Se supone que lo curamos.

-Si hijito pero tu hermano debe descansar un poco supongo. -habla conteniendo las lágrimas de sus ojos. La muerte ya ha venido por Kearrents y teme que vuelva por tercera vez.

-Todo estará bien. -murmura mientras abraza a Ricky, esas palabras son tanto como para sus hijos como para ella.

En ese momento, la puerta se abre y Amelia entra junto a Rafael, al ver la ropa maltratada y rostros sucios de ambos, ella se preocupa mucho.

-¿Qué les pasó? ¿Están bien? -pregunta rápidamente.

-Estamos bien, lo peor ya pasó. -contesta Rafa. En ese momento, Amelia se acerca a Kea teniendo algo envuelto en una tela negra.

-¿Crees que funcionará? -le dice a Rafa angustiada.

-Eso creo. -asiente él indicándole que continúe.

Ella quita lo que sea que envuelve la tela negra y deja al descubierto un plumaje blanco.

-Son... -habla Ricky pero no sabe como continuar.

-Son las alas de Kea. -agrega Amelia. Las mismas comienzan a brillar al igual que las heridas del muchacho, el brillo se hace más intenso y las alas son atraídas hacía él, Rafael aparta a Amelia de allí y le ordena que todos retroceden porque no saben lo que pasará.

Una luz muy brillante hace que todos cierren los ojos por un momento, luego la misma se va apagando hasta desaparecer.

Todos ven a Kea sentado sobre el respaldo del sillón, las alas desaparecieron y sus heridas también, él parpadea un par de veces y luego mira sus manos con curiosidad.

-¡Sí! ¡Funcionó! -Amelia salta de alegría y abraza a Rafa, Ricky también está emocionado pero intenta controlar en llanto de su madre quien llora de felicidad.

-Kea, despertaste. -dice la castaña mirándolo.

-Si... -contesta asistiendo -Tengo una pregunta ¿Quiénes con ustedes? -habla haciendo que todos los presentes se miren entre sí.

-Esto es malo. -piensa Amelia agachado la mirada,en eso, Kea pierde el equilibrio y cae detrás del sillón.

En la mansión...
-Ya está la decoración, iluminación, barra de tragos y las invitaciones. -habla Lauren chequeando su celular para ver que todo esté en orden.

-También esta el ángel serio y estricto. -comenta Zariam mientras masca un chicle refiriéndose a Ariel.

-Nada de bebidas alcohólicas ¿Entendido? -habla el rubio cruzandose de brazos.

-Lo que digas amorcito. -sonríe ella con falsedad.

-No eres sincera. -cuestiona él frunciendo el ceño.

-No, no lo soy, así como era esa tal Renata. -comenta molesta mientras tiene su vista en la pantalla de su celular.

-Mmm... pelea de pareja, yo me largo. -Zariam está dispuesta a irse pero Ariel no se lo permitirá y Lauren tampoco quiere quedarse a solas con el rubio.

-No irás a ninguna parte. -le dicen ambos a Zariam. Ella mira a ambos con el ceño levemente fruncido y luego suelta un suspiro.

-Esto deben resolverlo sólo ustedes dos ¿Me explico? -Dice con una pequeña sonrisa.

-No, yo debo diculparme con ambas. -toma la palabra Ariel.

-Y yo te quiero aquí para que me ayudes a no caer ante los encantos de este... -Lauren mira los verdes ojos del rubio y se queda embobada -Este atractivo ángel. -suspira y es cuando Zariam roda los ojos.

-¡Lauren! -le grita haciendo que reaccione -Se supone que estabas enojada con él. -le recuerda.

-¡¿Ves?! A esto me refiero. -contesta ella haciendo un puchero.

-Okey. -Zariam aprieta el puente de su nariz -Primero escucharemos a Ariel.

-Lo siento, perdón por haberlas dejado. -se disculpa agachando la mirada.

-Bien, te perdono. -contesta la castaña y luego le da un codazo para que la rubia conteste.

-También yo. -gruñe mirando a un lado

-Bueno ahora puedes dejar esa actuación de niña histérica y rendirte ante el atractivo ángel para que me dejen de molestar. -habla Zariam haciendo comillas con sus dedos cuando dice atractivo ángel.

-Pero...

-Mejor voy a ver si Eithan necesita ayuda con el postre. -Zariam rápidamente va a la cocina dejando a ambos rubios y un ambiente tenso atrás para encontrar a Eithan comiendo una fuente de helado de distintos sabores.

-Hey, deja un poco para mí. -ella toma una cuchara y un lugar justo a el morocho para comer el helado.

Mientras tanto, Lauren no dice nada porque se encuentra molesta. Por otro lado, Ariel guarda silencio porque sabe muy bien que la rubia está molesta y tiene miedo de decir algo que empeore las cosas. Por lo tanto ninguno dice nada.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top