34. Беги, кролик, беги!
TABITAH.
ACTUALIDAD.
Observé fijamente a las dos chicas inconscientes en la parte trasera del auto. Gyula observaba fijamente el camino, sin prestar atención alguna a nuestras pasajeras. Las heridas de Raquel afortunadamente no eran muy graves, de hecho eran superficiales, con excepción de su intimidad, que sí estaba relativamente herida, se notaba que quien la penetró lo hizo con brusquedad, ocasionando que sangrara.
- Estoy confundida - dije, volviendo a sentarme con la vista al frente, Gyula alzó sus cejas dándome a entender que me escuchaba - ¿Acaso Afrodita no era el lugar donde educaban a las Novias y Novios para su deber conyugal?
Gyula sonrió, negando, aún me sorprendía con la frialdad y naturalidad con la cual actuaba.
- Es una especie de Grimore menos retorcido, venden a las mujeres y hombres allí, únicamente como un juguete sexual o algo similar, claro que algunas se quedan para siempre en Afrodita, también Afrodita es una especie de prostíbulo. Pero, sin duda, las personas en Afrodita son más afortunadas que las de Grimore.
Asentí, observando como poco a poco la nieve caía. Era curioso como un par de kilómetros podía traer la nieve o desaparecerla. Un par de kilómetros hacía la diferencia, entre la libertad y la esclavitud. Gyula parecía concentrado, me sorprendía lo habilidoso que es, no pensé que fuera una máquina de matar, pero al parecer lo juzgue mal.
- ¿Ahora qué?
Gyula parpadeó algo cansado, no físicamente, pero sí mentalmente, conocía esa sensación, esa mirada de querer apagar el cerebro y simplemente no pensar nada más, descansar de las propias voces en tú cabeza que no dejaban de dañar.
- Ahora vamos a encontrarnos con el cuarto testigo, de allí iremos a un hotel en una zona boscosa, allí nos estará esperando quien tiene el poder de acabar con Un Mundo Libre.
Una mirada y sonrisa singular aparecieron en el rostro de Gyula, quien sea que fuera esa persona sin duda alguna tenía el aprecio y admiración de Gyula.
- ¿Y quién es esa persona?
- Su nombre es Allegra.
Respondió, entonando un tono casi músical cuando pronuncio "Allegra".
- ¿Y cómo es tan poderosa?
- ¿Sabes qué, Tabitah? ¿Por qué no cierras la boca un rato? Ya me tienes harto.
Él tenía razón, estaba causando problemas, cuando él era mí salvador y protector.
De repente un movimiento en la parte trasera del auto captó mí atención, me giré y vi a Raquel abriendo lentamente los ojos, parecía aturdida, cansada, el viento helado de la ventana pareció despertarla del todo, mis ojos se llenaron de lágrimas cuando abrió sus ojos por completo, parecía aterrada pero luego sus expresiones faciales cambiaron por una de dolor y consolación. Su mirada lo decía todo, sus enormes ojos me decían lo mucho que estaba agradecida, la chispa de la esperanza era gratificante en sus ojos. Raquel volvía a estar viva.
- Viniste por mí - pronunció en un susurro.
Acaricié su mano con delicadeza.
- Prometí que te sacaría de allí.
- ¡Viniste por mí!
Grito saltando a mis brazos, la abracé con fuerza, era una niña, después de todo, una niña atrapada en el infierno. Besé su mejilla, era tan pequeña, una niñita que no sabía nada ni siquiera de sí misma, no merecía lo que le estaba pasando, pero eso ya no sería necesario, rayos, no, Raquel jamás volvería a sufrir algo así, no lo iba a permitir.
Debido al movimiento de Raquel, la otra chica, Chloë, según me dijo Gyula, también despertó, estaba igual de desconcertada que Raquel, pero pronto pareció entender lo que sucedía, me pareció extraño que Chloë observará de tal manera su cuerpo, específicamente su ropa, como si no estuviera segura de que eso fuera real.
- ¿Ella quién es?
Pregunto Raquel separándose de mí.
- Ella es Chloë Schilling, una chica secuestrada para servir como esclava sexual en Afrodita - dijo Gyula golpeando con sus dedos el volante, de una forma músical.
- ¿Quiénes son ustedes? - pregunto Chloë apartándose en una esquina, luciendo aterrada.
- Yo soy tu salvador, Gyula y las dos chicas a tú lado son de Villanelle, Raquel, la pequeña, también fue una esclava sexual - a pesar de la presentación poco ortodoxa nada parecía quitarle la sonrisa del rostro a Raquel, después de todo estaba a salvo, ya nadie le haría daño y el tener de vuelta esa sensación de seguridad era abrumadoramente feliz, incluso para una pequeña -. Y ella, es Tabitah, creía que Villanelle era perfecto, pero ahora sabe la verdad y...
- ¿A dónde me llevan? - interrumpió Chloë con brusquedad, provocando en Gyula una mueca de disgusto.
- Sí, ¿A dónde? - pregunto Raquel sin perder la sonrisa.
- Vamos a testificar en la corte suprema humanitaria, para poder darle a una persona de gran poder la capacidad de acabar con todas las ciudades libres del mundo y con Un Mundo Libre - respondí, causando una enorme sonrisa en el rostro de Raquel y un brillo confuso de esperanza en el rostro de Chloë.
- ¿Enserio? ¿Vamos a acabar con Un Mundo Libre? - preguntó Raquel esperanzada.
- Sí, su testimonio será más que suficiente para acabar con la secta - respondió Gyula sin observar nada más que la carretera.
A pesar de las explicaciones la angustia en el rostro de Chloë no desaparecía.
- Un Mundo Libre tiene muchísimo poder, ¿Cómo van a acabar con ellos?
Gyula sonrió, esa sonrisa torcida que había aprendido a amar.
- La persona de la cual hablo es increíblemente poderosa, tiene a los dos ejércitos más poderosos de todo el planeta bajo su poder, además, técnicamente es una reina, Zarina, para ser exactos.
- Pero...muchos miembros del gobierno son de Un Mundo Libre, ¿Ella acabará con todos?
Gyula sonrió.
- Chloë, oh, Chloë, mujer de poca fé - se burló Gyula con crudeza -. ¿Saben que sucedió hace cinco años el 21 de noviembre?
- Sí, el atentado al Vaticano.
Respondió Raquel confundida.
- ¿Eso que tiene que ver con esto? - pregunto Chloë, aún sin confiar.
- ¿Quién creen que lo solicito?
Respondió Gyula engreído.
Todas abrimos nuestras bocas con sorpresa, según sé, la iglesia católica es uno de los mayores enemigos de la humanidad o eso me enseñaron en Villanelle, si esa tal Allegra pudo hacer un atentado en contra de ellos era imparable
- ¿Tan poderosa es?
- Sí, Allegra solo quería dar una advertencia, por eso la iglesia católica se ha portado tan bien los últimos años, porque saben que Allegra acabará con ellos.
Estaba sorprendida, literalmente su gobierno debe ser muy influyente para que aún mantenga su poder después de declararle la guerra a la iglesia católica.
Gyula sacó su teléfono y empezó a grabar nuestras voces.
- Teniente Gyula Vodja, de la división Alfa del ejército real del imperio de Varela. Entrevista con la testigo 00-4, sobreviviente a la secta "Un Mundo Libre" ¿Cómo llegaste a Villanelle, Raquel? - todas nos miramos sorprendidas entre nosotras, Gyula puso los ojos en blanco y con algo de impaciencia hablo: - si algo llegará a pasar, como que una testigo se acobarde o sea asesinado quiero tener los testimonios para que el ataque no se vea afectado.
Todas asentimos en señal de compresión, mire fijamente a Raquel y sosteniendo su mano dije:
- Si no te sientes lista para hablar, está bien.
- Gracias, Tabitah - respondió Gyula apretando la mandíbula -. Pero es de suma importancia que Raquel hable.
- Pero...esta asustada - proteste, no quería que ella hablara, no en tales condiciones.
- Esta bien, Tabitah - respondió Raquel con una sonrisa, sin soltar mi mano -. Era mi vecino, creí que era mi amigo, era petulante, le hice...unas bromas con el internet, debido a que usaba el internet del departamento de mi hermana, creí que eso lo alejaría, en vez de eso, le guste más - Raquel apretó mi mano, a la vez en que sus ojos, sus ojitos se llenaban de lágrimas -. Yo estaba tan sola. Mamá no tenía tiempo para mi, mi hermana me veía como una molestia, yo solo quería sentirme amada...y él me hizo sentir querida. Luego...- Raquel negó con la cabeza, conteniendo las lagrimas.
- Fuerza, Raquel, fuerza - dijo Gyula observandonos desde el espejo retrovisor -. Necesito que continues.
- Gyula, por favor - rogué yo, ella ya estaba pasando por mucho.
- Puedo hacerlo - rápidamente Raquel se limpió las lágrimas y continuó su relato -. Luego, Mer, una "amiga" - Raquel se cubrió el rostro con desespero, acaricie su espalda, tratando de calmarla -. Ella me llevó a la fiesta, Gerald me convenció y ella me llevó a la fiesta - me mordí la lengua al escuchar el nombre de mi hermano, ¿Él le hizo esto? -, luego me secuestro y violo, pero pronto se aburrió de mi, entonces su padre me usó. Me abuso.
No pude mirar mas a Raquel a los ojos, mi padre y mi hermano, le hicieron muchísimo daño y yo era una culpable indirecta, solo por ser una Kralj. Gyula me observaba con curiosidad, el lo sabia todo, pero permaneció callado, ¿Quien sabe como reaccionaria Raquel al saber que yo era familiar de los hombres que la rompieron?
- Gracias, Raquel - pronunció Gyula con frialdad, parando la grabación y volviendo a empezar a grabar -. Teniente Gyula Vodja, de la división Alfa del ejército real del imperio de Varela. Entrevista con la testigo 00-3, sobreviviente a la secta "Un Mundo Libre" ¿Cómo llegaste a Villanelle, Chloë?
Por un momento quise gritarle, su frialdad era inaudita.
- Yo escape de mí casa...- Chloë pareció dudar por un segundo en continuar, pero contra todo pronóstico continuo con su historia -, fue muy estúpido, yo era joven y rebelde, creía que lo sabía todo...y yo me fui, creí que podría salir adelante sola, pero, ni siquiera tenía un lugar para pasar la noche, fue...muy díficil, tenía hambre y frío, pensé en volver a casa pero era...era ¡Una maldita perra rabiosa! - Chloë se golpeó la cabeza con enojo, ante la atenta mirada de todos, incluido Gyula -. Mí orgullo era demasiado, no quería que mamá y papá supieran que tenían razón, por eso acepté que un hombre me diera comida, fuimos a un motel, pensé que querría sexo y ya, pero después de comer sentí muchísimo sueño, al despertar estaba en Grimore, se...se suponía que me quedaría allí pero al parecer era demasiado bonita como para marchitarme en Grimore y me llevaron a Afrodita, como una prostituta.
- En cierto sentido, tuviste suerte.
Pronunció Gyula con indiferencia.
Me sorprendí su falta de empatía, quise decirle que se callara pero antes de que eso pasará Chloë respondió:
- Sí, he...he escuchado lo que hacen en Grimore. Tuve...tuve muchísima suerte, supongo.
Acepto Chloë con dificultad.
- ¡Cuidado! - gritó Raquel, cuando una figura peluda y pequeña salto hacia el parabrisas.
Gyula no reacciono y solo se detuvo después de que una mancha roja mancho el parabrisas, salimos del auto para inspeccionar que estaba pasando.
- Es un conejo - dije sorprendida.
- ¿No debería estar invernando? - pregunto Raquel.
- No lo sé - respondí, tomando una roca al lado del camino, misma con la cual rompí el cráneo del conejo, hasta que finalmente dejó de moverse.
- ¿Por qué hiciste eso? - pregunto Raquel horrorizada.
- Estaba herido, no iba a sobrevivir en estas condiciones.
Gyula sonrió perversamente.
- Tabitah tiene razón, ese conejo hubiera sido una carga y era más piadoso acabar con el.
- Descuida - le dije abrazando a Raquel -, ahora está en el cielo intergaláctico.
Dije tratando de calmar su ánimo, aunque sinceramente no creía del todo en el cielo intergaláctico.
Conduje por el camino cubierto de nieve, hasta que finalmente llegamos al Real Hotel Harrison, aunque fuera difícil de creer, un hotel de cinco estrellas se ubicaba al lado de un carretera, en medio de las montañas y el bosque. Para cuando llegamos al hotel, las tres estaban dormidas, sus rostros reflejaban tranquilidad y paz, el agotamiento y la angustia estaban grabados en fuego en su piel, pero ahora todo estaba bien, ellas sabían que estaban a salvo. El viento acariciaba suavemente el cabello de Tabitah, cuyo rostro era dulce y pacífico, un extraño dolor llego a mi pecho, ¿Enserio solo la quiero para testificar? No, ya estaba más que claro lo mucho que la quería y deseaba, haría todo en mi poder para darle un nuevo motivo por el cual vivir, incluso si ese motivo era yo. Porque ella se había vuelto mi motivo de vivir, se que sonara poco sano esto, pero después de haber rescatado a quince personas de las ciudades libres y que ninguna quisiera testificar por miedo, pocas cosas me motivaban, de hecho ni siquiera podía pensar en el después, en el mañana, pero desde que conocí a Tabitah he vuelto a pensar en el futuro. Ella me dio un posible futuro a su lado. Una vez detenido el auto, me acerque a ella, le di un suave beso en su mejilla helada, aun con mis labios presionados contra su piel dije, casi en un susurro.
- Es hora de despertar.
Sin evitarlo volví a besar su mejilla. Sus largas pestañas se movieron, hasta que finalmente sus párpados se abrieron y sus ojos incoloros me miraron y desee con todo mi corazon ver esos ojos incoloros por el resto de mi vida.
- ¿Ya llegamos? - pregunto curiosa, entrecerrando los ojos por el sol que caía en su rostro, haciendo ver aun mas hermosos sus ojos, como dos cristales translucidos.
Sujete sus mejillas, ella me observo confundida, acaricie su hermosa cara, ella era hermosa, Tabitah Kralj, era hermosa, incluso si su cuerpo tenía una figura muy peculiar, era hermosa, anómalamente hermosa. Sin contenerme mas, la bese. Sus fríos labios se calentaron con los míos, sus manos delgadas y congeladas sujetaron mi cuello, profundizando aún más el beso, pude sentir el salado de sus lágrimas mezclados con nuestro beso. Estaba llorando. No quise preguntar el porque, porque mas que lagrimas o sentimientos, yo quería ser el causante de su sonrisa.
En pocos minutos Raquel y Chloë despertaron al ya no sentir el movimiento del auto.
Las tres observaron sorprendidas el hermoso y elegante hotel. Camine a recepción, donde me dieron la tarjeta de la habitación en la que ya había hecho la reservación y en donde Allegra, y el primer testigo me esperaban.
Caminamos en silencio por los pasillos, hasta el ascensor, luego directamente a la habitación, conmigo acariciando de vez en cuando las manos de Tabitah y ella dándome leves apretones en los dedos, bueno, en donde debería estar mi dedo. Note a Chloë algo incómoda por su ropa, no tenía ropa de mujer disponible para ella, así que tuve que vestirla con una camiseta y pantalones míos, con abrigo que era enorme para la pobre rubia.
- Descuida, Chloë, pronto te podras cambiar.
Ella asintió algo avergonzada, mientras escribía el código en la cerradura electrónica. La abrí y lo primero que vi fue a mi primer testigo mirando por la ventana.
- ¿¡Wahr!? - preguntó Tabitah sorprendida.
Wahr se dio la vuelta sonriendo, saludando de un abrazo y un beso a todas las demás testigos.
- ¿Tu eres el primer testigo? - me causo risa que Tabitah siguiera sorprendida.
Incluso después de todo lo que ha pasado sigue con la capacidad de sorprenderse. Wahr se encogió de hombros sonriente.
- ¿Que puedo decir? Ser esclavo sexual no era para mi.
Respondió Wahr.
- Wahr no solo es mi testigo, sino que también es quien me ayudó a filtrar información para salvar a tres personas de dos ciudades libres, incluidas Villanelle, sino fuera por Wahr jamás habría sabido de la existencia tuya Raquel, o la tuya Chloë.
- Privilegios de ser el Iluminado - respondió Wahr con su radiante sonrisa.
- Espera, ¿Tú eres el Iluminado?
Wahr frunció el ceño.
- ¿Que acabo de decir, Tabitah?
- Por eso me diste esas píldoras, para que Gyula pudiera sacarme de Villanelle - Wahr asintió.
- ¿Y Allegra? - pregunte antes de que Tabitah siguiera haciendo más preguntas.
- Tuvo que irse, hubo un atentado en la capital y ella, como la Zarina que es, tuvo que ir a resolverlo todo, pero dijo que enviaría un helicóptero cuando tú lo ordenes.
Asentí algo decepcionado, quería que Allegra conociera a Tabitah, ambas tenían una ferocidad y una lealtad a sus ideales sorprendente. En cierto sentido, ambas eran muy similares.
- ¿Qué fue eso?
- ¿Que fue que, Raquel? - Tabitah tomo la mano de Raquel, alejandola de la puerta.
- Escuche algo, como muchas pisadas.
- ¿Enserio?
Me acerque a la puerta para ver que era, pero antes de que si quiera pudiera abrirla esta fue derribada. Cientos de hombres uniformados con máscaras de gas y con la bandera de Un Mundo Libre en sus uniformes entraron a la habitación de hotel, quise gritarles que corrieran pero un golpe me hizo caer inconsciente, todo se volvió borroso a mi alrededor, había humo por todas partes, golpes en mi cabeza me aturdieron, Chloë intentó escapar por la ventana, mas que un escape era un suicidio, cualquier cosa era mejor que volver a Villanelle, pero la sujetaron con fuerza del cabello, arrastrandola por el suelo, mientras dos hombres se la llevaban, Raquel gritaba y paleaba en el hombro de uno de uniformados, a Wahr lo golpearon con un arma en la mandíbula, haciéndola crujir, lo sujetaron de los brazos y las piernas mientras lo sacaban a la fuerza. Logre derribar a uno de ellos, pero el humo me hacia sentir débil y desorientado, supe entonces que era un somnífero, Tabitah trato de ayudarme, pero rápidamente la apartaron de mi lado, me aferre a su mano, no quería soltarla, pero esos bastardos presionaron mi herida, la falta de mi pulgar hizo todo más difícil.
La solté.
¡No quise hacerlo! ¡Realmente no quise! Pero...estaba tan aturdido y la herida en mi mano era muy dolorosa, tenía miedo de perderla, de perder mi futuro, pero lo hice, la solté, debi aferrarme a ella como nunca y no soltarla incluso si me cortaban la mano. Pero no lo hice.
La deje ir.
Lo último que vi, fue a Tabitah cayendo inconsciente en los brazos de uno de los uniformados, con los gritos de Raquel, Chloë y Wahr de fondo.
Al despertar ya era de noche, todo estaba oscuro y no había ni un solo rastro de Raquel, Chloë o Wahr, mucho menos Tabitah. No tardo mucho para que descubriera que habían asesinado a todo el personal de hotel y huéspedes, no me sorprendía, una de sus leyes era ver como impuros a cualquiera fuera de la secta.
Aun tenia bajo mi poder mi celular, con las grabaciones de los testimonios.
Ahora bien, tenia dos opciones:
1) Correr en busca de Allegra y mostrarle las grabaciones, accionar el ataque y acabar con Un Mundo Libre, arriesgándome a que asesinaran a Tabitah y a los demás en el proceso, además de que tardaría casi tres días en llegar a la siguiente ciudad y no podía usar mi teléfono, ya que no había quedado bastante dañado en el ataque, pero al menos, las grabaciones estaban intactas.
2) O buscar a un grupo de mercenarios en contra de Un Mundo Libre a una ciudad a cuatro horas de aquí e ir en busca de Tabitah y los otros, para regresar en busca de Allegra, además de tenerlos como testimonio vivo de las atrocidades hechas por la secta.
Correr como un conejo asustado o ir tras mi futuro, tras mi razon de no querer morir por el momento.
No fue una decisión tan difícil.
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