Capítulo 12

Cuando Noah regresó se notaba muy preocupado, le pregunté que había pasado y me dijo que su amigo estuvo en peligro. No pudo contarme con lujo de detalles, absolutamente todo porque no era el lugar ni el momento pero a grandes rasgos me dijo lo ocurrido y que lastimosamente se había perdido la vida de una mujer que al parecer la conocían hace mucho.

Ya cuando Helena nos dijo que nos entregarían el alta, estuvimos un poco más tranquilas, al menos Mar y yo. Luego al salir del hospital y llegar a a casa había sido un completo alivio. Noah no pudo quedarse porque tenía que ir a la comisaría para seguir con algunas investigaciones, por lo que cuando ingresamos a nuestra casa, Coco nos recibió alegremente. Lo primero que hice fue ayudar a Margot a recostarse en su cama y una vez que me aseguré de que haya tomado todo un vaso de jugo recomendado por Helena, la dejé descansar para luego ocuparme de Coco.

El pobre prácticamente estuvo solo todo un día, le cambie su agua y le puse comida. Se encontraba muy feliz de que haya eso, pues no dejaba de moverme la colita y lamerme la mano como si me estuviese agradeciendo. Lo acaricié rascándolo un poquito detrás de la orejita y luego me dirigí a la cocina. Me lavé las manos, leí una vez más los tipos de alimentos que Margot necesitaba ingerir y al final me puse a preparar una cena saludable para ambas. Mientras cortaba un poco de verdura, mi atención se posó en el jardín trasero. Creía recordar que el cobertizo lo había cerrado muy bien, pero desde la ventana pude darme cuenta de que la puerta se encontraba abierta.

Dejé con cuidado el cuchillo sobre la tabla de cortar, tomé un trapo para limpiarme las manos y con la atención de Coco fui hasta allí. Sin embargo antes de salir me fijé en que la puerta de la cocina parecía haber sido forzada, uno de los seguros estaba suelto. Era muy raro porque cuando compramos la casa nos habíamos puesto empeño de toda la seguridad de los accesos, pues con el peligro de hoy día, cualquier cosa podría pasar. Llegué hasta el cobertizo abriendo lentamente la puerta para luego ingresar y prender el interruptor de la luz.

No había nada extraño, bueno, al menos yo no lo noté. Coco ingresó detrás de mí husmeando todo el lugar, fue hasta una esquina y con con su pequeño hocico lo trajo hasta mi. Era una rosa roja, sin espinas sin hojas, simplemente una rosa. No teníamos esto en el jardín así que no puede ser aquí. Alguien lo tuvo que haber dejado, es imposible que en un descuido la hayamos dejado porque se veía fresca y además era natural. Sostuve la rosa en una mano mientras llamaba a Coco para salir y regresar a la cocina. Cerré el cobertizo y esta vez me aseguré muy bien de cerrar con llave.

Regresé a la cocina, dejé la rosa en la mesada, Coco siguió camino hasta su plato de comida y luego me volví a lavar las manos para  continuar con la preparación de la cena. Con el susto que me llevé al ver Margot tirada en el suelo, no quiero ni siquiera imaginarme que podría ocurrir de nuevo lo mismo. Así que cumpliré al pie de la letra con el cuidado de su alimentación y una vez que hable con los socios, podré estar en casa más tiempo con ella. De ese modo la podré ayudar y acompañar mejor en su recuperación.

         *** Horas más tarde***

— ¿Segura de que está bien así?— acomodaba mejor las almohadas detrás de Margot, quería que estuviera cómoda al cenar.

— Si mi niña, ya no te preocupes. Soy un roble, no me iré tan fácilmente así que ya quita esa carita de preocupación— tomó mi mano presionándola suavemente, le regalé una sonrisa sincera y luego la besé en la frente.

— Ni yo te dejaría, no permitiré que me dejes sola Mar— aunque en estos momentos nos estemos riendo, la verdad era que no dejaba de pensar en eso y en que era muy difícil para mí, darme cuenta de que Margot ya no es la misma mujer de antes. Como cuando la conocí en el hospital, era vigorosa, fuerte, y se veía siempre decidida. Con el pasar de los años, el deterioro de su salud y los problemas que pasamos, creo que la han desgastado y me duele verla en este estado.

— Ya, anda. Ve a ver si Noah vendrá, así lo esperas a cenar ¿estamos?

— Pero si yo cenaría contigo— Margot negó con la cabeza e inmediatamente me regañó.

— Nada de eso señorita, ahora mismo irás a hablar con Noah y le preguntarás si viene a cenar. Tú acompañarás a tu novio, además, que ni crean que se salvarán de mi. Aún tenemos una charla pendiente los tres— le había contado a Mar que acepte darme una oportunidad con Noah antes de traerle la charola de la cena y ella estaba muy feliz por eso.

— Esta bien, traeré mi celular para mandarle un mensaje. Así estaré acompañándote un poco más.

Hice lo que le había dicho a Mar, Noah tardó un poquito en contestar y me dijo que lastimosamente vendría más tarde porque aún estaba apretado en el trabajo. Minutos después Mar ya había cenado todo, así que llevé de nuevo la bandeja con el plato a la cocina para luego dejarla descansar. Seguía agotada y ni bien pudo cerrar sus ojos para dormir, le deseé buenas noches, dejé su velador encendido y cerré por la mitad la puerta de su habitación.

Lavé los cubiertos que había utilizado tanto Mar como yo al realizar la cena y luego los coloqué en su lugar. De pronto mi estómago ya se encontraba rugiendo, no pude esperar a Noah. De todas formas ya era muy tarde y al parecer el trabajo, esta noche no lo dejaría. Me serví un plato, cené en compañía de Coco mientras el jugaba con su huesito de goma. Al terminar de cenar, de nuevo fui hasta el lavadero para no quede ningún traste sucio. Tomé un vaso de jugo y luego me dirigí a mi habitación para poder cambiarme de ropa.

Cuando me coloqué mi pijama, mi celular había sonado. Fui a buscarlo y lo encontré en la encimera de la cocina al lado del vaso que había utilizado. Yo no lo había dejado allí, recuerdo muy bien haber dejado mi celular en la mesa del comedor. Tomé el teléfono y efectivamente era un mensaje de Noah, decía que lo disculpara pero que esta noche le era imposible venir. Le envié un mensaje diciéndole que no se preocupara y le deseé buenas noches, pues la verdad no tenía sentido que le dijera lo de la rosa y mi teléfono. Deposité el vaso en el lavadero, ya mañana lo terminaría de lavar. Cerré las puertas con llave y con el teléfono aún en mano, busqué a Coco para llevarlo hasta su cuchita.

— Coco, ven pequeño— no venía junto a mí, lo busqué desde la sala hasta en la cocina. Terminé encontrándolo en el pasillo ya instalado en su cucha, me acerqué a acariciarlo pero el ni se inmutó, permaneció quieto con la lengüita afuera como si hubiese corrido un maratón— ay no... creo que te he empachado con el balanceado pequeño. Mira nada más cómo estás de agitado, pobrecito, mañana en la mañana te llevaré a la veterinaria— y así lo haría porque no se veía del todo bien, creo que el balanceado que come no muy bueno o en verdad se me pasó darle las porciones adecuadas. Lo acaricié una vez más y lo dejé tranquilo en su camita.

Al llegar a mi habitación deposité mi teléfono celular sobre la mesita de luz y ni bien me terminé de acomodar en la cama el cansancio me venció totalmente. No imaginaba que en verdad estaba exhausta, hasta que coloqué mi cabeza sobre mi almohada. Era como si me hubiese tomado un somnífero y de pronto mis ojos se cerraran por si solos.

          *** Al día siguiente ***

Dimi despierta, mi niña vamos, se está haciendo tarde para el desayuno— abrir perezosamente mis ojos encontrándome un poco aturdida. Tenía un ligero dolor de cabeza y la boca seca. ¿Qué hora era?— ¿Mar? Oh lo siento, me quedé completamente dormida. Lo siento, mira nada más que horas son— me desperecé observando mi teléfono y fijándome en la hora— ¡Cielos! Siento que me pasó un camión encima, me aseo y ya preparo el desayuno.

— No, no. Nada de eso. Es comprensible, de seguro estabas muy agotada y por el desayuno no te preocupes. Noah viene en camino y dijo que el trae el desayuno en compensación a lo de anoche. Estaba apenado porque no pudo venir y las investigaciones de un caso lo tiene enfrascado.

— Si, me pidió disculpas por no poder venir— me senté en la cama haciendo a un lado el edredón, me coloqué las pantuflas para levantarme, darme una ducha y luego ayudar a Mar. Sólo que un mareo repentino provocó que me volviera a sentar— no sé qué me pasa, siento como si hubiese bebido alcohol y yo no tomo.

— Déjame ver tus pupilas— Margot observó de cerca mis ojos y frunció en ceño— esto no me gusta en absoluto. ¿Has tomado algún medicamento? ¿Algo para dormir tal vez? ¿Has consumido de nuevo tus ansioliticos acaso?

— No, por supuesto que no. No he tomado nada de eso, sabes que ya los dejé hace tiempo.

— Lo sé pero a lo mejor en algún descuido... no sé, quizás los dejaste en la cocina. Digo, porque se pudo haber mezclado accidentalmente con la comida. A coco lo encontré muy decaído parecía estar drogado, y déjame decirte cariño que con toda la experiencia que tengo como enfermera, tú también parece estar aún bajo el efecto de alguna droga.

— Mar no me asustes, no se pudo haber mezclado con la comida porque esos medicamentos los tengo guardado en el cajón de la cómoda— me levanté despacio para no marearme nuevamente y me acerqué a la cómoda para buscar los remedios— ¿ves? Están aquí— tomé una caja de esos medicamentos que consumía bajo prescripción médica pero los había dejado ya hace tiempo— estas fueron las últimas cajas y prácticamente están intactas.

— Bueno, como sabes me acaban de dar el alta por un fallo cardiaco. No hagas que esta viejita te vuelva a dar un susto, prométeme que cuando venga Noah y desayunemos todo, le pedirás que te lleves con un doctor. Quiero estar segura mi niña, confío en ti, no quiero que lo mal intérpretes pero es que anoche me pareció escuchar ruidos en la casa. Y esta mañana encuentro a Coco sin reaccionar de inmediato y a ti como si estuvieras bajo el efecto de algún sedante.

— ¿Ruidos? ¿Crees que alguien pudo haber entrado en la casa?

— No lo sé, tal vez con todo lo ocurrido haya estado un poco distraída y sólo haya sido mi imaginación. No lo sé Dimi, pero estaré más tranquila si te revisara un doctor y a Coco lo llevarán a la veterinaria.

— Ahora que lo mencionas, si, llevaré a Coco a la veterinaria porque más bien, creo que es el balanceado que no le está funcionando. Y respecto a mi, para ti tranquilidad iré al doctor ¿de acuerdo? Pero ya verás que no es nada, sólo cansancio acumulado— me acerqué a Margot para darle un beso en la mejilla— iré a ducharme y luego pondremos la mesa ¿si?

— Me parece perfecto.

— Y tú señora testaruda, ve a reposar. Tendrías que estar en la cama o como mínimo en el sofá, no aquí preocupándote por mi. Como bien lo has dicho, recién estás dada de alta así que no me vuelvas a dar un susto Mar.

— Bien, está bien. Aguardaré en la sala en lo que Noah llega y tú terminas de asearte.

Asentí con una sonrisa y fui al baño para poder estar lista cuando Noah llegase. La verdad lo que Mar había dicho me había dejado muy preocupada porque esa rosa en el cobertizo, el seguro forzado de la puerta y mi repentino sueño como si hubiera tomado alguna droga, eran cosas de las cuales alarmarse pero no sé lo diría a Mar, mucho menos ahora con su estado de salud tan frágil. Hablaría respecto a todo eso con Noah, cuando estemos a solas. Creo que el debería de saberlo.

Omg! ¿Qué habrá pasado en al noche? 🙉🙊
Será que ingreso alguien a la casa ?
Hasta el próximo capítulo corazones!
Los quiero 🦋😘

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