Epílogo
— ¿Lo hice bien?
La voz de Tabitah hizo que de repente mi tristeza se evaporara y fuera reemplazada por la genuina confusión de lo que estaba pasado.
¿A qué se refería?
¿Por qué estaba sonriendo?
Bastián sonreía, al igual que Tabitah.
Él ya no tenia el arma cerca de Tabitah.
¿Por qué están sonriendo?
Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver la verdad.
¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios!
— ¿Bien? ¡Lo hiciste perfecto, mí amor! — Bastián sonrió, besando a Tabitah en los labios.
Sentí el aire desaparecer de mí cuerpo, no solo por el dolor de los golpes, sino por la repentina verdad que me martirizaba. ¿Qué estaba pasando? Le rogué para que ella empezara a llorar, corriera para consolarme o intentar protegerse, en vez de eso se acomodo tranquila en los brazos de Bastian.
— Tabitah...¿Pero qué...?
Ella interrumpió, con sus ojos incoloros brillando de locura, ¿Como no vi ese brillo?
— Bellamy — susurró mirándome con una sonrisa —, mí verdadero nombre es Bellamy.
No sé que sentir.
No sé que pensar.
Ver a Tabitah en los brazos de Bastián no hace más que confundirme. Bastián le indico a los hombres que me pusieran de pie y luego me sujetarán a una silla de madera, cuyas filosas astillas se clavaron en mí piel. Miré con los ojos muy abiertos a Tabitah, como si así pudiera ver algo que antes no vi, ahora muchas cosas tenían sentido: todo fue demasiado fácil, maldición, todo fue demasiado fácil; entrar a Villanelle, acercarme a Tabitah, salir de aquí, que Wahr se volviera el Iluminado, salvar a Raquel y a Chloë...todo fue demasiado fácil.
— Me imagino que ahora deseas una explicación — se burló Bastián dándome un puñetazo en la cara, pero eso no me importaba, ni siquiera lo sentí, sólo seguí mirando fijamente a Tabitah, que sonreía con los brazos cruzados sobre su regazo —. Pues bien, te voy a complacer ese último deseo — Bastián camino en círculos a mí alrededor, como un león vigilando a su presa —. Verás, hace mucho tiempo, una joven llamada Bellamy fue vendida como esclava sexual a un hombre llamado Cesar, al igual que muchos hombres de la comunidad, Cesar tenía más de una esclava, pero también tenía una esposa, llamada Darla, que eres celosa y una pecadora — Bastián se relamío los labios mientras movía frenéticamente sus pies, Tabitah sólo lo observaba con una maravilla aberrante, ella...ella estaba enamorada de él —. Bellamy pronto quedó embarazada, pues a diferencia de Darla ella era pura y perfecta, todo lo que una mujer debe ser, así fue como Cesar le prefirió a ella, pero debido a que aún estaba casado legalmente con Darla, la pobre Bellamy tuvo que fingir que su bebé no era suyo.
Tabitah permaneció aferrada al brazo de Bastián, pero de repente su mirada se volvió sombría.
— Me obligaron a fingir que no era mí hijo — hablo, una voz que hace poco amaba con locura ahora me aterraba —. Mientras todos apoyaban y felicitaban a la bastarda, yo me ocultaba en la oscuridad, la muy maldita no pudo soportar el hecho de que ella era una pecadora, mientras yo era pura y perfecta — ni siquiera podía mirarla, ya no.
Mí motivo de vida...
La persona que me hizo pensar en un <<después>> resultó ser un monstruo también.
— ¡Escúchame! — gritó Tabitah jalandome del cabello y forzando a mirarla —. Es de mala educación que no prestes atención — lo peor de todo es que aún amaba sus ojos, aún la amaba, ¡AÚN LA AMABA! —. Es por eso que un día la asquerosa pecadora no pudo soportarlo más, la pureza y perfección de mí hijo fue demasiado para ella, por eso lo mató — la mirada de Tabitah se volvió más loca que nunca — ¡Lo mató! ¡MATÓ A MÍ BEBÉ INOCENTE! Y no contenta con eso, la muy maldita lo cocino y con engaños me hizo comerlo, ¡A mí hijo! — sus dedos temblaban de irá, pero de repente la serenidad la golpeó, volvió a tomar esa postura frágil y tranquila, me observó con inocencia, ¿Cómo puedo seguir queriéndola? Por favor, Tabitah, dime qué estás fingiendo para salvarnos a ambos —. Después de eso Darla fue encerrada en su propia habitación, la dejamos morir de hambre, pero como era una mujer de alto rango no podíamos culparla a ella, porque si lo hacíamos, Cesar...— su rostro se contorsióno en asco al mencionar ese nombre — perdería el apoyo de una familia tan poderosa como lo era la de Darla, por eso sacrificaron a las otras Novias, excepto a Kala, las torturaron hasta la muerte — Tabitah se limpió el rostro, estaba tan confundido que no me dí cuenta cuando empezó a llorar, ahora, producto de sus lágrimas sus ojos eran casi transparentes.
— Allí nos conocimos — Bastián abrazo a Tabitah por la espalda, acariciando su cintura —, ella lloraba desconsolada, yo fui su consuelo, ella era perfecta al igual que yo, por eso nos unimos, incluso tuvimos un hijo...— Bastián soltó a Tabitah y camino hacía mí, mirándome con odió y asco — ¡O LO HABRÍAMOS TENIDO! — Bastián me pateó con fuerza, haciendo traquear mi mandíbula —. Pero...Cesar lo descubrió todo, por ello Bellamy fue acusada de adulterio — Bastián volvió a abrazarla y yo deseé que me arrancarán los ojos de una maldita vez, no podía seguir viendo esto...como ella sonreía con tanto cinismo, como estaba en sus brazos. Deseé que me mataran de una vez habría sido feliz en la ignorancia creyendo que había salvado a la persona que amaba y no que está me había traicionado —, el castigo por adulterio es el ahogamiento. Pusieron a Bellamy dentro de un ataúd y lo cerraron con cadenas, ella no estaba asustada, pues sabíamos que eso era un posibilidad, pero también sabíamos que al estar embarazada era intocable. Le dejamos a Kala una carta, en donde Bellamy hablaba con su amante sobre el embarazo, ella corrió y intentando de tener la condena, pero ya era tarde, varios hombres saltaron desde el acantilado para salvarla. Salvaron a mí esposa, pero no a mí hijo.
— El castigo de dañar a un bebé, más siendo hijo de alguien de un rango tan alto como Bastián era la muerte, pero fue perdonado poco después...con la condición de que le cortaran el brazo izquierdo. Pronto superamos la pérdida del bebé, era tan pequeño que Bellamy no sintió nada — Bastián volvió a ponerse sombrío y oscuro —. Pero aún había un problema...no podíamos casarnos, no porque Bellamy era considerada impura — Bastián volvió a sonreír, está vez mirando tras de mí — sino fuera por alguien jamás nos habríamos podido casar, por ende nuestras dos hijas, Philipa y Nicolette jamás habrían sido consideradas legítimas, y abrían sido llevadas a Grimore a penas nacieron — Tabitah sonrió con dulzura, también mirando tras de mí.
— ¿Los dejamos solos, señor? — pregunto Tabitah, aún sonriendo.
Pude adivinar que quien sea que estuviera detrás de mí asintió, porque Bastián y Tabitah...o Bellamy se fueron, al igual que los hombres, dejando atado a la silla. Unas manos se posaron en mis hombros, haciéndome sentir una sensación que hacía mucho no sentía.
— ¿El padre de Tabitah? — pregunté confuso, cuando miré hacia arriba.
El hombre sonrió y se puso frente a mí.
— Tiempo sin verte, Gyula. Has crecido mucho, te convertiste en el alfa que siempre soñé.
Lo observé confundido.
— ¿De qué habla?
El hombre sonrió, con una calidez que me resultaba perturbadoramente familiar.
— Entiendo que no me reconozcas, hijo, después de la reconstrucción facial pedí que me hicieran algunos cambios.
No...
No, no, no, no, no, no....¡NO PUEDE SER CIERTO! Lo observé con ojos muy abiertos, sentí el aire desaparecer de mí cuerpo, el choque de emociones y preguntas me abrumo.
— ¿William...?
Una bofetada fue lo que obtuve de respuesta.
— Padre, aunque te duela. No te críe para ser un irrespetuoso a tus mayores — escupí la sangre en sus zapatos perfectos y blancos.
— No, tienes razón, querías criarme para ser un bastardo hijo de perra como tú.
Otra bofetada hizo que mis dientes se clavaran en mi lengua, dolía como el infierno pero no iba a demostrarlo, no, no iba a darle tal satisfacción. Desenquaje los dientes de mí legua y volví a escupir la sangre.
— Más respeto a tú padre, Gyula.
Miré al suelo, no quería ver su rostro, ya era suficiente castigo con ser traicionado por Tabitah, ahora...el mismo Lucifer estaba ante mí.
— Tú no eres mí padre, simplemente no eres un padre, William.
Él bufó, esperé otro golpe pero no hubo ninguno.
— ¿Entonces que soy, hijo? ¿Acaso no fui quién te alimento, cuido y amo desde tú nacimiento?
Me reí amargamente, ¿Enserio era tan narcisista como para pensar algo así?
— ¿Amarme? ¡Tú no sabes amar! ¡Sólo eres un depravado que abuso de su hija y...! — un nuevo golpe evitó que hablará más.
— ¡No te atrevas a hablar así de tú hermana! ¡Maldito bastardo!
Me reí burlonamente.
— ¿Acaso esa no es la verdad? Rompiste a Wanda, la hiciste tan miserable que ella me rogó para que la matará, ¡ELLA NO PODÍA VIVIR ASÍ! ¡NADIE PODRÍA VIVIR DESPUÉS DE LO QUE LE HICISTE SUFRIR!
William retrocedió llorando y pude ver las cicatrices del incendió en su cuello y manos, desearía haberle clavado una bala en su puto cráneo esa noche.
— Amaba a tú hermana...— dijo limpiándose las lágrimas —, siempre la amaré, nunca quise dejarla, pero tú...— la rabia lo cegó y corrió directamente hacía mí, para ahorcarme — ¡TÚ LA MATASTE!
Sonreí.
— ¡La salve de tí! ¡Eres un enfermo que acabo con ella! ¡ELLA PREFERÍA MORIR ANTES DE SUFRIR MÁS A TÚ LADO!
William siguió apretando mí cuello. Sentía que mí cabeza estaba a punto de explotar, pero justo, antes de que cayera en la inconsciencia el aire lleno mis atrofiados pulmones. Observé a William, en pleno inicio de su vejez, observarme con lástima, ¿Por qué sentiría lástima por mí?
— Eras hijo de un alfa, Gyula, en tus venas corre sangre de reyes, se suponía que juntos seríamos dueños de todo, eras mí heredero — William volvió a tomar ese aire de puro narcisista de siempre —. Dime, ¿Qué sentiste cuando Bellamy te traicionó?
Sonreí.
— Lo mismo cuando Wanda interno escapar.
William me observó furioso y volvió a golpearme, pero no le bastó con un golpe, puñetazo tras puñetazo desfiguró mi rostro hasta que mi nariz quedo colgando de un mísero tendón.
— Hiciste todo por nada. Yo amaba a Wanda y amaré a Whitney en su nombre — pesé a mis heridas y dolor, además de estar al borde de la inconsciencia pude levantar la cabeza y abrir los ojos en busca de una respuesta — ¿Qué? ¿Acaso olvidaste al bebé que Wanda estaba esperando?
La realidad me golpeó como un camión: Whitney era ese bebé, Whitney era la hija de Wanda y William, un fruto del abuso.
William sacudió sus dedos, algunos los rompió, producto de la paliza que me dió.
— Aunque debo admitir que esa niña, Raquel, también fue de mi agrado.
— Ja...— dije sin sorprenderme — ¿Así que tú fuiste el que abuso de Raquel? Pensé que fue Gerald.
— Oh, no, ese muchachito es demasiado piadoso, para mis propósitos, solo la secuestró, yo la hice mujer.
— Me das asco — dije, pero aún tenía una pregunta — ¿Quiénes son? Los que fingieron ser tú familia.
— Whitney es mí hija, Liana es hija Carrie, al igual que Gerald y Tom, es la madre viuda de Bastián. Sólo fingimos ser una familia tradicional por tí, para atraparte, espero que aprecies este sacrificio. Carrie siempre fue demasiado vieja y aburrida para mí gusto.
No sé cómo, no sé porqué, pero termine por revelarle un pensamiento que por muchos años me provocaron ganas de vomitar.
— ¿Sabes? Hubo una época en la cual te ame — no pude evitar llorar, al recordar aquella época en la que fui feliz, tuve una familia, un futuro y todo estaba bien, porque no sabía nada, porque era ignorante de la realidad —. Quería ser como tú — susurré —, estaba orgulloso de llamarte "padre", te amaba.
Dije.
No sé porque lo hice, pero lo hice.
William me observó con algunas lágrimas, lentamente se acercó a mí y me sujetó de las mejillas.
— Aún estás a tiempo, hijo, únete a nosotros, ¡Deja esa herejía! ¡Aún puedes ser como yo! Todo volverá hacer como antes, serás mí heredero...— William sonrió, con un brillo de locura en sus ojos — Tabitah será tuya...podrías ser como yo.
Negué.
— ¿Un depravado enfermo cómo tú? No gracias, la muerte es mejor opción.
Me sorprendí al ver la decepción y tristeza en sus ojos, ¿Acaso...acaso sentía lástima por mí?
— Serás sacrificado está noche, al igual que Wahr y la sentencia de Chloë será ejecutada: Chloë será violada colectivamente y cada cinco años será llevada a Grimore para que produzca bebés — parpadeó cansado, ya sabía que iba a morir.
Ya no sentía nada.
Simplemente era incapaz de sentir algo más que no fuera la desesperación producida por mí propia idiotez.
— Debo admitir que me sorprendiste mucho, fue difícil atraparte, después del caos que sembraste en la última ciudad libre no tardamos mucho en notar que quien te ayudo fue Wahr, curiosamente "verdad" en alemán, fue fácil, ya que en ese entonces era esclavo del señorío principal de la ciudad y tú tenías bajo tu poder información que nadie más podría tener, a no ser que fuera cercano al señorío, entonces lo convertimos en el Iluminado para que así tuvieras más confianza de venir a esta ciudad. Enviamos a la dulce e inocente damisela en apuros de Bellamy, ella es perfecta, acató cada orden sin preguntar. Por mí logró casarse, ¿Sabe? — William sonrió, sentándose frente a mí — me debe completa y absoluta devoción — nuevamente la decepción iluminó su rostro —. Pudiste ser un alfa, hijo, pudiste ser un alfa, en cambio ahora serás una declaración de guerra oficial, ya no podemos permitir que el grupito de Allegra siga arruinando nuestras ciudades y ya que tú eres un experto en arruinar serás el sacrificio perfecto — las puertas tras de mí se abrieron, giré mí cabeza como pude, haciendo que mi nariz se moviera por los aires, esperé a que cayera, pero en vez de eso vi a varios uniformados sosteniendo la cabeza de los mercenarios, todos, incluidos el que se fue con Raquel estaban muertos y sus cabezas dacapitadas en el suelo —. Bueno, es hora del sacrificio. Maldición, no creí que todo resultará tan bien, desafortunadamente algunos si murieron, solo tenían chalecos antibalas, pero...bueno, es un precio a pagar por un bien mayor.
Rápidamente los uniformados me sujetaron y jalaron de mí cuerpo. Me amarraron las manos y me sujetaron a un auto, intenté correr junto con el auto, pero iba muy rápido y acabo por arrastrarme, quitándome la piel del pecho y las piernas. Ya era de noche. Y vi a varias personas que estaban en la Kanisa sonriendo, señalando su chaleco antibalas con burla.
— ¡No diste! ¡No diste! — cantaban burlonamente persiguiendo el auto el cual me arrastraba por el suelo, dejando trozos de mí piel en el pavimento.
Allí, frente al bosque había unas estructuras de madera, con puntas filosas, capaces de empalar a cualquiera. Estaba al borde de la inconsciencia por el dolor. El ardor de mí carné era insoportable y perdí mí nariz en el camino, dejando únicamente un hueco en donde a duras penas podía respirar. Pero los gritos de Chloë me hicieron ponerme alerta, noté a la multitud, a todo el pueblo cerca de las estructuras de madera.
Chloë estaba siendo abusada.
La pobre gritaba, mientras un grupo de quince hombres la tomaban, pronto dejé de verla al darme cuenta de un pedazo de carne que yacía colgado en una de las estructuras de madera.
Era Wahr.
O le que quedaba de él...
No tenía piernas, tampoco brazos y los picos filosos lo atravesaban en la cintura, haciendo colgar su maltrecho cuerpo.
— ¿Aún está vivo? — pregunto Liana dándome una bofetada y corriendo junto a la multitud.
Ella tenía razón...
Wahr seguía con vida.
Él movía sus ojos...sus ojos se movían...no tenía lengua...pero sus ojos se movían, se movían...
¡Oh, Dios, no! ¡Por favor, no! ¡Wahr no! ¡POR FAVOR, NO! ¡WAHR SÓLO QUERÍA SER LIBRE! ¡QUERÍA SALVAR A TODOS!
¡ESTABA CON VIDA!
¡ESTA CON VIDA!
Wahr estaba con vida...
— Mirá lo que hiciste, Gyula — aparté la mirada de William, que me sujetó y forzó a mirar a Wahr —, él pudo tener una vida plena y satisfactoria, pero no, tú tuviste que llenarle la cabeza con tus herejías. Ahora debes pagar por lo que haz hecho. Quizás en otra vida Wahr sea perfecto.
Los uniformados me sujetaron de los brazos y piernas, y me alzaron, mientras subían las escaleras, pero a la mitad de ellas me dejaron caer, rápidamente se devolvieron con las risas del pueblo entero de fondo. Al llegar a la cima de las escaleras, estaba Tabitah y Bastián, con coronas de flores, la misma Tabitah me colocó una corona de flores en la cabeza.
— ¿Por qué...? — alcancé a decir.
Fue muy doloroso emitir palabra alguna.
Tabitah me observó con lástima y acarició mis mejillas desgarradas con sus delgados dedos.
— Es un precio a pagar. Con tú sacrificio las mujeres tendremos más derechos, las mujeres de Un Mundo Libre serán más libres. No tendremos que usar velos, podremos hablar en público y tener más poder. Por favor — Tabitah besó mí frente y me miró fijamente a los ojos, y por alguna razón vi amor en ellos o eso anhelaba yo —, perdóname, necesitamos un cambio y tú, eres el primer paso para el cambio, si mueres sacrificado aceptarán a la Benevolente como la nueva diosa de un mundo libre, ahora habrán dos dioses y una diosa. Las mujeres seremos más libres — de repente se puso sería, sus ojos eran fríos, como el hielo, pero yo deseaba verlos arder en el infierno —. Soy madre, Gyula, soy madre de dos niñas y haré todo en mí poder para que sean perfectas, puras y libres, ellas no sufrirán lo mismo que yo sufrí. Mataré a quien sea para garantizar su felicidad.
Entendía su necesidad, pero yo podría haberla ayudado, ella podría haber sido libre junto con sus hijas, lejos de la doctrina cruel de esta secta. Pero su fanatismo religioso la cegó.
— Yo te amaba...— mí voz era ronca, tenía las cuerdas vocales destruidas de tanto gritar.
— Lo sé — susurró besando mis mejillas llenas de sangre —, lo sé.
— ¡HA LLEGADO EL DIA, HERMANOS Y HERMANAS! — gritaba el...¿Esposo de Tabitah? Ya ni sabia que eran ni me importaba — ¡HOY LE DECLARAMOS LA GUERRA A ESOS HEREJES! ¡ESTE IMPIO MORIRA HOY! ¡El fue parte de los nuestros una vez! ¡Ahora es una declaración de guerra!
Los uniformados me sujetaron y lentamente me dejaron caer en la estructura de madera. Los picos filosos atravesaron mis brazos, uno de ellos atravesó mí pecho, una de mis piernas fue atravesada por una de las puntas, estaba empalado. Estaba siendo sacrificado. Mis huesos tronaron cuando fueron atravesados por las puntas metálicas, el dolor...era aberrante. Mi carne se desgarraba, mi piel estaba destrozada, pero no lo suficiente como para dejarme caer al vacío, si mi piel se rompía tal y como desesperadamente deseo la caída podría matarme, a no ser que quede empalado en otra punta filosa...
El dolor era insoportable.
No se el porque lo hice, quizás era menos doloroso hacerlo, pero grite, grite y grite, con todas mis fuerzas, grite hasta que no pude más, porque mi boca empezó a sangrar. Grite por que Warh no podía gritar. Tambien grite por Chloë y Raquel, porque por MI culpa, por pensar en MI futuro ahora ellas serán condenadas.Moverme era supremamente doloroso, a penas pude hacerlo y una filosa punta se clavó en mis estomago, un movimiento de dolor más y la punta filosa abrió por completo mi estómago, haciendo que mis...mis...mis...mis órganos...mis órganos...¡No! ¡No! ¡Diablos, no! ¡NO! ¡NO! ¡POR FAVOR, MATENME! Mis órganos estomacales se deslizaban fuera de mi cuerpo...estaba abierto, por completo abierto.
No quiero...
Duele demasiado...
¿Por qué duele tanto?
¿Debe doler tanto?
¿Por qué estoy pensando?
¿Estoy delirando?
No podía oír.
No podía gritar más.
Apenas sí podía ver, por la sangre que caía en mis ojos.
Veía sus figuras bailando alrededor de la fogata debajo de mi...los veía reír...burlarse...regocijarse de mi sufrimiento...
Gire para ver a Wahr, quise disculparme, él era un chico tan joven y deseoso de vivir, vivir en libertad, lejos de las doctrinas y el sometimiento sexual. El quería vivir, yo quería morir, ahora por mi culpa ambos íbamos a morir. Me empeñe tanto en salvar a Tabitah que no me di cuenta de las señales, diablos...¡Todo era tan claro! No me sorprendía si resultase que ellos mismos rompieron el muro.
Pero Wahr ya estaba muerto.
Sus ojos eran rojos, estaban inyectados en sangre.
Pronto la fogata empezó a consumir la estructura. Quemando mis fracturados tobillos. Ellos parecieron regocijarse más, bailaban y tocaban alguna de instrumento, podía oír muy levemente el sonido de la música...
Realmente quise creer que después de la muerte hay un paraíso intergaláctico...
Pero...¿A quién quiero engañar?
Podía sentir, sentir el dolor de las heridas, rogué por una muerte rápida, pero en vez de eso quemaron el inicio de la estructura, con los cuerpos de los mercenarios y los pocos miembros de la secta que murieron. No podía escuchar nada, nada más que el latir de mí corazón... volverse...lento...muy lento... demasiado lento...
Ellos a movían, como si bailarán, sujetados de las manos...Tabitah también lo hacía...sujetada de la mano de Bastián y William...
Mí corazón...
Lento....está muy lento....¿Por qué late tan lento?
Al final de todo me sentí como un estúpido.
Un estúpido por no correr cuando tuve la oportunidad, un estúpido porque aún amaba ese par de ojos grises.
Un estúpido por no darme cuenta que en el juego del cazador y el conejo yo era el conejo.
Al final...mí corazón....se volvió muy lento...
Hasta que ya no latió más...
Cuando tenía cinco años, el ejército de Varela invadió mi país, más de dos billones de personas murieron ese día, incluidos mis padres, pese a que la época de la conquista supuestamente había terminado hace milenios, Varela fue nación tras nación, país tras país, conquistando, primero los aisló económicamente, provocando la caída masiva del valor de las monedas nacionales de los países que deseaba conquistar, luego empezó enviando a miembros de su ejercito, matando a todo líder político que se metiera en su camino. El primer atentado que hubo en mi país por parte del imperio de Varela fue un auto lleno de bombas, al lado de un estadio, lleno de personas inocentes que solo querían disfrutar de un domingo tranquilo, once millones de personas murieron ese día, luego vinieron los ataques aéreos y finalmente un ataque militar masivo y el asesinato de los presidentes, reyes o dictadores de los países elegidos como objetivo de conquista hizo de Varela un imperio poderoso, construido con los cadáveres de millares de vidas inocentes. Después de quedar huérfana fui enviada con mis parientes más cercanos, quienes eran parte de Un Mundo Libre, para evitar que su próspera rama familiar de solo hombres se viera manchada por una vagina, me vendieron a Afrodita, la forma más ortodoxa que la secta te permitía deshacerte de un niño, la otra opción era Grimore, les agradezco de corazón que me vendieran a Afrodita y no a Grimore.
Luego crecí educada para convertirme en una esclava sexual, fui vendida a Cesar Kosllov, con quien tuve a mi primer hijo, quien fue asesinado por su esposa, Darla Kosllov que tiempo después fue asesinada por su propia hermana, Diane, que se casaría con Cesar, convirtiéndose así en la nueva señora Kosllov. Puede que Gyula piense que William, su padre era un monstruo, pero para mi fue un ángel, sino fuera por él mí boda con Bastián jamás hubiera sido posible, por eso acepto y respeto su decisión de quedarse con Whitney y hacer lo que considere apropiado con ella, no me importa lo que digan los demás, que está enfermo, que es asqueroso o un pecado tener esas clases de deseos por su propia hija, no me importa si para ellos William Vodja es un monstruo, porque para mí es un héroe. Sin él jamás me hubiera podido casar con Bastián, le debo mí felicidad y completa devoción. Era una adúltera según nuestras leyes, jamás podría haberme casado sin la intervención de William. Enterré a mí segundo hijo en el jardín, justo debajo de una flor de plástico, una que sería eterna.
Un Mundo Libre fue creado por un hombre que creía en la libertad del alma espiritual, creía en la perfección y en la pureza. Al principio, como todo genio adelantado a su época lo llamaron loco, incluso hicieron que la autoridad pecaminosa de la policía lo encerrara, pero luego llego la verdad, las personas conocieron su bondad y la verdad tras su poderosa palabra, uno a uno cayeron en la realidad: debíamos cambiar, hacer algo. Acabar con los impuros herejes. El ser humano es egoísta. Siempre pondrá sus propios deseos sobre los demás, incluso puede llegar a atentar contra la vida e integridad de otra persona con tal de cumplir sus deseos, siempre buscamos nuestro propio beneficio, si, a veces buscamos el bienestar de otras personas, pero eso es justo porque nos traen algún beneficio: nos hacen sentir amados, nos complacen o generan algún beneficio físico o psicológico en nosotros; somos egoístas porque en si no amamos a esas personas, amamos como somos cuando estamos con ellas, como nos hacen sentir. Y cuando ese sentimiento, cuando esa sensación se apaga o ya no es satisfactoria, suficiente o ya no la quieres sentir te deshaces de esa persona, porque ya no amas esa fase de ti, ya no amas como eres con esa persona.
Lo mismo aplica para los objetos.
Siempre buscamos nuestro propio beneficio, pero cuando estamos en peligro o algo no nos agrada buscamos la forma de deshacernos del problema o que alguien más sufra con ello. Y luego nos lavamos las manos como Poncio Pilato cuando vemos el sufrimiento de otra persona, porque sinceramente no nos importa, porque no nos afecta.
Y eso es lo que la Benevolente va a cambiar, porque ella no permite esa clase de pensamientos egolatras en sus seguidores.
Y yo ame a Gyula con todo mi corazón, por eso lo escogí, mediante su sacrificio todo seria perdonado, ahora debe estar feliz viéndome desde el paraíso intergaláctico. Es puro y perfecto, ahora ha sido iluminado por la sabiduría de los dioses espaciales y será consumido por su gloria.
Lo amo y siempre lo hare.
Porque me dejo un pedacito de él en mi interior.
Pero no dejare a Bastian jamás, de solo recordar su mirada fría, aterradora y furiosa cuando supo que nuestro hijo había muerto me ponía tan feliz, porque el me ama y me apoya sin importar el que.
"— Veo que entiendes — él se levantó y fue a la puerta de mí habitación, pero su semblante cambio, ahora tenía aquella expresión fría y aterradora, sus ojos brillaban de forma...tan, tan aterradora, la misma noche que...—. A veces enserio odió tú actitud. Ustedes las mujeres son la desgracia de todos los hombres, todos"
Ese dia reafirme mi devoción por él, por mi marido, porque recordé como asesino a su prometida para estar conmigo, porque recordé como asesino a todos los bastardos que me condenaron de adultera alguna vez y como le quito a Cesar la oportunidad de ser padre alguna vez. Los gritos de Cesar al ser castrado me hicieron temblar de alegría en las frias calles.
El plan era simple: deshacerse del perpetrador de tantas muertes de nuestra comunidad, restablecer el orden y la paz, está vez de la mano de una nueva deidad, una Trinidad espacial: el Hacedor, el Excelso y la primera mujer de la historia; la Benevolente, la diosa esposa del Hacedor y el Excelso, la madre cósmica de todos. La Benevolente fue lo único que me mantuvo cuerda en Afrodita, ella hablaba conmigo...tal y como en su momento el Hacedor y el Excelso hablaron con nuestro fundador. Y ahora era que fuera reconocida como la diosa que es.
Caminé tranquila por las vacías calles de Villanelle. Mientras caminaba las mujeres de todas las edades de Villanelle me siguieron muy de cerca, yo bailaba descansa en la calle, todas las féminas me siguieron con sus velos en la cabeza, caminamos hasta la Casa Roja, frente a la estructura me puse de pie frente a ella y las miré, infle mí pecho de orgullo y relaje mis hombros. Era hora del cambio:
— ¡Hoy! ¡Hermanas mías, es un día de gozo! ¡Pues hoy la Benevolente los ha bendecido! ¡Quemen pues sus velos y sean libres, hermanas! ¡La nueva diosa os da su bendición!
— ¡Al Hacedor vamos a adorar, al Excelso a escuchar y a la Benevolente amar! — gritaron mientras una a una lanzaban sus velos al fogata.
No pude evitarlo, empecé a llorar. Todas corrieron hacía mí, abrazándome y imitando mis lamentos, y sollozos.
¡Oh, Gyula! ¿Podrás perdonarme?
Una a una se alejaron de mí, tomaron ladrillos, rocas y lanzaron botellas de cerveza contra la Casa Roja, luego una de ellas lanzó una vela, prendiendo todo la estructura en llamas. Ya no habría Casa Roja. Ya no habría más adoctrinamiento obligatorio. Ahora, podíamos elegir, no todo, aún dependemos de la perfección masculina, si decidimos demasiado el pecado nos consumirá.
Tras la ceremonia de liberación femenina, fuí a mí hogar, donde mi esposo y mis hijas me esperaban. A penas llegue a la puerta cuando un fuerte golpe en mí cabeza me hizo tambalear, me giré enojada enfrentándome hacía el hereje que me había golpeado: la miré sorprendida, pero tranquila; era Raquel, cuyos ojos estaba rojos de tanto llorar; sus heridas ya habían sido curadas, ninguna era letal, incluso le aplicaron anestesia en el momento de hacerlo, después de todo estaba embarazada.
— ¿Cómo pudiste? — dijo enojada, dándome puños en el cuerpo, aún estaba tan débil por la anestesia que a penas sí sentía algo — ¡ÉL QUISO AYUDARTE! ¡IBA A SALVARNOS! ¡AHORA CHLOË SERÁ VIOLADA PARA SIEMPRE! ¡Ahora está muerto! ¡Al igual que Wahr!
Suspiré.
Los sacrificios deben hacerse, más por un bien común.
— Corre, Raquel, házlo, no te voy a detener, en la mañana van a volver a reparar el muro y no podrás escapar, solo...— coloque mi mano en su vientre y ella me observo con horror — cuida bien de tu bebé.
Ella me observó con horror, negando.
— No... sólo... sólo soy una niña...¡No puedo estar embarazada!
— Pues lo estás — dije con seriedad —. Vete, Raquel y nunca vuelvas. Porque si lo haces, me aseguraré de que tus pecados sean depurados.
Ella pareció asustada por mis palabras y salió corriendo hacía el bosque sin mediar palabra alguna. La mire hasta que no la vi más porque el bosque oculto su huida.
Y nunca más la volví a ver.
Entre a mí hogar, rápidamente subí las escaleras, por una de las ventanas observé la flor sintética, debajo de ella, estaba mí hijo no nacido.
— Te amo, cariño — susurré mirándolo —, estarías muy orgulloso de lo fuerte que es tú madre.
Dije para seguir mi camino en busca de mis hijitas. Tuve que enviarlas a otra ciudad mientras me encargaba de todo el asunto con Gyula, las extraño tanto, sus manitas sus ojitos, son mis niñas.
— ¿Están despiertas? — susurré al llegar al lado de mí esposo, él asintió.
— Fue un largo viaje, pero esperan ansiosas a su madre — lo besé feliz. Ahora todo estaba bien y mí hogar, y familia sería bendecido por nuestro arduo trabajo —. Gyula era un conejo — dijo Bastián tomándome de la cintura — uno que fue devorado por un hermoso cazador y ese cazador eres tú, querida.
— Lo hicimos todo en nombre de nuestro dioses — dije, para entrar en la habitación de mis niñas, al verme ellas saltaron a mis brazos sonrientes.
— ¡Madre! — gritó Philipa.
— ¡Mamá! — gritó Nicolette.
— ¡Mis niñas! — dije abrazando sus pequeños cuerpecitos —. Mis dulces y perfectas hijas — las miré sonrientes, ahora serían libres —. Deben estar cansadas, ¿No?
Ellas asintieron, con mi pequeña Nicolette bostezando y mí Philipa frotando sus dedos contra sus ojos en un vano intento de mantenerse despierta.
— Acuestense, hijas mías, mamá les contará una historia.
Mis hijas se acostaron a mí alrededor, mirándome, sabiendo que yo siempre las protegería.
— ¿Qué clase de historia, madre?
Sonreí, acariciando sus cabellos dorados y castaños.
— La historia de una diosa, la historia de la madre cósmica.
— ¿La madre cósmica? — preguntaron inocentes, abriendo sus ojitos con muchísima curiosidad.
— Sí.
— ¿Y quién es ella?
— Es una diosa, que gobierna la galaxia junto con el Hacedor y el Excelso.
— ¡Sí! ¡Cuéntame la historia! — rogó Nicolette, sonreí, besando las frentes de mis niñas.
Bastián me miraba desde el marco de la puerta, sonriendo, orgulloso de su familia.
— Había una vez...tres dioses, ellos eran el Hacedor, el Excelso y...La Benevolente, la Benevolente fue la primera mujer en existir, ella era tan hermosa y ella es la protectora de todas las mujeres. Repartiendo su sabiduría con todos.
— ¿También a las niñas?
Pregunto mí pequeña hija, Phillipa.
— También a las niñas.
Aseguré.
— Es obvio, la Benevolente desea un paraíso eterno para todas las mujeres y niñas.
Sonreí orgullosa de mis hijas.
— Así es Nicolette
Observé sonriente a mis hijas, ahora todo sería más fácil, en especial para las niñas, el sacrificio de Gyula Vodja valdría la pena, porque sin él la Benevolente jamás habría sido aceptada como una diosa en nuestra religión.
Gracias, Gyula, gracias.
Tú sacrificio siempre será recordado, pequeño conejo.
Después de todo, él era un conejo, que cayó en las garras de una cazadora como yo.
Esta vez el león sirvió a la gacela y después...la gacela devoró al león.
Gracias, Gyula.
FIN.
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