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Jimin mira de nuevo al asiento vacío de Taehyung. Juraría que lo ha visto en la clase anterior, y ahora no tiene ni idea de dónde se ha metido. Suspira y tan solo reza en que no esté haciendo ninguna tontería, sobre todo con los exámenes a la vuelta de la esquina. Estas últimas clases son las que no deberían saltarse por nada del mundo.

Y como si el castaño le hubiera leído la mente, aparece atravesando la puerta, que estaba entre abierta, con una entrada que llama la atención de todos, especialmente la de la profesora, quien frunce el ceño y le mira de brazos cruzados. Taehyung, quien deja obvio que ha venido corriendo, hace una reverencia y da una vaga excusa que nadie se cree pero todo el mundo, incluida la profesora, deciden pasar por alto, por lo que el alumno no tarda en dirigirse a su sitio y la clase prosigue como si nada hubiera pasado.

Hasta que una nota cae sobre la mesa de Jimin.

[No estaba buscando mis apuntes de tecnología, estaba en el parking de profesores. Jungkook me dijo que le acompañara, pero llegó un profesor y yo me marché corriendo. Creo que Jungkook sigue allí y no sé si le han pillado]

A medida que lee la nota, siente como el pulso se le acelera. Alza la vista nada más terminarla en busca de Taehyung, quien se la devuelve entre los compañeros que se encuentran en medio, atendiendo o ignorando a la clase, pero ajenos a lo que está sucediendo y descolocando el mundo de Jimin por segundos.

El rubio agarra su móvil y le manda un breve mensaje al castaño, que no tarda ni un instante en leerlo y responderlo.

[¿Por qué quería ir Jungkook al parking de profesores?]

[Por algo de tu novio. Dijo que íbamos a descubrir quien era o algo así.Yo solo me aburría, Jimin. No sabía que nos pillarían...]

[¿Cómo entrasteis?]

[Saltamos la verja del patio. Vino un profesor y se suponía que deberíamos haber echado a correr, pero cuando me di cuenta estaba solo. Debí haberme dado cuenta de que Jungkook no me seguía]

[No te preocupes, Tae. Yo me encargo. Ahora vuelvo]

Mientras el castaño lee esa última nota, Jimin alza la mano y pide urgentemente permiso para ir al baño, el cual, afortunadamente, la profesora le cede sin problema alguno. Una vez fuera del aula, echa a correr lo más rápido que le permiten sus piernas. Ni siquiera se fija en si se cruza con alguien, pues en su cabeza solo relucen dos nombres que no le dejan pensar.

Salta la valla y sigue corriendo. Se tropieza un par de veces, pero no disminuye el ritmo, casi olvidándose del lugar donde se encuentra, sin percatarse de que objetivamente es un alumno saltándose clases para colarse en el aparcamiento del profesorado. No le importa principalmente porque no lo piensa, pero seguro que si lo pensara, tampoco dejaría de hacerlo. Solo quiere encontrar a Jungkook.

Y lo hace.

Grita el nombre de su amigo y, a paso más lento, echa a andar rabioso hacia él. El menor le mira aliviado por su llegada, incluso contento. Parece que va a sonreír, pero entonces Jimin le aparta con fiereza, empujándole bruscamente y obligándole a soltar la camisa del profesor, quien observa la escena frustrado.

- ¡¿Se puede saber que cojones estás haciendo?! —Jimin avanza otro par de pasos y le da un empujón a su amigo, quien le mira en shock, sin comprender nada. — ¡Podrías meterte en un buen lío, pedazo de idiota!

- Y-yo solo quería...

- ¡Podías habernos metido a todos en un buen lío, no solo a ti, joder! —solo le grita, pero por la forma en la que le está mirando, Jungkook prefería la violencia física. Le duele infinitamente más el enfado y la decepción en el rostro de su mejor amigo. — ¡A punto has estado de joderlo todo! ¡Si Taehyung no hubiera entrado a clase...

- Lo siento, Jimin... solo... —el menor mira a Yoongi, quien a pesar de estar más tranquilo, tampoco es esa escena la que le hubiera gustado presenciar. Parece que Jungkook, aunque antes quisiera pegarle, ahora le pide ayuda, y por mucho que le cueste, avanza un par de pasos y pone una mano en el hombro del rubio para relajarle.

- ¡Y tú no me toques! —se aparta del adulto y ahora es a él a quien le señala. Está fuera de sí y los tres saben que poco le queda al rubio para echarse a llorar. — ¡Peleando con un niño de quince años, ya te vale!

- Tú no lo entiendes, Jimin —intenta explicarse, pero esas palabras solo encienden más al menor, que le fulmina con la mirada.

- Vete —señala el coche y repite la orden, aunque por la autoridad que desprendían sus palabras, no hacía falta. — Vete ahora mismo.

- Jimi-

- Y tú no me hables —se acerca de nuevo al menor mientras Yoongi, resignado, entra en el coche y mete las llaves. Quiere arrancar, pero no tiene fuerzas para ello. No mientras pueda ver a Jimin a través del cristal.

- Pensé qu-

- He dicho que no me hables —pasa de largo, chocando con el hombro de su amigo y dejándole atrás. Cuando este se gira, solo se encuentra su espalada alejándose entre los coches. — ¡Iros a la mierda los dos!

La voz hace eco hasta mezclarse con el incómodo silencio que ha quedado en el lugar. Yoongi sigue dentro del coche, agarrando decaído el volante, pensando e intentando procesar todo lo ocurrido. Y Jungkook mira la esquina que ha cruzado el rubio antes de desaparecer. Sus ojos no tardan en aguarse y comienza a llorar, rogando mentalmente para que su mejor amigo aparezca de nuevo y le diga que todo está bien.

Pero no lo está.

Cuando mira al profesor, se percata de ello. Y solo le entra más rabia, más enfado y más ganas de gritar que incluso minutos antes. Aprieta los dientes con fuerza y se revuelve el pelo frustrado. Yoongi alza la vista justo cuando un puño impacta contra el cristal de su asiento. Mira pasmado como el alumno de quince años, le saca un dedo y se marcha, dejando su cristal manchado levemente de rojo.

Es un niño. Solo puede pensar que es un niño.

¿Pero entonces él qué es?

Se mira en el espejo y no siente las fuerzas para denominarse adulto. Puede que ni siquiera llegue a poder pronunciar el término 'ser humano'.

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