O | 25
El día que parecía haber sido uno espléndido y grandioso para tomar el sol, hacer ridiculeces en la piscina o reír en familia, se había convertido en uno lleno de miedo, tormenta y lo peor: la declaración de la guerra.
Raven presionó con fuerza la palanca del acelerador, intentando escapar de los guardias de Lysandra, con June en su espalda y rogando por no perder la vida en el intento.
Pronto, los ojos de la chica de agrandaron y sus pupilas se encogieron cuando sintió balas láser rozar por su cabello, ella volteó rápidamente la cabeza. Unas diez patrullas de Lysandra estaban detrás de ella, así que no tuvo más remedio que poner a June al frente.
— ¡Enciende el piloto automático y no te muevas! — Ordenó la de ojos blancos mientras encendía su casco una vez más y sacaba de sus bolsillos unas pistolas.
June se quedó estático, él hizo lo mejor que pudo para llevar a ambos a casa, pero, se quedó sin palabras al ver como Raven se paraba en la motocicleta, manteniendo el equilibrio en sus dos pies, aunque fueran a una velocidad monstruosa.
— ¡Jefa! ¡¿Qué crees que haces?! — Gritó desesperado el niño, tomando una pierna de Raven para que no se cayera.
— ¡Tratando de protegerte, mocoso! — La más alta empezó a disparar, intercalando una pistola con otra, apuntando hacia los pilotos de las patrullas.
La adrenalina llenó el pecho de Raven, no titubeaba ni un segundo al tirar del gatillo, sus disparos eran casi perfectos gracias a la ayuda del casco que traía puesto.
Ella dejó de disparar cuando giraron hacia la esquina y se volvió a sentar en la motocicleta, vigilando sus espaldas y el frente. Lo único que no se esperó es que los de la FIL ya estaban en los tejados de los edificios y con flanco tiradores, apuntando hacía el pequeño vehículo.
— ¡PÚDRETE! — Exclamó la joven, al mismo tiempo que con su pistola de corta distancia le disparó al soldado que estaba en el techo del edificio.
Ella volvió a tomar el control de la motocicleta, está vez, subió el edificio por la pared, y le quitó el flanco tirador al soldado caído.
— Hay que perderlos — Habló una vez más, mientras aceleró el vehículo y saltaron del edificio.
Ella no podía negarlo, le encantaba el sentimiento de acelerar, correr y disparar. La nostalgia de los videojuegos de cuando era niña le inundaron la cabeza. Logrando escapar de los soldados que la perseguían.
★
Mientras tanto, Reya estaba sentada en una silla, tratando de recapitular lo que había pasado en la última hora. La fiesta había sido un desastre, más que eso tal vez.
Todos los invitados se habían ido del miedo, y los únicos que quedaban eran Lio, Lysandra, algunos soldados supervisando los alrededores y ella.
— ¿Por qué hizo eso? — Preguntó la de cabellos rosados a la divinidad, que estaba comandado a algunos de la FIL.
— No lo sé, fue demasiado escándalo para solo una presentación — Contestó la mujer de cabellos platino, mirando a la otra con algo de decepción.
— Además, no dudó ni un segundo en matar gente... Y me llamó asesina — Reya empezó a llorar y se mordió los labios frustrada.
— No eres una asesina, solo, uno hace lo que tiene que hacer para sobrevivir — Lysandra miró a Reya con una sonrisa y se acercó a ella, tocándole el hombro. — Al menos, regresaste... Y eso es lo que cuenta —
Luego, Lio quien seguía rodeando el área con sus compatriotas, se fijó en las cámaras que provenían de todos lados, en cada esquina de cualquier piso.
— ¿Señoría, dónde puedo ver las grabaciones de las cámaras? Si me lo permite, por supuesto — Lio se acercó a Lysandra, su expresión fría pero de respeto total a la divinidad.
— Sígueme —
★
En la esquina más fría y oscura de una pequeña celda, unos labios tan secos de hablar tanto, susurrando plegarias y lentamente cayendo en el borde de la desesperación.
Miranda rezaba cada día, en cada minuto libre que ella tenía, sabía que Lysandra escucharía sus plegarias en cualquier momento, anhelando el hermoso reencuentro de su sobrina.
Cada oración se volvía más tenue que la anterior, hasta volverse nada por las lágrimas derramadas en sus ojos azules, ella se levantó en un arranque de ira y pateó uno de los barrotes de titanio que la resguardaban en un minúsculo basurero de dos por dos metros.
— No hace falta tanta violencia — Habló uno usando una capucha roja que le llegaba por encima de los tobillos, mostrando unas botas negras militares.
— ¿Quién eres?... No voy a hacer otro maldito encargo hasta que me dejen ver a Mónica — Habló con resignación e ira la mujer de cabellos castaños.
— Para eso estoy aquí, mi nombre es el Cazatalentos y necesito tus habilidades para liderar una guerra en contra de todo el sistema conocido — Con una sonrisa llena de calidez, el encapuchado le pidió a su secuaz, que eran exactamente iguales, que abriera la celda.
— No eviten mi pregunta... ¡¿Quienes son ustedes realmente?! — Exclamó la mujer mientras tomaba la capa del que tenía en frente.
— Somos nosotros — Las figuras encapuchadas se quitaron sus máscaras, revelando dos rostros idénticos de cabellos grises, ojos dorados y de mediano tamaño.
— ¿Zua?... ¿Zuo? — La mujer soltó la capa de Zua y empezó a llorar, luego, abrazó a los gemelos que tenía enfrente. — ¿Cómo?... ¿Qué pasó? —
Los gemelos de cabellos grises se vieron el uno al otro y suspiraron.
— Larga historia, pero ahora tenemos que huir — Respondieron al mismo tiempo y luego, las sirenas de seguridad se encendieron, ellos tomaron apresuradamente a Miranda por los brazos y salieron corriendo.
★
Unas horas antes.
Raven gritó victoria cuando entró en el edificio dónde vivían, aunque June estaba tieso del miedo que había sentido. Algo que en su vida jamás quisiera volver a experimentar.
— ¡Llegamos! — Gritó con una carcajada llena de adrenalina la joven de ojos blancos, mientras se quitaba su casco.
— ¡¿Qué mierda se supone que hiciste, Rou?! — El Cazatalentos se acercó a Raven y la golpeó en el pecho, empujándola hacía atrás
Raven quedó extrañada al principio, su superior jamás la había tratado de esa manera, incluso si de verdad la había cagado en grande.
— Fui a traer información de Lysandra, ¿Verdad, June? — Raven dijo con seguridad y le dió un leve codazo al chico más bajo.
El niño al momento en que su jefa de equipo le dijo eso, se quedó más estático de lo que ya estaba, incluso palideció y tragó saliva.
— Yo... Escucha... Quiero decir, había un niño y- — June tembló mucho y el pobre empezó a llorar de la frustración, ahí fue donde Raven lo interrumpió.
— ¡¿La tienes o no?! — Exclamó muy enojada y se puso frente a frente con June, mirándolo casi con odio.
— Me la robaron — Respondió entre lágrimas de vergüenza, miedo e impotencia, apretando la tela de su blusa.
— Puta madre — Espetó casi en un susurro la más alta y se acercó a un escritorio cercano con muchos papeles, los cuales aventó al suelo desesperadamente. — ¡Me lleva la chingada! —
Tanto como el Cazatalentos como June se sobresaltaron, el comportamiento de Raven jamás fue tan agresivo como antes, ella era una enojona, pero jamás una violenta.
— P-perdó-ón... Yo... Te- — Titubeó el niño una vez más, a lo que la joven volvió a interrumpir.
— ¡CÁLLATE CON UNA MIERDA! — Exclamó aún más enojada, mirando con ojos asesinos a June. — CASI ME MATO ALLÁ AFUERA... ¡PARA QUE NO TRAJERAS LA PUTA INFORMACIÓN! —
El Cazatalentos abrazó a June para protegerlo de cualquier arranque violento que Raven pudiera tener e incluso, pudiera golpearlo.
— ¡Deja al niño, lo estás espantado! — Ordenó el enmascarado, acariciando los hombros del niño.
— DIME QUIÉN FUE EL CABRÓN QUE TE ROBÓ LA INFORMACIÓN — La más alta golpeó con un solo puño el escrito de cristal que tenía a su lado.
— Era un niño... Cómo yo... Era como mirarme en un espejo, éramos iguales — Contestó apresuradamente, con la voz temblorosa y llena de miedo.
Raven, al escuchar las palabras de June, empezó a formar una sonrisa, la cual se convirtió en una que la hizo reír a carcajadas.
— ¡¿Un niño?! No me hagas reír... ¡¿ME ESTAS DICIENDO QUE UN MOCOSO DE TU ESTATURA TE ROBÓ LA INFORMACIÓN?! — Raven gritó aún más alto aún y el Cazatalentos se puso enfrente de June.
— ¡Compórtate, Rou! Está no es la manera de hablarle a un niño... Como si hubieras aportado mucho a tu misión mierdita para que vieran tu puta cara — Habló el encapuchado, mientras veía a Raven con desprecio.
— ¡Al menos que me diga que fue lo que vió! ¡¿Qué archivos malditos tenía Lysandra en su poder?! — La más alta miró primero miró al Cazatalentos y luego al niño de ojos lilas tembloroso.
— ...Lysandra es humana... Ella adquirió sus poderes, pero no sé de qué manera — June volvió a temblar, pero se paró enfrente de Raven. — También, decían que la guerra estaba cerca... Y que el proyecto Neo Futura era importante para no sé qué —
— Tenemos que saber más acerca de eso, Raven — Habló una voz dentro de la cabeza de la joven, ella volteó para todos lados, buscando el origen de la voz.
— ¿Rou? ¿Estás bien? — Preguntó el Cazatalentos viendo con algo de confusión a la chica.
— No seas tan indiscreta, solo soy yo, N — Habló de nuevo esa voz afeminada y tenue dentro de la cabeza de la pelinegra. — Ellos no deben saber que vivo dentro de tu cabeza —
— No es nada — Respondió en seco la más alta, y luego se cruzó de brazos, su comportamiento había mejorado. — Solo, tengo que pensar en un gran plan para salir de este problema y también quiero saber el origen del poder de Lysandra —
— Podemos hacer pasar a Raven por otra persona, como si Starblack fuera otra persona y no ella... Pero, necesitamos a alguien con sus mismas habilidades y características físicas — Sugirió June, quién estaba en medio de las dos figuras adultas.
— Conozco a la persona correcta — Dijo sin pensarlo dos veces el enmascarado, mirando a Raven con una mirada agridulce, aún no estaba tan feliz con ella.
— Perfecto, este es el plan... Tú irás por la persona que sea que conoces — Ordenó Raven mientras veía al cazatalentos. — Y tú, me vas a ayudar a mejorar esa motocicleta, para que podamos seguir investigando sin tener que ir caminando —
— ¿Y tú qué harás? — Preguntó de brazos cruzados el encapuchado rojo, su voz con un atisbo de molestia.
— Esperar — Contestó sin dudar, y para no generar un conflicto, ella se fue hacía su cuarto. A lo que tanto como June y el Cazatalentos se quedaron impactados, molestos e indignados, aún así; empezaron a hacer lo Raven les pidió.
★
Al revisar las cámaras, Lio quedó totalmente impactado, lleno de frustración y desconcertado.
Las cámaras habían capturado solo la imagen de Mark, quién era el que se había robado la información. Para luego desaparecer.
— ¿Dónde está Mark? — Preguntó Lio directamente al llamar a Reya por su comunicador.
— Está en tu casa, acabo de llamarlo para saber cómo estaba, dijo que había dormido una siesta — Respondió la chica al otro lado de la línea, mientras empezaba a quitarse sus guantes que habían sido parte de su traje de maga.
— Comprobaste que él estaba ahí — Insistió el joven de cabellos bicolor, apretando su puño mientras fruncía el seño confundido.
— Sí, Ster se comunicó conmigo para decirme que él presentó dolor de cabeza, por eso se durmió — Reya suspiró y peinó sus cabellos hacía atrás.
— Entonces... ¿Quién estuvo aquí? — Se preguntó Lio, su pecho se había llenado de pánico y miedo, viendo fijamente al niño uniformado de blanco, cabellos negros y ojos lilas a través de las cámaras.
★
Al llegar al edificio tan desordenado, sucio y gastado del edificio, Miranda no pudo sentir nada más que asco y un escalofrío recorrer su espina dorsal al verlo.
— ¡¿Cómo pueden vivir aquí?! — Gritó llena de ansiedad y miedo al ver todos los insectos y alimañas escalar por las paredes o caminar por el suelo.
— No pasamos mucho tiempo aquí — Dijeron ambos, mientras se escogían de hombros y luego, guardaron silencio cuando Raven pasó por delante de ellos.
La joven, con la mirada vacía y unos pasos firmes, se acercó a Miranda y la vio a los ojos. La otra mujer titubeó al encontrarse con Raven, esos ojos tan blancos, puros; que al mismo tiempo veían el alma de quién hasta de quién no la tenía, fue la primera vez en tanto tiempo que Miranda sintió miedo.
— ¿Alguna vez te quitaron lo que más amaste?... ¿Te lo arrebataron como si fuera suyo?... Hasta que llegaste a mí, y te juro que por lo que más amas en este mundo, eso se va a terminar. Yo, Raven Rou terminaré con el reinado de oscuridad, monopolización, tristeza, lleno de mentiras frías y oscuras que Lysandra nos ha dado —
Todos los presentes se quedaron helados con las palabras de Raven, como si fuera una especie de ser de luz que recién los había iluminado hacía un mejor y nuevo rumbo lleno de posibilidades.
— Esto es la guerra... Y no me retractaré de cualquier paso que me lleve hacia la victoria, pero, no necesito a débiles de corazón y alma, necesito a personas que estén dispuestas a morir juntas por lo que más aman — La joven de ojos blancos miró a cada uno de los miembros en la sala, con determinación y firmeza.
— Estamos contigo — Hablaron Zua y Zuo, tomados de las manos, sin usar sus máscaras del Cazatalentos.
— Yo también — Hablo June con una sonrisa nerviosa, dando un paso al frente.
— Y yo — Cruzando los brazos y con una mirada de seguridad, Miranda también habló.
— ¡Por Cristopher! — Enunció emocionada y llena de valentía Raven, alzando su puño al aire, acto que los demás también siguieron con ella.
— POR CRISTOPHER — Gritaron todos los demás después de Raven.
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