Cap. 21
Amelia estaba impresionada consigo misma, pero no tenía idea de lo que Renata es capaz de hacer. Por eso, cuando ella fue de compras con Kea, Renata creo un accidente, fuego en una vivienda. Kea nunca se negaría a ayudar a las personas, además Amelia está de acuerdo que lo haga.
Mientras que el ángel entra a la casa en llamas.
Amelia queda en un lugar seguro mientras espera que todo éste bien.
En ese momento, alguien toma la boca de la castaña para que no pueda gritar y la lleva hacia un callejón oculto en donde hay otro puente que une dos calles.
Allí amarran con sogas a Amelia, atando con fuerza sus manos y pies, ella lucha con todas sus fuerzas pero es lanzada hacia el agua, ataron algo pesado en sus pies haciendo que se hunda hasta el fondo del canal.
Antes de sumergirse por completo logra tomar mucho aire con una respiración profunda y ver a su atacante, su cabello largo y rubio descansa sobre sus hombros, sus ojos celestes expresan rabia pero luego sonríe victoriosa cuando ella desaparece cubierta por las aguas.
-Debo salir de aquí, ella no puede ganarme, no puedo dejar que lastime a los demás... no puedo permitirlo. -piensa mientras intenta aflojar las ataduras de sus manos. Imposible.
Kea no la encontrará y Rafa ya no es su protector, todo parece estar en su contra.
-Por favor... no dejes que esto termine así. -dice en su mente mientras siente que le falta el aire. Realmente no sabe con quien habla pero tiene la esperanza que la salvará.
Sus ojos se cierran lentamente mientras sus cabellos risados danzan con la suave corriente. Todo se vuelve oscuro para ella.
De repente, alguien se lanza al agua y encuentra a la muchacha, desata los nudos de sus pies y manos llevándola rápidamente a la superficie.
Esa persona sale del agua y sostiene a Amelia en sus brazos, ellas se encuentra inconsciente pero con vida.
Él pasa su mano lentamente por los ojos de la muchacha y ella despierta encontrándose con unos ojos azules mirándola.
-Tú... -murmura abriendo sus ojos grandes, hace tiempo no lo había visto.
-Casi mueres, debes tener más cuidado. -habla él rubio dedicándole una sonrisa.
Amelia puede sentir el suelo bajo sus pies y el agua se escurre de su ropa y cabello.
La castaña sólo lo había visto una vez, eso cree, ahora lo tiene ante ella, el hombre que le salvó la vida dos veces.
-Debo irme. -habla comenzando a caminar pero ella lo toma del brazo, tomando la manga de su camiseta. La misma se encuentra seca, lo que le resulta extraño porque se arrojó al agua para salvarla.
-Quería agradecerte por salvarme dos veces, Gabriel. -lo suelta y sonríe agradecida.
-No fue nada, de hecho fueron 3 veces. -comenta sonriendo de costado.
-¿Qué?
-Estoy aquí, querías saber de donde vienes y por qué Rafa no pudo encontrarte. Yo soy el responsable. -habla haciendo que ella quede en shock sin saber qué decir.
-¿Tú?
-Rafael se unió en matrimonio con una humana, luego quedó embarazada de ti. Las reglas decían que eso estaba prohibido y que tenían que destruir a ese bebé. -habla Gabriel mientras que los ojos de Amelia comienzan a llenarse de lágrimas que quieren escapar -Ella murió cuando naciste, tu padre no tenía idea de donde se encontraban porque yo las oculte, te tenía frente a mí y no pude hacerlo. -la voz del arcángel se hace mucho más suave.
-¿Hacer qué? -pregunta Amelia con la voz quebrada.
-No pude matarte. -responde mirándola a los ojos haciendo que ella trague saliva -No pude hacerlo, te veias tan tierna y vulnerable, en ese momento me pregunte ¿Cómo algo tan pequeño puede ser tan terrible según las reglas? Decidí tenerte oculta hasta encontrar una familia perfecta para ti, pesaron siglos y tú sólo permanecías dormida, hasta que hace 17 años te dejé al cuidado de tus padres que conoces. -le explica Gabriel teniendo una mirada neutral.
-Eso lo explica todo. -murmura Amelia pensativa.
-¿Estás molesta? -pregunta él curioso.
-No, sólo es que... -agacha la mirada y juega con sus manos -Gracias por todo. -murmura sonriendo.
Él asiente y le da la espalda y comienza a caminar a la dirección contraria.
Amelia vuelve a donde había dejado a Kea, las llamas fueron apagadas por completo y un muy sucio y mojado Kearrents se acerca a ella sonriendo. Su rostro tiene marcas de cenizas al igual que su ropa y se encuentra mojado porque las aguas de los bomberos lo empaparon por completo.
-No hubo heridos. -dice sonriendo pero su sonrisa desaparece al ver a la castaña mojada.
-¿Qué te pasó? -le pregunta preocupado.
-Nada, sólo caí por un canal pero estoy bien. -contesta escurriendo el agua de su ropa.
-Vamos a casa antes del que nos enfermeros. -propone el castaño y Amelia asiente sonriendo.
Ellos caminan por la calle hasta llegar al hotel y suben a su habitación, Rafa los ve llegar y se cruza de brazos y comienza a dar golpes al suelo con su pie.
-¿Dónde estabas? -pregunta el arcángel molesto.
-Yo sólo... -intenta responder Amelia pero Rafa le hablo a Kearrents.
-Bueno, yo...
-Renata se estaba buscando, dijo que le enseñarias la ciudad. -le recuerda.
-Oh eso. -murmura agachado la mirada.
-No te molestes con Kea, él estaba conmigo. -dice Lía saliendo en su defensa.
-No me importa, Kea le dio su palabra a Renata. -contraataca Rafael apretando con fuerza los puños.
Amelia tiene ganas de gritarles que no se acerquen a Renata, es una híbrida pero ellos no le creerán de cualquier modo. No puede detener a Kea y solo reza para que ella no le haga daño a su angelito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top