Aquí.

Capítulo 66: Aquí.

Annabeth mira a su alrededor en la fiesta, preguntándose qué máscara ocultará a su misterioso admirador.

—Annabeth —gira el rostro y se encuentra con un chico de traje azul marino y una máscara de una sonrisa con una ceja alzada—. Te ves preciosa.

Ella parpadea, no reconociéndolo.

—Gracias —responde, empezando a hacerse preguntas. ¿Será ese su admirador?

—¿Bailarías conmigo? —le tiende una mano. La canción cambia antes de que Annabeth pueda decir palabra.

—Una canción para todos los enamorados —dice el DJ poniendo "Aquí" al tiempo que las parejas se van a la pista de baile. Sin pensarlo mucho, Annabeth acepta bailar con el chico misterioso.

«Conmigo estás y el mundo se esfumó. La música al sonar nos envolvió».

Hace meses, fuera pensado que el baile romántico de la noche lo bailaría con Percy, y ahora baila con un posible desconocido. Mientras el chico la dirige a la pista de baile, Annabeth mira a su alrededor en busca del pelinegro. A pesar de la poca luz cambiante y las máscaras lo reconoce, y está bailando con Rachel.

Aunque su relación haya acabado, a Annabeth se le cae el corazón a los pies al verlo bailar tan tranquilamente con una de sus amigas.

Annabeth aparta la vista y se centra en el chico frente a ella. No se había dado cuenta que ya han empezado a bailar. Los dos se mueven por la pista, lento y con un compás perfecto.

«Aquí muy juntos, así contigo voy. Aquí tan vivo estoy».

La vida va los sueños morirán —le susurra él al oído, diciéndole la canción— al mío digo adiós, y sin saber que aquí tu estabas. Mi sueño te encontró. Y hoy por siempre ya sé que solo quiero tenerte aquí.

Ya no hay dudas. Él es el admirador.

Intenta sentirse feliz, pero no puede hacerlo. Siente como si estuviera traicionando a alguien. Traicionando a Percy.

Busca de nuevo al chico con la mirada. Lo ve a una larga distancia de ella. La chica se lo queda mirando, deseando ser Rachel para estar entre sus brazos.

«Aquí soñando con un feliz final, creer que esto en verdad es real».

Como si sintiera su mirada, Percy alza la vista y al cruza con ella.

«Y este sueño, también nos separó. Tú allá y yo aquí».

Los ojos de Percy reflejan la canción, parece dolido y decepcionado de que ella esté bailando con otro. Es como si él estuviera cantándole la letra al oído.

El misterioso admirador le hace dar un giro y Annabeth pierde de vista a Percy. Por varios segundos que parecen interminables Annabeth no vuelve a encontrar a Percy en la pista. Cuándo lo hace, lo ve al otro lado del gimnasio, aún bailando con Rachel pero con los ojos sobre ella.

El pelinegro mueve los labios, y Annabeth no necesita tenerlo a un lado para saber que recita la siguiente frase de la canción: «¿Y cómo enfrentar la realidad si hoy te pierdo aquí?».

Percy aparta la vista de ella y suelta a Rachel. El pelinegro se dirige a las puertas y se va del gimnasio, como si no soportara un segundo más ahí dentro.

Annabeth cierra los ojos y se siente con ganas de llorar. Esa noche al fin sabrá quién es el admirador, pero revelar su identidad no vale nada si con ello pierde a Percy para siempre.

«Te elijo a ti, Percy —piensa la chica—. Siempre te elegiré a ti».

«Soñar que el sueño de los dos está... Yo aquí... yo aquí y tú allá».

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