D | 24
← Capítulo largo →
Las chicas llegaron al edificio donde vivía Raven, un lugar abandonado y de mala muerte que parecía que solo los infectados parecían recidir ahí.
Lleno de escombros, polvo, pintura y dibujos extraños en casa pared, algunos manifestando la horrible situación, otros con el rostro de Lysandra tachado y los demás eran simplemente garabatos.
- ¿Cómo puedes vivir aquí? - Preguntó la niña de coletas, al mismo tiempo que buscaba un espacio donde instalarse.
- Es mejor que nada - Raven se encogió de hombros, dándole un pequeño escritorio a Yoonie, para que pudiera empezar a trabajar.
- Eres muy conformista - Susurró la más pequeña, se sentó en el banco del escritorio y empezó a hacerle unas mejoras al casco de su compañera.
Mientras la más pequeña trabajaba en el escritorio con el nuevo atuendo de Starblack, la de ojos blancos buscaba algo para vestirse al día siguiente en su limitado armario.
- ¿Qué te parece? - Preguntó la más grande al salir nuevamente, está vez; ella usaba un traje, pantalones de un smoking que le llegaban poco más abajo de los tobillos, camisa blanca abotonada hasta el cuello, un chaleco negro con tres botones y una corbata que iba adentro de este.
- Woah... Deberías vestirte así más seguido, jefa... Pareces una lider de mafia de verdad - Dijo Yoonie al ver a su jefa vestida tan elegante.
- Entonces, iré así - Raven se peinó el cabello, que jamás se tocaba, parecía un nido de aves siempre.
- Si tú ya terminaste, yo igual - La niña de ojos lilas se levantó de la silla del pequeño escritorio que ya había adaptado para un taller y caminó hacia la mayor.
En sus manos, la menor tenía una pequeña caja transparente dónde contenía solo un arete color negro y dos pequeños aros con él. Ella, con una sutil sonrisa se lo entregó a Raven.
- ¿Qué es esto? - Preguntó la de ojos blancos, mirando la caja con extrañeza.
- Es tu casco - Contestó con una sonrisa emocionada. - Vamos ¡Póntelo! -
La más alta rodó los ojos, pero; obedeció, colocó el arete y los aros en su oreja izquierda. Las perforaciones le quedaban geniales.
- ¿Y ahora qué? - Raven se cruzó de brazos y miró desde arriba a Yoonie.
- Es como un botón, solo tienes que presionarlo, los aros funcionan como un micrófono y un audífono -
Con una mano, la de cabellos alborotados negros presionó el botón, y pequeños fragmentos en forma de triángulos escalenos empezaron a rodear su cabeza, formando finalmente el casco de Starblack.
El casco tenía una bisagra color rojo sangre, no se veía ni un poco el rostro de la joven, se veía demasiado futurista, hecho de un metal negro pesado que la protegía de los ataques más fuertes y unas pequeñas pantallas por dentro que marcaban signos vitales, duración del casco, batería e incluso una visión infrarroja.
- Esto parece hecho por el mismo diablo - Habló Raven al ver cada uno de los minuciosos detalles que le había puesto Yoonie.
- Gracias... Supongo - Con una sonrisa forzada y nerviosa, Yoonie revisó los últimos detalles del casco de Raven. - Oh, te falta esto -
Pronto, la más joven tomó la silla del escritorio y se subió en ella, moviendo algunos botones del lado izquierdo del casco.
- Ya está, ahora habla -
- No sé cómo haces esto, pero- - La que usaba el casco se quedó en shock en un momento, su voz se escuchaba más grave y distorsionada; a lo que, se examinó el cuello. - ¡¿Qué le hiciste a mi voz?!... Porque, suena genial como el demonio -
- No queremos que Lysandra sepa quién eres ¿Verdad? - La de coletas se rió y se bajó de la silla, admirando su creación.
★
Con unos movimientos rápidos y firmes, las manos de la joven hicieron aparecer un dulce en sus manos, ella; orgullosa se lo entregó a Mark.
- ¿Fue genial? - Preguntó Reya con los ojos llenos de emoción y orgullo.
- Sí... Pero, no impresionante - Contestó el niño con una cara de aburrimiento, mientras le quitaba la envoltura al dulce y se lo metía en la boca. - Lysandra tiene a lo mejor de lo mejor, quedará decepcionada con tus trucos de principiante... Y tú te avergonzarás frente a los de élite -
- No me ayudas, Mark - La joven de cabellos rosados suspiró y se sentó en el sillón de Lio, quién estaba practicando trucos de magia por internet.
- ¿Sabías que puedes partir a alguien por la mitad sin sangrarlo?... Eso es sádico - Habló el de cabellos bicolor al ver los trucos de internet.
- ¿Puedes hacerlo? - Preguntó emocionado el de ojos morados, mirando la pantalla de holograma de Lio.
- Y aunque pudiera... No lo haría, no deberías ver esto, jovencito - El de ojos negros miró a Mark y se rió, despeinadóle el cabello de por medio.
- Ambos son súper aburridos... Hagan sus trucos de principiantes, entonces - Se quejó el de cabellos negros y se cruzó de brazos, mirando a sus cuidadores.
Los jóvenes no pudieron evitar reírse a carcajadas, al ver la cara de puchero adorable que tenía el niño. Sin dudarlo, Reya se inclinó frente a Mark y puso una mano en su hombro.
- ¿Acaso esto es de principiantes? - La de cabellos rosados dirigió sus ojos a un jarrón de porcelana que estaba en un estante, ella estiró su brazo y sus ojos dorados brillaron, haciendo que el jarrón se moviera por sí solo.
- ¡Woah! ¡¿Cómo haces eso?! ¡¿Me enseñas?! - Gritó exasperado el pequeño, mirando como el jarrón flotaba sobre la mesa.
- Otro de mis jarrones no - Habló con seriedad Lio, poniendo el artilugio de vuelta en su lugar, cruzando los brazos y mirando a ambos.
Con unas sonrisas nerviosas y unas risitas apenadas, Mark y Reya fingieron no escuchar nada y volvieron a hablar entre ellos. A lo que Lio solo pudo resoplar y rodar sus ojos con fastidio.
★
Con los rayos del sol en el rostro, Lysandra se levantó de su cama y estiró su cuerpo, notando lo largo que era su cabello, tanto que se desbordaba por la cama.
Ella caminó hacia el espejo más cercano y suspiró al ver su cuerpo, con las puntas de sus dedos, tocó su reflejo y se miró a los ojos.
- Mi muerte se acerca - Dijo ella casi en un susurro, sus ojos perdieron el brillo por unos segundos y con firmeza, volvió a hablar para ella misma. - Hagamos que cada instante cuente, entonces... Nos volveremos a ver, lo sé -
★
"Día de bienvenida, edificio de Lysandra"
El tan esperado día había llegado, y con él comenzaría una guerra, se encontrarían las caras más importantes del futuro de los Androhumanos, las que marcarían el gran final del destino.
Raven, quién ya iba vestida de mesera para la reunión, hizo pasar a Yoonie por su hermana pequeña y así, podrían entrar juntas.
Los invitados iban llegando, era un día espléndido, el sol en su máximo fulgor, dejando que las personas usarán ropa ligera y cómoda, pero, no tan informal. Nubes esponjosas y blancas adornaban el azul grisáceo del cielo.
El resto del personal también arribaba muy temprano, ofreciendo cortésmente la llegada de cada invitado de Lysandra, a Raven le daba nostalgia ver a las familias juntarse, sonriendo entre ellos, y más aún; ella extrañaba lo adinerada que era antes del apocalipsis.
Con un suspiro, Raven miró a Yoonie y sonrió, recordándole cada fase del plan.
- ¿Lo recuerdas todo? - Preguntó la de ojos blancos, inclinándose para ver el rostro de la niña asiática.
- Sí, primero: Dividiré mi cuerpo y June se quedará a cargo del plan, segundo: June buscará en los archivos de Lysandra mientras los guardias no estén y tercero: Te traeré toda la información que consiga - Repitió los simples tres pasos que parecían fáciles, pero, serían todo un reto durante lo que restaba de la fiesta.
- ¿Y qué pasa si te ven? - Alzó una ceja la más alta, recordándole el plan B a Yoonie.
- Digo que me perdí y abortamos el plan - Suspiró la de ojos lilas con decepción.
- Exacto, no nos arriesgaremos tanto en nuestra primera misión ¿Verdad, equipo? - Raven soltó una carcajada y se levantó del suelo.
Yoonie se emocionó demasiado cuando Raven la llamó "equipo" y le sonrió, ella se colocó al lado de su compañera firme y en posición, esperando la señal de la mayor.
- Pfft, tampoco exageres... Yo te diré cuando ejecutemos el pla- - Los ojos de Raven se dirigieron a una maga, de cabellos rosados y ojos dorados... Era Reya, y casi se quedaba hipnotizada al verla.
Aquella chica usaba un traje blanco, pantalones rectos del mismo color y un saco con una camisa rosada y un sombrero, todo parecía ajustarse perfectamente en su cuerpo
- ¿A quién miras? - Yoonie alzó su cabeza al ver qué Raven quedó embobada.
- Es la chica... Esa, esa, esa es la chica de la que te hablaba - Raven tartamudeó, aún sus ojos persiguiendo los suaves y elegantes pasos de la joven de cabellos rosados.
Reya no se daba cuenta de que era observada, iba muy concentrada en cumplir su rol, jugando con la varita de plástico que tenía en sus manos y organizando su área.
Raven soltó un suspiro, a pesar de que la mujer a la que observaba era su enemiga no o podía negar que ella era hermosa.
- ¿Enserio?... Jefa, sin ofender, pero, hay mejores - Confesó Yoonie mientras miraba a Reya de pies a cabeza.
- Cállate - Dijo la más alta mirando a la de ojos lilas con seriedad. - Tú quédate aquí, voy a tomar un respiro -
- P-pero... ¿Qué hago? - Y así, la niña de coletas se quedó sola, ignorada por su capitán de equipo.
En un balcón alejado de los escandalosos invitados, Raven intentó tomar aire. Así que sacó uno de los cigarrillos que tenía en el bolsillo y lo encendió para relajarse, aunque por dentro tenía un conflicto enorme.
Ella quería gritar, patear y golpear lo más cercano que tenía; la mujer que tanto odiaba seguía con vida, con una estúpida sonrisa en el rostro que demostraba inocencia. Como si el recuerdo de haber matado a un niño se le olvidara.
Con una calada de su cigarro, Raven miró al cielo, lleno de esas nubes esponjosas y blancas que tapaban lentamente los rayos del sol. Al terminar su cigarro, lo que quedó de la colilla lo aplastó y lo tiró en un cesto, para poder fumar otro.
- Está prohibido fumar aquí - Dijo una voz serena a su espalda, y al darse la vuelta. Raven encontró a Lysandra.
- Lo siento, no lo sabía - La pelinegra apagó el cigarrillo y lo guardo en una caja para fumarlo después. Con un la mirada vacía, ella miró a la diosa y suspiró. - Con permiso, su señoría -
- Espera - La diosa de ojos morados detuvo a la joven y aclaró su garganta. - ¿Puedo preguntar por qué estás aquí? -
- Trabajo aquí - Respondió en seco, dándole la espalda, sin quererla ver a la cara.
- ¿Enserio?... ¿Cómo te llamas? - Volvió a preguntar, está vez su voz llena de curiosidad y firmeza.
- Rou... Raven Rou - Contestó sin titubeos, esta vez ella se volteó y se cruzó de brazos.
La diosa se quedó atónita, sin palabras por un momento al ver los ojos de la joven, esos ojos blancos y puros la atraparon en un recuerdo tormentoso del pasado.
- ¿Ya me puedo ir, excelencia? - Habló la de cabellos negros, haciendo una mueca de seriedad e irritación en su tono de voz.
- S-sí... Ya... Ya vete - Contestó nerviosa y algo anonadada la diosa, luego; apartó su mirada, se quedó pensando en algo después de la joven se fuera.
★
Unas horas más tarde, Raven empezaba a hacer su servicio de mesera, sirviendo bebidas y tragos para la gente que se lo pedía, la fiesta se celebraba al aire libre, en uno de los exclusivos jardines de Lysandra, con plantas naturales y piscina. Por lo que se le veía a los invitados usando traje de baño y ropa fresca.
Todos la estaban pasando bien, excepto Raven, que había cometido el gravísimo error de traer traje negro para un día tan caluroso, era la única de entre todos los empleados que usaba traje, ya que los demás usaban cómodos y libres atuendos veraniegos; pero, como los meseros no llevaban un uniforme como tal, no comentaron nada acerca del traje de Raven.
Y tampoco podían decir nada, ya que; la joven de cabellos negros tenía todas las miradas encima, tenía un atractivo masculino y rudo que la hacía destacar entre todos. Cautivando tanto a hombres como a mujeres.
Una vez que Lysandra subió junto a sus guardias y sus invitados estrella, Raven miró a Yoonie.
- Empieza ahora - Susurró la más alta en un nivel adecuado para que pudiera escucharla.
La más pequeña asintió con la cabeza y se dirigió a los baños, al entrar se dividió, revelando la figura de June y la que se escabulló por las entrañas del edificio.
- Oh, no - Dijo una chica con traje de baño color verde menta, a la que se le había manchado las piernas con su bebida. Su amiga, intentaba ayudarla, pero la mancha solo se expandía y manchaba todo el traje. - ¡Te dije que venir era una pésima idea, Sonya! - Se quejó entre lloriqueos, con un tono que solo sonaba entre la alta sociedad.
- Señoritas - Raven saludó y extendió una tela alrededor de la cintura de la joven, y una servilleta para que se secara. - Aún no se vayan, no han visto todo el espectáculo - La pelinegra guiñó un ojo, con una cálida y suave sonrisa, se fue.
- Yo la vi primero - Dijeron las dos amigas al mismo tiempo cuando la pelinegra se fue.
Con su mirada cautivadora y voz cálida, Raven se ganó el centro de atención de la fiesta, logrando así, que June siguiera con sus planes.
★
Con mucho sigilo y máxima precaución, June empezaba a buscar entre los centenares de pisos que constaba el edificio. Aunque cada nivel se sentía como un laberinto sin salida, al ser las mismas puertas, el número de ventanas, pisos y paredes.
El blaco y celeste en cada piso empezaba a molestar al niño, por lo que empezó a correr y revisar detrás de cada puerta, sin importar que llamará la atención.
Pronto, antes de un ataque de frustración y de aventar una maceta al suelo, el de ojos lilas encontró a otro niño, con una sonrisa grande y amable. Era como verse en un espejo, el mismo cabello negro y los ojos lilas en su rostro, solo que él tenía un uniforme blanco, que constaba de una gabardina larga con estrellas negras en los costados de los brazos, una playera de compresión negra y pantalones igualmente negros. Y en un costado de su uniforme, cerca del pecho; se encontraba su nombre y apellido: "Mark Oh".
Pero, en cuanto ambos hicieron contacto visual, el uniformado de blanco corrió por el pasillo.
- ¡Ey, espera! - Gritó June mientras perseguía al otro chico. - ¡No te vayas! -
★
Mientras tanto, en el jardín exclusivo de Lysandra, Raven seguía en su puesto de mesera. Aún observando que hacía Reya, y la de cabellos rosados ni se daba cuenta de la existencia de la otra.
Sin embargo, la sangre de la de ojos blancos hirvió cuando notó que no solo Reya le había arrebatado a su hermano gemelo, sino que también a su mejor amigo de la infancia. Verlos a ambos, sonriendo y viviendo una vida normal, hacía que Raven interfiera.
En camino a la estación de la actuación de los magos, una mujer de cabellos grises y ojos rosados la detuvo con una sonrisa encantadora.
- Ni te atrevas a interferir - Dijo ella mientras se cruzaba por el camino de la otra mujer más alta.
- ¿Qué?... ¿Quién eres?... Quítate de mi camino - Raven trató de empujar a la mujer que tenía enfrente, pero ella seguía bloqueando el paso.
- Es una pena que no me reconozcas - Con una sonrisa maliciosa, la mujer de ojos rosas empujó a Raven y la llevo a un lugar más discreto.
En un rincón del jardín, ambas se encontraban escondidas del resto de los invitados, una tenía cara de molestia y fastidio, mientras que la otra escondía burla o diversión en su mirada.
- ¿Quién se supone que eres? - Preguntó la de cabellos negros cruzando sus brazos y mirando por las alturas a la otra mujer.
- La razón por la que hoy estás aquí - Aquella joven que se hacía llamar Reya cambió de forma pequeños cubos blancos con bordes dorados rodearon por completo el cuerpo de la figura, revelado el rostro de la mujer que se le apareció en sueños a Raven: "N".
- ¡¿Tú?! - Gritó la joven en traje de mesera y fue silenciada con las palmas de las manos de N.
- Déjame explicarte - Hablando con una voz serena y relajada, N bajó sus manos y sonrió cálidamente.
★
Por otro lado, como si de las atrapadas se tratara; June correteó al niño que se le había aparecido en los pasillos, buscando en cada rincón de cada piso. Hasta llegar a una puerta imponente de un metal negro y pesado.
- Aquí debe de ser - Dijo June con determinación y mirando aquella puerta que se escondía en el rincón más oscuro del edificio, asegurando que los peores secretos de Lysandra estuvieran detrás de ella. - Tú puedes, June -
Y así fue como el pequeño niño empezó a buscar la manera de poder desbloquear la puerta, él entraría y llevaría la información a manos de Raven, sin equivocarse.
Pero, sus ojos se llenaron de miedo al encontrar todos los secretos no revelados a la sociedad androhumana de Lysandra. "La primera humana que solo tiene la maldición de vivir enternamente", "Neo Futura: El reemplazo de los androhumanos", "La guerra está cerca".
Con las manos temblorosas, June no podía creer todo lo que veía en sus ojos, cada archivo era como abrir una caja de Pandora.
- Gracias, hermanito - Hablo una voz a espaldas de June, era el mismo chico de gabardina blanca y esa sonrisa tétrica, arrebatando los documentos de las manos del otro chico. - Pero, aún no estás listo para ver está información -
★
- Hay algo en ti que te hace ser mala por naturaleza: tus deseos de venganza, tu odio y tú rencor... Pero, necesitas esa chispa de insensibilidad para ser la peor - Con una sonrisa serena, N acarició el rostro de Raven mirándola directamente a los ojos. - Hazme un favor, y vayamos juntas más allá de Lysandra. Te daré el mundo entero a cambio, ¿Trato? -
La de ojos blancos titubeó por un segundo, no sabía que decir, la propuesta era tan ambiciosa y tentadora al mismo tiempo. Aunque ella solo quería una cosa: la cabeza de Reya.
- Puedo ser muy persuasiva, Reya es tu motor para seguir con vida, es lo único que te trajo a mí - La mujer de piel morena empezó a cambiar su tono a uno más pasivo, aún tratando de convencer a Raven. - Además ¿Para qué quieres matar a Reya, si puedes hacerla sufrir como ella a ti? -
Y como si fueran palabras mágicas, Raven miró fijamente a los ojos a N y su mirada se volvió fría, ahora estaba totalmente convencida.
- ¿Qué debo de hacer? - Preguntó con firmeza la pelinegra, sus ojos no mostraban compasión o duda alguna.
- Solo, confía en mí - N sonrió llena de malicia y se paró de puntillas para tocar la frente de Raven y fusionar su conciencia con la de ella.
★
- ¿Qué?.. ¿Q-qué eres? - June trató de recuperar la información, pero el chico uniformado solo esquivaba los movimientos del otro.
- Tu reemplazo - Mark respondió, aquellos orbes lilas perdieron su brillo, y cuando escuchó pasos, se desvaneció en forma de triángulos escalenos negros con bordes blancos.
Después de quedarse un tiempo en shock, el chico de cabellos regresó a en sí, cuando escuchó los pasos más cerca, y lo único que pudo hacer fue salir corriendo de regreso con su líder de equipo.
- ¿Jefa?... ¿Estás ahí? - Dijo June con un ligero titubeo, mientras subía las escaleras rápidamente, a veces resbalando, pero con tal de que no lo atraparán.
- ¿Qué pasó?... ¿Lo conseguiste? - Preguntó la voz al otro lado de la línea, mientras caminaba; disimulando un perfil bajo mientras veía con una mirada asesina a Reya.
- ¡Necesitamos irnos, ya! - Gritó el chico, desesperado y muerto de los nervios, al mismo tiempo que revisaba a sus espaldas para ver quien lo seguía.
- Descuida... Tengo un plan - Y con una sonrisa maliciosa, Raven fue a una zona segura, dónde encendió su casco y se puso su ropa de combate: una playera de compresión sin mangas y unos pantalones negros holgados con muchos bolsillos en él, todo eso de color negro.
Y justo, cuando el espectáculo de magia iba a comenzar, aquella figura tan alta e imponente se postró detrás de los invitados, llamando la atención con su voz.
- Buenas tardes, Andros de todos los géneros - Saludó con cortesía, haciendo que los invitados de la fiesta se voltearan y quedarán confundidos.
- ¿Qué es eso? - Preguntó una nebulosa en un susurro a Lysandra, quien estaba en primera fila para ver el espectáculo de magia.
- No tengo idea - Lysandra quedó perpleja ante la figura al fondo de las sillas de los invitados.
- Es un gusto tenerlos aquí a todos, pero... Permítanme decirles que Lysandra les mintió. Ella no tiene a Reya Rei en su poder - La figura del casco, lentamente pasó por los asientos rozando sus dedos con las sillas, mientras quedaba en medio. - La verdadera Reya está entre nosotros, escondida como una cobarde... Porque, la pobrecita está muriéndose de miedo, que pena ¿No? -
Todos los invitados y allegados de Lysandra empezaron a quedarse perplejos, sin decir ni una sola palabra, solo escuchando lo que el del casco les decía.
- ¡Vamos, maldita canalla! ¡Enséñales el monstruo que puedes ser! - En un arranque de furia e histeria, el sujeto del casco tomó entre sus brazos a la chica de traje de baño azul pastel que había atendido hace unas horas.
- ¡SONYA! - Gritó desesperada la amiga, levantándose desesperada de su asiento, tratando de llegar a ella. Pero, la figura la derribó en el suelo en un parpadeo.
- ¡SAL YA O LA TIRO POR LA BORDA! - La figura en ropas negras se acercó al borde del edificio de Lysandra y la sujetó del cuello, haciendo que quedara suspendida en el aire. - ¡Tienes cinco segundos! -
Todos se quedaron horrorizados y se levantaron con miedo de sus asientos, mientras retrocedían y llamaban a seguridad.
- ¡CINCO!... ¡CUATRO!... ¡TRES!... ¡DOS!... ¡UNO! - Raven apretó el puño y suspiró, pero, no dudó ni un segundo, ella dejó de sujetar por el cuello a la chica y la dejó caer.
- ¡¡SONYA!! - Chilló la otra chica, mientras se retorcía en el suelo y trataba de levantarse, pero era muy débil para hacerlo. - ¡¡MONSTRUO!! -
Luego, el silencio reinó el lugar, y poco después la chica en traje de baño azul cielo flotó por el aire, regresando al piso donde se encontraban todos.
Las chicas se abrazaron y lloraron juntas, aunque todas las miradas se fueron al otro lado del jardín, hacía una muchacha de cabellos rosas que flotaban a su alrededor y unos ojos dorados que brillaban como dos soles.
- Allí estás, monstruo - Aunque su casco lo ocultara, ella tenía una enorme sonrisa llena de locura y malicia, mirando fijamente a la otra joven. - Queridos compañeros... ¡Les presento a su nueva pastora! ¡La que los va a guiar como los malditos zombies que son! ¡¡REYA REI, UNA MALDITA ASESINA!! -
Lysandra quedó congelada con este encuentro, ella se quedó como una espectadora, su cuerpo temblaba del miedo y se sentía una completa tonta frente a sus invitados.
- ¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué me llamas asesina?! - Gritó entre lágrimas la mujer de cabellos rosas, mientras protegía a los invitados del enmascarado.
- Puedes llamarme Starblack, corazón - La figura con el casco sonrió y soltó una carcajada, mientras vio a Lysandra a los ojos. Aquella deidad, al escuchar ese nombre, se cayó en sus rodillas y sujetó su cabeza con desesperación, como si un balde de agua fría y hielos le hubiera caído encima. - ¡NO OLVIDEN MI NOMBRE! -
Pronto, la figura enmascarada tomó el cuerpo de Yoonie, que estaba inconciente, su energía se había gastado completamente en June, y al pasar tanto tiempo sin su otra mitad quedó agotada.
- ¡ALTO AHÍ! - Ordenó Lio, sacando una pistola de bajo calibre que tenía en su bolsillo y apunto a la cabeza del de ropas negras. - ¡DEVUELVE A LA NIÑA!
- Fuego - Con una carcajada llena de malicia y diversión, la figura abrazó el cuerpo de Yoonie y se tiró de espaldas por el borde del edificio.
El de cabello bicolor corrió hacia el borde y sus ojos se abrieron mucho al encontrar nada más que vacío en el aire, acompañado de gritos de terror y llantos, el chico apartó a todos de sus lugares y fue a los pisos inferiores del edificio de Lysandra.
Como si de una película de acción se tratara, Raven empujó su cuerpo hacia una ventana, rompiéndola y se quitó su casco, para ir en busca del otro cuerpo de su compañera.
- ¡JUNE! - Gritó la más alta, mientras cargaba a Yoonie en su espalda como si fuera una mochila.
- ¡JEFA! - June salió corriendo hacia la dirección de Raven y la alcanzó.
Ellos no tenían más tiempo, por lo que June se incorporó a su cuerpo nuevamente, como si una gota se uniera con otra, quedándose con su cuerpo de chico.
- ¡Intrusos! - En un abrir y cerrar de ojos, ambos tenían a sus espaldas a medio ejército de la FIL, corriendo por el pasillo y con armas en sus manos.
- ¡TOMA MI MANO! - Ordenó con desesperación, la chica de ojos blancos, el más pequeño le hizo caso y ambos rompieron otra ventana para poder salir del edificio.
Todo paso en cámara lenta, Raven tomaba de la mano de June, mientras prácticamente volaban por los aires y salían con algunos rasguños por los vidrios de las ventanas.
La chica más alta divisó una motocicleta cercana, que no traía piloto, probablemente era para hacer entregas, pero, no le importó; ella jaló del brazo del niño y ambos se subieron al vehículo que transitaba por las autopistas magnéticas que se encontraban en las alturas.
Así, Raven apagó el piloto automático y tomó control de la motocicleta, acelerando a toda velocidad y sintiendo como los brazos de June le rodeaban la cintura con fuerza.
Pero, cuando la más alta pensó que estaban fuera de peligro, unos vehículos militares aparecieron detrás de ellos, dándoles órdenes de parar y arrestarlos. Conduciendo velozmente detrás del pequeño vehículo.
- ¡MIERDA! - Gritó con frustración y enojo la que conducía, aunque estaba totalmente rehúsa a frenar.
★★★
¡Hasta aquí el capítulo!
Me van a matar, pero, no quería que se extendiera más de lo que ya es. Además, la acción no debe de ser tan larga, y lo vale. No se preocupen, regresé después de un brutal bloqueo creativo, así que el siguiente capítulo no tardará mucho en salir.
¿Qué piensan de este nuevo episodio?
¿Raven se puede volver realmente mala?
¿Lysandra está realmente mal?
¿Algunas nuevas teorías?
Yo me despido, espero que estén muy bien dónde sea que estén y la hora que sea. Nos vemos en el siguiente episodio.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top