Epílogo
— ¡Ackley, no hagas eso!— mi bebé estaba muy inquieto y tiraba sus juguetes.
— Ma...má — Ackley había cumplido su primer añito de vida hace no menos de veinticuatro horas. Lo primero que había aprendido a pronunciar fue Mamá. Pero ahora muy berrinchudo porque su papá aún no llegaba a la casa. Noah tuvo que ir a su trabajo de urgencias porque algo malo había pasado con Oliver. No supimos nada más porque cuando él salió corriendo de aquí, fue todo lo que había dicho apenas colgó el teléfono. Y digo no supimos porque Margot se encontraba conmigo. Luego se sumó la señora Aldana. De Helena tampoco sabíamos nada, es por eso que estábamos preocupadas.
— Estoy bien, mi amor— su voz se escuchaba agitada y parecía estar jadeando con un poco de dolor.
— Noah, por favor no me mientas ¿Dónde estás?
— Déjalo, cariño. Está así porque le salen sus primeros dientitos. Es normal, tal vez con un poco de leche tibia se calme— la señora Aldana tenía razón, a Ackley ya le estaban saliendo sus dientitos.
— Si, tienes razón. Voy a prepararle su mamadera.
— Dámelo, mi niña. Lo cuidaremos mientras le preparas la leche— Margot extendió sus brazos hacia Ackley para poder cargarlo— Ven con tu abuela, mi cielo.
— Muchas gracias, no demoraré. Lo prometo.
— Descuida, cariño— Margot era como una madre para mí, adoraba cuándo le decía a Ackley que ella, era su abuela. Mientras me ayudaban a cuidarlo, fui a la cocina para preparar su leche tibia. No quería decir nada delante de ellas pero en verdad no saber de Noah, Helena y Oliver, me estaba preocupando un montón.
Cuando regresé al living, llevando la mamadera de Ackley , mi teléfono celular comenzó a sonar. La señora Aldana me pasó mi teléfono mientras yo me acerca a mi bebé. Respondí con el corazón latiendo a mil por hora. Apenas dije hola, Noah habló desde el otro lado. Margot seguía con Ackley sobre su regazo.
— Estoy bien, amor. No te preocupes— su voz sonaba agitada y parecía jadear con un poco dolor.
— Noah, por favor no me mientas ¿Dónde te encuentras?
— No miento, estamos bien. Gracias a Dios, todos estamos bien. ¿Podrías venir por mí al hospital?— solté la mamadera de mi bebé y luego su llanto se intensificó porque no pude dárselo— Dimi, mi amor, no es nada malo, te lo juro. No quise asustarte, amor— habré tardado en reaccionar un par de minutos, pero inmediatamente me recompuse.
— Por Dios... — susurré sentándome en el sofá individual ante la atenta mirada de Aldana y Margot— Noah ¿qué pasó?
— Estamos bien, te lo prometo. Pero estoy sin vehículo y Oliver necesitará quedarse en el hospital un par de días. Mi amor, por favor no te asustes, no preocupes a Margot y la señora Aldana ¿Si? ¿Podrán quedarse con Ackley un par de horas? Por favor, mi amor. Necesito que vengas por mi— asentí observando en dirección de Aldana, Margot y mi bebé como si Noah pudiera verme. Y luego intenté mantener segura y tranquila para no preocuparlas más de lo que ya estaban.
— Si — mi voz salió un poco entre cortada pero continué hablando — estaré allí en unos minutos.
Luego traté de explicarles tanto Mar como a la señora Aldana, que Noah me y si dicho que todos estaban bien. Que solamente tuvieron un pequeño percance con el vehículo en el que venían. Y recién ahora pudieron solucionarlo pero que lastimosamente o sabían como regresé porque la grúa se lo había llevado. Lo sé, fue una pésima mentira pero no podía decirles que estaban en el hospital cuando ni yo misma sabía, si de verdad estaban bien.
Salí de la casa llevando todo lo necesario, no sin antes asegurarme de que Ackley tuviera todo lo que necesitara y Margot me prometiera que cualquier inconveniente, lo más mínimo que sea, me llame inmediatamente. Era la primera vez que lo dejaba así, pero no me quedaba de otra. No podía llevar a Ackley al hospital. Y además, con sus abuelas estaría sano y salvo. Llegar al hospital fue un poco complicado porque el día estaba lluvioso y la pista mojada dificultaba mucho. Sin embargo, logré llegar bien y luego buscar a Noah para que mi alma regresara a mi cuerpo. Lo vi sentado en una sala de espera con un cabestrillo en el brazo.
— ¡Dios! Noah ¿qué te pasó? — me acerqué a él con mucho cuidado y temor a no lastimarlo. Deposité un pequeño beso sobre su mejilla sana. Pues en el rostro también traía algunos golpes. Me senté a su lado y tomé su mano libre.
— No es nada, mi amor. Perdóname por asustarte de esta forma. No quería hacerlo. Los médicos ya nos atendieron, solo fue un roce de bala en el brazo— apenas terminó de pronunciar eso, mi sangre se heló por completo. Noah lo notó y presionó suavemente mi mano— Hey... estoy bien, cariño. No es nada, ya todo está bajo control— se acercó dándome un beso y luego volvió a mirarme a los ojos explicándome lo ocurrido.
Resultó que cuándo salió urgentemente de casa para ayudar a Oliver, había llegado justo a tiempo para que tanto Oliver como Helena no salieran heridos. Sus compañeros policías también lo ayudaron, mientras que Noah recibió esa bala de refilón. Oliver recibió otra pero en el abdomen, lo peor de eso era, que la persona que le había disparado, era su propio hermano. El hermano de Oliver, que además de atentar contra la vida de él, también lo hizo con la de Helena. Ella se encontraba en la habitación dónde habían trasladado a Oliver. Traía algunos golpes cuando pude verla, al fin, pero gracias a Dios estaba bien. Cómo ella trabajaba en el hospital en el que nos encontrábamos, después de tanto insistirle y decirle que yo no me movería de allí, ella fue hacia los vestidores de médicos. De su casillero extrajo su uniforme y se pudo asear en el baño habilitado para doctores y enfermeras. Tomó analgésicos para esos dolores a causa de los golpes y luego regresó junto a Oliver, que gracias a la rápida acción de los médicos. Si todo sigue bien como hasta ahora, le darán el alta en una par de semanas.
En cuánto al hermano de Oliver, lograron apresarlo y llevárselo a la cárcel. Tendrá que pagar una condena muy larga por todos los delitos que cometió. Noah me comentó, que no sólo era un ladrón, sino que también había asesinado a los padres de Helena. Provocando un incendio en la casa de ella, cuando más chica. Tan sólo tenía quince años cuando todo eso ocurrió. No entendí muy bien lo del padre biológico pero Noah mencionó algo como que gracias a él, Helena estaba salvo.
No queríamos dejarla sola, sin embargo, por recomendación médica Noah debía descansar. Me despedí de Helena, diciéndole que regresaría en la noche para acompañarla. Sobre todo porque estoy segura de que la señora Aldana querrá verla y también querrá venir conmigo. Salimos del hospital con Noah, yo un poco más calmada y agradecida con Dios de que no le haya pasado nada grave. Ni bien llegamos a la casa las preguntas no se hicieron esperar y ni hermoso bebé ya quería a su mami junto a él.
Mientras Noah como si no hubiera pasado absolutamente nada, hablaba con Aldana y Mar. Yo llevé a Ackley a bañarlo, darle su mamila y por último arroparlo. Le encantaba dormir entre mis brazos mientras le cantaba pequeñas canciones de cuna. Eran momentos que siempre atesoraré en mis recuerdos. Porque cuándo mi pequeño crezca, de seguro ya no querrá que su mamá le cante para dormir. Noah ingresó al cuarto, claramente con el cansancio notándose en él. Pero aún así se acercó a nosotros abrazándome con su brazo sano y dejando un pequeño beso en mi mejilla.
— Lo único en que pensaba, mientras estaba ayudando a Oliver y haciendo mi deber como policía, era en volver a casa y estar así, con ustedes. Son mi motor de vida y mis ganas de ser el mejor hombre del mundo. Te amo, Dimi— Noah susurró esas palabras mirándome a los ojos. Nuestro pequeño Ackley dormía en mis brazos y no podía pedirle nada más a la vida. Porque todo y lo único que necesitaba, estaban allí, conmigo.
— Y yo te amo a ti, Noah. A veces Dios nos pone pruebas porque él tiene más fé en nosotros, que nosotros mismos. Y estaré agradecida siempre, porque tú llegaste a mi vida, luego de esas pruebas difíciles para ser mi salvación.
Nos besamos y luego juntos fuimos a la cama, colocando a nuestro bebé en medio. Sabiendo ahora, que al fin toda la familia sería completamente feliz. Sin nada que temer y muchas alegrías por vivir.
Awww hola soñadores! Y llegó el epílogo 😭
En verdad deseo que hayan disfrutado de Inocencia Corrompida y muchísimas gracias por haber acompañado!
Les comparto un dicho muy significativo antes de despedirme: Y la vida se acuesta a mi lado, y con ella me empiezo a reír. Y ahora sueño que voy caminando por todas las cosas que faltan vivir y sentir.
Los quiero mucho 💜
Los estaré esperando en mis demás obras!
Con cariño
Pati 🦋
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