Qué os puedo decir que no os haya dicho antes, queridas corruptas.

Como siempre, gracias acompañarme en una historia más. Corrupto fue una novela que surgió mientras me comía una rebanada de pastel que compré por compromiso mientras esperaba que terminaran de bañar a mi gato Lancelot en la veterinaria, y, cuya procedencia era dudosa. El pastel estaba todo asoleado, con una decoración gris con rojo toda batida. Lo compré porque fue una niña quien me lo estaba ofreciendo y aunque no lo crean, sí tengo corazón.

Me pregunté por qué no hacer una novela que fuera sombría como el gris y apasionada como el rojo y que pasara de un tono a otro sin blanquear personajes. Fue así como nacieron Jack y Chelsea.

Ese mismo día inicié mi escaleta y culminé el orden de escenas apenas seis meses después, pero faltaban tanto por hacer.

Amé Corrupto tanto como a mis otras historias. Traté (espero haberlo conseguido) de darle profundidad a cada personaje, que pudieran verlos desde las dos perspectivas. Jack era especial para mí porque las que me siguen desde siempre saben que vivo eternamente enamorada del actor que usé de modelo para Jack. Lo siento, me gusta, ustedes elijan a su propio FitzGibbons. No voy a discutir eso.

En fin, inicié la novela mostrando un juez que era eso, un juez. No quería que lo fuera y en toda la trama nunca hiciera su trabajo y estuviera siempre en casa. Yo deseaba un juez verosímil y la única manera de conseguirlo era leyendo leyes que no entiendo ni pertenecen a mi país, así que pasé horas leyendo, tratando de interpretar, buscando información sobre jurisdicciones; aprendiendo términos y diferencias entre un fiscal de distrito y un adjunto y todo eso que, espero, no volver a leer jamás porque me dio hasta migraña con tanta cosa y ni siquiera sé si lo interpreté correctamente, al final no tengo formación académica de abogada. Fue un camino largo, de más de un par de años formando a Jack; otro tanto, formando a Chelsea, mostrando su crecimiento a través de la novela para darle el final que siempre quise que ambos tuvieran.

¿Es el final que quise? Sí, así estaba escrito y ni Dios Padre lo iba a cambiar. ¿Estoy conforme? Desde luego, estoy conforme con mi resultado. ¿Lo disfruté? Sí, lo hice al principio, no así al final.

Mi decisión de retirarla se debe a que yo misma ya no siento el amor con el que inicié esta novela. A lo largo del desarrollo, muchos conflictos se causaron, muchas peleas estresantes por las distintas posturas y percepciones de la historia surgieron y se desdibujó la línea respetuosa entre las mismas lectoras; cosas pasaron y, como dije antes, la culminé por respeto a todas aquellas que estuvieron desde el día uno leyendo; en agradecimiento por la espera; por la comprensión, por todo lo bueno que saben darme siempre que subo una novela. Sin embargo, Corrupto me estresó a niveles que nunca creí posible. Al último tiempo, no me gustaba ni abrir mi manuscrito borrador.

Esta novela también me ayudó a replantearme si específicamente este tipo de tramas era lo mío. Sigo en la búsqueda de la respuesta, pero de momento, he logrado concluirla.

Chelsea y Jack han sido para mí, personajes que se mostraron en sus dos facetas y que incluso cuando evolucionaron, no perdieron su esencia. Chelsea creció, pero no dejo de ser esa mujer chillona que necesita abrazos y mimos y Jack, bueno, Jack sigue siendo él, frío y controlador, serás así siempre. No es el hombre de las flores ni el romántico empedernido. Es duro y autoritario, cuadrado, pero siempre va a amar a Chelsea y lo hará sin tonos intermedios, no sabe amar a medias. Como sea, ellos lograron el autoperdón y en la búsqueda, se reencontraron, si es correcto o no, queda a consideración individual, ese fue el final que elegí y para quien me conoce sabe que no escribo una novela si no tengo el final primero. Es mi punto de partida, mi ancla, si no sé el final, no hay historia, porque necesito saber a dónde quiero llegar. Yo quería llegar ahí, con ellos juntos y así fue como todo acabó.

Estoy totalmente agradecida con todas ustedes, con aquellas que sin que se los pidiera me regalaron un voto, un comentario sobre la trama, que debatieron respetuosas con las otras lectoras, a todas ustedes que siempre estuvieron ahí, gracias; siempre gracias. Me quedo con lo mejor de esto.

Hoy, me he comprado una rebanada de pastel para festejar que lo logré aunque no con el entusiasmo que hubiese querido, pero para mí, lograrlo pese a todo, es también un logro y alguien me dijo que debo celebrarlo todos por pequeños que sean.

Gracias a todas las que estuvieron aquí por tres años para darle amor a Jack y a Chelsea, por quererlos hasta el final o por odiarlos según sea el caso, ustedes sabrán. Espero haber cubierto las expectativas, si no fue así, os prometo que me esforzaré en el futuro para corregir mis falencias y entregarles lo mejor de mí.

Con todo mi amor y gratitud.

Lucy L.