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Jimin observa sonriente a su par de amigos, quienes ruedan por el suelo del instituto intentando agarrar la mochila del otro. No dice nada, solamente están jugando, y aunque la mayoría de gente les mira como si estuvieran locos e incluso termina apareciendo un profesor para separarles, él solo puede recibir a ambos con una sonrisa.

- ¿Lo has visto? —Jungkook junta el pulgar y el índice frente a sus ojos — ¡A punto he estado! ¡Si no llega a ser por la profesora!

- ¡A punto estaba yo, enano! — exclama el otro participante, compañero de clase de Jimin. El mismo que montó la fiesta a la cual terminó yéndole a recoger su profesor. Cada vez que Jimin lo recuerda, no consigue encontrar cual fue el detonante para que Yoongi volviera a por él, y eso le asusta, aunque sea un poco. — Tenía tu mochila a medio milímetro de mi mano.

- ¡Pero si ni siquiera conseguías pasar de mi hombro! —El pelinegro se cruza de brazos indignado y rodea el cuello de su mejor amigo, para luego señalar a Taehyung con mirada desafiante. — Di quien ha estado más cerca, Jimin.

- Jungkook ha estado más cerca —responde indiferente.

- ¡Eso no es verdad! ¡Ahora veréis!

Y sin motivo de peso alguno, los tres empiezan a correr hacia la salida, riendo como locos y chocándose con más gente de la que querrían. Están tan ensimismados en el improvisado juego, que Jimin ni siente la vibración de su teléfono móvil en el bolsillo del pantalón del uniforme hasta que se detienen, tirándose sobre el césped que hay junto a la puerta. Ahí recuerda inmediatamente a su profesor y lleva las manos directas al dispositivo, observando la cantidad de llamadas perdidas que tiene.

- ¡Joder! —se pone en pie de un salto, tambaleándose ligeramente y apoyándose en la cabeza del más alto para sostenerse, quien le mira, al igual que el restante, con cara de desconcierto. Ellos incluso están más fatigados y apenas pueden habla. — Llego tarde, luego nos vemos.

- ¿Tienes clases de pintura?

- ¿Por qué iba a tener clases de pintura? —pregunta casi con molestia. Taehyung se encoje de hombros y Jimin niega, dándole un suave toque en la frente antes de dejar de apoyarse en él. — ¿Entonces?

- Ha quedado con su nuevo novio viejo —suelta el más joven de los tres con aburrimiento, rompiendo una pequeña hoja por la mitad mientras habla. — Que no es tan viejo, según él.

- ¿Jimin tiene un novio abuelo? —Jimin se da con la palma en la frente, sin molestarse en regañar a su mejor amigo por la declaración. Lleva un tiempo molesto con el tema porque piensa que el motivo por el cual no le presenta a Yoongi, es por falta de confianza, aunque obviamente no es la razón ni por asomo. — A mi abuelo, mi padre tiene que cambiarle el pañal. Es como un bebé abuelo.

- No salgo con un abuelo, que asco Taehyung, joder —murmura sintiendo verdadero asco. Luego pasa por el lado de Jungkook y le revuelve el pelo — no te enfurruñes, luego hablamos —deja un suave beso en la coronilla del menor y sonríe, sintiendo como este, aunque sigue fingiendo enfado, se ha relajado. — ¡Mañana nos vemos, chicos!

- ¡Ten cuidado que tu abuelo no se caiga! —añade Taehyung desde lejos. Ni siquiera se molesta en responder, de hecho, cuando ve al otro riéndose con el comentario del castaño, casi agradece que lo haya hecho.

Con el móvil en una mano y la otra ligeramente estirada para no chocarse con la gente a la que no está mirando, se dirige, rodeando la escuela, a la parte trasera, donde está el aparcamiento de los profesores. Espera en la acera mandando mil mensajes de disculpas al adulto por haberle hecho esperar. De hecho, está a mitad de su cuarto 'lo siento' cuando un coche que reconoce a la perfección sale del parking y se para frente a él. Rápidamente se sube en el asiento del copiloto y junta las palmas, haciendo una pequeña reverencia.

- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! —exclama de inmediato, sin siquiera abrocharse antes el cinturón. Cuando el adulto mira la hebilla de reojo, Jimin traga saliva y lo abrocha con la misma rapidez con la que se encuentra haciendo todo. — Lo siento mucho.

- No pasa nada —el mayor suspira de resignación y el menor lo hace de alivio, consiguiendo recostarse cómodo en el asiento por primera vez desde que ha entrado. — ¿Estabas con tus amigos?

- Con Jungkook y Taehyung —saca un bollo que se ha comprado antes de salir de clase y lo parte por la mitad, ofreciéndole una al mayor, el cual, tras darle un mordisco, la rechaza. — A Taehyung ya le conoces, que va a mi clase.

- ¿El raro guapo? —Jimin asiente con la boca llena — ¿Y el otro es el amigo de la infancia del que me hablaste? —vuelve a sentir, dando otro mordisco de seguido y perdiendo la oportunidad de responder con palabras. — Oye, deja de comer, que no vas a tener hambre cuando lleguemos a casa, entonces.

- ¡Oe! —se queja salpicándole con unas cuantas migas cuando el adulto le quita el bollo de entre las manos y se lo termina de un mordisco. Jimin no puede evitar estallar en carcajadas cuando ve su cara de asco mientras mastica y traga, rodeada de las pequeñas pizcas que le ha escupido segundos antes. Con cuidado de no distraerle de la carretera, empieza a limpiarle el rostro con su manga. — Se llama Jungkook.

- Ahá.

- Y por cierrrrrto —mientras sigue limpiándole hasta que ya no quedan más migas, terminando por volcar el gesto en suaves e interesadas caricias, de las cuales Yoongi ya se espera eso último antes de que siga hablando. — precisamente tengo un problemilla con él en el que tú puedes ayudarme.

- No voy a pasarte exámenes, si es a lo que te refieres.

- ¡No es a lo que me refiero, ash! —se aparta indignado, aunque no rompe el contacto del todo, ahora de forma inconsciente dejando una mano medio agarrada de su camisa. — Además, no te pediría algo así.

- Me lo pediste la semana pasada para los finales.

- Era broma.

- No lo era.

- Era medio broma, déjame —el menor rueda los ojos y prosigue con el tema que se ha quedado a un lado sin darse cuenta —el caso, es que ese no es el problema. El problema es que está molesto conmigo por una pequeña cosita sin importancia.

- ¿Pequeña cosa sin importancia? —mira al menor de reojo y este sonríe inocente — Suéltalo ya, vamos.

- Quiere conocer a mi pareja —Jimin le mira fijamente buscando algún tipo de contacto visual y el mayor hace todo lo contrario, centrándose aún más intensamente en la carretera y permaneciendo callado. — Es que siempre nos contamos todo y no entiende porque no puede conocerte, y encima Taehyung ahora se piensa que eres un abuelo, ¡y yo no quiero que se piensen que te cambio el pañal! —termina exclamando indignado, llevándose las manos a la cabeza. Luego vuelve a mirarle, aunque Yoongi sigue abstrayéndose. — ¿Entiendes?

- ¿Por qué se piensa Taehyung que soy un abuelo? —termina murmurando con molestia, sin soltar el volante.

- Porque Jungkook dijo que eras un viejo.

- ¿Y porque Jungkook dijo eso? —aprovecha un semáforo en rojo y se gira para mirar a Jimin con mirada reprobatoria, haciendo que el menor se hunda en su asiento ligeramente avergonzado. — ¿Le dijiste que soy un viejo?

- Dije que eras mayor... —Junta los dedos y empieza a juguetear nervioso con ellos — quizás haya dicho que a veces tienes comportamiento de viejo...

- Genial, Jimin. Genial.

- ¡Pero no he dicho que seas viejo! —se defiende con agobio, lanzándose al brazo del mayor, quien aún agarra el volante con fuerza. Por la forma en la que lo aprieta, lo está usando de descargador de frustraciones. — Ya sabes que eres demasiado sexy para ser viejo —pasa sus dedos por el cuello del mayor y baja por la camisa, desabrochándole un botón lentamente. Justo en ese momento, unos chicos en el coche de al lado, les señalan y se ríen. Yoongi les ignora y Jimin les saca la lengua, arrimándose más a su profesor preferido. — ¿Entonces podríamos hacer alguna cena o fiesta o algo por el estilo para que te lo presente?

- Sabes que si el colegio se enterara de lo nuestro sería un lío —Jimin hace un puchero y asiente, apoyándose en su hombro. — Es un riesgo muy grande, lo siento.

- Podrías dimitir.

- Podríamos esperar a que termines el curso.

- ¡Para entonces Jungkook ya ni me hablará! —se lamenta, soltando el brazo del adulto y alzando las manos al techo— de verdad, esto de salir con un profesor es más complicado de lo que parece.

- Cada vez que lo dices me siento aún más incómodo.

- ¿Lo de que seas mi profesor y estemos saliendo?

- Y ahí está de nuevo —sonríe amargamente, mirando la carretera —parece que no puedo sentirme peor, pero vuelve.

Gira el volante y pocos segundos después, ya se encuentran entrando al parking del adulto. Jimin agarra su mochila y sale rápidamente del coche nada más este estaciona. Yoongi tarda un poco más y le sigue por la espalda a unos pasos de distancia, observando como el rubio ya se conoce el camino a la perfección.

Mientras camina, valora la pregunta de Jimin. Está seguro de que el chico comprende el riesgo, pero si se lo ha pedido, seguramente sea porque es importante para él. Y por mucho que le cueste aceptarlo, cada vez se interesa más por las cosas que le son importantes a aquel mocoso. Más, de cualquier manera, aunque se lo planteara con seriedad, aún es pronto. Ni siquiera ha conocido a sus amigos, con los cuales el riesgo es infinitamente menor.

Llegan a la puerta y el rubio está esperándole junto a esta, casi dando saltitos, impaciente a poder entrar. Aún ni han preparado la comida y ya puede observar como se relame inconscientemente. A ojos de Yoongi, ese gesto no tarda en pasar de resultar adorable, a algo mucho más morboso.

- Ve sacando el sushi de la nevera —indica poco antes de que Jimin eche a correr, dejando su mochila de por medio. — ¡Y los palillos están en el segundo cajón!

Mientras tanto, él se encarga de poner un pequeño mantel en la mesa del salón y recoger las cosas que el menor ha dejado por medio nada más entrar. Ambos se han acostumbrado a esta extraña relación, ambos se cuidan de diferente forma, y por ahora, ambos están más a gusto con el otro de lo que jamás lo han estado con nadie. Claro que, con aquella diferencia de edad, Jimin juega en desventaja.

- Toma, agarra esto —pide el menor cargado de platos y bolsas. Yoongi le echa una mano sin dudarlo, comenzando a colocar todo sobre la mesa, y antes de darse cuenta, el más joven ya ha salido corriendo a la cocina a por más cosas. — ¡¿Dónde decías que estaba el zumo de manzana?! —rueda los ojos y va el mismo a la cocina a cogerlo. Cuando Jimin le ve, sonríe, con dos tazas enormes entre sus dedos. — No encuentro el zumo.

- ¿Te vas a comer las dos bolsas de patatas que has llevado? —asiente sale por la puerta con los vasos. — ¡Ten cuidado, no vayas corriendo!

Cuando llega con la botella de zumo al salón, Jimin ya está sentado en el sofá, con un plato lleno de sushi hasta arriba. Justo se acaba de meter un trozo entero en la boca y cuando sonríe al ver al adulto, sus mofletes se realzan incluso más que de costumbre. Yoongi no puede evitar sonreír también al ver esa imagen.

- ¿Avisaste a tu madre de que dormirías fuera? —le tiende un vaso con zumo y Jimin asiente levemente mientras bebe con ansias. — ¿Ella también se piensa que soy un viejo con pañales? — esta vez ríe, teniendo que cubrir su boca con una servilleta, pero niega. — Me da rabia no poder conocer a tus padres, la verdad.

- ¿Y a Jungkook no te da rabia?

- Muchísima —responde sarcástico, recibiendo un suave golpe en el hombro del contrario que hace que el trozo de sushi que acaba de coger se caiga de nuevo al plato.

- Pues yo tengo más ganas de que conozcas a Jungkook que a mis padres, la verdad —da otro trago y prosigue hablando — Jungkook es muy divertido.

- ¿Seis pendientes me dijiste que tiene, verdad?

- Espero que con tu tono no estés insinuando nada —se mete un trozo en la boca y le señala con el palillo, apuntándole al pecho. — Eres tú quien se está acostando con un alumno.

- Cuanto más lo dices menos ganas de acostarme contigo me entran —Jimin le mira de reojo y coloca sus piernas sobre el regazo del adulto adrede. Aún lleva puesto el uniforme y aunque Yoongi jamás lo aceptaría, encuentra su morbo en aquel detalle. — Retiro lo dicho.

Entre risas y bocados a la comida y lo que no era comida, pasan las horas. Ninguno se percata hasta que por la ventana ya no entra más la luz del sol y el cielo queda plagado de estrellas. No se ve la luna, pero crea un ambiente muy cómodo que los dos agradecen, bajando el tono y relajando el ambiente. Jimin se acurruca entre el brazo del mayor y mete la mano en la bolsa de patatas que aún está a medio comer después de tantas horas.

- ¿Sabes qué? —comienza hablando el adulto, llamando la atención del más joven, quien le mira alzando la barbilla y dirige la patata a la boca ajena.

- No —Yoongi mastica tranquilamente la patata, haciendo impacientar al menor. Tarda incluso más porque le resulta muy tierna la impaciencia de este. — ¿Qué? ¿Qué tengo que saber?

- Me lo voy a pensar.

- ¡No! —deja la bolsa a un lado y se coloca encima del regazo del mayor, con una pierna a cada lado, agarrándole de la camiseta blanca que lleva puesta. Ambos se cambiaron de ropa a una más cómoda a lo largo de la tarde. — No te lo pienses, dímelo.

- Me refiero a que me voy a pensar lo de tu amigo —responde con diversión el adulto — el de los pendientes.

- No finjas que no te sabes su nombre.

- ¿Jungwoo era? —Jimin le da un golpe en el pecho y el peliengro ríe aún más, molestándole. Al final, jugando, termina agarrándole de las muñecas, inmovilizándole, y deja un suave beso en sus mullidos labios. Al contrario que los suyos, los de rubio son más gruesos y blandos, perfectos para besar. — Ah, no lo sé, de verdad.

- Jungkook, te lo he dicho mil veces —responde el menor fatigado — Jeon Jungkook —Yoongi intenta reprimir una carcajada que provoca una expresión de advertencia en el menor. — Seguro que le das clase.

- ¿Jeon Junwoo has dicho?

- ¡Para ya! —se suelta del agarre y lanza encima del mayor, terminando los dos rodando por el sofá hasta caer al suelo entre risas. Yoongi coloca una mano en la espalda del menor para que no se haga daño, y cuando están en el suelo, rodeados de papeles y desperdicios de toda la tarde, no encuentra mejor momento para besarle y firmar el acuerdo de paz.

Jimin se arrastra lentamente hasta quedar debajo de la pequeña mesa, un espacio que parece estar más limpio de lo esperado, y Yoongi le sigue a gatas, dejando besos por su cuello hasta alcanzar de nuevo su boca, haciendo sonreír al rubio.

- ¿Entonces te lo vas a pensar? —pregunta en voz baja. El mayor se separa y asiente.

- Eso no significa que lo vaya a hacer, aviso.

- Pero te lo vas a pensar —asiente de nuevo —algo es algo.

- Eh, pero antes que nada — mira fijamente al menor. Sus rostros apenas son separados por unos centímetros y la tensión que se crea en el ambiente Jimin la siente hasta en el último centímetro de su cuerpo. Cuando el adulto abre la boca, solo tiene una cosa en su cabeza, y es que se muere porque le bese. — haz el favor de dejar de decirle a tus amigos que soy un viejo.

- ¡Agh! —rueda los ojos desilusionado y aparta la vista, girando el rostro a un lado. — como tú digas —suspira y añade en voz baja — viejo rompe momentos románticos...

Yoongi ríe y no se lo piensa dos veces antes de besarle. Y a Jimin eso le vale como compensación a cualquier fallo.

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Ya comienza la segunda parrrrte, ay. Qué nervios. 

Comienza el drama. O no drama. O mira, de verdad que no sé que comienza porque literal escribo a medida que actualizo, así que no tengo nada pensado ~ buuuuut, espero que os guste <3

¡Gracias por seguir por aquí! #PinkyKisses

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