Capítulo 8: Un mal examen y una nueva nota.

Dedicado a: Kiwlenr.

Al día siguiente...

Annabeth entra en su clase de Matemáticas y se sienta en su habitual puesto en la primera fila. Clarisse La Rue también entra, y se sienta a su lado. Y la rubia se extraña.

¿Desde cuándo Clarisse se sienta a su lado? ¡Si ellas no se llevan bien!

—Espero que hayan estudiado para su examen de hoy —dice el profesor cuándo todos están ahí.

¡¿Examen?!

Annabeth se pone nerviosa de inmediato. No, no estudió para el examen porque lo había olvidado por completo. Se la había pasado pensando en Usuario Anónimo y se le había pasado por alto el examen.

Recuerda que la semana pasada, el profesor dijo que el examen sería en parejas... Por eso Clarisse se sentó junto a ella. Para aprobar el examen. Pues que mala suerte la de ambas.

El profesor entrega las hojas de examen y Annabeth se exprime el cerebro intentando recordar la clase anterior. Jamás imaginó que pensar sería tan difícil para ella.

Y así se pasa la hora entera de clase, con Clarisse regañándola a cada dos por tres por equivocarse y distraerse. Pero al final, logran hacer el examen. Con mucho esfuerzo de parte de Annabeth y amenazas de parte de la castaña.

En otra parte del colegio...

Finalmente Piper ha salido de Geografía. Suspira de alivio. Para ella, es una materia muy dura.

Va hacia su casillero y mira la hora, ha quedado con sus amigas en la cafetería en unos minutos, aún tiene tiempo.

Abre el casillero y deposita sus pesados libros.

—Hola, Pipes —le saluda una voz masculina. Ella se sobresalta, no había visto a Percy junto a ella. Él le lanza una mirada divertida al verla saltar, ella se ruboriza. No sabe por qué le sorprende verlo ahí, después de todo, Percy y ella tienen los casilleros uno junto al otro.

—Hola, Percy —le sonríe. La vista del chico se posa a algo en su casillero.

—¿Qué es eso? —él intenta tomarlo, pero ella le golpea la mano.

—Nada —responde tomando el papel doblado, justo como el otro mensaje anónimo.

—¿Nada?

—Nada —confirma ella y cierra el casillero de un portazo.

—Si tú dices... —él la mira con escepticismo.

—Sí, lo digo —Piper guarda la nota en su bolsillo, no piensa leerla frente a Percy. Comienza a dirigirse a los baños de chicas sin siquiera despedirse del pelinegro. Por suerte el baño está vacío, así que lo revisa:

«Te vi tirar mi nota ¿Acaso no te gustó lo que dije?». El problema no es que no le gustara, el problema es que era lo mismo que le habían dicho a Annabeth ¿será la misma persona?

Arruga el papel y lo tira a la papelera. No quiere saber nada de ese acosador... digo, admirador secreto.